lunes, 25 de noviembre de 2013

63- Fiesta de pijamas.




-Es… ¡Es Emma!- chilló Bambi, presionada.

Harry abrió los ojos como platos y se le desencajó la mandíbula.

Bambi decidió decir la verdad. No quería mentir más, se juró a sí misma no volver a mentir a sus amigos después de la traición. No sabía cómo agradecérselo a ellos por perdonarla y, desde luego, volverles a mentir no hará ningún bien.


Él se limitó a llevarse una mano en el pelo mientras entrecerraba los ojos, confuso.

-Guau.

Bambi soltó todo el aire que tenía en los pulmones, hasta ahora no se dio cuenta de que había estado aguantando la respiración hasta saber la reacción de Harry, y desde luego, esa reacción no se lo esperaba, para nada.

-¿Cómo que guau? Se ha ido del país por ti, por tu novia, ¿no te sientes ni un poquito culpable?

Harry arqueó una ceja.

-¿Debo sentirme culpable por enamorarse de mi novia?

Bambi le miró.

-Desde luego te importa una mierda que mi primo se haya ido. Él ha sufrido muchísimo, ¡y por una vez que es feliz se tiene que ir por ti! Para no causar problemas- jadeó la pelirroja, enfadadísima.

Él la acarició la mejilla y la miró dulcemente:

-No puedo creerme aún lo que me estás diciendo. Él te pegó durante años, te maltrató, y aún así estás aquí, defendiendo a tu primo diciendo que tuvo una infancia muy mala. De verdad que tienes un corazón de oro.

Ella se apartó bruscamente.

-No te creas- masculló- os traicioné.

-Pero te arrepentiste. No tenías otra opción.

-Perdón- respondió, avergonzada- ¿Qué harás con Zac?

-Hablaré con Emma y con Zac, si así lo deseas.

Bambi mostró una sonrisa triste.

                                                                               ~~~


-Justin…

Helena abrió la puerta de la habitación de su novio. Le vio tendido en la cama, afligido. Helena sintió un arrebato de pena.


Justin levantó la cabeza al escuchar la familiar voz.

-Helena, por favor, márchate.

-No me quiero marchar- dijo, en cambio, la guapa muchacha.

-Es mi habitación- ordenó.

Eso le atravesó al corazón de Helena como si fuera un cuchillo bien afilado. Justin nunca se había comportado de esa manera, y mucho menos tan… Frío.

Hizo caso omiso al orden y se sentó en el hueco vacío que había en la cama.

-Yo lo sospechaba.

-¿El qué?- inquirió el chico.

-Que le gustabas a Miley.

El chico resopló.

-Debí darme cuenta antes. Pero hay una cosa que no entiendo, salí con muchas chicas antes, y siempre se mostró simpática con todas.

-Podrá ser reciente.

-Yo… La quiero como a una hermana.

-Ya lo sé.

-Si Cassandra se enamorara de mí, ¿Qué la dirías?

-Evitaría besarnos delante de ella y me comportaría de una manera sutil.

Justin bufó y masculló palabras inentendibles.

-Nosotros no nos comportamos sutilmente delante de ella.

-No te culpes, no lo sabías- le animó Helena, rozando sus dedos con el musculoso brazo de su novio.

Él se sentó en la cama de golpe, enfrente de ella.

-Lo siento. Siento por haber dudado de ti… Sé que te amo, y nunca lo he dejado de hacer pero Miley me ha llenado la cabeza llena de pájaros y…

Un beso interrumpió sus palabras. Helena siguió acariciándole el brazo y Justin suspiró, derrotado. Sujetó la barbilla de ella con ferocidad y siguió besándola. Helena pidió suavidad y calma a través de los besos y Justin obedeció. La muchacha se tumbó en la cama con lentitud, llevándose a Justin también, que posó encima de su cuerpo, encajando a la perfección.

                                                                           ~~~

Llegó el 30 de julio. Harry estaba tranquilamente en su casa, marcando el trayecto para llegar a su hogar, a Holmes Chapel. Calculó que en coche deberían tardar como tres horas.
 
-¿Qué haces?

El cantante se sobresaltó, asustado.

-Bambi… Que susto- dio un respingo.

Ella sonrió. Sostenía, con la ayuda de una bandeja, dos tazas de café.

-Así que adelantando planes, ¿eh? ¿Qué día la llevarás?

Él miró el mapa y entrecerró los ojos. Pensó en su familia, en sus amigos de allí y en Emma.

-El 9 de agosto estaría bien- respondió Harry automáticamente.


-El 9 de agosto es el cumpleaños de Emma- se anticipó Bambi, sirviéndole el café.

-Por eso mismo, quiero que sea especial. Y creo que es especial llevarla a mi hogar y presentarle a mi familia.

Bambi se rió y acto seguido le miró con ternura.

-Qué mono.

-¡No vuelvas a decir eso!

Bambi sonrió enseñando los dientes.

-Oye Harry, ¿no tenías una entrevista a las doce?

-Sí claro, ¿Qué hora es?- preguntó. A continuación sorbió el café templado.

-Las once y media.

Escupió el café, manchando la mesa y salpicando a una Bambi asqueada.

-¡HARRY!            

