viernes, 30 de mayo de 2014

78- Esto no ha terminado.

Los pasos se habían alejado a toda prisa. Un silencio sepulcral llenó todo el Laboratorio y Emma estaba más que acongojada. Sujetaba tan fuertemente una silla para defenderse que le dolían las manos. Al cabo de un minuto volvieron a oírse los pasos, esta vez más veloces que nunca, acompañado de unos jadeos irregulares.
                    
A medida que los pasos se acercaban Emma estaba más asustada. Pareció que el corazón estuvo a punto de salírsele hasta que la persona que menos esperaba ver abrió la puerta.

-¡Emma, Dios mío!- gritó ésta y Emma, sin pensárselo, se lanzó a sus brazos. Empezó a llorar, asustada, mientras el corazón reducía velocidad. Por primera vez en su vida pensó que se iba a morir. Bambi empezó a acariciar el cabello rubio de la chica.

-Pensé que era 88-20… Oh Dios, tenía tanto miedo…- tartamudeó Em aún con lágrimas en los ojos.

-Vine aquí por petición de Harry para investigar un poco- explicó la pelirroja en un intento de tranquilizarla y, en efecto, ella se tranquilizó al escuchar el nombre de su exnovio- me encontré con Hayley en el patio y me dijo que bajaste al laboratorio. Al bajar oí tus gritos y me di cuenta de que la puerta estaba cerrada con llave así que subí a secretaría para pedir otras llaves…

Emma entendió porqué había escuchado pisadas ir y venir. Todo el miedo y el susto había desaparecido. Pronto volvió a escuchar pasos acercándose hacia ellas. Pero esta vez eran varias.

-¡¿Qué ha sucedido?! Hayley ha venido diciendo que Bambi ha…

Marcos, Hayley y Guiomar se acercaron a ellas y ésta última, que había soltado una exclamación, abrazó a Emma como si no hubiera mañana.

-¿Qué ha pasado aquí?- preguntó el profesor con mirada interrogante mirando a su alumna una vez que Guiomar la soltó. Pronto desvió su mirada hacia Bambi- me suenas… tú eres…

-Bambi. Amiga de ellas tres- se explicó ella. A continuación empezó a relatarle lo que acababa de suceder. Hayley y Guiomar, que escuchaban atentas, se quedaron boquiabiertas.

Marcos hizo un ademán para que las siguieran. Entraron al ascensor hasta subir a la segunda planta. Después el profesor las guió hasta su clase. Él se sentó en su escritorio y las cuatro chicas restantes se sentaron en las sillas más cercanas. Levantó la cabeza, preparado para preguntar la situación.

-¿Tenéis alguna idea de quién podría ser…?- interrogó Marcos con preocupación. Emma carraspeó, advirtiendo a Hayley que no dijera ni una palabra. Pero su amiga no la hizo caso.

-Un anónimo que no para de enviarnos cartas a mí y a Emma. Se hace llamar 88-20- respondió bajo la mirada amenazante de Em.

-¿Me estáis diciendo que a vosotras también os manda cartas?- exclamó Guiomar abriendo los ojos desmesuradamente. Hayley y Emma la miraron, alarmadas.

-¡¿A ti también?!- gritó Emma disgustada.

-Me estoy perdiendo. ¿Que os manda cartas? ¿Amenazándoos?- las otras tres asintieron- ¿pero de qué os podría amenazar?

Guiomar se mordió el labio. Bambi miró a Hay y Guiomar, muy sorprendida, ya que sólo se había informado de que la única que recibía cartas amenazadoras era Emma.

-Que si el director se entera de lo nuestro nos expulsará de la Universidad- confesó Guiomar en voz muy baja. Aunque los otros cuatro la oyeron perfectamente- pero acabo de recibir la primera carta.

-Pero no estamos juntos- respondió Marcos, abriendo los ojos.

-No hay pruebas- dijo Guiomar, mordiéndose el labio por segunda vez. Emma soltó un bufido detrás de ella.

-Tampoco hay indicaciones de que hayamos salido. No hemos salido- añadió.

-Pero hay testigos como Bella, tu hermana…

-Ése no es el caso- empezó Hay.

-Quiero saber porqué te amenaza a ti- dijo duramente Marcos, mirándola fijamente.

-¡Eso no es de tu incumbencia!

-Soy tu profesor- murmuró él. Emma miró a su amiga un poco asustada.

-¿Podemos confiar en ti?- preguntó la rubia.

-Claro- contestó él, molesto.

-Al fin y al cabo, eres profesor- comentó la morena- podrías expulsarme…- y sin más rodeos, empezó a contarles lo que había hecho para que el anónimo la amenazara. Guiomar reaccionó de la misma manera que lo había hecho Emma anteriormente.

Emma también le contó su secreto. Y al llegar a la parte de la foto, Guiomar soltó un chillido. Marcos pareció apenado al oír que Emma y Harry ya no salían.

-Evidentemente, no podemos contárselo a la policía aunque no quiero que Gui… vosotras tres, quiero decir- se corrigió y las mejillas de Guiomar empezaron a arder- estéis en peligro…

-No podemos estar en peligro- negó Em con la cabeza, muy segura- sólo es un anónimo celoso. Los secretos sólo lo sabíamos nosotras...

-Y Thomas, Elisabeth, Raquel y Nicole- añadió Guiomar tristemente.

-Entonces podrían ser sólo aquellos cuatro- afirmó Marcos con la mirada perdida- no puedo creer que uno de mis alumnos estén mandando mensajes amenazantes por ahí… Estoy muy enfadado conmigo mismo.

Emma, tras oír que a Guiomar también le mandaba cartas, ella llegó a la conclusión de que había un sospechoso menos: Grace. Ella no sabía nada del pasado de Guiomar y Marcos, siempre y cuando no lo sospechara…

-¿Y no sospecháis de ninguno?- intervino Bambi.

