Tragó
saliva antes de llamar a la puerta. Cerró los ojos para intentar calmarse y
contó hasta diez.
-¿Quién
es? Pasa- dijo una voz procedente de la habitación donde había llamado Justin.
Pero no era la voz Helena. Y para alivio de él, tampoco de Robin.
Justin
abrió la puerta y pasó. Dentro había tres chicas y lo miraron fijamente.
La
primera tenía el pelo lacio y muy rubio, parecía alemana, era muy delgada y,
sobre todo, pálida; la segunda era un poco gorda, tenía el pelo de color negro
azabache y el pelo muy rizado. Ambas estaban sentadas en los laterales de la
cama. La tercera chica, que estaba tumbada en la cama con expresión triste y
ojeras, era Helena.
-Supongo
que eres el chico que le ha ha hecho daño a Helena- afirmó la chica del pelo
negro sin una pizca de vergüenza en la voz.
-Así
es- comentó la otra- tiene pinta de malote.
Las dos
le miraban ceñudamente pero las expresiones de sus rostros desaparecieron
cuando Helena dijo:
-Nikki,
Annie, parad. ¿Me dejáis un rato a solas con él?- suplicó, evitando la mirada
de Justin.
Las dos
en un principio duraron pero cedieron finalmente tras ver la mirada estricta
llena de ojeras de Helena. Cuando las chicas cerraron la puerta para dejarles
solos, ninguno supo que decir. Justin titubeó.
-Lo
siento mu…
-No. No
te disculpes- contestó Helena rápidamente, dando un respingo como si se
asustara- si yo estuviera en tu piel reaccionaría igual que tú…
-Helena,
yo no soy así- aclaró Justin, aún plantado de pie en la habitación como si
fuese un tonto- no soy violento, no quiero que tengas ideas equivocadas sobre
mí. Yo… estoy profundamente enamorado de ti y me volví loco. No soporto
verte con un chico que está obsesionado contigo.
A
Helena se le inundaron los ojos de lágrimas. Justin dudó, ¿por qué lloraba?
-Sé que
eres un buen chico- respondió ella con voz temblorosa. No se limpió las
lágrimas y miró directamente a su novio (¿o exnovio?)- eres el mejor novio que
he tenido nunca y…
-Tú
también eres la mejor novia que he tenido nunca y por eso te quiero tanto…
-…Pero
necesito tiempo.
-¿Cómo?-
de repente, Justin sintió que le faltaba oxígeno. Parecía que el corazón empezó a desinflarse
lentamente. Hubo varios mecanismos dentro de su cuerpo, jamás se había sentido
así.
-No puedo
negar que me atrae Robin.
Justin
se quedó con la boca abierta y no supo cómo reaccionar. Incontrolablemente, por
los ojos se asomaron varias lágrimas. Oh no, ahora los dos lloraban.
-Soy la
peor novia del mundo- sollozó Helena, llevándose las dos manos a la cara- ayer
me besé con Robin…- confesó ella. Justin siguió paralizado- y sentí algo. Estoy
enamorada de ti, Justin, pero no sé si también estoy enamorada de Robin y tengo
que averiguarlo.
Justin
se marchó de la habitación sin decir nada más, sintiendo que había perdido lo
mejor que le había pasado en la vida.
~~~
Emma
había perdido la cuenta de los días que pasaba. Su vida era algo mecánica: se
levantaba, iba a desayunar, se pasaba todo el día tomando apuntes
distraídamente en clase, volvía a la habitación a estudiar y dormía. Pero, al
parecer, no era la única. Todas empezaron a sacar el codo para empollar los
libros ya que se acercaban los exámenes. Aunque por extraño que pareciera,
Nicole también estudiaba.
Hayley
y Emma se habían unido de nuevo. No tanto como antes, obviamente, pero se
hablaban. Emma sabía que Hayley lo hacía sólo para consolarla por la
humillación que había tenido que pasar el día que vino Harry. Guiomar también
intentaba acercarse, y Em estaba realmente agradecida, pero no podía hablar con
ella como si nada hubiese pasado. Todavía no.
Volver
a ser amiga de Hayley era algo bueno pero también tenía sus desventajas: ahora
pasaba más tiempo en la aburrida y silenciosa biblioteca. Hayley la obligaba a
estudiarse todo el tema sin levantar ni una sola vez la cabeza. Eso hacía que
Emma echara de menos los buenos momentos de sesión de estudio que tenía con
Guiomar cuando iban a Bachillerato: las normas eran menos duras y se echaban
unas cuantas risas de párrafo en párrafo.
Pero a
parte del estrés de los exámenes, Emma sufría mucho. Todas las personas que
antes la idolatraban por ser la novia de Harry ahora la difamaban. Emma se tuvo
que tragar todos los insultos de las fans mientras pasaba por los pasillos o
comía en el comedor. Y era porque unas chicas vieron a Harry llorar al salir de
la Universidad y lo pregonaron por toda la universidad. Le echaron toda la
culpa a Emma, que llegaron a al conclusión que ya eran exnovios.
Guiomar
pensaba que de un momento a otro le iba a estallar la cabeza. Jamás en su vida
había estudiado tanto, aunque siendo francos, jamás había estudiado una hora
seguida. Después de tantos días se sentía exhausta y más agotada que nunca.
Llevaba bien todas las asignaturas, todas menos, como siempre, historia.
-El
profesor Anderson te podría ayudar- respondió un día Raquel mientras Elisabeth,
Guiomar y ella estudiaban en la habitación.
-¿Y por
qué no me ayudas tú, empollona?- siseó ella medio en broma y medio en serio.
-Te he
dicho que mi especialidad son las matemáticas y el español- dijo ella
cansinamente- y me dediqué dos días enseñándote Español. ¡Así que no te quejes!
Guiomar
le sacó la lengua aunque Raquel no la había visto, había vuelto a concentrarse
en el libro que tenía enfrente.
La
rubia soltó un bufido. Mañana era el primer día de exámenes y a segunda hora
tenía historia. ¿Por qué tenía que ser justamente la materia que peor se le
daba? Maldito karma. Se levantó de su sitio de un salto y sin pensárselo dos
veces salió de su cuarto llevándose su libro de historia, un cuaderno y un
bolígrafo para tomar apuntes.
La
sesión de estudio particular que tuvo con Marcos no estuvo nada mal. No
comentaron nada de su pasado aunque Guiomar notó que se tensaba cada vez que
ella se acercaba para arrebatarle su bolígrafo o cada vez que chasqueaba la
lengua en modo de reprobación. Pero, había que admitirlo, su corazón seguía
latiendo a cien por hora cada vez que sus miradas se cruzaban y eso le ponía de
mal humor. No quería tener nada con Marcos.
~~~
-Repite
conmigo: ooohmmmmmmmmmmmmmmm…
-¿Qué?-
profirió la chica, alzando una ceja al ver a su amigo así mientras se miraba en su espejo de mano.
Thomas
cerró los ojos de nuevo muy lentamente y abrió la boca en forma de “O”. A
continuación, con el dedo íncice y pulgar, formó el número cero y comenzó:
-Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhmmmmmmmmmmmmmmm…
-No voy
a hacer eso- se negó Nicole, atónita.
-¿Por
qué no? ¡Es la única manera de desprenderse todo el estrés!- explicó Thomas-
dentro de tres días son los exámenes y tenemos que sacar buena nota.
-Pero
estás haciendo el ridículo- dijo ella aún con los ojos muy abiertos. ¡Qué
demonios había hecho para llegar hasta aquí! Guardó su espejito en el bolso.
-Se
llama yoga- respondió el muchacho, molesto.
-Pero
allí está Adam…- murmuró ésta más para sí misma que para Thomas- y no quiero
que me vea aquí contigo. Y mucho menos haciendo esta estupidez.
Su
amigo echó un vistazo a donde había señalado Nicole. Al otro lado del patio de
la universidad se encontraba un joven de complexión robusta sonriendo
coquetamente a una chica plástica. Otro chico más de la larga lista secreta de Nicole.
-Vamos
Tommy, yo soy… Una animadora popular mientras que tú… ehm…- dudó por unos
segundos…- eres el jugador de fútbol americano más patoso de la historia.
Thomas
adoraba a Nicole pero a veces era tan arrogante…
-¡Eres
tan… idiota a veces!
-¡Tommy!-
ella empezaba a cabrearse también- antes de venir a la universidad te prometí
hacerte popular. ¡Y ya tienes el primer paso!
-¿Qué
primer paso?- respondió él distraídamente.
-Te he
presentado a los chicos más deseados de la universidad y te he ofrecido una
oportunidad de estar contigo.
-Osea
que estar contigo es un privilegio, ¿no?- chilló él- sólo eres mi amiga para
hacerme popular. ¿Acaso te doy pena?- se levantó del césped y empezó a temblar
furiosamente. Miró al chico que supuestamente se llamaba Adam y notó que éste y
la chica plástica lo miraban- por un momento pensé que… Qué tonto fui, pensaba
que éramos amigos porque te caía bien. ¡Y puedes meter a los chicos guays por
el culo! No me interesa ser amigo de ellos.
-No,
Tommy yo…- rectificó la chica pelirroja. O eso intentaba hacer porque Thomas le
interrumpió.
-Y yo
que… sentía algo por ti. Pensaba que tenía una oportunidad, que eras una chica
diferente- prosiguió, sin escucharla- que me aceptabas tal y como soy.