-¡Ahora no puedo!- gritó él, cogió su chaqueta que estaba encima de una silla y salió pitando de la casa, cerrando la puerta ruidosamente. Bambi resopló:

-En tres, dos, uno…

-¡¡BAMBIIIII!! ÁBREME LA PUERTA QUE ME HE DEJADO LAS LLAVES DEL COCHE DENTRO.

Ella sonrió de nuevo por instinto y arqueó las cejas, aunque Harry no la viera. Caminó lentamente a por las llaves.


-¡BAMBI MALDITA! ¡¡DEPRISA QUE LLEGO TARDE A LA ENTREVISTA!!

La pelirroja se echó a reír, esta vez más ruidosamente. Miró la hora y sonrió malvadamente. Cogió las llaves y abrió la puerta.

-¡Ya era hora!- gritó Harry arrebatándole las llaves de las manos. Corrió hacia su coche como un loco.

Bambi sonrió por última vez, viendo el coche de Harry marchar.


Harry llegó en quince minutos. Había sobrevivido. Miró por la ventanilla y vio el alto edificio, de la revista TVGuide, dónde le tenían que entrevistar; a él y a sus cuatro mejores amigos.

Salió del coche y entró al edificio contiguo con rapidez. Estaba vacío. Él frunció el ceño y avanzó el paso. Se asustó al ver a una muchacha en la esquina, no podría tener más de veinte años.

-Aquí no se puede entrar, es privado.

-Ejem, perdona, pero soy Harry Styles. Mis compañeros están ahí dentro.

-¿Harry Styles? ¿Quién se supone que eres tú? No puedes entrar, esto no se abre hasta las doce: hasta que venga One Direction.


-Es que soy de One Direction- dijo él, enfadado y humillado, miró a su alrededor y encontró una revista. La cogió y buscó en todas las páginas y, como en todas las revistas de Reino Unido, salieron ellos- mira, ¿ves? Este soy yo. HA-RRY.

Ella empezó a reírse estruendosamente.

-Bien, HA-RRY, te recuerdo de que son las nueve y media de la mañana y la entrevista era a las doce.

Harry la miró, parpadeando. ¡¡MALDITA BAMBI!!          

-Y había que venir elegantemente- continuó la muchacha sin parar de reír y mirándole de arriba a abajo- y has venido con unos vaqueros, una camisa de Bob Esponja y zapatillas de andar por casa. Te perdono por traer una chaqueta decente- se burló ella.

La cara de Harry se tornó de color rojo inmediatamente.

-¡DIOS MÍO! Yo… ¡Decidme que tenéis ropa aquí!- lloriqueó Harry- ¡¡No puedo salir así!! ¡NO, NO, NO, NO!

-Desafortunadamente, aquí no tenemos nada, lo siento- rió la joven- siéntate aquí. Puedes esperar.

-¿Y tú quién eres?

-Soy Beth. Beth Blumer y os voy a entrevistar hoy. Podemos charlar mientras tanto, y así añado varias cosas más para mi revista.

-Está bien…- gruñó Harry. Al ver que Beth sacaba la cámara, frunció el ceño, alzó la voz y tapó la cámara con su chaqueta:- ¡NO! Ni se te ocurra. Todo lo que yo digo lo pones por escrito.


La entrevistadora bufó.

-Bien, empecemos…


A las doce en punto, Harry tuvo que soportar las burlas de sus amigos. No paraban de reírse de él y de vez en cuando le picaban.

-¡Vale ya! Bambi me dijo que eran las once y media; y me asuste…

-Cada vez adoro más a Bambi- rió Liam- ¡camiseta de Bob Esponja! ¿Quién lo iba a decir?

-Ay, que me meo de la risa- comentó Louis, cruzándose de piernas.

Beth se limitó a mirarles neutralmente hasta que pararon.

-Buenos días.

Los chicos se miraron. Louis carraspeó y al ser el más mayor, le tendió la mano.

-Encantado.

-Me llamo Beth Blumer y seré la persona que os entrevistará.

-Y no veáis las preguntas que hace…- se quejó Harry, sentándose en un sofá que le ofreció la chica. El edificio ahora estaba más lleno y se moría de la vergüenza, intentó taparse con Niall.

-Muéstrale a la cámara lo guapo que estás, Harry- bromeó Niall apartándose.

-¿CÁMARA? ¡NOOOO, Beth! Te lo suplico…- gimió.

-Lo siento, esta vez tengo que grabarlo.

Un señor no muy alto vino con una cámara y lo posó al lado del sofá de Beth. En el sofá naranja estaban sentados One Direction y Beth se sentaba en el rojo, que se situaba en frente de ellos. Ésta se puso unos cascos.

Harry masculló palabras malsonantes en voz baja.

Afortunadamente, Beth no le escuchó y carraspeó:


-Bien, individualmente, voy a comenzar por ti, Harry- se escuchó un gemido, Beth no le hizo caso- ¿qué es lo que más te ha gustado de Best song ever?

-Lo del nerd- rió él- me divertí mucho actuando. Ha estado guay.



-Vale. ¿Cuánto tiempo tardasteis en grabar el videoclip?

Beth le hicieron numerosas de preguntas más. Faltaban cinco minutos por acabar cuando...

-Zayn, voy a por ti. ¿Qué tal tu relación con Perrie?

Sin querer, el cantante pellizcó la pierna de Liam. Su cara cambió radicalmente.

-No hay ninguna relación con Perrie.