-Mi prima no puede ser- afirmó Guiomar- ella no haría eso.

-No podemos descartarla hasta que se demuestre lo contrario- dijo Marcos apresuradamente.

-¿Qué te pasa, Hayley?- gritó Emma muy alarmada. Su amiga había palidecido un tanto y miraba
hacia la ventana sin ver realmente… Al oír a Emma, volvió a la realidad y escudriñó a todos con la mirada.

-Claro… Ahora todo encaja…- murmuró Hayley por lo bajini, hablando más por sí sola que para los demás.

-¿El qué encaja?- preguntó Emma como preocupada por la salud mental de su amiga.

-¡Podría ser Elisabeth!- dijo ella de repente. Todos los presentes soltaron un respingo al oír el nombre, menos Bambi, claro, que no la conocía- a ella le gusta Marcos, ¿no? ¡Pues por eso mismo amenaza a Guiomar!

-Pero si soy su profesor, ¿cómo le voy a gustar?

Nadie le hizo caso.

-Pero entonces… ¿Por qué te manda mensajes a ti también?- medió Bambi, alisando su falda.

-Para que no resultase obvio…

-Ella no. Es tan inocente y risueña…- musitó Emma afirmando la imposibilidad de que fuera ella.

-Podría ser una actriz muy buena- dijo Guiomar dándole la razón a Hayley.

-Pero, ¿Elisabeth? ¡No puede ser ella!

-Igual que no puede ser Thomas. Ni Raquel- respondió Hayley con los ojos vidriosos.

-Ni Nicole- participó Guiomar.

-Mirad chicos, vamos a hacer una cosa: yo seguiré muy de cerca a Thomas, Emma de Raquel, Hayley de Nicole y Guiomar de Elisabeth- confirmó Bambi con voz autoritaria.

Un murmullo de conformación llenó la sala. Y Marcos, tras mirar a sus tres alumnas algo preocupado, las siguió con la mirada hasta que se perdieron de vista por el pasillo.




-¡Empezaba a preocuparme!- exclamó Raquel al ver a Emma, Guiomar y Hayley entrar a la habitación ya de noche.

-¿Y al final?- le preguntó Elisabeth dirigiéndose a Emma, que se acercó a Nicole para coger una patata de bolsa que sostenía ella- ¿qué quería esa persona que te llamó para que te fueras al laboratorio?

-Nadie acudió- mintió ésta preguntándose si Elisabeth estaba actuando en ese momento.

-Pues vaya, menudo plantón- dijo Nicole soltando una risita. Elisabeth, desde su cama, se rió.

Emma también se rió, aunque forzadamente, y se lanzó a la cama de Raquel, tratando de parecer inocente.

-¿Qué tal te está yendo de niñera?

-¡Oh, pues de maravilla!- soltó ella alegremente- Lux está creciendo tanto… Es tan mona.

-¿Tiene la misma edad que tu hermano?- preguntó ella.

-Qué va. Mi hermano es mucho más mayor. Jo, le echo tantísimo de menos…

-¿Y dónde está ahora?

-En Castle Combe, donde vivimos ahora. Es un pueblo muy pequeño y realmente bonito. Algunos lo califican como el pueblo más bonito de Inglaterra- comentó ella mientras mordía una patata que le acababa de tender Nicole- ¿por?

-No sé. Me gustan los niños- actuó ella, intercambiando una mirada breve con Hayley sin que Raquel se diera cuenta- y me gustaría conocer a tu hermano.

-Algún día te presentare a Aaron, es muy simpático- afirmó ésta con simpatía.

Emma soltó un bufido corto mientras se tumbaba en su cama. Descartaría a Raquel perfectamente pero también descartaría a Nicole, Thomas y Elisabeth sin duda; y estaba muy segura de que sólo podía ser uno de ellos cuatro…

Le vino a la mente Taylor. Estaba segura de que ella estaba detrás de esto. Trató de pensar en la última vez que la vio… Estaba segura de que fue en la fiesta que montaron One Direction para presentar Best song ever. Y recordó que Taylor trataba de buscar a una persona…

¡Bingo! Se acordó de un misterio sin resolver. Después de tanto tiempo ni se acordaba… ¿A quién buscaba Taylor en la fiesta? Y sin más preámbulos, le mandó a Harry el siguiente mensaje:

De: Emma.  Para: Harry.  Hora: 09:23.
No hagas preguntas. Pásame el nº de Taylor



Bambi intentó escuadriñar en el patio alguna cara conocida. Si se topaba con Thomas, Guiomar le informó que por las noches siempre estaba en los jardines, pronto le reconocería ya que le vio dos veces: en la graduación de sus amigas y en el cumpleaños de Anna…

Al recordar a su mejor amiga, un escalofrío recorrió su médula espinal. No sabía por qué, pero siempre que se acordaba de ella se sentía culpable…

-¡Thomas!- se distrajo por completo al reconocer una cara conocida mientras recorría la mirada por todo el patio. Se acercó a él y se alegró de que estuviera solo.

-¿Te conozco?- él arqueó una ceja.

-De vista- aclaró ella con una sonrisa. Estaba dispuesta a hacer el plan que le propuso Guiomar- soy Bambi, la amiga de…

-¡Ah, ya sé quién eres!- contestó él sonriéndole también- encantado aún así, nunca nos hemos visto personalmente.

-No, la verdad es que no…

-¿Y tú por qué estás aquí?- le preguntó Thomas arqueando una ceja.

-Para visitar a Emma, Guiomar y Hayley. Ya sabes, es que Emma está un poco triste por lo de Harry…- musitó ella en un intento de sonsacarle algo que le delatara.

-Oh, pero yo creo que lo ha superado por completo. La veo feliz- comentó éste por desgracia de Bambi- no conozco a Harry pero en mi opinión fue un estúpido al ocultar a…

-¿Y lo de Guiomar con Marcos?- le interrumpió ella al darse cuenta hacia dónde se encaminaba Thomas.