Thomas
se fue corriendo de allí. En un segundo había desaparecido de la vista de
Nicole. La chica se había quedado muda al escuchar las últimas palabras de su
amigo.
-Hola-
escuchó una voz detrás de ella. Nicole dio un respingo y se giró, se trataba de
Adam.
-Esto…
Hola.
-He
visto que discutiste con el chico ese que se sienta delante de mí en
Literatura. ¿Un idiota a que sí? Todos los empollones son iguales, dan pena.
Nicole
cerró su puño y se clavó las uñas. De pronto, sintió algo caliente en la palma
de su mano… Sangre. Malditas uñas.
-¿Quieres
venir conmigo a dar una vuelta?- persistió Adam poniendo la misma sonrisa que
había puesto a la chica que estaba con él hacía unos momentos.
-Puedes
meter tus ligues por el culo, Adam.
Y
sintiéndose orgullosa de sí misma, se dio la vuelta y entró al edificio con
paso seguro.
~~~
A
medida que se aproximaba diciembre, los días se volvieron más nublados y en vez
de entristecer a los estudiantes de Sheffield, eso les alegraba y muchísimo. El
único motivo era porque empezaba a nevar. Era la hora de nieve en Inglaterra. Y
todos los estudiantes se morían por salir afuera para tirarse bolas de nieve y
tumbarse en el frío y blando suelo.
Pero no
podían hacerlo. Los exámenes se les echaban encima y, en vez de disfrutar, los
estudiantes tenían que permanecer dentro de las habitaciones haciendo enormes
esfuerzos por concentrarse. Incluso se había visto trabajar a Nicole, que cada
día se ponía de más malhumor. Estaba más silenciosa de lo habitual y, el
habitual pelo liso y anaranjado, se había raído y parecía que tenía unos pelos
de loca. Pero no era la única que estaba nerviosa por los exámenes, Emma
también lo estaba. Las notas finales de 2 de Bachillerato no fueron muy buenas
por todo el lío del cáncer y eso le decepcionó tanto que hacía grandes
esfuerzos para memorizar todos los temas de todas las asignaturas.
La
víspera de los exámenes, en la habitación 153 había un ambiente muy tenso y
silencioso. Todas estaban a punto de gritar y de tirarse de los pelos, pero le
faltaban tiempo. Guiomar tenía el libro de historia delante mientras intentaba
repasar los puntos que peor se le daban, Elisabeth también estudiaba Historia
mientras se mordía las uñas, Raquel leía lentamente un párrafo de la asignatura
Textos Literarios Ingleses IV, Emma se pasaba continuamente la mano al cabello
mientras movía los ojos de un lado a otro intentando empollarse la gramática de
Español, Nicole garabateaba fórmulas raras en una hoja de papel y después se
dirigía a su libro de Geometría y, finalmente, Hayley pasaba hojas a toda
velocidad y cambiaba de libro cada minuto. De hecho, la única persona que estaba más
nerviosa que Emma, era Hayley.
Ninguna
se durmió. A las nueve, puntual y desagradablemente, el despertador que tenía
Elisabeth sonó. Todas dieron un brinco, pues nadie se había dado cuenta de que
era de día. Se vistieron lo primero que vieron y, sin maquillar (menos Nicole
claro, que aún no olvidaba sus buenos modales), bajaron a la clase de Español
directamente sin ir a desayunar. Al parecer, ningún alumno había pasado hoy a
la cafetería ya que todos tenían el estómago revuelto. Todos estaban súper
nerviosos.
Las
cinco chicas se sentaron en su asiento correspondiente sin decir una palabra
pero Nicole siguió plantada en la puerta de la clase esperando a que Thomas
entrara. Pronto pudo ver a su amigo y en vez de estar deprimido, tal y como se
lo esperaba, estaba radiante.
-¡Hola
Rachel!- exclamó él al entrar.
Ella
frunció el ceño. No sabía a quién estaba saludando hasta que Raquel levantó la
cabeza y le regaló una sonrisa tímida al chico.
A
Nicole no le dio tiempo a sorprenderse porque el profesor Navarro empezó a
repartir los exámenes.
-Buena
suerte a todos.
La
mayoría de los alumnos mordían el bolígrafo que tenían en la mano antes de
responder a las preguntas. Otros, en el que se incluía Nicole, se quedaban en
la inopia pensando qué demonios tenían que escribir debajo de la pregunta. La
minoría, como Hayley y Raquel, respondía rápidamente cada pregunta. Se les oía
rasgar el folio al escribir sobre él.
-¡Tiempo!
Soltad el bolígrafo.
Y así
lo hicieron. Casi a la vez.
-Me
faltaba una pregunta por responder- comentó Elisabeth una vez fuera, caminando hacia el siguiente examen- ¡no me dio tempo!- protestó, alzando la voz.
-Yo he
respondido todas aunque no sé si están bien. Me he inventado algunas- Guiomar
puso una mueca.
-Yo
normal. Creo que un siete como mucho.
-¿Y
tú?- le preguntó Emma a Hayley- ¿brillante, no?
-Bueno,
tampoco eso- Hay se sonrojó un poco- he respondido todas, espero que estén bien
respondidas.
-A mí
me ha pasado lo mismo- inquirió la otra empollona del grupo, Raquel.
Nicole
se mantuvo al margen de la conversación. A decir verdad, le había salido fatal
y al oír que a Raquel le había salido genial eso hizo que se sintiera aún peor.
¡Aunque eso era trampa! Raquel era casi española… A lo mejor si hubiera hecho
yoga con su amigo hubiese sacado mejor nota…
Aquella
misma mañana tuvieron el examen de Historia: un absoluto desastre, menos para
Raquel y Hayley, obviamente. Por más que lo intentó, Emma no consiguió
acordarse de todas las capitales del mundo ni de las treinta leyes más
importantes de Inglaterra. Y a Guiomar le sucedió lo mismo, y además se le
sumaba el estrés que le producía que Marcos la vigilara continuamente. A
Nicole, en cambio, le fue mejor el examen de Análisis Matemático.
El
tercer y último examen del día todas hicieron distintos exámenes. Y a las seis
le fueron aún mejor.
-¡Textos
Literarios IV estaba chupado! ¿A que sí?- inquirió Raquel dirigiéndose a su
amiga Emma. Eran las únicas que hicieron el mismo tercer examen ya que hacían
la misma carrera.
-Eso lo
dices tú porque eres muy inteligente- respondió Em en voz baja, soltando una
risita.
Pero
esa fue la última conversación del día. Todos los alumnos se encerraron en sus
habitaciones para repasar los otros tres exámenes que tenían lugar el día
siguiente.
Los
tres exámenes del jueves le fueron muchísimo mejor a todas. Como a Nicole se le daban muy bien Geometría, se subieron a la habitación muy contenta y
aliviada para estudiar los últimos exámenes que había el día siguiente,
viernes. Emma también se contentó con el resultado de los tres exámenes, sobre
todo del último exámen, el de Prácticas de la asignatura Evaluación
Psicológica que era su asignatura favorita. Pero Guiomar seguía aún agobiada
porque el último exámen que tenía era Historia del Arte y aquella asignatura
también la impartía Marcos.
El viernes fue un absoluto desastre: la confianza y el alivio
que sentían se disiparon al instante. Parecía que los profesores le habían
tendido una trampa: se habían relajado demasiado al hacer los exámenes del
jueves que pensaban que los últimos controles iban a ser iguales de fáciles. Se
equivocaron completamente al hacer los dos últimos exámenes. Fueron los más
difíciles.
-¡Menos mal que no hay examen de Educación Física!- suspiró
Nicole al reunirse con sus amigas para animarse a sí misma.
-¡No he sabido responder una pregunta!- se quejó Hayley,
fuera de sí.
-Sólo por una pregunta…- gimoteó Guiomar irónicamente al
pensar que ella había dejado cinco preguntas en blanco en el último examen.
~~~
Un par
de días después de los exámenes ocurrió algo inaudito.
Emma se
levantó, como siempre, a las nueve de la mañana al sonar el despertador de
Elisabeth.
-¡A
levantarse!- gritó una alborozada Hayley. Estaba radiante de alegría y parecía
que la sonrisa que tenía puesta en la cara jamás iba a desaparecer.
Emma
estaba muerta de sueño. No podía abrir los ojos y mucho menos levantarse.
Durante toda la noche no había parado de pensar sobre el beso. Estaba
segurísima que no quería a Zac pero no supo porqué le siguió el juego. Sabía de
sobra que le había hecho daño a su amigo al besarle. Pero eso no era lo que más
le preocupaba. Lo que más le preocupaba era el daño que le había causado a
Harry. Su reacción demostró perfectamente que seguía queriéndola. ¿Y ella?
¿Quería a Harry?
-¿Quién
es 88-20?
Emma
abrió los ojos de golpe y se incorporó en la cama brutalmente y bostezó. Ninguna de sus
compañeras había escuchado a Hayley porque estaban somñolientas y parecían
profundamente cansadas.
Emma
miró a Hayley que leía con los ojos abiertos un pequeño papel arrugado. Em se
lo arrebató de las manos bruscamente y se fue a vestir. Después de haberse
aseado y metido todos los libros correspondientes en su mochila, se dispuso a
salir con las demás pero Hayley la retuvo al apretar fuertemente la mochila
para que las dos se quedaran dentro de la habitación mientras que las demás se
iban sin darse cuenta de nada. Hay cerró la puerta y miró a Emma.