-¿Perdona? Tengo entendido de que tú saliste con…

Zayn interrumpió a Beth bruscamente.


-Hemos roto.

Gritos de asombro llenaron la sala. Todos miraron a Zayn, atónitos por lo que acababan de oír.

-Vaya, lo siento mucho, bien chicas, ya lo sabéis, Zayn actualmente está libre. ¿Alguien más está libre, aunque no lo sepamos?

-Yo- anunció Liam- también estoy libre.

-¡Vaya, vaya! Así que os lo teníais bien guardadito… En una de las últimas entrevistas, tú dijiste que salías con una chica.

-Sí, rompimos.

-¿Y era amiga de la novia de Harry, cierto?- persuadió Beth.

-Sí- contestó Liam. No quería dar detalles.

-Lo siento. Zayn, tú en la última entrevista dijiste que estabas muy enamorado y que todo iba sobre ruedas- continuó la entrevistadora, sacando el tema de nuevo- ¿Qué ha pasado para que esto ya no sea lo mismo?

-Cosas- gruñó Zayn.

Esta vez Beth decidió cambiar de tema.

-¡Y que no se nos olvide la revista VOGUE! ¿Estará disponible en agosto, cierto?

-¡Sí!- respondió Niall, emocionadísimo, intentando calmar a Zayn- ¡siempre he estado esperando a que llegase el día! ¡Compradlo, no lo olvidéis!

-Muy bien, ya lo habéis oído chicas. ¿Y quién era la chica que salía con vosotros en la portada?

-Una buena amiga- respondió Louis.

-¿Cómo se llama?

-Hayley- contestó Harry.

-Bonito nombre- peloteó Beth. Miró un bloque de una revista y habló mientras leía:- hay un rumor de que cantasteis en un hospital para los niños con cáncer. ¿Es cierto?

-Sí. Ha sido una experiencia inolvidable- respondió Louis.

-No dudamos en ir de nuevo- siguió Harry, sonriente.

-¡Por supuesto! Muy empáticos, así me gusta- dijo Beth que cada vez se soltaba más y se mostraba menos dura- ¿Qué planes tenéis para agosto, ya que estáis libres?

-Pasar el último mes de verano al máximo- respondió Liam, divertido- y buscar a una chica- bromeó.

-Yo iré a Holmes Chapel a visitar a mis padres- corroboró el cantante del pelo rizado.

-Con su novia- se mofó el mayor.

Harry enrojeció.

-Habló el chico que llevó a su novia al cine en un aniversario- le replicó Harry, guiñando el ojo a un Louis humillado.


                                                                                ~~~

Niall abrió la puerta. Sabía lo que le esperaba ahí dentro. Vio a Belén, Sergio y Jordina hablando entre ellos en LSE y les saludó con una sonrisa forzada. Fue directamente a la cocina y se sentó en una silla. No pintaba nada allí, aunque fuera su casa.

Esperaba de una vez por todas que Sergio y Jordina se marcharan del lugar, pero por otra parte, quería animar a Belén. Nunca la había visto tan feliz.

Pero es que ahora pasaban tan poco tiempo juntos…

-Niall.

El aludido se giró, algo sorprendido. Vio la silueta de una mujer en la puerta de la cocina.

-Esto… ¿Puedo pasar?- preguntó Jordina educadamente. Siempre se avergonzaba al verle, a Niall le caía bien.

-Eso no hay que preguntarlo- aclaró él y señaló la otra silla. La morena se sentó.

-¿Pasa algo?

Jordina le miró. La mirada estaba cargada de tristeza y Niall se asombró, jamás había visto tanta pena en los ojos de una persona. La muchacha resopló y tragó aire, preparándose para lo que iba a decir:

-Ten cuidado, Niall. No… No te alejes mucho de Belén y no hagas acciones raras que sospechen.

Niall estaba confuso. ¿Qué le acababa de decir la tímida Jordina?

-¿Que qué?

-Sé que suena raro…- tragó saliva y cerró los ojos. Cinco segundos después los abrió- seguro que me tomarás por loca.


Niall frunció el ceño y arrugó los labios.

-Pero Jordina, pareces segura de que Belén y yo romperemos pronto.

-No… Solo digo que tengas cuidado.

-¿Estás insinuando de que la engaño?- preguntó Niall, ofendido y a la vez cabreado.

-Yo no insinúo nada- aclaró Jordina, respirando hondo- pero puede que otras personas sí.

-¿La prensa? Oh vamos, Belén no se lo traga. Ya se lo he dicho muchas veces- dijo Niall. Y de pronto lo entendió- ¿Belén no me cree? ¿Te ha dicho algo…?

-No, no. Ella no sabe nada- interrumpió Jordina, negando con la cabeza. Niall la miró, ¿Por qué no le decía de una vez por todas lo que quería decir?

-Jordina, ¿de qué hablas?

La joven cerró los ojos de nuevo y meditó un minuto mientras Niall la miraba boquiabierto. No se lo esperaba para nada. ¡Jordina estaba chiflada!

-Lo siento. Yo… Se me ha ido la olla un poco.

-Sí, creo que te has puesto un poco paranoica.

Pero los ojos de Jordina todavía seguían tristes. No había rastro de lágrimas ni estaban húmedos, sólo estaban… Vacíos.