-Bueno, ellos ya no son nada… ¿Por qué me estás preguntando eso?- dijo él muy sorprendido.

-¿Y tú cómo lo sabes? Todo eso, quiero decir.

-Me lo han contado ellas, claro- respondió él un poco molesto- Emma y Guiomar confían en mí.


~~~


Emma se levantó prontísimo para ver si había recibido respuesta por parte de Harry. No le importó que no fueran horas de levantarse un sábado y se alegró muchísimo al ver un mensaje: se lo envió anoche.

De: Harry.  Para: Emma.  Hora: 23:34.
Taylor Swift??

De: Emma.  Para: Harry.  Hora: 07:42
Y quien si no?

De: Harry.  Para: Emma.  Hora: 07:44.
Me debes una explicación. El numero es…


Pensó que lo más seguro era que Harry estaba ensayando, ya que no era normal que él estuviera despierto a las ocho de la mañana. Sin esperar ni un segundo más, la llamó.

-¿Sí? ¿Quién cojones me llama a la una de la mañana?

Una pista descubierta: eso quería decir que Taylor se encontraba actualmente en Estados Unidos.

-Hola, Taylor- contestó ella impasiblemente- soy Emma.

-¿Qué Emma? ¿Emma Stone? ¿Emma Roberts?

-Emma Smith- respondió y escuchó un gritito en la otra línea del teléfono- ¿Taylor?

Se le hacía muy raro hablar con la persona que en una ocasión había destruido su vida.

-¿Por qué me llamas? Precisamente tú…- dijo ella desconfiada.

-Quería preguntarte una cosa- fue directamente al grano- a la fiesta que acudiste en julio…

-Acudo a muchas fiestas, Emma. Concrétamelo.

-A la única fiesta que coincidimos tú y yo- comentó Em rodando los ojos. Taylor masculló un “mmm” y Em lo interpretó como un “ya entiendo”- tú buscabas a una persona.

-Sí. Y si quieres preguntarme a quién buscaba, no, me temo que no puedo decírtelo.

Emma ya había temido esa respuesta. Pero tenía una contestación preparada.

-Vamos. ¿No crees que después de lo que me has hecho merezco una respuesta?

-Emma… Es una tontería. No deberías preocuparte por eso.

La muchacha se sorprendió muchísimo al escuchar lo último. Taylor lo había dicho como si fueran amigas y le recomendara lo mejor para ella. ¿Desde cuándo la vengativa Taylor era así? Tal y como la recordaba, era una persona muy inmadura que no aceptaba un “no” por respuesta.

-Por favor.

Emma llegó a escuchar un suspiro bastante prolongado. Un suspiro de derrota.

-Está bien. Verás, yo… Buscaba a Zac- explicó ella.

Las sospechas de Bambi y ella se habían confirmado.

-¿Y por qué…?

-Verás… He cambiado. Quería pedirle perdón por todo lo que le he hecho pasar. He estado mirando a mi alrededor y supe que mis dos verdaderos amigos se habían ido. Te juro que les quería mucho pero sólo pensaba en mí. Sólo quería decirle que lo siento por todo. Y sobre todo porque conozco mucho a Zac y sé que todos los días se tortura por haber pegado a Bambi. No sabes cuánto la quiere. Y perdón a ti también, por supuesto.

Aquel fue el mayor impacto que había recibido Emma. La persona más malvada que había conocido la estaba pidiendo perdón. ¿O era una estrategia…? Optó por la primera. Taylor había cambiado.

-En la fiesta te comportaste como una verdadera capulla- dijo Emma con frialdad.

-Bueno, me molestó mucho veros a los dos juntos...- Em supo que se refería a ella y Harry- no puedo cambiar de un día a otro. Mi simpatía va mejorando.

-Siempre me he preguntado que… ¿Quién es el padre de Tom?

Tom era el supuesto hijo de Harry hasta que se enteraron de que era mentira.

-No sé quién es el padre de Tom.

Y tras esto hizo confirmar a Emma que Taylor le había puesto los cuernos a Harry innumerable veces.

-Está bien. Muchas gracias por… bueno, gracias por nada. Pero tus respuestas me han servido de mucho.

-Alguien te vuelve a acosar. Y, obviamente, la primera persona que se te había ocurrido era yo. No te culpo.

Emma se quedó en silencio. ¿Tan fácil era pillarla manos en la masa?

-Son las desventajas de salir con alguien famoso. Bueno, me he enterado de que habéis roto… De verdad que lo lamento- si Em lo hubiese escuchado en otro momento se hubiera reído de Taylor pero parecía que esta vez lo decía de verdad.

-Bueno… Adiós.

-Que tengas un buen día, Emma.

~~~

Helena se despertó con pesar y con dolor en la entrepierna. Movió la cabeza a un lado y sus mayores temores se confirmaron.

Con ganas de llorar, se levantó lentamente de la cama para no despertar a Robin y se vistió con rápidez. Echó un vistazo a su alrededor y enrojeció copiosamente al ver a los dos compañeros de Robin dormitando en sus correspondientes camas. La habían visto…

Salió de la habitación de Robin y en vez de tomar la dirección izquierda, donde estaba el ascensor, tomó el de la derecha, dirigiéndose al pasillo de las habitaciones de los chicos. Caminaba muy lentamente por el dolor que le producían las piernas.

El dolor desapareció cuando llegó a la habitación al que quería ir. Un minuto después, la cara que más ganas tenía de ver se asomó por la puerta.

-¿Qué quieres?- inquirió Justin con voz pastosa.

-Hablar contigo.

Justin pareció pensárselo varias veces pero cedió al ver el rostro demacrado de Helena. Estaba a punto de llorar. Jamás se había arrepentido tanto, ni siquiera cuando se había burlado de Emma y de sus amigas en Bachillerato…

Al entrar a la habitación, el olor de Justin se impregnó por la nariz de Helena. Y eso hizo que se aliviara al instante. Eso y el hecho de que sus otros dos compañeros no se encontraran en la habitación. Estaban solos.

