Amanecía un sábado de mayo muy fresco. El tiempo había pasado rápidamente y las chicas ansiaban el verano. No habían vuelto a recibir ningún mensaje anónimo de 88-20 por lo que concluyeron que había desaparecido para siempre.
Guiomar volvió a su casa para pasar el fin de semana. El próximo domingo era el Baile de Verano y tenía que encontrar un vestido rápido.
-¿Mamá?
¿Papá?
Nadie
respondió.
-¡Bien!
Supongo que tengo toda la casa para mí sola- chilló con renovada alegría. Levantó un brazo y empezó a caminar como una diva para sí misma.
-De
hecho, no.
Guiomar
soltó un grito y paró en seco. Se llevó una gran sorpresa al ver a una persona acercarse a ella.
-¡Brooke!
Cuánto tiempo...
-Sí,
sí. Hola- saludó ella con una sonrisa y le dio dos besos en la mejilla.
-Hola- Guiomar le devolvió el saludo con una risa nerviosa- ¿qué te trae por aquí?- preguntó
ella con un tono alegre bastante falso.
-Verás-
comentó ella con el mismo tono- te presento a mi hija: Shelly.
Cogió
al bebé, que estaba tumbada en el sofá sin ningún cuidado, y se lo devolvió a
Guiomar. Ella la cogió sin experiencia.
-Es
muy... Bonita- asintió ella. Le dolían los músculos del labio al sonreír tan falsamente.
-¡¿Qué?!-
gritó Guiomar aún con el bebé en brazos- no, no puede ser. He hecho planes...
Vaciló
al ver la mirada que le dirigió Brooke.
-Mi
novio y yo nos vamos de viaje a Irlanda. Tienes que cuidar de Shelly- habló con
su característica vocecita mandona y aguda- me voy. He dejado el carrito en tu
habitación.
-Pero...
Necesito instrucciones y todo lo demás. ¡No tengo experiencia!- Brooke cerró la
puerta principal de un portazo. Se había marchado.
Shelly
empezó a llorar ruidosamente y Guiomar no sabía qué hacer.
-Gracias-
susurró irónicamente con rabia- hermana.
-¿En
serio- preguntó Emma riéndose sin parar- llegaste aquí y vino tu hermana a
dejarte el bebé para marcharse a Irlanda? ¿Sin ninguna instrucción ni nada?
-Sí. La
maldita Brooke jamás cambiará- comentó Guiomar con odio.
Emma vocalizó un "Guau" bastante cómico. Era afortunada de no tener una hermana así. Cuando Brooke vivía en casa de los Brandon se fijó en que Guiomar y ella jamás se habían llevado bien. Siempre se ignoraban y se centraban en sus cosas, al igual que sus padres. Ni siquiera se merecía llamar "familia". Brooke y Guiomar podían pasar semanas sin intercambiar palabras conviviendo bajo en el mismo techo. Se imaginó a Brooke y Guiomar abrazadas y sonrientes como unas buenas hermanas.
-¡Ey! Shelly ha parado de llorar. Emma miró a la pequeña, que estaba en sus brazos, y sonrió. Deseó que las gemelas pudieran volver a ser bebés.
Emma vocalizó un "Guau" bastante cómico. Era afortunada de no tener una hermana así. Cuando Brooke vivía en casa de los Brandon se fijó en que Guiomar y ella jamás se habían llevado bien. Siempre se ignoraban y se centraban en sus cosas, al igual que sus padres. Ni siquiera se merecía llamar "familia". Brooke y Guiomar podían pasar semanas sin intercambiar palabras conviviendo bajo en el mismo techo. Se imaginó a Brooke y Guiomar abrazadas y sonrientes como unas buenas hermanas.
-¡Ey! Shelly ha parado de llorar. Emma miró a la pequeña, que estaba en sus brazos, y sonrió. Deseó que las gemelas pudieran volver a ser bebés.
-¿Cuándo
volverá?- interrogó Em, acunando a la pequeña.
-Mañana
a las ocho y media de la tarde. Dejó una nota en la nevera- aclaró la joven
resoplando sin parar.
-¿Y
seguro que no había normas ni instrucciones sobre el cuidado de Shelly?-
preguntó sorprendida.