-Puede- dijo finalmente. Puso una de sus mejores sonrisas y salió de la cocina, reuniéndose de nuevo con Sergio y Belén.

                                                                                 ~~~


Hacía mucho tiempo que no veía a Liam. Creyó que su enamoramiento llegó el fin, pero al parecer, estaba equivocada.

Porque si no lo estuviera, no se habría puesto a llorar, ni se hubiera abierto un agujero en el pecho cuando había escuchado aquella frase.


« Y buscar a una chica »


Liam había dicho esto y Marii se rompió en pedazos. Se suponía que debería estar contenta, aún había un trozo de esperanza, él buscaba una chica y aquella chica podría ser ella.



Pero Liam la rechazó una vez.



Y para enamorarse de ella no tendría que buscar. Él sabía que existía.



Imposible. Sencillamente, era imposible. Era imposible que se cumpliera el sueño del que soñaba todas las noches. El beso…



Las comisuras de los labios se torcieron para abajo. Dolía muchísimo más que no haberle conocido y aún soñar con él. Porque él ya la había encontrado, y no la quería.



Él buscaba a otra y Marii no podía soportarlo más. Había tenido suficiente con Anna.



Mientras la noche caía y empezaba a asomarse la luna, brillando como siempre, Marii se tumbó en la cama. No consiguió dormir y la noche caía aún más, haciendo oscurecer su habitación mientras que se mezclaba con la luz de la luna y de las estrellas.


Aquella noche, Marii se prometió olvidar a Liam.


Se cansó de esperarle.

                                                                             ~~~


Guiomar pulsó el timbre y se colocó la mochilita encima del hombro. Un segundo después le abrió una niña pelirroja.



-Hola Guiomar- la saludó Aroa- ¿has visto a alguien más?- preguntó nerviosa, mirando el amplio jardín.

-No, he venido sola. ¿A quién esperas?

-A Jason.

-¿Jason?

-Mi novio- dijo ésta. Guiomar abrió los ojos y se echó a reír silenciosamente- debería venir a esta hora.


Guiomar pasó mientras que Aroa cerró la puerta, refunfuñada.

-Están en el cuarto de Emma- la avisó, antes de que la rubia preguntase. 

Asintió y se encaminó hacia las escaleras.

-¡¡Holaaaa!!- saludó una alegre voz.

-¡Hayley!- gritó Guiomar abrazándola, eufórica. La tristeza y culpabilidad que sentía unos minutos antes desaparecieron. Llevaba días pensando en Marcos, él no había vuelto- ¿Qué tal?

-Pues genial.

Emma, que en ese momento elegía el pijama que se iba a poner esta noche, se acercó a abrazarla.

-¡Fiesta de pijamas!

Guiomar resopló. Una de las cosas que más le gustaban en el mundo era una fiesta de pijamas, pero en ese momento no tenía muchas ganas para celebrar estas cosas. Al principio, cuando Emma convocó la fiesta de pijamas, lo rechazó, pero finalmente se arrepintió y lo aceptó. Sabía que pasaría una noche sin remordimientos y era justo lo que necesitaba.

-Ponte el pijama- dijo otra voz, más dulce y musical. Era Bambi.

-Bien.

Y así lo hizo. Primero procuró cerrar la puerta de la habitación por si pasaban las gemelas o Justin o incluso Jason (esa idea le hizo reír de nuevo) y se desprendió de toda la ropa que llevaba para ponerse el pijama.

Estuvieron toda la noche hablando, después bajaron un rato a cenar y más o menos a las diez, subieron de nuevo. La cena fue muy graciosa, al recordar la conversación la hizo reír otra vez:

-Jason me está engañando- anunció Aroa.

April escupió la sopa. Helena empezó a reírse. Ella vino a visitar a Justin, ya que los padres de éste no estaban.

-¿Cómo que te ha engañado, pequeña demonio?- inquirió su hermano mayor.

-Habíamos quedado hoy en mi casa, y no ha venido.

-Bueno, estará ocupado- dijo Hayley, moviendo su cuchara.

-No, no, ya te lo digo yo. Soy experta en estas cosas.

Helena y Justin se miraron y acto seguido empezaron a reírse. Las chicas hicieron lo mismo.

-No es gracioso, deberíais estar tristes.

-¿Por qué?- preguntó Emma, riéndose.

-Porque he roto con mi novio.

-Vale. Aroa, súbete a tu cuarto y lloras con la almohada- bromeó Guiomar.

-Si eso es lo que hacen los novios después de romperse, lo haré- dijo ella, mientras llevaba su plato a la pila y subía a su habitación a toda pastilla.

-¡Ehhhhh! ¡Tierra llamando a Guiomar!- gritó Emma, sacudiéndola con suavidad.

Guiomar volvió al presente y las miró.

-Bambi, te escuché cantar en la fiesta- dijo Hay, sacando tema de conversación.

Emma y Guiomar asintieron, acordándose.

-Preferiría habérmelo guardado para mí. Son malos recuerdos y no quiero volver a cantar.

-¿Esos malos recuerdos incluyen a Taylor?- preguntó Guiomar.

Emma acarició la pierna de Bambi, intentando ser delicada.

La pelirroja miró a Guiomar.

-Sí, incluyen a Taylor. Con eso ya te puedes hacer una idea de lo que pasó.