-Ya he tomado una decisión- le explicó ella a Justin.

-Ya no me interesa, Helena- respondió Justin con la voz más fría de lo que pretendía- Robin y yo no somos tus cobayas de prueba. No quiero saber a quién has elegido.

-Pero…

-No quiero saberlo- afirmó éste- eres libre de salir con Robin.

-¡Pero yo no quiero salir con Robin, Justin! Cuando me besó anoche… De inmediato supe a quién quería.

-¿Y no te bastaba con lo que te demuestro yo día a día?- comentó él con voz adormilada- no, tenía que ser después de un beso. A ver si vas besando a cada chico que te atrae para que te enteres de una vez por todas que me quieres a mí.

-¡Lo siento tanto, no volverá a ocurrir! Robin me… me obligó a…- tragó saliva y Justin pareció más interesado en escucharla. Su rostro se endureció- cuando me besó… me llevó a su cama…

-Lo que faltaba- murmuró Justin. Se llevó una mano al pelo, muy angustiado. Los labios le temblaban ligeramente y los ojos ya estaban vidriosos- ¿y a qué has venido? ¿A restregarme a la cara de que has pasado una bonita noche con él? ¡Helena, vuelve a su habitación, follad de nuevo y dejadme en paz!

La chica se quedó muda y agachó la cabeza. Las palabras le dolían, muchísimo más que en la entrepierna, pero era la verdad. La única culpable era ella.

-Vale. Sólo quería decirte que él me obligó a acostarme con él- dijo ella entre lágrimas. Se tambaleó ligeramente y se cayó de rodillas- Justin, te quiero a ti. A nadie más. Solo a ti. Me duele tanto…

Él se agachó rápidamente y la tomó entre sus brazos. Helena lo agradeció infinitamente ya que era lo único que necesitaba.

-¿Qué él te ha obligado?- musitó Justin, muy sorprendido. A continuación le colocó un mechón a Helena detrás de la oreja.

-Sí- respondió ella con la voz temblorosa, oliendo la camiseta de Justin. Cuánto lo echaba de menos- te quiero a ti. Y por lo que más quieras, perdóname. Siento por lo que te he hecho pasar…

-No. Siento por lo que él te ha hecho pasar- confirmó él con una voz que daba muchísimo miedo. Acto seguido salió de la habitación.

~~~


-¡Me he comprado una pulsera de pinchos!- exclamó Elisabeth.

-¿Para qué?- inquirió Guiomar, alzando una ceja. Después, arrastró su maleta hacia la entrada.

-Un recuerdo de Londres. Mañana mismo vuelvo a Estados Unidos…

-Pero si en cualquier lugar se puede comprar una pulsera de pinchos...

Había pasado un mes y 88-20 no volvió a dar señales de vida. Emma creía que ya les había dejado en paz para que no le descubrieran pero Guiomar pensaba que era una especie de trampa: para pillarles desprevenidos. Era 24 de diciembre: Noche Buena. Todos los estudiantes habían metido sus objetos y su ropa en grandes maletas: volvían a casa.

-¡Buen viaje!- exclamó Hayley. Aunque Elisabeth sabía que eso no era cierto, estaría horas y horas en aquel avión…- ¡te echaré de menos, Kitty!

Kitty, la gatita de Elisabeth, estaba en los brazos de su dueña. Todas se acercaron a la gatita para darle un último beso. Todas menos, evidentemente, Nicole, que le daba un asco terrible los mininos.

-Nicole, ¿tú volverás a Escocia?- interrogó Hayley.

-No, se quedará en mi casa- respondió Guiomar por ella. Enseguida oyeron un claxon.

-¡Son mis padres!- gritó Emma alegremente. Se despidió de todas con dos besos, incluso con Guiomar, aunque tímidamente. Todavía la había perdonado…

-¡Adiós, Emma!- dijo Raquel a grito pelado mientras ella se dirigía también a su coche. Emma pudo vislumbrar a Aaron en el asiento trasero. Pero dirigió de nuevo su mirada en su coche cuando escuchó "¡Emma!". Sonrió cuando sus padres y sus tres hermanos salieron del coche a recibirla.

-¡Por fin en casa!- dijo Amy muy emocionada, achuchándola hasta ahogarla.

-Mamá, si casi todos los fines de semanas las pasé en casa…- susurró Emma.

-Pero sólo nos veíamos dos días- respondió su padre, mientras estrechaba a su hija- y además pasabas el mayor tiempo estudiando… Por cierto, estoy muy emocionado con tus notas…

April y Aroa se lanzaron a sus brazos.

-¡Ay, mis niñas…!

Después, cuando las soltó, le pareció ver que sus hermanas se apartaban la mirada. Emma se encogió de hombros y su hermano le acarició el pelo al entrar al coche. Se sentó en el medio. Justin se sentó solo al final del coche de siete plazas.

-¿La chica que se despidió de ti era Raquel?- preguntó Aroa. Emma les había hablado de su estancia en la universidad cuando estaba con ellas.

-Sí. Es ella… Tiene un hermano llamado Aaron, que tiene mas o menos vuestra edad, por cierto…- bromeó ella.

Pero en vez de risas, tal y como se lo imaginaba Emma, Aroa y April miraron sus respectivas ventanillas del coche.

-¿Os pasa algo?

-Están enfadadas por una tontería…- comentó Amy en el asiento de copiloto, que había escuchado la conversación todo el rato.

-No es ninguna tontería- afirmó Aroa fríamente.

Emma miró a su hermana y se llevó una sorpresa al ver lo que había cambiado. La había estado viendo cada semana pero no se dio cuenta de que ya no era la misma desde verano. Tenía el pelo más largo, los pechos se le iban creciendo, había crecido muchísimo y parecía más mayor. En resumen, ya no era la misma niña que conocía. Aquella voz tan fría no era algo usual en Aroa.

-¿Y se puede saber por qué os comportáis así?- preguntó Justin detrás de ella, que también estaba un poco perdido.

-April sigue celosa por lo de Jason.

-¿Otra vez con lo mismo? Lleváis más de medio año peleándoos por ese tal Jason.

Aroa miró hacia atrás y fulminó a su hermano.

-Dime- comentó Emma en un intento de distraerla- ¿por qué estáis enfadadas?

-¡Por qué está celosa!

-¡Nada de eso!- gritó April por primera vez- siempre te pasas el día con él. Siempre. Antes siempre éramos nosotras dos, jugábamos juntas. Ahora estoy sola.

-Eso no es verdad- replicó Aroa- tú tienes a tus amigas pijitas…

-Ellas no son como tú.

Aroa se sorprendió por la respuesta de su hermana gemela pero, en vez de decir algo, volvió a mirar por la ventanilla de brazos cruzados.

Emma se sintió muy mal. Justin y ella se habían ido a estudiar a la universidad y dormían allí. Comprendía la falta de cariño de April por parte de sus hermanos.

-Mamá- habló Justin seriamente, algo que Emma olvidó lo que estaba pensando- tengo una nota para ti. De la universidad- se explicó.

Amy frunció el ceño y cogió la nota que le tendía su hijo. Leyó en voz alta:

-Estimados padres de Justin Smith- Amy levanto la vista y le dirigió a su hijo una mirada nerviosa- Queríamos informarles que el señor Smith ha incumplido las normas. Un estudiante de la Universidad Imperial College, Robin Wood, ha denunciado a su hijo porque le ha golpeado la cabeza en dos ocasiones. Tememos decirles que a la tercera infracción Justin Smith será expulsado de la Universidad Imperial College. Atentamente: Dirección de Universidad Imperial College. ¡Justin! ¡No me lo puedo creer!