-Seguro-
respondió ella con rabia. Después de unos minutos dijo- hey, hoy hay fiesta en
la discoteca Agronland ya que One Direction están en período de descanso. Tienes que ir.
-No.
Prefiero quedarme contigo- contestó Emma- la liarás parda con Shelly tú sola.
-¿Crees
que no puedo cuidar sola al bebé dos días?
Emma se
rió.
-Vamos,
no te engañes, no puedes criarla ni un día.
-Tienes
razón- se mofó Guiomar- en serio, ¿estás segura de que no quieres ir a la
fiesta?
-Sí,
estoy segura.
Las dos
adolescentes se pusieron manos a la obra. Emma tenía mucha experiencia sobre
bebés ya que tuvo que cuidar de las gemelas en su momento. Primero se fueron al
supermercado que había al lado de la casa de Guiomar y compraron todo lo
necesario para Shelly. Después, ya en casa, le cambiaron el pañal ya que olía
horrores (se había hecho caca encima). Perdieron mucho tiempo con dicha tarea
porque Guiomar puso el pañal al revés y cuando Emma le explicó cómo se hacía,
ella, de lo nerviosa que estaba, se lo cargó. Tuvieron que ponerle otro pañal, y esta vez lo
hizo Emma.
-Jamás
tendré un hijo- refunfuñó Guiomar cuando Emma volvió del baño con Shelly en
brazos. Se sentó en el sofá a su lado.
-Cuando
Marcos te insista en tener niños quizás cambiarás de opinión- bromeó Emma.
-¿Marcos?-
Guiomar soltó una pedorreta y se echó a reír- ¡Qué dices!
Guiomar
giró el cuello tan fuerte que se hizo daño. Miró a su amiga boquiabierta. Acto seguido se tapó la cara con ambas manos, incrédula y feliz, y dio un pequeño salto en el sofá.
-¡Es la
primera vez que lo dices!- chilló, entusiasmada- ¡Oh, Em, soy tu mejor amiga,
¿no?!
Guiomar
se lanzó a los brazos de Emma y Shelly, molesta de estar aplastada, la vomitó
encima. Las dos amigas se separaron al instante, Emma riéndose y Guiomar asqueada.
-La
odio- dijo ella con una mezcla de furia y asco, señalando a la niña.
-Anda,
ve a cambiarte- se rió Emma.
Em miró
a la pequeña, que seguía en sus brazos, y limpió su diminuta cabeza con
toallitas. Era una niña muy bonita y estaba segura de que iba a ser muy
atractiva de mayor, como Brooke y Guiomar.
-¡Maldita
Brooke!- se oyó un grito lleno de furia desde la habitación de Guiomar- ¡La
camiseta no se puede lavar! ¡Y es de Tommy Hilfiger!
-Buen
trabajo, Shelly- susurró Emma besando su frágil cabecita- así Guiomar puede aprender
lecciones.
~~~
-¿Qué
tal, hermanito?- le preguntó Cass con cariño. Le abrazó fuertemente y acto
seguido cogió su cartera para dejarlo en el despacho de su hermano.
-Bella
está en el salón- le informó su amiga en voz baja. Y se marchó.
Marcos
se dirigió a su cuarto inmediatamente. Una vez dentro, se descalzó.
-¿Me
evitabas?- comentó una voz bastante dolida. Marcos levantó la cabeza y la vio en el umbral de la puerta. Se notaba a metros de distancia que estaba triste.
-Claro
que no. Me iba a cambiar de zapatos y después verte- se excusó él, mirando a su
novia.
-Claro-
asintió ella jovialmente- sabes que tenemos que hablar, ¿no?
Marcos
se mordió el labio y miró al suelo. Llevaban un año juntos viviendo en una
mansión y apenas se veían.
-De
acuerdo. Tenemos que hablar.
Los
bonitos ojos azules se toparon con los suyos y el corazón de Marcos se
desmoronó. No se había dado cuenta de que Bella estaba sufriendo, y mucho.