Taylor la prohibió. La prohibió cantar y eso hizo que Guiomar se cabreara con el mundo. Agarró fuertemente la fina sábana de la cama en la que estaban sentadas e intento controlarse. Pero Bambi la interrumpió:

-Lo más preocupante es en la persona quien Taylor busca.

-Tienes razón- asintió Emma, tumbada en su cama.


-Mira yo… Tengo una teoría- dijo Bambi, mordiéndose el labio.

Guiomar la miró, Emma cruzó los dedos mientras cerraba los ojos y Hayley se tapó la cara con las manos.

-Creo que buscaba a Zac. ¿Qué otra persona podría ser?- contestó Bambi- estoy segura. Taylor estaba segura de que estaría a mi lado. Zac es mi primo y suponía que estaría conmigo.

Emma descruzó los dedos y tras suspirar, dijo:

-La verdad es que encaja.

-No encaja. ¡¿Por qué buscaría a Zac?!- gritó Guiomar, frustrada.

-Quiero ser Edward- protestó Hayley.

-¿Eh?

Hayley rió.

-Me refería a Edward Cullen el de Crepúsculo, claramente. Él puede leer la mente.

-Ojalá- suspiró Bambi, dándole la razón.

-Estoy asustada- dijo Emma- me estoy mareando, voy a bajar a la cocina a beber un trago.

-¡Yo quiero!- gritó Guiomar, alzando los brazos.

-¿Quieres agua?

-Ah, pensaba que te referías a alcohol.

Emma alzó una ceja, mientras que las otras dos empezaron a reírse.

-Creo que ya estás borracha- masculló mientras salía de la habitación.

Se asomó a la habitación de sus hermanas gemelas. En la oscuridad pudo divisar a Aroa y a April durmiendo. Avanzó unos pasos a la derecha y llegó a la habitación de sus padres. Obviamente, estaba vacio, ya que estaban fuera.

Emma sonrió y tomó el camino de las escaleras. Bajó por ellas, sujetándose con la barandilla para no tropezarse con ningún escalón en la oscuridad.

Una vez abajo, divisó una luz procedente del salón. Em abrió los ojos y caminó hasta allí.

-Helena.

La aludida dio un respingo. Estaba recogiendo sus cosas.

-Perdona, me iba a ir ahora. Justin se ha ido a casa de Ryan.

-Es tarde. Quédate a dormir aquí.


Helena aceptó. La muchacha se levantó para coger una manta en uno de los cajones del salón y se tapó al tumbarse en el sofá.

-¿En verano?

-Soy muy friolera. No puedo dormir sin una manta- rió.

-¿Tienes sueño?- la preguntó Emma.

-No- respondió la muchacha encogiéndose de hombros.

-Sube a mi cuarto.

-Pero están tus amigas.

-Tú eres mi amiga- sonrió la rubia- anda, vente.

Helena bajó la cabeza mientras se lo pensaba. Después de un minuto sonrió y dijo:

-Está bien.

Emma se dirigió un momento a la cocina a beber un trago de agua y se reunió con Helena de nuevo.

-¿Qué hace ella aquí?- preguntó Guiomar bruscamente, cuando llegaron a la habitación de Em, levantándose de golpe de la cama.

-He decidido que venga con nosotros- explicó Emma mientras le lanzaba una mirada de advertencia.

-Hola Helena-la saludó Bambi con una sonrisa. La última vez que la vio fue en la graduación y no tuvo una experiencia bastante agradable.

Hayley se limitó a saludarla con una mano.

Helena se sentó incómodamente en la cama de Emma, donde estaban todas las demás. Se sentía una acoplada. Se hizo un moño por hacer algo.

-¿Y tu novio?- preguntó Guiomar, alzando la voz en la palabra “novio”.

-Mi novio- Helena alzó la voz en la misma palabra- está en casa de Ryan.

-Bien- participó Hayley, cortando la tensión.

-¿Qué tal te va con Justin?- preguntó la pelirroja.

-Bien aunque… Bueno- puso una mueca- el pobre lo ha pasado mal.

Les explicó a Bambi, Guiomar y Hayley lo ocurrido con Miley. Emma se limitó a escuchar de nuevo, pues ya sabía la historia.

-Pues ya somos tres- suspiró Hayley.

-¿Tres?- intervino Guiomar, confusa.

-Marii, Miley y yo.

-¿A qué te refieres con…?- Emma se interrumpió. Ya sabía de dónde iba la cosa.

-Amor no correspondido- asintió la morena.

Helena apretó los labios y bajó la cabeza.


-Y Anna- se apresuró a añadir Guiomar.

-Encontraréis a otros chicos mejores, estoy segura- se convenció Em.

La joven cogió su portátil y lo encendió. Mientras se cargaba, Hayley preguntó:

-¿Qué tal está Cass?

-Oh, pues mejor. Quedamos casi todos los días y va mejorando. Tu padre le paga muy bien a Marcos- se dirigió a Guiomar.

-Me alegro.

-¡Eso es fantástico!- saltó Bambi- creo que ella merece esa oportunidad.

Emma asintió mientras se metió a Mozilla Firefox.

-Emma, ¿Harry te llamó esta tarde?- preguntó Bambi, pícaramente.

Ella apartó la vista del ordenador y negó con la cabeza, desconcertada.

-¿Por? ¿Ha pasado algo?

-Nada, nada.