~~~

-Zayn, me tengo que ir a trabajar- dijo Beth. Apartó la mirada de la tele y se levantó del sofá. Zayn, que estaba a su lado hacía unos momentos, también se levantó.

-Vale. Mis amigos vendrán dentro de poco- bisbiseó él muy contento. Le dio un beso corto a Beth y ella sonrió.

-Después de la cena, llámame- le dijo ésta.

-Lo haré- le contestó él con una sonrisa en los labios.

 Poco tiempo después salió de la casa de Zayn.

Zayn dio un saltito, muy emocionado. Hoy vendrían todos sus amigos a su casa para celebrar Noche Buena. Había estado los dos últimos días decorando la casa y cocinando comida exquisita (con ayuda de Beth, claro).

Después de vestirse lo más cómodo posible, sonó el timbre. Él se lanzó rápidamente y abrió la puerta. Tres chicas sonrientes le saludaron con la mano.

-¡Hey!- Zayn fue abrazando una a una. Primero a Bambi, después a Emma y finalmente a Hayley. Las tres entraron a la casa.

-¡Cómo echaba de menos las reuniones de siempre!- musitó Hayley, igual o más emocionada que Zayn.

Veinte minutos después la casa estaba totalmente llena. Harry, Niall, Louis, Liam, Emma, Guiomar, Hayley, Bambi, Zac y, por supuesto, Zayn se situaban en la mesa redonda del comedor tomando el aperitivo.

-¿Ya tenéis una idea de quién podría ser?- le preguntó Niall a Hayley. Los demás chicos ya estaban informados de lo sucedido, justo después de que alguien encerrara a Emma en el Laboratorio.

-Yo creo que es Elisabeth- contestó Guiomar al ver que Hay se encogía de hombros.

-¿Hay pruebas?- Liam arqueó una ceja.

-Bueno, Guiomar siempre tiene razón cuando sospecha de alguien- aduló Harry mientras masticaba huevo revuelto. Pero seguía un poco enfadado después de plantarle cara cuando fue a la Universidad.

La aludida soltó una risita.

-A Elisabeth le gusta Marcos- le explicó ella a Liam, que la miraba fijamente pidiendo una explicación- y como ella sabe que a mí me gustó Marcos… Podría ser por celos. ¡Igual que lo de Taylor!

-Pero si eso fuera cierto, ¿por qué amenaza también a Emma? ¿Y a mí?- preguntó Hayley después de beber un trago de Fanta de Naranja.

-Ella es directioner y por eso también la manda cartas a Em, ya sabéis que las directioners harían todo lo posible por estar cerca de los chicos…- opinó Guiomar.

-Mira quién fue a hablar. Tú fuiste directioner- se rió Bambi.

-Pero no de las locas- Emma alzó una ceja y se echó a reír sabiendo que aquello no era cierto- bueno, quizás un poco. Pero bajo ninguna circunstancia amenazaría a alguien por celos.

-Bueno- dijo Liam con un tono lleno de dudas- ¿y por qué le manda cartas a Hay?

-Eso- comentó Zac, asintiendo con la cabeza.

-Porque por alguna razón descubrió que Hay se tomaba… esas pastillas- Hayley enrojeció a la luz y clavó su mirada al suelo. Niall, que estaba al lado suya, le acarició la espalda, comprensivo- y aprovechó la oportunidad para meter miedo.

-La verdad es que tiene cierto sentido- aseveró Zayn mientras se acercaba un plato de embutidos.

-Yo, sinceramente, no creo que sea Elisabeth- afirmó Hayley rotundamente- antes sí que lo pensaba, he de admitirlo, pero ahora... No sé, uff...

-Ni yo- le apoyó Emma.

-¿Entonces, en quién sospecháis?- inquirió Louis, mirando a sus dos amigas.

-Yo creo que es…- Hay dudó y se paró a pensarlo durante unos instantes- Thomas.