-A mí
me gustabas, Marcos. Te di todo lo que tenía, dinero, la casa y todo el
testamento que me otorgó mi difunto marido- la verdad le golpeó a Marcos
dolorosamente. Bella tenía totalmente la razón y él no había hecho nada, ni un
mísero regalo, para agradecerle por todo lo que había hecho por él y por su hermana-
pero no valoras lo que compartí contigo. Tienes todo, todo, menos el amor que
necesitas. Sabes a quién amas, lo supe desde el principio pero lo evité todo porque
te quería y pensé que podías quererme también.
-Lo
siento muchísimo, Bella, yo...
-Sí, yo
también. Yo también lo siento por alejarte de la persona que amas- susurró
Bella- y quiero compensártelo.
-¿Qué?
No tienes que compensarme nada. Yo tengo la culpa, debería haberlo intentado
por el bien de mi hermana- dijo el chico desesperadamente- solo quería hacer
feliz a mi hermana. En ningún momento pensé en ti y lo siento.
-Quiero
que seas feliz, Marcos. Y por eso mismo te ofrezco parte de mi testamento. Te regalo la casa-
ofreció con una voz tan dulce que Marcos se sintió tremendamente culpable.
-No
puedo aceptarlo- se anticipó él nada más oír la palabra “casa”.
-De
hecho, ya es tuya- comentó Bella, acariciando la espalda de Marcos en señal de
ánimo- ya he firmado los papeles.
~~~
-No
puedes ir paseando a la gata como si fuese un perro- comentó Nick, rodeando su brazo el cuello de Nicole, señalando a
Kitty, que llevaba una correa asiendo a un bonito collar de lentejuelas.
-Pero
mira a Kitty, se la ve muy feliz paseando en la calle- arremetió Nicole, mirando
a la gata.
Nicole siempre había odiado a los gatos, incluso en un principio aborrecía a muerte a Kitty pero después de la desaparición de su dueña... Estaba segura de que Elisabeth le hubiera agradecido por cuidar de su gata.
Nicole siempre había odiado a los gatos, incluso en un principio aborrecía a muerte a Kitty pero después de la desaparición de su dueña... Estaba segura de que Elisabeth le hubiera agradecido por cuidar de su gata.
-Con
una dueña tan descuidada como tú, no creo que sea feliz- embistió él
considerando que aquello había sido un golpe bajo.
-No
tiene gracia- dijo Nicole muy enfadada. Apartó su brazo de su cuello, dio media vuelta y justo cuando iba a alejarse del odioso Nick vio algo que le hizo que los pies se le clavaran en el suelo.
Su
novio se dio cuenta de la reacción de Nicole y echó un vistazo a donde miraba
ella.
-Anda,
si es Tommy con una pelirroja sexy- dijo él con voz sorna- quizás sean novios.
Aunque no entiendo cómo una chica así pueda fijarse en un friki como él- se
burló.
Nicole
hizo caso omiso al comentario de Nick y siguió contemplándoles. Iban charlando
alegremente, quizás más alegre de lo que le gustaría a Nicole, hasta cuando Bambi se dio
cuenta de su presencia. Entonces murmuró algo en el oído de su amigo y Tommy
sonrió. Se cogieron de la mano.
-Mira, están agarrados de la mano y todo- le chinchó Nick en un susurro- veo que a la
mínima tu amiguito te ha cambiado por otra.
Primero
Rachel y después Bambi. A Nicole le hervía la cara.
Al otro
lado de la calle, Thomas le dijo a Bambi:
-Muchas
gracias por cogerme de la mano para darle celos- agradeció- aunque no
hacía falta.
-Se la
veía muy enfadada- comentó Bambi soltándose del agarre y alzando las cejas
varias veces.
-Siempre
se enfada cuando me ve hablando con Rachel. Ayer me oyó hablando con ella para
hacer planes en verano y dio un portazo a su taquilla- suspiró.
-Está
celosa.
-Ya. No
quiere verme con otras chicas, quiere que ella sea mi única amiga- comentó él
con enfado. Miró a su amiga pelirroja- o eso parece.
-O
puede que esté celosa en el otro sentido.
-¿Ella?
Bambi, Nicole jamás se fijaría en un chico como yo- razonó Thomas amargamente-
¿has visto al chico que estaba con ella? Es su novio.