Emma iba a replicar cuando sus ojos se salieron de las órbitas al leer…

-¡¡Zayn ha roto con Perrie!!- gritó con voz desgarrada debido a la tristeza. ¡Qué mal lo estaría pasando su mejor amigo!

-¡¿QUÉ?!- chillaron, a su vez, las otras cuatro.


-Espera… Aquí: hoy mismo Zayn Malik, una de las personas más codiciadas y miembro de One Direction anunció en la entrevista de TVGuide que rompió oficialmente con Perrie, sin dar muchos detalles.

-¡No me lo puedo creer!- gritó Guiomar, dolida.

-Pobre Zayn…- susurró Helena.

-Por eso Zayn no quiso venir a casa de Harry el otro día, cuando estábamos todos los chicos y yo- pensó Bambi, entristecida por su amigo.

-¿Cuándo?- preguntó Emma, picada por la curiosidad.

-El día anterior de la fiesta. Supongo que las cosas iban mal y él no se sentía bien como para estar con nosotros de cachondeo…

-…Y en la fiesta rompieron oficialmente…

-Oh Zayn…- se entristeció Emma- mañana iremos a visitarle.

-Estará agobiado, es mejor no molestarle, ¿no creéis? Mirad cómo se sintió Anna cuando Liam la dejó.

-Tienes razón- le dijo Bambi a Hayley.

-Seguramente los chicos ya habrán hablado con Zayn…- repuso Em.


-¡Zayn, no puedo creer que no nos lo dijeras!- gritó Louis, enfurecido y a la vez ofendido. ¡Creía que eran amigos!

-¿Qué hacéis a estas horas?- preguntó Zayn rodando los ojos, mientras los cuatro entraban a su casa. Él resopló y cerró la puerta.

-¿Que qué hacemos? Deberías corregirte: ¿QUE QUÉ HACES TÚ?

-Liam, cálmate. Respira. Tranquilo- se apresuró a decir Zayn sorprendido por la reacción de su amigo más pacífico.

-¿Pretendes que nos calmemos cuando nos enteramos de eso así por así?- atacó Harry.

Zayn resopló angustiado y se sentó en el sofá.

-¿Habéis venido a regañarme o a consolarme?

El gesto enfadado de los cuatro cayó en picado.

-Lo siento mucho- le confortó Niall.

-Ya. Bien.

-¿Cuándo habéis roto?- preguntó Louis, sentándose al lado de Zayn. Los demás se acercaron.

-En la fiesta. La verdad es que discutimos varias semanas antes y nuestra relación no iba a más, sabía que romperíamos de un momento a otro.

-¿Por qué…?- Harry no pudo acabar la frase.

-Por la distancia, en general- resopló, mirando a su amigo- siempre estábamos discutiendo por teléfono. No sé, pero no era lo mismo que antes.

-Lo comprendo-exhaló Louis.

-¿Por qué no nos lo dijiste antes?- interrogó Liam.

-No encontré el momento.

-Que no encontró el momento dice…

-Niall- le advirtió Liam.

-Lo siento. Sabía que me ibais a bombardear de preguntas y no me había preparado- dialogó Zayn desazonado.

Los cuatro se miraron entre ellos.

-Lo siento mucho por Perrie y por ti- dijo Harry de todo corazón- ¿es por eso que cambiaste de opinión cuando te enteraste de que las Little Mix también iban a ir?

-Exacto.

-Pero… Vi reír a Perrie mientras hablaba contigo- dijo Louis, desconcertado.

-No… Habrás visto mal. Estaba llorando.

-Y la llevaste adentro, a la mansión- recordó Niall.

-La gente nos empezaba a mirar, así que la llevé aparte para aclarar las cosas- arguyó Zayn.

-Y rompisteis- añadió Liam.

-Ajá.

-¿Te arrepientes?

-No, Niall. Creo que… Me siento más libre, como si me hubiera quitado una carga de encima. No me malinterpretéis, amaba a Perrie pero últimamente me estresaba y ahora… Me siento mejor.

-Bueno, si eso mejora, nos alegramos- dijo Liam.

-Siento mucho no haber confiado en vosotros. Realmente me siento mal.

-Zayn, perdónanos tú a nosotros. Hemos sido muy bruscos.


-Perdonados.

Los cinco sonrieron y se abrazaron.


Guiomar cambió de posición en la cama que compartía con Bambi. Oyó un ruido en la ventana y se sobresaltó.

Buscó a oscuras y a tientas a Bambi. La otra parte de la cama estaba vacía.

-¿Bambi?- susurró.


No recibió respuesta alguna.

Empezó a asustarse de verdad. Miró al suelo por si Bambi se había caído de la cama pero ahí no estaba.

Se levantó, mareada y perdida, a buscar en la otra cama. Se juraba a sí misma que ahí dormían Hayley y Emma. Pero al igual que su cama, estaba vacía.

-¿Emma?- alzó el tono de voz- ¿Hayley?

-¿Guiomar?

Se alivió de golpe al tener a una persona más. Nunca pensó que se alegraría oír tanto la voz adormilada de Helena.

-¡Las otras han desaparecido!

-¿Eh? ¿Cómo que desaparecido?

-No lo sé, no están en sus respectivas camas- le espetó la muchacha.

Helena, que dormía al lado de la puerta con un colchón inflable, se levantó para encender la luz con el interruptor.