-O Raquel- añadió Guiomar en un intento de mantener a su amigo fuera de esto.

-Yo estoy convencida de que hay alguien más- dijo Emma impasiblemente- una persona nos ha estado espiando durante los últimos meses y se ha enterado de todo esto.

-Si así fuera- dijo Hayley con dureza- lo sabríamos.

-Pues yo también creo que es Thomas- intervino Bambi, todos la miraron interrogativamente. Emma soltó un bufido y abrió la boca para protestar pero la pelirroja la interrumpió hablando de nuevo- he estado con él en el último mes, tal y como lo hemos hablado. Me parece un chico… Muy inocente para su edad. Es una persona muy rara.

-¡Es que es un friki!- le defendió Emma. Guiomar le dio la razón alzando un brazo.

-Mirad- Bambi retomó de nuevo la palabra y todos se callaron- cuando me conocisteis, ¿cómo era?

-Tranquila y encantadora- contestó Harry rápidamente.

-Y dulce- añadió Louis.

-Siempre estabas alegre y sonreías sin parar- agregó Hayley.

-Pero sobretodo eras muy infantil e inocente. ¡Como Niall!- voceó Emma.

-Si en aquellos momentos alguien os dijera que era yo la que os mandaba los mensajes anónimos, ¿os lo creeríais?

-Yo sí. Siempre sospeché de ti- respondió Guiomar con una sonrisa malvada.

-Pues la verdad es que no le creería- admitió Liam. Zayn y Louis asintieron también.

-Eras muy dulce para serlo. Además con tu pelo rojo eres muy tierna- confesó Niall. Las mejillas de Bambi se pusieron rojas.

-Pensaría que estaría loco de remate el que lo dijera- afirmó Emma- ¿y con eso qué quieres decir?

-Con eso quiero decir- declaró Bambi, dejando su tenedor y su cuchillo a un lado- que Thomas podría estar actuando, como yo lo hacía.

-Pero yo le conozco desde que iba a Noon High- se manifestó Emma- y siempre ha sido así de inocente. La gente se metía con él.

-¡Pues puede que sea por venganza!- gritó Niall que al parecer tuvo una maravillosa idea porque empezó a aplaudir muy contento- nunca habíais sido amigas de él, ¿cierto? Pues puede que por eso mismo él os odie y quiere haceros la vida imposible.

-Bueno, eso encaja también- le apoyó Hayley.

-Entonces, ¿Elisabeth o Thomas?- preguntó Zayn muy confuso.

-Elisabeth- dijo Guiomar rápidamente.

-Thomas- comentaron Bambi y Hay al unísono.

-Ninguno de los dos. ¡Tiene que ser otra persona!- gritó Emma, enfurecida.

-Raquel también es rarita- comentó Bambi.

-Es una empollona como Hayley- dijo Guiomar acompañado de una risita.

-Pues Nicole también podría ser sospechosa- dijo Emma. Hizo una pausa para tragarse la ensalada que tenía en la boca y siguió- ella adora a Harry.

-Pues ya está- dijo Zac, que apenas había hablado. Todos le miraron; Harry de mala manera. Aún le tenía rencor- los cuatro resultan sospechosos. El tiempo lo dirá, ¿no?