-Dame
la nota.
-Es una
tontería- se anticipó Emma precipitadamente- eran unos deberes de Textos Ing…
-Sé
perfectamente quién es 88-20.
-¿Qué?-
preguntó Emma, abriendo los ojos sin poder creérselo.
-Lee lo
que pone- le indicó Hayley taxativamente.
La
rubia tragó saliva y sacó el papelito del bolsillo de sus vaqueros. Empezó a
leer con prontitud e incertidumbre.
¿Le agradó la foto a Harry? Creo que era hora
de un buen regalo. 88-20
La
muchacha levantó la vista vehemente y miró directamente los ojos castaños de su
amiga.
-Yo
también recibo esos mensajes anónimos- aclaró Hay finalmente trepidante.
-¿Que
recibes mens…?- a Emma jamás se le había ocurrido que aquel emisor estuviera
mandando a alguien más mensajes anónimos verdaderamente molestos- pero
entonces, ¿por qué te está amenazando?
-Yo… Es
cosa mía- vaciló.
Emma
arqueó una ceja. ¿Hayley le estaba ocultando algo? Algo que aquel anónimo sí
sabía.
-Hayley,
si aquel desconocido te está amenazando es porque pasa algo grave- respondió
ella severamente, como una madre que está reprendiendo a su hijo por haberse
portado mal- y si no me lo cuentas es que estás escondiendo algo peligroso.
-No es
peligroso- se apresuró a decir Hayley de una manera no muy convincente.
-Hayley…
-Mira,
no es asunto tuyo- la expresión apaciguadora de Hayley había desaparecido- no
te lo voy a decir. Y vámonos que llegamos tarde a clase- añadió con más
cautela.
~~~
-¡Harry!-
chilló la pelirroja lanzándose a sus brazos- ¡qué bien que me hayas avisado!
Pasa, pasa- se apresuró a decir al ver que su amigo estaba bastante incómodo en
la calle por si le pillaba alguien.
El
cantante pasó al pequeño apartamento dando un pequeño vistazo alrededor. Ya
había venido a la casa de Bambi y Zac un par de veces pero ahora se veía
distinta. Habían pintado las paredes de color beige. Harry caminó hasta al
salón donde vio a Zac tumbado en el sofá mirando la televisión.
-¡Hola,
Harry!- le dio la bienvenida él con un agradable saludo. Zac se levantó del
sofá y se acercó a él para tenderle la mano.
El
joven apretó los puños. Al ver a Zac su corazón le dio un vuelco y sólo pensaba
en darle una paliza pero no lo podía hacer. No por Zac, claro estaba, si no por
su amiga Bambi. Le afectaría mucho ver cómo su mejor amigo le machacaba a su
primo por todo lo que había pasado en su infancia.
-Hola-
dijo Harry secamente y le tendió la mano. Al parecer, Zac no se dio cuenta y se
volvió a sentar en el sofá.
-Bueno, ¿cómo estás?- preguntó Bambi al acercarse a Harry. Señaló el sofá que se situaba justo al lado de Zac y Harry se sentó. La pelirroja hizo lo mismo.
-Bien. ¿Y tú?
-¡Genial!- gritó Bambi entusiasmada mostrando los dientes- bueno, ¿qué era eso tan urgente que me querías decir?
-Bueno, ¿cómo estás?- preguntó Bambi al acercarse a Harry. Señaló el sofá que se situaba justo al lado de Zac y Harry se sentó. La pelirroja hizo lo mismo.
-Bien. ¿Y tú?
-¡Genial!- gritó Bambi entusiasmada mostrando los dientes- bueno, ¿qué era eso tan urgente que me querías decir?
Harry
vaciló un momento mientras miraba a Zac.
-Emma
ha estado recibiendo mensajes anónimos últimamente- explicó él.
Automáticamente, Zac giró su cabeza hacia él. Justo lo que esperaba.
-¡¿Que
qué?!- chilló Bambi preocupadísima- ¿cómo lo de Taylor? Bueno, más bien, los
mensajes que mandaba yo hace tiempo…
-Sí. Y
se hace pasar por 88-20.
-Harry,
te juro que yo no… yo no…- tartamudeó la pelirroja muy nerviosa. Harry la
interrumpió.
-¡Por
supuesto que sé que tú no lo has vuelto a hacer! ¡Bambi, por Dios, confío en ti
plenamente!- gritó Harry. Las mejillas de Bambi se tornaron de un color rojo,
estaba realmente conmocionada por las palabras de su amigo- que te quede esto
grabado en la cabeza. Además… A ella le mandan notitas, no mensajes por
teléfono.
Ella
asintió y miró de nuevo a Harry, esta vez preocupada.
-El
contenido del mensaje es absurdo. Es sobre… sobre nuestra ruptura- aclaró el
chico. Los ojos de Zac seguían puestos en él, sin decir palabra.
-Pero
eso ya lo sabe todo el mundo. Me enteré que fuiste a la Universidad de
Sheffield el otro día, la universidad donde residen…
-Sí, lo
sé. Pero la primera notita que recibió ella fue en septiembre, nada más
comenzar el curso- le explicó él- y no lo sabía nadie. Aparte de su círculo de
amigos y nosotros.
-Vaya…
-Pero
hace poco también recibí un mensaje del anónimo por mi móvil- le interrumpió-
decía “ella está en peligro”. Poco tiempo después Em recibió otro.
Harry
sabía que Zac estaba al corriente de todo aquello pero estaba seguro de que no
se había enterado del siguiente mensaje… Bambi mostró su sorpresa abriendo la
boca ligeramente alarmada.
-Hace
dos semanas 88-20 me mandó un
mensaje. Esta vez era una foto.
Zac se
revolvió en el asiento, atento y sorprendido. Harry sonrió triunfalmente en su interior:
Emma no se lo había contado.
-¡¿Una
foto?!- chilló Bambi horrorizada. Pero aquella pesadilla que todas las noches
se obligaba por olvidar vino incontroladamente en su mente. Ella le mandó a
Harry anónimamente, cuando era compinche de Taylor, una foto donde Emma y Harry
se besaban para amenazarle de que les seguían- ¿qué… de qué era la foto?
Los dos
primos se quedaron mirando a Harry, con miedo. Él vaciló antes de hablar.
-Una
foto donde Emma y Zac se besaban.
Hubo
una gran revuelta en la habitación. Zac empezó a toser ruidosamente y Bambi
soltó varios grititos de exclamación.
-¿Pero
es un montaje, no?- preguntó Bambi con voz suplicante. Acto seguido miró a su
primo fríamente.
-No-
dijeron Harry y Zac a coro.
Bambi
se quedó muda. Miró a Harry y después a su primo, sin poder tragarse toda la
información que acababa de recibir.
-¿Esto
es una broma?
-Lo
siento- dijo Zac, más para Harry que para Bambi. Miró al cantante implorante.
Harry no dijo nada, castigándole con su silencio- te juro que… Emma se echó
atrás después de besarme. Me dijo que… Te quería a ti.
Bambi
miró a Harry nerviosamente tras oír las palabras de su primo. Pero él
simplemente asintió con la cabeza.
-¡No me
estoy riendo de ti!- gritó Zac muy enojado- es la verdad.
-No he
venido aquí para hablar de eso- dijo Harry. Apartó la mirada de Zac y miró a su
amiga para dirigirse sola y exclusivamente a ella- le fotografiaron dentro de
la universidad. Las notas que le mandan a Emma se lo dejan en su habitación.
Eso solo puede significar una cosa.
-Que el
anónimo es una persona residente en la Universidad de Sheffield- acabó Bambi.
-Sí. Y
necesito un favor- pidió él.
-Lo que
quieras- respondió Zac rápidamente.
Harry
le miró fríamente.
-No
hablaba contigo. Bien, Bambi. Quiero que vayas a visitarlas con frecuencia y
vigilar a las amigas de Emma muy de cerca- imploró el muchacho. Bambi asintió
con la cabeza inmediatamente- y a un chico que se llama Thomas… Sospecho de él.
-Hecho. Cuando pueda me acerco por la Universidad, voy a visitarla y así conozco a sus
amigas y hablo con ellas…- afirmó Bambi vigorosamente.
-¿Y yo
que puedo hacer por ella?- interrogó el primo de Bambi.
-Quedarte
en casa y no acercarte mucho a Emma- replicó Harry fríamente mientras miraba
directamente los ojos de Zac.
~~~
-Tío,
creo que he sacado un cero en Trigonometría…
Pero
Justin no atendía a su amigo y compañero de habitación. Utilizó toda su
atención en escuchar la conversación de Helena y Robin. Helena recogía su
estuche de la taquilla mientras que Robin, a su lado, la hablaba
despreocupadamente. Justin sintió una puñalada en el estómago cuando Helena empezó
a reír.
-¿Tío?-
su amigo se dio cuenta de que Justin no le hacía ni el menor caso.
El
corazón de Justin se le encogió hasta tomar la forma de un botón al ver que
Robin cogía del brazo a Helena y entraron juntos a la misma clase, muy alegres.
El muchacho
miró el suelo y sintió que las piernas le fallaban. Ahora mismo tenía la misma
clase que ellos y no quería ni verles juntos. Se preparó para lo peor y entró a
clase con su compañero que no paraba de comentarle lo precioso que era el
último modelo de un coche.
-El
sábado cenamos fuera, ¿me lo prometes?