La luz no se encendía. Guiomar, tras escuchar el conocido “click” se lamentó.

-Dime que esto es una broma.

-¿Dónde se han metido las demás?- se asustó Helena.

-Eso es lo que yo estoy preguntando- contestó Guiomar fríamente.

Helena rodó los ojos y salió de la habitación en busca de luz.

-¡Espera!- chilló susurrando Guiomar y cogió su móvil que lo encendió, iluminando el pasillo.


Helena dio un respingo al ver una cara en un cuadro colgado en la pared del pasillo. Era Justin.

-¿Te asustas mirando a tu novio, eh?- se burló Guiomar.

-Me he asustado porque pensaba que era una persona.

-Los padres de Emma no están en casa, y desde luego a las gemelas no las vamos a despertar- dijo Guiomar bajando las escaleras a oscuras, justo como hizo Emma anteriormente- eso sólo empeoraría las cosas.

-Mierda- soltó Helena. Casi se tropezó con un peluche del suelo, sospechablemente de April.

-Joder, en el salón no están- anunció Guiomar, ya que iba delante.

-¿Has probado en la cocina?

-Tampoco están.

-¡¡DIOS MÍO!!- gritó Helena con todas sus fuerzas. Pegó otro chillido y se cayó al suelo, jadeando.

-¡¿Qué pasa?! ¡Vas a despertar a las gemelas!

-Mi… Mira el p…pomo de… la pu…puerta

Guiomar obedeció. Abrió los ojos como platos y soltó unos cuantos improperios. Lo iluminó con su móvil para ver si era lo que sospechaba.

-Sangre.

Helena se recuperó e intentó levantarse con la ayuda de Guiomar.

-Vamos a morir.

Guiomar la miró.

-Si las hubieran pasado algo, hubiéramos escuchado ruidos, ¿no?

-Puede que…

Se escuchó un grito de dolor, un grito desgarrador, lleno de tortura procedente de la habitación de Emma.

Helena se echó a llorar.

-Quédate aquí- esta vez Guiomar estaba asustada. Sudaba de pies a cabezas y respiró por la boca- voy a ver arriba.

-Vale.

Helena esperó, mientras la oscuridad y el silencio la invadía salvo las pisadas de Guiomar al subir las escaleras. Diez segundos después la perdió de vista y siguió esperando, vigilando por los lados mientras que veía todo negro continuamente. Hasta que escuchó golpes en la puerta principal, alguien de fuera lo golpeaba con todas sus fuerzas.

Helena, temblando de pies a cabeza, cogió un cuchillo de la cocina y caminó lentamente hasta la puerta. Antes de abrirla respiró hondo y lo abrió lo más rápido que pudo manchándose de sangre con el pomo, mientras estaba de guardia con el cuchillo.

En el jardín no había nadie, estaba completamente vacío.

-¡Helena!

Chilló del susto y se calmó al ver que era Guiomar.

-¿Y los golpes?

-No lo sé- respondió con voz temblorosa- esta casa está encantada. ¿Quién estaba arriba?

-La habitación de Emma está vacía. He revisado en el armario, debajo del escritorio y nada… Por si acaso he ido a ver en las demás habitaciones y están todas vacías, menos la de las gemelas. ¡Deja el cuchillo!

-Tenemos que despertarlas si un asesino anda en esta casa- dijo Helena, asustadísima mientras devolvía el cuchillo donde estaba.

Guiomar iba a asentir cuando se escuchó golpes de nuevo. Era la puerta principal.

Helena abrazó a Guiomar, aterrada. Estuvieron cinco segundos así, abrazadas y temblando hasta que se escuchó otro golpe. Helena se apartó de Guiomar, algo azorada por lo que acababa de hacer. Guiomar carraspeó y fue a abrir la puerta, cautelosa.


-¡Hayley!- Helena dio un grito ahorado.

La morena las miraba seriamente. Las pupilas de la chica estaban quietas, sin mirar a ninguna parte.

-¿Hayley?- llamó Guiomar.

Helena gimió acobardada y sacudió a Hayley, esperando alguna reacción.

-Hayley… ¿Qué ha pasado? ¿Y las otras dos?

Los labios de la morena se torció: provocando una sonrisa. Detrás se escuchó una risa. En la espesura del jardín, salieron Bambi y Emma.

-¿Pero qué…?

Las tres empezaron a reírse a carcajadas. Emma se llevó una mano en la tripa, Bambi lloraba de la risa mientras se apoyaba con el hombro de Em y Hayley se rió con la cabeza en el marco de la puerta.

-¿Esto era una broma?- susurró Helena muy, muy lentamente.

-Sí- dijo Bambi entre risas.

-¡No tiene gracia!- gritó descortésmente, Guiomar.

-Cierta gracia sí tiene- explicó Hayley, entrando en la casa.

-Nos hemos pegado un susto de muerte, ¿os parece gracioso?

-Bueno, es por una buena causa- dijo Emma. Ella y Bambi también entraron, entre risas.

-¿Qué causa?- se recuperó Helena del susto.

-¿Por qué te crees que os dejamos solas?- dijo Bambi.

-¿A Helena y a mí?

-Exacto.

-Porque estáis locas- murmulló Guiomar, subiendo por las escaleras- ¿nos hacéis estas bromas a las cuatro de la mañana?