En eso estuvieron todos de acuerdo, aunque Harry no quiso dar el gusto de apoyarle. Después todos decidieron olvidar el tema y disfrutar como es debido en Noche Buena.

~~~

En la casa de Smith, en cambio, la cena no era tan numerosa ni alegre como en la casa de Zayn. Los dos hijos mayores de Will y Amy se habían marchado: Justin se fue a la mansión de Marcos acompañado de su novia y Emma a casa de Zayn con sus amigos. April y Aroa no estaban muy contentas.
-¿Cuándo viene Papa Noel?- le preguntó April a sus padres de mala gana.

-Hasta que llame a la puerta- respondió Will en tono bromista en un intento de animar a sus dos hijas más pequeñas.

-Vamos papá. No tenemos siete años, ¿sabes?- replicó Aroa antipáticamente. Dejó su plato lleno a un lado.

-Haz el favor de contestar bien a tu padre- le regañó su madre mirándola severamente.

-¿Desde cuándo ha cambiado tanto?- contestó Will dirigiéndose a su mujer. Ella se encogió de hombros tristemente y los dos miraron a Aroa que tenía los brazos cruzados y la vista clavada al suelo.

-Ya tengo doce años y me seguís tratando como una niña pequeña- dijo ella, refunfuñada.

-Aún eres pequeña- musitó Will.

-¿Veis? Eso es a lo que me refiero. Ya no soy una niña- les dijo ella a sus padres en un tono que jamás había usado. Su hermana la miró, sorprendida- ¿Tengo que jugar con April siempre? ¿Eso es lo que queréis? Pues que April madure. Yo ya no tengo tiempo para idioteces.

Su hermana April se levantó del asiento de golpe con los puños cerrados y temblando de ira.

-¡Esa no eres tú!

Aroa no la hizo caso y siguió masticando su pollo, aburrida.

-April, siéntate por favor- le pidió su padre comprensivamente.

-¡No! Ya no sé que le pasa- inquirió ésta con la mirada fija en su hermana- éramos inseparables- añadió con voz temblorosa y nostálgica- y ahora parece que ni nos conocemos.

-¿Y es mi culpa?- le respondió Aroa, levantándose también- pregúntaselo a Emma y a Justin. Ellos se han alejado de nosotras y me echáis la culpa a mí.

Y dicho esto salió del comedor sin decir ni una palabra. Will y Amy intercambiaron miradas. April suspiró angustiadamente y siguió comiendo echando un vistazo a su alrededor, ahora sólo eran tres.

Aroa no volvió al comedor.

Cuando Emma llegó a casa, Aroa y April ya estaban acostadas. Sus padres estaban sentados en el sofá con rostros preocupados. Emma, que tenía pensado contarles lo que había ocurrido en la universidad, se abstuvo y se dirigió a su dormitorio. Al sentarse en la cama, se quitó los tacones y dejó el bolso a un lado. Le echó una mirada melancólica a la cama y sonrió. Una canción precipitada llenó la habitación, indicando a Em que alguien le había mandado un mensaje por el teléfono. Así que cogió su móvil.

Esto no ha terminado. ¿Quién será la siguiente? Feliz Navidad, chicas. 88-20.

Em soltó un grito de susto y el móvil se le resbaló de las manos.

-¿Ha ocurrido algo?- preguntó su hermano, abriendo la puerta de su habitación. Cuando Em había llegado, él no estaba así que supuso que acababa de llegar.

-Se me ha caído el móvil sin querer, ¿es grave?- bromeó Em mirando a Justin entre divertida y preocupada.

-Bueno, olvidando que es un iPhone y cuesta un pastón, no, no es grave- le respondió su hermano con el mismo tono gracioso. Le lanzó un beso a su hermana desde la puerta y se alejó dando trompicones.

Em volvió a la realidad y miró su móvil, alarmada. Pronto sonó otra canción, esta vez era una llamada. Descolgó:

-¡¿Lo has recibido?!- grito una voz reconocible. Era Guiomar.

-¡Sí!- gritó Hayley al otro lado de la línea también. Era una llamada de tres.

-Joder, pues yo también…- murmuró Em, un tanto sobresaltada.

-¿Cuándo nos va a dejar en paz?- se lamentó Guiomar con voz apagada.

-Quizás nunca. Tenemos que averiguarlo antes de que esto se vuelva peligroso- dijo Emma llevándose una mano al pelo, muy preocupada. Oyó dos bufidos.

-Esto ya es peligroso- dijo Hay- si Bambi no hubiese venido a salvarte, quizá el anónimo te hubiera hecho daño. Creo que encerrarte en un Laboratorio era el primer paso de su plan…

Hayley tenía razón. Lo había estado pensando varias veces pero no quiso reconocerlo. Si no fuera por Bambi, posiblemente ella no estaría en su habitación.

-Pero si fuese Nicole o Thomas o Elisabeth o Raquel no me hubiera hecho daño- afirmó ésta intentando convencerse a sí misma que no estaba en peligro.

-No les conocemos- dijo Guiomar, afligida- yo sólo puedo confiar en vosotras. Y en mi prima.

-Te recuerdo que Nicole está dentro de esto- le mencionó Hay.

-Conozco a mi prima desde que era una canija- soltó ésta, defendiéndola.

-Pero no os veíais muy a menudo- le contradijo la otra.

-¡Es mi prima, joder!

-Basta- las atajó Emma, evitando que la discusión fuera a más- ¿no lo veis? Todo es culpa de 88-20, cuanto más peleadas estemos, más fácil es que nos ataque.

-¿Qué quieres decir?- preguntó Hayley más calmada.

-Que cuando volvamos a la universidad, procuremos estar juntas- explicó Emma- somos tres contra una y no nos podrá agredir.

-Bueno, Em tiene razón- aprobó Guiomar, sonriendo, con la esperanza de que todo volviera a ser como antes.

-Sí, de acuerdo- corroboró su amiga morena- tienes razón.

~~~


Le llevó una hora limpiar su casa con la ayuda de Liam.

-¿Por qué Marii no ha venido?- dijo Zayn de repente mientras limpiaban las migas del mantel- fuimos al Imperial College para…

-A Marii le han ofrecido una beca en una universidad prestigiosa en Nueva York- confesó Liam volviéndose muy serio. Recogió la última miga.

-¿Qué? ¿Belén se va a España y ahora Marii a Estados Unidos?

-Así es. La mala suerte nos acompaña a Niall y a mí- suspiró éste.

-Pero podéis tener una relación a distancia- comentó Zayn tirando toda las migas que tenía en la mano a la papelera de la cocina.

-Ambos sabemos que no funcionaría. Nosotros tenemos que viajar continuamente y eso es un gran fastidio pero si se le añade a que Marii se va a Estados Unidos… Francamente es imposible.

-Nada es imposible…

-No te pongas cursi- le espetó Liam.

Sonó Fix you de Coldplay y Zayn cogió su móvil rápidamente. Estaba encima de la estantería del salón.

-¿Beth?

-¿Se fueron todos tus amigos?- le preguntó ella. Aparentemente tenía la voz nerviosa.

-Sí. ¡Lo siento, se me olvidó llamarte!- chilló él disculpándose aturullado.

-No pasa nada. Debo comentarte una cosa- le dijo ella y sus sospechas se confirmaron. Debía de ser importante porque se la denotaba muy nerviosa.

Zayn puso el altavoz para que también lo oyera Liam. Éste se mostró muy interesado y escuchó atentamente.

-Espero que no te precipites demasiado porque no es oficial- empezó ella.

-Ahora es ella la que se va- aseguró Liam medio en broma, medio en serio-  que la suerte les acompañe a Harry y Louis.

Zayn le sacó la lengua y le fulminó con la mirada; y Liam se volvió más serio, esta vez sin tomárselo con humor.

-Dime…

-Bueno, verás… Tengo un retraso.

A Zayn se le resbaló el móvil de las manos pero, afortunadamente, el aparato se desplomó sobre el sofá. Miró a Liam que tenía también la boca abierta.

-Al fin y al cabo, nada es imposible. ¿Verdad, Zayn?- le dijo Liam a su amigo, dándole unas palmaditas en la espalda- tienes una novia con retraso mental.