Como
era de esperar, la voz procedía de Robin y se dirigía, como era de esperar
también, a Helena. Ella dudó al ver que Justin entraba en clase impasible, se
sentaba en su asiento y golpeaba la mesa con su carpeta azul. Miró a Justin
mientras contestó un “sí” apenas audible. Robin se dio cuenta de todo pero decidió disimularlo.
-¡Perfecto,
el sábado te espero en tu habitación a las siete!
Helena
hubiera deseado que Robin bajase la voz. Siguió mirando a Justin, temiendo ver
algo que le delatara que estaba triste pero no fue así. Justin actuaba como si
no la conociera y se centró en el profesor cuando entró a clase.
Helena
temió que hubiera perdido a Justin para siempre.
~~~
De
todas las sesiones de entrenamiento de voleibol que tuvieron Emma y Guiomar, no
consiguió que se acercaran más. Ni siquiera se habían dirigido la palabra,
hasta hoy:
-¡Aquí sólo vienen las profesionales!- les chilló el entrenador Dickens escupiendo saliva.
Emma trató de limpiarse la cara disimuladamente mientras que Guiomar fruncía la
boca para no gritarle a su profesor- ¡y parece que vosotras no habéis tocado un
balón en vuestra vida! ¡NO HE VISTO NI UN GOLPE BUENO EN TODO LO QUE VA DE
CURSO! ¡¡NI UNO!! Esto debería ser vergonzoso para vosotras.
-Yo es
que nunca había jugado al voleibol antes, entrenador- confesó Emma
pacíficamente.
-Ni yo.
-Iros a
las gradas del gimnasio, inútiles- les regañó el profesor Dickens, resignados-
os voy a expulsar de voleibol. ¡El equipo está perdiendo por vuestra culpa!
A
Guiomar no le importó, es más, le alivió bastante que por fin se desapuntara de
Voleibol. Estaba harta. Todas sus compañeras del equipo la miraban mal e
incluso a veces murmuraban por lo bajini insultos porque no sabía jugar.
Pero a
Emma le preocupó.
-Pero
profesor Dickens…
-No ha
habido ningún remarque bueno, Emma. Estás fuera del equipo.
Em
masculló un “imbécil” tan bajo que sólo lo pudo oír Guiomar. Se dirigió a las
gradas con Guiomar pisándole los talones.
-Qué
profesor tan odioso. Y encima es nuestro entrenador- protestó Guiomar cuando se
sentaron. Em sonrió mientras miraba a su profesor y sacaba una botella de agua.
Pasaron
varios minutos mientras ellas miraban cómo entrenaba su equipo. Había que
admitir que sin ellas se lo apañaban muchísimo mejor y parecían más
profesionales. Emma y Guiomar lo único que hacían era retrasar al equipo.
Mientras miraban cómo la chica más corpulenta del equipo tiraba un golpe muy
fuerte, Guiomar comentó:
-¿Por
qué te apuntaste a Voleibol cuando jamás en tu vida habías jugado a ese deporte?
-Por
que sabía que con todos los deportes que había, el último al que te apuntarías
era al Voleibol.
-Bueno,
sería el trivial- dijo Guiomar intentando continuar la conversación a pesar del
dolor que le había causado la respuesta de Em.
-Lo sé,
pero prefiero Voleibol que trivial- dijo la chica con un susurro- ¿tú por qué
estás aquí?
-Para
estar contigo.
Emma
sabía perfectamente la respuesta pero quería escucharla. Miró a su amiga, los
ojos azulados de Guiomar y se dio cuenta de que hacía muchísimo tiempo que no
lo hacía. Al mirarlos, empezó a recordar las llamadas telefónicas donde Guiomar
le pedía ayuda con los deberes, los piques que habían tenido, los líos en los
que la había metido… Pero lo más importante es que se dio cuenta de que pasaba
lo que pasaba, Guiomar seguía a su lado.
-Sé que
no me lo dijiste por mi bien- dijo Emma.
Guiomar
miró fugazmente a su amiga con una llama de esperanza. ¿Eso era el primer paso
para el perdón?
-Pero
no puedo perdonarte. No puedo creer que me lo ocultaste, Guiomar- suspiró- Anna era mi
mejor amiga. La quería con todo mi corazón y quería ir al funeral para
despedirme de ella. Pero, claro, tuve que enterarme varios días después- Emma
intentó no parpadear para no llorar- no sabes cuánto lamento por haber sido tan
tonta por no haberme dado cuenta de que algo pasaba. Harry actuaba realmente
raro y sabía perfectamente que me ocultaba algo pero lo dejé pasar. No sé…
Siento que Anna aún está viva. No me puedo creer que haya muerto. Mi mejor
amiga ha muerto… Suena tan raro.
-No ha
muerto, sigue con nosotras…
-Déjate
de cursiladas. Ha muerto. ¡Está muerta! Y ahora mismo ya la habrán comido todos los bichos- susurró mientras que la voz le temblaba
ligeramente- Anna ya no existe. Ahora es un saco de huesos que está bajo tierra.
Guiomar
pestañeó tristemente mientras que su mejor amiga se levantaba de las gradas de
un salto y se iba del gimnasio. El entrenador Dickens la gritó que volviera
pero Emma no le hizo caso.
~~~
-¿Y
ahora qué estudias?- le preguntó.
-Bioquímica-
respondió ella con una sonrisa.
Zayn y
Shirley caminaban lentamente por las calles más populares de Londres. La última
vez que se vieron, el reencuentro repentino en la Universidad Imperial College,
el muchacho le pidió su número y ella se lo entregó encantada. Y tras conversar
todos los días, quedaron.
-¡Hey!
Igual que la novia de Lia…- Zayn se interrumpió. ¿Marii seguía siendo la novia
de Liam? Después de tanto tiempo sin verles juntos ya no tenía ni idea qué eran
ellos.
-¿Se
supone que es secreto y no me lo quieres decir?- comentó ella levantando ambas manos y mirando el cielo.
-No. Es
que no sé si siguen saliendo- respondió él indiferente. Se encogió los hombros
y Shirley se echó a reír- ¿y tú que tal con Matt?
-Veo
que sigues acordándote del nombre de mi novio- dijo con una risita- muy bien.
Zayn no
supo el porqué, pero se sintió tremendamente triste al escuchar esa respuesta.
Ni siquiera sabía porqué había formulado aquella pregunta. Intentó recordarse a
sí mismo que estaba con Beth. No sabía si era una relación estable puesto que
nunca habían hablado de ello a pesar de que se acostaban todas las semanas. Más
bien eran amigos con derecho a roce, ¿no?
-¿Estudia
en la universidad?- preguntó.
-Eh…
No- respondió ella, tartamudeando un poco. Zayn arqueó una ceja al ver a la
chica muy nerviosa- él no estudia.
-¿Trabaja?
-No hace
nada- contestó rápidamente, avergonzándose por unos segundos.
Zayn se
extrañó que una chica como ella saliera con un chico tan vago como él.
-¿Y su
futuro?- preguntó el cantante irónicamente. Al parecer, a Shirley le molestó.
-No lo
sé. No me lo preguntes, yo le quiero y ya está. Hablemos de otra cosa.
¡Cuéntame algo sobre One Direction!
~~~
Cuando
Emma salió del gimnasio, bastante angustiada por el hecho de que el profesor
Dickens la expulsara, fue hacia el Salón de Actos donde se encontraba Hayley
practicando teatro con Raquel.
La sala
de Actos estaba muy lejos del gimnasio por lo que tuvo que cruzar toda la
Universidad hasta llegar allí. Se dio cuenta de que cada vez que se cruzaba con un
grupo de chicas, todas la señalaban y cuchicheaban entre sí. Emma simplemente
pasó de largo y siguió caminando como si nada.
-¡Hola,
Emma!- la saludó Raquel cuando la aludida entró al escenario. Había un gran
alboroto, la profesora discutía acaloradamente con un muchacho flacucho, dos
chicas se reían a carcajadas al ver que el tío bueno de la obra las saludaba,
una chica y un chico se peleaban por el papel… En resumen, había mucho ruido y
nadie se dio cuenta la presencia de Em, menos Raquel, claro.
-Hola-
le respondió ésta- ¿dónde está Hayley?
-Hoy no
ha venido- dijo Raquel, frunciendo el ceño- ¿ha pasado algo?
-No…
Bueno, sí- respondió Emma sin querer dar más detalles- ¿sabes dónde puedo
encontrarla?
-No. Ni
idea, lo siento. Ya es la hora de terminar- comentó ella echando un vistazo a
su alrededor- supongo que nadie se dará cuenta. Me voy contigo.
Emma se
resignó a buscarla puesto que no tenía ni idea de dónde podría estar su amiga.
No le apetecía subir a su habitación ahora así que fue a la pista donde
entrenaba Thomas Fútbol Americano con Raquel. Al llegar vio a Nicole sentada en
las gradas, como hacía siempre. Esta vez, esta animando a Thomas.
-¡Hola
Emma y… Raquel!- Nicole saludó con menos ganas al ver que Raquel estaba
presente.
-Hola-
le devolvió Raquel el saludo de la misma manera.
Emma
vio al profesor Dickens en la pista y de pronto se acordó de que era entrenador
de Fútbol Americano nada más acabar el Voileibol. Intentó pasar desapercibida
ocultándose detrás de su amiga Raquel pero no valió la pena porque el
entrenador estaba demasiado concentrado en la jugada.