Todas se encogieron de hombros.

-¡Escuché un grito en la habitación de Em!- se acordó Guiomar.

Las otras tres rompieron a reír de nuevo. Emma intentó recuperar color mientras respiraba lentamente.

-Era una aplicación que tenía en el móvil. Puse un temporizador para que sonara a esta hora.

-Malditas- susurró Guiomar, muy seria.

-¿Y los golpes en la puerta?- preguntó Helena, buscando alguna prueba a eso.

-Era Hayley. Íbamos a hacer la broma final, pero se rió y tuvo que esconderse de nuevo en la maleza para calmarse y hacerlo de nuevo.

-¿Y la luz? ¡No funciona!

Emma se dirigió a la cocina y volvió al hall de nuevo. Hayley encendió la luz.

-Corté la electricidad.

-¡¿Y la sangre?!- las señaló Guiomar.

-Ketchup- rió Bambi.

-¿Y el ruido de la ventana?

-Oh, eso lo hizo Bambi, para que te despertaras y hacer el plan. Tiró suavemente una piedra- se burló Hayley- dormilona.

Guiomar exhaló aire para calmarse y subió a dormirse de nuevo. Bambi y Hayley se rieron por última vez y siguieron a Guiomar.

-¿Es para que nos llevemos mejor?- preguntó Helena tímidamente, cuando Emma se disponía a subir.

Ella la miró con una sonrisa.

-Sí.


Zayn se enjugó una lágrima. No debería estar viendo eso, pero aún así tuvo el suficiente valor para hacerlo.

Cambió de foto.

En esta imagen salían los dos, como todas las anteriores. Zayn besaba cariñosamente a Perrie mientras que ésta sonreía con su peinado teñido de color morado.


Apartó la mirada y suspiró tristemente, recordando las escenas anteriores y posteriores a aquella foto.

-No deberías hacer esto. Sólo conseguirías hacerte más daño.

Zayn se asustó y buscó con la mirada el individuo de la voz, aunque sabía de quién pertenecía.

-Tomé el mismo camino. Me sumergí en la agonía cuando veía las fotos de Danielle y mías. Me di cuenta que sólo conseguía destrozarme poco a poco. Cuando dejé a Anna, no lo hice. Ni lo haré.

-¿Y qué quieres que haga, Liam?

-Borrar las fotos- más que un consejo, parecía una orden.

-¿Y si no quiero?- se cercioró Zayn, mirando de nuevo la imagen. El corazón se le encogió.

-Perrie es el pasado, Zayn. Si ahora tratas de juzgar el pasado, perderás el futuro.

Él cerró los ojos mientras las lágrimas le caían a borbotones. Sabía que Liam tenía razón, pero no podía borrar las imágenes. No se avergonzó de que su amigo le viera llorar, pues, sabía que él pasó lo mismo.

-Es lo mejor. No puedo obligarte. Zayn, son las cuatro y media de la mañana, buenas noches.

Liam le sonrió, inspirando fuerzas y se tumbó de nuevo en la cama de al lado.

Zayn respiró silenciosamente en la oscuridad mientras que le iluminaba solamente aquella foto. Sonrió y acarició la pantalla, concretamente la cara de Perrie, sabiendo que esto no era real.

Y sin borrar la sonrisa, eliminó todas las fotos.


                                                                            ~~~


Se estremeció al escuchar el timbre.

-Marcos, es ella.

Él se giró para verla. Su hermana sonreía, ajena a lo que ocurría.

-Voy- dijo con una voz cargada de nostalgia.

-¿Pasa algo?- se preocupó Cassandra.

-No, sólo estoy… Nervioso.

La rubia sonrió y se dirigió a su habitación. Antes de entrar se giró para verle y articuló:

-Tú puedes, hermanito.

Él suspiró y fue hacia la puerta. El timbre sonó de nuevo. Marcos se apresuró.

-¡Hola Marcos!


-Buenas, Bella.

La chica vestía una blusa cara de color azul, una falda tubo negra y tacones, al igual que la falda, negros. Iba muy maquillada y el pelo estaba arregladísimo.

Ella entró dentro de la casa, con una sonrisa en la cara.

Marcos se relajó. Había pasado toda la tarde de ayer y toda la mañana de hoy vaciando los objetos más cutres de la casa, limpiando cada objeto. Hizo una limpieza general y la casa prácticamente estaba vacía.

-¿Por qué tienes una casa muy pequeña?

-Es que la casa es de mi padre- mintió el chico- mi nuevo chalet está en construcción.

-¿Y tu hermana?

-Oh, en su cuarto. Acompáñeme.

Bella agarró el brazo de Marcos. Él se sorprendió pero se dejó. Tras unos golpecitos, Cassandra abrió su puerta.

-Buenas tardes, Bella. Estoy encantadísima de conocerte.

-Oh, que dulce- sonrió ella, mientras la apretó hacia así y la dio un beso en cada mejilla. Cass parpadeó pero recuperó la compostura que le ordenó su hermano anteriormente.

-¿Cómo se llama tu hermana?- se dirigió a Marcos.

-Cassandra.

-Uhm, un nombre poco común. Me gusta.

Bella, hermosa y altiva, se giró mientras se dirigía a la cocina, con aire vacilante. Marcos y Cassandra se miraron un momento, y el chico atisbó en ella una chispa de disgusto.