-Thomas,
Rachel también es una chica preciosa y te pidió salir en abril.
Cualquier chica se puede fijar en ti.
-Sé que
Rachel es muy guapa pero...- hizo una mueca al recordar la cara de una de sus
mejores amigas cuando Thomas la rechazó- es diferente. Nicole es popular, es
difícil de explicarlo. Digamos que su mente es más cerrada.
Bambi
se rió de su comentario.
-Es
posible. Thomas, ya hemos llegado a la discoteca- comentó ella señalando al
escaparate llena de lucecitas de colores. Se dirigieron a uno de los guardias-
pase VIP, por favor- y los dos chicos le entregaron sus pases.
El
guardia les llevó a una puerta más pequeña y entraron. En la sala no había
mucha gente. Casi todas las personas de la estancia eran sus amigos.
One
Direction, Zac, Hayley, Allanah, Eleanor y Beth (con su gran panza) se
acercaron a ellos.
-¡Hey!
Sois los últimos en llegar- saludó Zayn agarrado de la mano de su novia.
-Falta
Emma y Guiomar, ¿no?- se extrañó Thomas, arrugando la nariz mientras echaba
un breve vistazo a la sala.
-No
vienen- comentó Harry muy fastidiado.
-Se
había arreglado dos horas para nada...- canturreó Louis para molestar a su
amigo.
-Cállate.
No me he arreglado por Emma, te lo digo por última vez.
-¿Y por
quién si no?- bromeó Niall que pronto recibió otro codazo.
~~~
-Ay,
Santo Bendito, Shelly se ha dormido ya- anunció Emma volviendo del cuarto de
invitados- se ha quedado dormida en el carrito.
-No puedo creer que mi hermana esté de fiesta y yo aquí cuidando a SU hija- dijo Guiomar, que no se le había pasado el enfado
-Eres
su tía- comentó Em.
-¿Le
estás dando la razón?- su amiga le fulminó con la mirada.
-No. No
estoy justificando su comportamiento- se corrigió ella- lo que ha hecho está
muy mal. Pero al menos podrías intentar pasártelo bien con tu sobrina.
-¿Con
Shelly, dices? No
para de llorar- se angustió ella- imposible pasárselo bien. Además, me odia.
-No te
odia- se rió Emma- un bebé no puede odiar a nadie.
-Pues a
mí me odia. Seré la primera persona odiada por un bebé porque no es normal que
Shelly me vomite encima cada vez que me acerque a ella.
-Es
natural. Los bebés vomitan.
Guiomar
hizo una mueca y se ahueco mejor en el sofá, mirando a ningún punto fijo. A
continuación resopló, algo triste.
-No te
ha vomitado ni una sola vez. Y, además, cada vez que la cojo llora- se lamentó.
-Porque
la coges mal- le explicó Emma- le haces daño en la pierna. Debes cogerla así- e
hizo el movimiento más apropiado para coger a un bebé.
Guiomar
frunció el ceño al ver el gesto que le mostraba su mejor amiga.
-Es
difícil.
-Criar
a un bebé es difícil- afirmó Emma.
-Ojalá
nacieran como adolescentes- se dijo Guiomar- así me podría llevar bien con
ella.
Emma se
echó a reír.
-Te
morirías si parieras a un adolescente- bromeó.
Guiomar
también se rió. Miró a su amiga, que se reía sin parar, y se dio cuenta de cuánto
echaba de menos sus momentos.
-Emma-
dijo con una voz alta y seria.
Su
amiga paró de reír y miró a Guiomar. Notó un gran cambio en el ambiente.
-Quiero
hacerte una pregunta y que me respondas con sinceridad- pidió y Em asintió.
Guiomar suspiró aliviada- ¿por qué no quieres ir a la fiesta? No creo que prefieras mi casa antes que la discoteca.
Guiomar detectó miedo en los ojos de Emma. Esperó un rato hasta que su amiga habló. La respuesta era la que se esperaba.
-No
quiero ver a Harry.
Guiomar
la miró. No parecía nada sorprendida. Puso los ojos en blanco y suspiró
cansinamente.