-¿No os
habíais peleado?- indagó Emma, sentándose entre Nicole y Raquel que no paraban
de echarse miraditas- Thomas y tú, digo.
-No sé.
Él sigue enfadado conmigo, supongo- suspiró la pelirroja- pero me parece que se
está esforzando más al haberle dicho la verdad.
Raquel
rodó los ojos.
-Siempre
ha jugado bien.
-¡Vamos!
Antes no defendía la pelota- dijo ella un poco molesta, defendiendo su opinión-
mirad ahora…
En ese
momento, Thomas esquivó hábilmente a un chico del equipo contrario y le pasó el
balón con fuerza a su compañero. Fue un pase buenísimo.
-¿Veis?- a continuación Nicole pegó un grito tan fuerte para animar a Thomas que Emma y Raquel tuvieron que taparse los oídos.
Emma y Raquel se quedaron en silencio mientras observaban a Thomas. Cuarenta
minutos después, sonó el silbato.
-¡Al
vestuario!- les indicó el entrenador Dickens.
Todos
los chicos se dirigieron hacia allí sin una queja. Thomas, en cambio, se
acercaron hacia ellas.
-¡Hola
Emma, hola Rachel!
Un
monstruo bastante fiero surgió en el interior de Nicole al escuchar el nuevo
mote de Raquel. Ella siempre le había llamado “Tommy” cuando él siempre la
llamaba por su nombre. ¿Quería decir que Thomas le tenía más cariño a Raquel
que a ella? La pelirroja deseó con todas sus fuerzas rugir de rabia. ¡No era
justo! A ella le caía genial Thomas, le parecía un chico fantástico y de buenas
a primeras le cambia por otra.
-Hola
Tommy- contestó Raquel con una sonrisa.
El
monstruo imaginario de Nicole creció al escucharlo. Intentó mantenerse en
silencio pero la rabia era superior a sus fuerzas y explotó.
-Yo soy
la que le llama Tommy.
-¿Y
qué? Es un diminutivo de su nombre, no te lo has inventado tú- corroboró la
chica.
Fue una
suerte para Emma ver a Hayley para interrumpir disimuladamente la pelea entre
sus dos amigas. Vio que Hay se dio cuenta de su presencia y se dio la vuelta
para entrar de nuevo a la universidad.
-¡Me
tengo que ir, chicas!- se despidió ella con urgencia, echando a correr para no
perder de vista a su amiga.
Corrió
velozmente y la alcanzó en la planta de los dormitorios de las chicas.
-¿Por
qué huyes de mí?- interrogó Emma llena de dudas- dormimos en la misma
habitación, te iba a ver de todas maneras.
Hayley
frunció los labios mientras miraba de un lado a otro el pasillo. Tras
pensárselo mejor le indicó a Em que la siguiera. Ambas llegaron a su
habitación.
-Prométeme
que no se lo contarás a nadie- le pidió su amiga morena, implorante- ni
siquiera a Guiomar.
-¿Por
qué se lo contaría a Guiomar?- inquirió, molesta- ya no confío en ella.
Hayley
suspiró por la boca y la miró nerviosa, como decidiendo si contárselo o no.
Acto seguido se dio la vuelta para sacar una cosa pequeña de su mochila.
-Ten.
Le
estiró un pequeño caramelo medio blanco y medio naranja. Tras examinarlo más
tiempo se dio cuenta de que era una pastilla.
-¿Qué
es eso?
-Mira
por detrás- contestó ella con voz muy temblorosa. Parecía a punto de llorar.
Emma
obedeció. Atrás ponía una simple palabra “Adderall”.
-No sé
lo que es un Adderall- confesó la rubia, encogiéndose de eso- ¿te estás
medicando con eso?
-Sí.
-¿Y por
qué estás tan nervio…?
Pero
pronto lo comprendió. Era muy extraño que Hayley se comportara tan raro por una
simple pastilla. Pero se dio cuenta más tarde de que no era una simple
pastilla, si no, una droga.
-Sí-
volvió a decir.
Emma se
quedó pasmada. Eso debía de ser una broma por parte de Hayley pero, al
conocerla tan bien, sabía que no era capaz de gastarla una broma así, ni
siquiera Hay era bromista. Pero sabía que la Hayley de siempre no era capaz de
drogarse así como así. La Hayley que conocía era la estudiosa, la responsable,
la que sabía perfectamente lo que era malo y lo que no…
-Es una
pastilla para personas que sufren déficit de atención e hiperactividad- explicó
ella tras no obtener respuesta por parte de su amiga- pero hace poco se
descubrió que si las personas que no sufren hiperactividad, como yo, aumenta la
facilidad del estudio y obtener memoria a corto plazo con el único fin de
lograr un mejor rendimiento académico.
Emma
volvió a quedarse sin palabras. Sabía a la perfección que una persona no seguía
siendo la misma un par de años después. Sabía que habían cambiado, ya que había
experimentado un gran cambio en sí misma, pero jamás se le había pasado por la
cabeza que su mejor amiga Hayley, la mejor estudiante de la escuela, se
drogara. Si fuera Guiomar, era de esperar; de Anna se extrañaría un poco pero…
¿Hayley?
-Eso no
es cierto- su amiga bajó la mirada por primera vez. Al parecer, le parecía más
interesante los cordones de sus zapatos- últimamente me distraigo fácilmente y
pierdo el control. Sí que la necesito. Sobre todo cuando Guiomar y tú… Ya
sabes.
-Hayley,
esto te pondrá enferma. Es ilegal.
-Lo sé.
Por eso quise ocultártelo.
Ahora
sí que Emma entendió por qué Hayley estaba tan nerviosa antes de los exámenes.
Pasaba rápidamente las hojas de los libros sin leer una palabra y por eso la
arrastraba continuamente a la biblioteca, para estar en silencio y poder
concentrarse mejor.
-Yo…
-Lo sé,
no te lo esperabas. Ni yo misma me reconozco pero no pude contenerme- aclaró
ella, intentando no echarse a llorar- el otro día oí que un chico de la
universidad vendía esas pastillas y… Como no soporto sacar notas por debajo de
un nueve pues… Compré unas cuantas.
Emma se
quedó boquiabierta. Le arrancó de las manos la mochila de Hayley y vació su
contenido, dando la vuelta a la mochila. Al menos veinte pastillas cayeron al
suelo.
-¿Unas
cuantas?- preguntó Emma muy enfadada.
-Lo
siento- dijo ella de todo corazón.
Emma le
dirigió una mirada severa.
-¿Quién
lo sabe?
-Nadie…
Solo tú y bueno… El chico al que le compré las pastillas.
-¿Qué
ponía en la nota que te mandó 88-20?
Automáticamente,
Hayley se acercó a su mesilla de noche y abrió un cajón. Tras revolver varias
carpetas y papeles sueltos, sacó dos notitas.
-Son
dos.
Emma
las leyó rápidamente.
Sé lo que estás ocultando a la gente. Vaya,
parece que la dulce y buena Hayley que conocen todos es totalmente falsa… 88-20
Meterlas debajo de la almohada… Un escondite
muy interesante por tu parte. Muy inteligente. Atentamente, 88-20
-Es que
cambié el escondite de las pastillas al leer la primera nota y las guardé
debajo de la almohada…- se explicó ella cuando Emma empezó a leer el segundo
mensaje.
-Tenemos
que denunciar a la policía- declaró Emma con voz segura.
-¿Qué?
¡No!- gritó Hay- te lo suplico, Emma, si me pillan… ¡Me expulsarán!
Emma
pensó que ella tenía razón. Chivarse a la policía significaría delatar a su
amiga, y preferiría mil veces recibir mil golpes del chico más fuerte de la
Tierra que poner en evidencia a Hayley.
Emma no
dijo nada y empezó a recoger los comprimidos que estaban esparcidos en el
suelo. Los metió en una bolsita de plástico, hizo un nudo y salió de la
habitación para tirarlo a un sitio donde nadie pudiera verlo.
Salió
de la Universidad y empezó a pasearse por las calles de Sheffield. Se sintió
como una tonta caminar despreocupadamente con una bolsa de plástico. Cruzó una
esquina y vio una calle vacía. Al no ver a nadie, tiró la bolsita en una
papelera que había por allí.
Aún no
podía digerir la sorpresa que se acababa de llevar pero tenía que pensar en
cómo podría haberse enterado 88-20.
Si Emma no hubiera recibido mensajes también, habría pensado inmediatamente que
el culpable sería el chico que vendía las pastillas pero no tenía ningún
sentido.
¿Y si
hablaba con él? ¿Y si le preguntaba si se lo había dicho a alguien? Aunque lo
más seguro era que no, porque si no, se revelaría a sí mismo.
No se
dio cuenta de que era tan tarde al ver el cielo oscuro. ¡Había estado dos horas
fuera! Caminó rápidamente hasta entrar a la Universidad y se fue directamente
al comedor a cenar. Se sentó con Grace y sus amigos, Shailene y JG. Después de
una hora conversando los últimos cotilleos que rondaban por la Universidad,
Emma se despidió de ellos y se subió a su habitación.
Mientras
subía, pensó en las graves consecuencias que eso conllevaría si no se lo
contara a la policía. 88-20 advirtió
a Harry que ella estaba en peligro pero por el momento no le había hecho nada
más que mandarle notitas amenazantes. ¿Era verdaderamente peligroso o sólo era
una persona psicópata envidiosa? Decidió que lo más problable era lo segundo.