"Y dicen que es el más maduro" pensó Zayn, furioso.




~~~



La Navidad pasó en un abrir y cerrar de ojos. Aroa y April se mostraron mucho más alegres después de aquella cena solitaria y triste de Noche Buena. Aunque se evitaban, hacían todo lo posible para pasar el máximo tiempo con sus dos hermanos mayores. Pero a medida que se acercaba el fin de las vacaciones, las gemelas se volvieron más hoscas y gruñían tristemente de vez en cuando. Después de varias semanas, algo que a ellos les parecieron dos días, llegó la última noche de vacaciones.

Emma estaba sentada en su escritorio con su ordenador portátil delante. Estaba en Facebook y miraba fotos de sus antiguos compañeros, amigos lejanos y familiares mientras chateaba con un grupo:

Harry: recordad de lo que hemos acordado.

Guiomar: que sí, vamos a estar todo el tiempo juntas.

Liam: y si es posible en el baño también :P

Hayley: oh, no hay problema. Incluso nos hemos duchado juntas varias veces.

Louis: qué?! 

Zayn: WTF, yo jamás me he duchado con alguien. Al menos que yo recuerde

Niall: ni yo xd

Emma: chicas+amigas= cero vergüenza y secretos

Guiomar: eso

Zayn: LOL

Harry: a lo que íbamos... Tened cuidado, por favor

Niall: sí. Os llamaremos todos los días

Emma: está bien. Tampoco es para tanto

Louis: Em, te encerraron en un laboratorio y dices que no es para tanto?

Liam: estás como una cabra

Niall: si no fuera por Bambi... Otro funeral más

Emma se quedó muda al leer el comentario de Niall. Hasta hacía un minuto estaba riéndose y ahora se le asomó una lágrima.

Niall: no quería decir eso!! No era mi intención

Harry: no pasa nada

Niall: siempre la cago. Emma, estás bien? Guiomar, Hayley?

Guiomar: nada, tranquilo

Hayley: piensa antes de hablar... Pero al ser tú, que nunca piensas, lo comprendo. Cabeza de chorlito

Louis: Niall tiene el cerebro más pequeño que una mandarina

Liam: lo más seguro es que sí. Eso lo explica todo

Niall: ja, ja, mirad como me parto... -.-

Emma: me voy a dormir. Besos xxxx

Emma sonrió amargamente al leer los comentarios disimulados de sus amigos. Se desconectó del Facebook tras darle "me gusta" a una foto de su amiga Raquel en su pueblo.

Apagó el portátil lo más rápido posible y se tumbó en la cama, ya en pijama. Lo que menos deseaba en el mundo era volver a la Universidad. No lo odiaba, pero preferiría pasar más tiempo en su casa. Em se acurrucó en la cama y se paró a pensar en qué le haría 88-20 cuando volviera. Tenía tantos líos en su cabeza que no se dio cuenta de que se durmió profundamente.

-Emma, cielo, despierta... Ya es la hora.

La interpelada se despertó muy sobresaltada. Había tenido un sueño muy raro. Soñó que pillaba a Hayley besándose con Louis y Guiomar, que tenía una diadema con orejas de conejo, daba vueltas alrededor de ellos.

Se montó en el coche treinta minutos después. Se había aseado en un tiempo récord. Su padre iba al volante; y Justin y Emma en los asientos traseros.

-Por cierto, no te lo había preguntado: ¿qué tal con Helena?- inquirió Em de repente, tras echar un vistazo en su maleta por si se le olvidaba algo. Su padre arrancó.

-Bueno, aún sigue un poco traumatizada por lo de Robin, ya sabes.

-Ah sí... Pobrecita- suspiró Em- eso es casi violación.

-Es que la ha violado. Robin la forzó acostarse con él- susurró Justin para que Will no lo oyera.

-Uff, vaya...

-¿Y tú con Zac?- arqueó Justin las cejas.

A Emma le dio un vuelco el corazón.

-¿Cómo...?

Aunque pareció saber la respuesta.

-Marcos. Tras ver el caos que había producido Harry... Guiomar se lo contó- añadió Justin- y en la cena de Navidad me lo contó.

-Él se mete mucho por donde no le llaman.

-Bueno, es casi familia nuestra. Es hermano de la mejor amiga de mi novia y casi novio de tu mejor amiga.

-Guiomar y Marcos no son casi novios.

-¿Y tú que sabes? Guiomar ya no te cuenta nada... Perdón- respondió él inmediatamente. Em hizo un ademán para que siguiera- pero parece ser que han vuelto a las andadas...

-Pues si es así, Guiomar se meterá en un gran lío...- comentó Emma muy preocupada. Pensó en 88-20 y se imaginó lo que podría hacer el anónimo si se enterara.

-Lo sé. Si el director se entera... Están muertos- respondió Justin pensando que éso era lo que le preocupaba a su hermana.

-Emma, hemos llegado a Sheffield- anunció su padre mirando por la espejo del coche.

Emma alzó la vista y miró por la ventanilla.. Así era, volvía a su segunda casa. Tragó saliva y después de abrazar a su padre y a su hermano, salió del coche arrastrando su pesada maleta.

-¡Heeeey Emma!- le gritó Hayley cuando Em pisó tierra firme. Se acercó a ella corriendo y la abrazó. El coche de Will se encaminó hacia la Universidad de Imperial College para llevar a Justin.

-Nos hemos visto hace dos semanas, Hay. Y hablamos ayer...

-Aún así te he echado de menos- siseó Hayley soltándose del abrazo- ¿qué tal? Recuerda que...

-...Tenemos que estar juntas. Ya, ya, lo sé.

Pronto se les unieron Elisabeth, Thomas, Guiomar y Nicole. Raquel fue la última en llegar.

-¿Qué tal te lo has pasado en las Navidades, Rachel?- le preguntó Thomas a Raquel mientras que Nicole la fulminaba con la mirada.

-Menos mal que hoy no hay clases- dijo Elisabeth suspirando de alivio.

-Ya. Es para que nos ubiquemos un poco y volvamos a colocar la habitación- respondió Hayley con serenidad.

Los siete entraron al edificio mientras hablaban despreocupadamente sobre sus Navidades sin saber que sufrirán los retos más duros de sus vidas.