En ese momento no pensó en nada más porque abrió la puerta de su habitación.
En el
cuarto sólo estaba Elisabeth, un tanto deprimida y cabizbaja.
-¿Te
pasa algo? ¿Has bajado a cenar?
-No me
pasa nada- confirmó ella de una manera no muy convincente- y no he cenado. No
tengo hambre.
Se desvistió y se puso el pijama. Acto seguido se sentó en la cama con las piernas encogidas. Emma decidió no molestarla y abrió su
mochila para empezar a hacer los deberes de Historia para mañana. En el estuche
notó algo almidonado y rugoso. Cerró los ojos al saber inmediatamente lo que
era. Con los labios bien fruncidos, sacó la nota del estuche y leyó el contenido,
asegurándose de que Elisabeth no se diera cuenta.
Una palabra a la policía; y el secreto de
Guiomar y Hayley saldrá a la luz. Un beso de, 88-20.
Se le
encogió el corazón al leer que 88-20 también
había metido a Guiomar en esto. Dedujo que el secreto al que se refería 88-20 era lo que pasó entre Marcos y
Guiomar. Y como bien sabía Emma, si el director de la Universidad se enteraba,
la expulsaría. No lo sólo a ella, probalblemente a Marcos también. Por lo que
su profesor de Historia no podía ser el causante de las notitas…
Suspiró
verdaderamente angustiada. ¿Cómo que es que lo sabía todo? Lo que tuvo Guiomar
con Marcos no lo sabía nadie aparte de sus compañeras y Thomas. Entonces…
¿significaba que Raquel, Elisabeth, Thomas o Nicole podrían ser 88-20? No quería ni pensarlo. No quería
perder a ninguno de sus amigos.
Pero le
quedaba otro enigma por descubrir. Si Hayley no le había dicho a nadie (aparte
del vendedor) lo de las pastillas, ¿cómo que es que el anónimo sí lo sabía?
Y el
último misterio era cómo se había enterado de la separación de Harry y ella.
Los
rostros de cuatro de sus mejores amigos se reflejaron claramente en la mente de
Emma: Raquel, Elisabeth, Thomas o Nicole…
~~~
Dos
días después era la entrega de las notas. Todos los alumnos de la Universidad
estaban algo nerviosos por los resultados de los exámenes.
Normalmente
en todos los viernes, las chicas de la habitación 153 se levantaban muy alegres
pensando únicamente en el fin de semana que tenían por delante. Y bajaban
ansiosas a clase para quitárselo de encima de una vez.
Pero
esta vez, no era así. Hayley correteaba por toda la habitación sin morderse las
uñas, a Elisabeth parecía que le había salido un tic en el ojo, Raquel bufaba
sin parar, Nicole gruñía cada vez que alguien se cruzaba por delante de ella,
Emma miraba cada dos por tres el reloj y Guiomar memorizaba todas las
respuestas que había dado.
-Tranquilízate,
Hayley- comentó Elisabeth por decir algo, en un intento de olvidar sus notas-
has estudiado muchísimo.
-No sé,
no sé- dijo ella mientras se vestía sin parar de andar- como saque menos de un
nueve…
-Eres
demasiado exigente contigo misma- opinó Guiomar mientras se miraba en el espejo para elegir la ropa de hoy- yo me conformaría con un
cinco.
-Pues
yo con un uno- respondió Nicole, poniendose unas cuñas- al menos, he respondido
bien en algo.
-No sé
que haces en la Universidad si parece que no has tocado un libro en tu vida-
bromeó Raquel, cepillándose su sedoso cabello.
-¡Eh,
que he aprobado el primer año!
Después
de varios comentarios más para aumentar el autoestima, las seis bajaron a la
clase de Historia, donde iban a repartirles las notas de todas las asignaturas.
Fue el propio Marcos que tenía todos las notas de sus alumnos.
-Bueno,
ha habido de todo- anunció él con una nota de misterio- ha habido muy buenas
notas y a algunos le faltan más… esfuerzo.
Emma se
giró para ver a su amiga Hayley. Ella seguía mordiéndose las uñas, Emma creía
que después tenía que buscar otro recurso porque ya no le quedaba más uñas por
morder.
-Iré
por orden de lista. Hannah Appelwhite… Sean Aspance…
-Guiomar
Brandon.
Ella se
levantó muy nerviosa de su asiento y notó la mirada de sus compañeras en la
nuca. Caminó hacia Marcos, que le tendió la nota, sonriente.
-Son
muy buenas- dijo Marcos sin mover los labios y tan bajo para que sólo lo oyera
Guiomar.
Un
sentimiento lleno de alivio se extendió por el cuerpo de Guiomar. Pero no se
quedaría verdaderamente aliviada hasta ver las notas. Abrió el sobre con
cuidado, aunque sin éxito ya que rompió un trozo, y sacó la hoja de papel bien
doblada.
-¿Qué
tal?- susurró una voz detrás suya. Dedujo que era Emma.
-Un
suficiente, cuatro bienes y dos notables… ¡Y uno de ellos es Historia!- dejo
escapar una exclamación de sorpresa.
-Tyler
Britt… Raquel Carrington…
Ella
tuvo cinco sobresalientes y dos notables. Guiomar se sintió muy contenta al
enterarse de que Raquel, una de las más listas de la clase, había sacado la misma
nota que ella en Historia.
-George
Ebbet… Nicole Ellis…
-¡¡He
aprobado todas!!- anunció a toda la clase, realmente entusiasmada- ah no… He
cateado español. ¡Bueno, me da igual, lo importante es que mi mejor nota ha
sido un bien!
Todos
se echaron a reír, incluso Thomas, que se sintió muy orgulloso de su amiga,
aunque estaba muy enfadado con ella.
-Anne-Lise
Kobunthon… Rhianne Lambitton… Hayley Lekker…
Hayley
pegó un chillido tan fuerte al leer todas sus notas que todos los presentes
tuvieron que taparse los oídos con las manos.
-Bien,
Hayley… Siéntate un rato y cálmate.
-¿Qué
notas, qué notas?- le susurraba Emma todo el tiempo. Todas estuvieron muy
atentas por si Hayley contestaba algo, pero estaba en pleno ataque de alegría.
-¡Todos
sobresalientes!- les dijo un rato después, cuando Marcos iba por la “P”.
-Ya lo
sabía yo- protestó Guiomar en un susurro- luego dice que le ha salido mal… Qué
exagerada.
-Franklin
Savater… Brad Smith… Emma Smith…
Ella se
tambaleó un poco al levantarse y, casi corriendo, le quitó de las manos el
sobre que sostenía el profesor Anderson.
Emma no
podía dar crédito a lo que veían sus ojos: tenía un sobresaliente, cinco
notables y un bien, el Español. ¡No era justo! El profesor Navarro le tenía
mucha manía… Se lo comentó a sus amigas y a Thomas y ellas la felicitaron.
Aunque pronto el profesor Anderson llamó a Elizabeth.
-Elizabeth
Stone…
Ella
tuvo seis notables y un bien; sus notas eran parecidas al de Emma. Se sentó muy
contenta al ver que Marcos le había puesto un notable en Historia como al resto
de sus amigas, menos a Hayley, claro.
-Thomas
Wells…
Todas
esperaron impacientes a que el joven cogiera el último sobre. Se acercó a sus
amigas, muy sonriente.
-He
sacado tres sobresalientes, tres notables y un bien… Mhhhmmm… No me gusta cómo
suena lo del bien.
-¡Pues
mi mejor nota es un bien!- intervino Nicole, muy contenta.
-Porque
eres tú- le dijo Thomas sin pizca de alegría en la voz. Nicole se calló y se
quedó mirándole, muy conmocionada por lo que acababa de decirle su mejor amigo-
¡qué buenas notas, Rachel!
Los dos
se fueron de clase comentando sus notas y compárandolas. Los demás fueron al
comedor a celebrarlo.
Nicole
se quedó mirando sus notas. Se quedó bastante contenta al ver sus notas, ya que
los esperaba algo peores, pero si los comparaba con sus amigos era una completa
basura… Pensaba que su prima iba a suspender alguna pero le sorprendió bastante
al tener muy buenas notas. En vez de sentirse bien por su prima, se sintió aún
peor. Como una completa inútil.
~~~
-¿Todavía
no lo habéis arreglado?- le preguntó Miley a Justin al ver a Helena y Robin
cruzando por delante de ellos mientras se reían.
-Ella
está enamorada de Robin. Qué quieres que haga.
-No
estoy muy segura de eso- murmuró Miley, mirándola fijamente- Helena y Robin no
compenetran.
Justin
miró divertido a su mejor amiga.
-La
función no es que compenetren, si no, que se quieran- habló.
-Ya,
pero yo creo que Robin le ha comido el coco. Helena sigue enamorada de ti-
confirmó Miley al ver que la exnovia de Justin torcía una esquina y desaparecía
con Robin.
-De eso
no me cabe ninguna duda- aclaró Justin, mientras caminaban lentamente por la
universidad, sin rumbo alguno- pero está enamorada también de Robin. Y en una
relación no puede haber terceras personas.
-Lo sé-
suspiró la morena- ¿quieres que hable con ella?
-Y se
armaría la Tercera Guerra Mundial- contestó él con sorna- ni lo sueñes.
Sin
embargo, al otro lado de la universidad, dos personas mantenían un tema de
conversación algo más alegre.
-Y
entonces, tan borracho, me caí de la silla pero menos mal que mi amigo me salvó
que si no…
Helena
empezó a reírse del comentario de Robin. No sabía a donde se dirigían puesto
que era Robin el que guiaba el camino.
-¿Siempre
estás borracho?- bromeó ella- en todas las historias que me has contado estás
borracho.
-Las
situaciones divertida siempre las pasas cuando estás borracho- puntualizó
Robin, dedicándole una sonrisa a Helena.
La
chica pensó que aquello no era cierto. Siempre se lo había pasado muy bien con
Justin, sin necesidad de emborracharse. Es más, siempre se lo pasaba muy bien
con Justin. ¿Por qué demonios pensaba en Justin? Con Cassandra también se lo
pasaba muy bien sin pizca de alcohol…
Entonces
supo hacía dónde le arrastraba Robin. Antes de que pudiera dar marcha atrás, se
fijo en las puertas de color azul de los dormitorios de los chicos.
-¿Por
qué estamos aquí?
La
respuesta no llegó. Pronto llegaron a una puerta, que debía de ser la
habitación de Robin, y él abrió la puerta. Allí dentro no había nadie, lo que
le extraño a Helena, ¿casualidad?
Entonces,
sin darse cuenta, Robin tiró de ella y cerró la puerta de un portazo. Le cubrió
la cara con sus ásperas manos y empezó a acariciarla. Posteriormente le dio un
corto beso a Helena.
-¿Qué…
haces?- contestó ella simulando su nerviosismo.
Robin se limitó a sonreírla y se quitó la camiseta. Helena intentó sonreír también mientras se daba la vuelta. ¿Qué había sido aquello? Pronto sintió unas manos que la sujetaban las caderas.
-No hagas nada.
Robin se limitó a sonreírla y se quitó la camiseta. Helena intentó sonreír también mientras se daba la vuelta. ¿Qué había sido aquello? Pronto sintió unas manos que la sujetaban las caderas.
-No hagas nada.
Él no
la hizo caso y empezó a besarla con frenesí. Helena empezó a comparar sus besos
con los de Justin, ya que su tarea era averiguar a quién amaba en realidad.
Notó que Robin iba demasiado rápido. La mano de Robin se bajaba poco a poco
hasta que apretó su cadera contra la suya. Helena gimió, no de placer, si no,
de dolor.
-Robin,
no me gusta esto…
El
chico, como otras veces, no la hizo caso y empezó a besarla con más brutalidad
y fiereza. Helena empezó a escuchar los roncos jadeos del chico cuando ella no
se lo pasaba especialmente bien. Se intentó apartar de él pero fue un gran
error. Robin pensaba que lo que quería era algo más así que la acercó hasta la
cama y los dos se tumbaron.
-Para.
Robin
se posó encima de Helena sin hacerle ni el menor caso. Empezó a besarle el
cuello, después los labios, después los brazos, bajó un poco más…
Ahora
tenía muy claro a quién amaba en realidad.
~~~
La
mayoría de los alumnos de la Universidad de Sheffield estaban contentos. La
Navidad era el único objetivo de los estudiantes ahora. Sólo quedaba una
pequeña recta final y se acabaría todo. Emma se lo comunicó rápidamente a sus
padres y hermanos; ellos la felicitaron, muy orgullosos de ella.
Estaba
comiendo con sus amigas cuando una persona desconocida se acercó a ella. Era un
chico con el pelo rapado y un piercing en la nariz.
-¿Quién
de aquí es Emma?
Thomas,
Em, Hay, Guiomar, Elisabeth, Raquel y Nicole dejaron de masticar lo que comían
y miraron de arriba abajo al muchacho.
-Soy
yo- declaró finalmente la rubia, levantando un poquito la mano como si fuera un
profesor pasando lista.
-Me ha
dicho que tienes que ir al Laboratorio- le indicó éste. Estaba dispuesto a irse
cuando…
-¿Quién
te ha dicho eso?- le interrumpió Guiomar, ceñuda.
-¿Al
laboratorio?- se extrañó Hayley también.
-Sí, me
lo dijo una persona que tenía prisa. Me dijo que un profesor quería hablar con
ella.
-¿Quién?-
preguntó Raquel.
-No me
he fijado- él se encogió de hombros- tampoco es que me importara. ¿Me puedo ir
ya?
-Vete-
contestó Guiomar de malhumor mientras sacaba unos Cheetos. Tenía muchísima hambre y la comida de la universidad estaba malísima.
-A lo
mejor te quieren hablar por las notas- opinó Elisabeth.
Sin más
miramientos ni aportaciones, Emma se levantó de su mesa y se dirigió al
Laboratorio, en la segunda planta.
-¿Qué
raro, no?- dijo Raquel.
-Ya-
dijo Hay- no tengo ni idea… Bueno, me voy a dar un paseo para qué me dé el
aire. Qué bien se sienta uno recibir buenas notas.
Todos
se dispersaron. Guiomar se subió a su habitación a cambiarse de camiseta para
reunirse después con su prima para irse de compras. Al entrar a su habitación,
se dirigió al armario con precipitación y eligió con cuidado la ropa: un jersey
que abrigaba muy bien de color verde clarito. Después, cogió su bolso para
sacar un poco de dinero. Pero en vez de notar su monedero, notó algo más
pequeño y más tieso. Pronto lo reconoció como un trozo de papel.
Lo sacó
de su bolso sin dudar para ver si era alguna de esas facturas pero no era así.
Había sólo dos líneas escritas en cursiva. No conocía la letra.
¿Cómo reaccionaría el director si supiera el
romance entre el profesor Anderson y tú? ¿Te lo imaginas? Buen fin de semana,
88-20.
Ella
arrugó la nariz tras leer el mensaje y pronto se echó a reír. Menuda broma le
gastaban sus amigas. Ya le preguntarían después de quién había sido la idea.
Tiró el
papel a la pequeña papelera que había en la habitación y, con una sonrisa
juguetona, bajó abajo a reunirse con Nicole pensando en lo bromistas que eran
sus amigas.
Emma
caminó por los pasillos de la segunda planta. Estaba completamente vacía pues,
al parecer, todos los estudiantes y profesores se habían juntado en el comedor
para celebrar las notas de antes de Navidad.
Había
un silencio sepulcral, interrumpido por el eco de las pisadas de Emma. La
puerta del Laboratorio estaba al final por lo que le quedaba un gran tramo. Un
minuto después, llegó allí. La puerta estaba cerrada y las luces estaban
apagadas.
Emma
dudó.
Decidió
entrar al laboratorio encendiendo la luz. Dio un pequeño recorrido buscando
entre las grandes mesas y los taburetes a alguien. ¿Quién podría haberla
llamado? ¿Y por qué ese alguien quería hablar con ella? Que ella supiera, nadie
quería hablar con ella, ni mucho menos escondidos en una habitación vacía a no
ser que quiera conversar con ella secretamente…
De
repente se le ocurrió que podría ser Harry, quizás para solucionar el ataque de
enfado que tuvo que sufrir hacía dos semanas. Al recordarlo, se sintió muy mal.
Pero un golpe sordo la distrajo por completo.
Se dio
la vuelta y lo primero de lo que se dio cuenta era que la puerta estaba
cerrada. Emma estaba segurísima de que había entrado al laboratorio dejando la
puerta abierta. El golpe debía de haber sido al cerrar la puerta…
Quizás
había sido el viento, pero el Laboratorio sólo tenía una ventana y además
estaba cerrada. Se acercó a la puerta e intentó salir. Pero no podía abrir la
puerta. Estaba cerrada, y con llave.
-¡Eh!-
gritó a pleno pulmón- ¡me he quedado encerrada! ¿Alguien me escucha?
Pero la
única respuesta que obtuvo es el silencio. Gritó desesperadamente y aporreó la
puerta en un intento de salir de la claustrofóbica sala pero sin éxito.
-¡Me he
quedado encerrada!- chilló, asustada, con todas sus fuerzas.
Golpeó
la puerta una vez. Y dos. Tres. Diez. Veinte. Emma iba perdiendo la cuenta ya
que se convirtió en algo automático. Caminaba hacia el otro lado del
Laboratorio, echaba carrerilla hasta golpearse contra la puerta. Se hacía más
daño ella misma que a la puerta.
No fue hasta
el golpe número cien cuando Emma se dio cuenta de que alguien la había encerrado. Pero pronto escuchó un ruido que se amplificaba cada vez más: se trataba de pisadas. Alguien se estaba acercando.
Esta hermoshoooooooo:'3 LA TIENES Q SEGUIR, EH!
ResponderEliminarTe queroooooooo<3
Beshos con sabor a nutella...rica nutella😊
¡Claro que la seguiré!
EliminarOtro beso y muchísimas gracias<3
CLAU (1 APELLIDO) (2 APELLIDO)!!! HA SIDO EL CAPÍTULO MÁS LARGO QUE HE LEIDO EN TU BLOG Y ASDFGHDKD! He tardado omo 15 minutos leyendo y no te exagero, pero en realidad se me ha pasado volando :c
ResponderEliminarYyyyyy he decir que te amo con todas mis fuerzas pero tambin e odio por haberme dejado asi (Relación amor odio como Guiomar y Emma xddddd)
Bueno, Helena y Justin! No pued creer que Helena no se haya dado cuents hasta ahora de que a quien quería era a Justin y no a ese estupido de Robin. ¿Cómo que los mejores momentos y los mas divertido eran cuando estaba borrho? Y encim está intentando acostarse con es. Pobre Helena, espero que pueda salir de ahí :s
¡Dios mioo! Con los examenes me estaba agobiando hasta yo y eso que no estaba ahi con las chicas :ss.
Agg! Nicole.. Sí, a veces es un poco insoportable, pero tal vez se esté dando cuenta de que en realidad quiera a Tommy. Harían una pareja muy bonta. Y encima me encanto lo que le dijo a Adams. Aunque por otro lado está Raquel :s. Y es tan buena y me cae tan buen también, que no quiero que sufra. Ains, qué complixado :s
La visita de Harry a la casa de Bambie y Zac me alteró mucho! Es que la verdad es que no me puedo imaginar a Harry enfadado con Zac porque nunca se han llevado mal. Ni tampoco no creyéndose que Emma le quiere, aunque bueno, con la foto del beso es normal que no se lo crea :s.
¡Madre mia del amor hermoso! Algo que nunca en la vida me imaginaría : ¡¡¡Hayley se droga!!!No,no, no!! Es horrible! Ya ha muerto Anna, no quiero que muera ninguna más! Y encima.. 88-20 lo sabe. ¿Quien será? No pueden ser más que esos cuatro: Nicole, Thomas, Elisabeth o Raquel... Y tambián sabe lo de Marcos y Gui. Asi que descarto a Thomas, pero no a las demás. Esto me recuerda a Pequelas Mentirosas. Señoras y señores. A ha vuelto xd. Y encima, ahora que lo pienso, Anna es A. Que casualidad.
Pero bueno, espero que se descubra de una vez... Y seguro que es el del pasillo. ¡Qué intriga! ¿Quien estaré ahi? ¡¡Quiero averiguarlo pronto!!
Espero el siguiente con muchas, muchas, muchas ganas!!!
Besitooos :)
Ayuso Perona. ¡¡Y muchas gracias por tu mega comentario!! Me ha alegrado saberlo<33
EliminarHelena tenía un buen cacao mental pero ahora está clarísimo con quién se va a quedar, ¿no?
Ya ves, ahora soy yo la que se está agobiando con los exámenes finales brrrrr
Lo de Hay fue realmente inesperado (sinceramente, se me ocurrió de repente xd). JAJAJA, pues sí, todo lo relacionado con mensajes anónimos te viene en la cabeza Pequeñas Mentirosas, pero la serie no se lo ha inventado.
¡Ya veréis en el próx capítulo quién será el de los pasos? ¿Será bueno o malo? :P
¡Muchos besoooooos! El siguiente tardará un poquillo:c
YO MUERO DE INTRIGA SIN SABER QUIEN ES 8820. ES QUE.CADA.VEZ QUE LO.PIENSO MAS.IMPOSIBLE ME.PARECE...
ResponderEliminarSube pronto que lo necesitoooo.
Un abrazo clau!
Tardaré un poquillo :S. He escrito un montón pero aún me falta y ahora se me echan encima los exámenes finales y no puedo escribir. (El martes que viene los acabo, aún ni he empezado XD). Además no me ha gustado lo que he escrito y voy a tener que editar un poco.
EliminarUn besazo.
Nueva seguidora. Yo aun estoy por el capitulo 43 :)
ResponderEliminar¡Bienvenida, a ver cuando terminas! :)
Eliminar¡Dios! ¡PEDAZO DE CAPÍTULO! ¡Es, en efecto, el más largo hasta ahora! Y ha estado MUY INTENSO, MUY VARIADO, Y MUY GENIAL. ¡Clau, me has dejado más intrigada que nunca, especialmente con las tramas de Emma y Helena!
ResponderEliminarPobre Justin, me ha dado mucha pena saber que Helena no le ha perdonado desde el principio, aunque en su momento yo también pensé que se pasó de la raya... Si vuelve a ponerse así de violento no sé si Helena lo perdonará.
Wiii, me llevo bien con las chicas :D Espero no ser yo la traidora... Aunque lo dudo porque soy demasiado torpe y 88-20 parece profesional... Oh, no, ¿y si estoy fingiendo ser inocente y torpe y en realidad soy una espía psicópata! D: Yo nunca haría éso >.<
¡Thomas le ha dicho la verdad a Nicole! Ay Nicole, te has dado cuenta tarde... Me gusta la pareja que hacen, aunque creo que Thomas y yo también nos vemos bien juntos :D (?) Sea lo que sea que tengas preparado para Thomas, seguro que es fantástico, cómo todo lo que escribes <3
¡HARRY, EMMA TE QUIERE A TI! Besó a Zac por impulso... ¿No? Ojalá hable con Zac y Emma y los tres resuelvan el conflicto que tienen...
Me alegra ver que Emma y Guiomar al menos ya se hablan... Algo es algo. Anna fue una tonta por empezar con la bulimia... Ahora su muerte ha provocado todas éstas brechas en las relaciones de sus amigos. No obstante yo también sigo sintiéndome muy triste por su muerte.
¡A Zayn le gusta Shirley! O.o Se siente decepcionado al saber que a ella le va bien con su novio... Pero lo importante es saber si a Beth le gusta Zayn o no. ¡OTRO TRIÁNGULO AMOROSO A LA VISTA!
Nicole intentando atraer ahora la atención de Thomas... ¡Y LO HA TENIDO A HUEVO MUCHO TIEMPO! T-T
Vale, lo de Hayley me ha pillado desprevenida. Me esperaba cualquier cosa, pero NO éso. ¡SE DROGA! Dios, lo peor es que no lo pueda dejar ahora... Ésas cosas son adicciones y luego una vez que empiezas ya no se puede parar, así que espero que Hayley salga de ésta. Y cómo la pillen es que la echan...
¡Todos hemos tenido buenas notas! :D Me alegra saberlo.
Robin y Helena... WHAT?! Robin, vas muy rápido D: Se pensará que Helena es de ésas chicas que se lían con cualquiera... ¡NO! Helena, dale una bofetada y huye :( Me figuro que en cuánto Justin se enteré querrá darle una paliza a Robin... Se avecinan tragedias :'(
¡Han encerrado a Emma! Menos mal que alguien viene... Espero que la saquen de ahí, pero cómo sea algún "malo" está perdida... Ojalá no le suceda nada.
¡Un beso, preciosa! ¡Felicidades de nuevo por el capítulo, ha sido una pasada! <3
¡Sí, es el más largo pero no supera a ninguno de tus capítulos JAJAJA! Los tuyos son la biblia.
EliminarPues la verdad es que Raquel podría estar actuando bajo una carita de inocente pero... ¿lo es? No lo sabemos. Aún están en Navidad y no lo averiguarán hasta a finales de curso... Pero quizás nosotros lo sabremos antes.
A mí también me gusta la pareja de Nicole y Thomas pero no sé. Quizás al estilo Harry-Hermione. Amo esta amistad aunque en el fondo quiero que sean pareja... Aunque también me encanta Harry-Ginny como pareja así que... Aún no me decido entre Raquel-Thomas-Nicole... XDD
Todos sabemos perfectamente que Emma quiere a Harry pero... ¿Volverán? TAN TAN TAN, te digo una cosa: vuelven cuando Harryanna se declaren... (y supongo que para eso falta mucho, ¿no?) okno xd
Lo de Hayley ya veremos. Ella tomó drogas más por necesidad que por gusto pero hay gente que supera las drogas con facilidad teniendo en cuenta que Hay sólo lo ha tomado un par de veces.
Robin es otro capullo más xdd
Ya veréis quien es la persona de los pasos. A mí me hizo un poco de gracia LOL
¡¡Muchas gracias Raquella, sí que es una pasada leer tus comentarios!!
me gusta muchoo... aunque creo que Robin es mas lindo que Justin >.<
ResponderEliminarNicole y Thomas hacen una hermosa pareja... bueno, "pareja".. Raquel es linda y graciosa pero a Thomas y a ella los veo mas como amigos que se quieren como hermanos...
Hayley tomaba drogas O.O espero lo deje...
quien es 88-20? cuando lo sabremos? Temo que alguien encerro a Emma para rebuscar algo en el dormitorio o herir a Harry o alguna de las chicas.
Ojala Emma salga de alli antes que sea tarde.
Saludoss!!
JAJAJAJA, ¿SÍ? Pues a mí me parece más mono Justin que Robin. Supongo que todas estamos de acuerdo en que Justin es más caballero, ¿no?
EliminarLo de Thomas y Nicole... No me decido ni yo XD
Definitivamente lo dejará. Pero le costará un poquitín.
¡Ya veréis quién es 88-20! Creo que os sorprenderá, o eso espero.
¡Un besazo y mil gracias por el comentario!
cuando subes???
ResponderEliminarDespués de los finales... (el martes que viene). Pero el prox capítulo está casi terminado.
Eliminarme encanta!!! pienso que 88-20 es Nicole... No sé, me da esa sensación. O igual es alguien a quien no conocemos.
ResponderEliminarSaludos!
Podría ser Nicole. E incluso alguien que no conozcamos aún, pero es improbable.
Eliminar¡Un besazo y muchas gracias!
Creo 88-20 es Marcos, se que es el, se nota mucho, Porque el sabe secretos de Guiomar, tambien Emma, habra perseguido a ellas en Universidad
ResponderEliminarLaha:)
Podría ser, no te digo ni no, ni sí. Un abrazo.
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