Emma
cogió aire. Creía que después de casi cuatro meses era hora de decir la verdad.
-Pues
principalmente, porque vi cómo mi ex novio se liaba con la cabrona de Allanah y
cómo mi mejor amiga se reía de ello. Jamás pensé que Harry saldría con Allanah
después de lo que me dijo sobre ella pero, ya ves, la gente dice muchas cosas.
Pero él no tiene la culpa, después de seis meses es normal que Harry no me siga
esperando después de haberle ignorado durante todo este tiempo. Le comprendo.
Lo único que esperaba era que mi mejor amiga me defienda pero sólo te estabas
riendo. Supongo que he esperado mucho de vosotros.
-Emma,
creo que te estás equivocando...
-Guiomar.
Sé lo que vi. Fui a casa de Harry, fui porque quería perdonarle. Quería que todo
fuera como antes- habló Em de golpe- pero Harry ya tiene otra novia y no
puedo hacer nada.
Guiomar
la miró a los ojos, impasible. Se quedaron varios minutos así, mirándose sin
decir nada. Hasta que su amiga cerró los ojos y movió suavemente la cabeza de
izquierda a derecha, como queriendo negar algo. Cuando habló, abrió los ojos.
-Emma,
no puedo negar lo que has visto pero sí puedo justificar lo que hicimos. Ha
sido un gran malentendido.
-¿Es un
malentendido ver cómo Allanah se tragaba toda la boca de Harry? ¿Y cómo te
reías de dicha escena? Creo que no hay justificación.
-Iba
borracha.
-Ah claro,
sabía que ibas a tomar esa excusa- comentó irónicamente- creo que aquí he
perdido el tiempo. Me marcho a casa. Olvídalo Guiomar, Harry tiene todo el derecho del mundo de besar a quién le dé la gana y tú de reírte.
A Guiomar le dio un vuelco el corazón cuando Em tomó su bolso y se disponía a irse de su casa. Aquella misma mañana Emma le dijo que seguía siendo su mejor amiga y ahora su amistad parecía deteriorarse de nuevo. Era lo que menos quería en el mundo.
-Estábamos
jugando a la botella- habló Guiomar, a sus espaldas.
-¿Cómo
dices?- preguntó Em sin entender nada. Miró a su amiga.
-Estábamos
jugando a la botella- repitió, también mirando a Emma- a Harry le tocó besarse
con Allanah y me empecé a reír porque él puso mala cara al enterarse de que
tenía que besarse con ella. Es cierto que iba un poco bebida, aunque eso es
secundario, pero sólo me estaba riendo de él, que no paraba de poner excusas e
intentaba escaquearse. Pero Allanah le besó y me empecé a reír más aún porque
Harry mantenía los ojos abiertos. Él estuvo alerta aquella noche, estaba seguro de que ibas a asistir a la fiesta. Sólo había celebrado su cumpleaños para verte.
Emma lo
entendió todo. Entendió porqué sus amigos iban sentados en forma de círculo.
¿Pero eso quería decir que Harry no estaba saliendo con Allanah?
-Él te
quiere- dijo Guiomar como si le hubiera leído la mente- me contó a solas cómo
te fuiste cuando te pidió un beso. Él quería besarte con todas sus fuerzas, te
lo aseguro.
Emma se
quedó paralizada. Se quedó de pie, analizando la información que acababa de
recibir. Había pasado cuatro meses lamentando ese día...
-Así
que he oído que quieres perdonarle, ¿no?- comentó Guiomar con una sonrisa,
retomando la conversación anterior.
-No lo
sé. He oído que Allanah también iba a la discoteca...- empezó Em.
-Emma...-
la interrumpió- Harry y ella no están saliendo. Allanah estudia aquí, en
Londres, y antes compartía un apartamento con sus compañeras pero tuvo un
conflicto con ellas en mitad del curso y ella necesitaba ayuda. Ya sabes como
es él, jamás podría decir que no.
Emma
sonrió al escuchar lo último que dijo Guiomar.
-¿Estás
segura de que no han hecho nada?- preguntó Em tímidamente.
-Estoy
la mar de segura. Así que... ¡Será mejor que te compres un bonito vestido para
el baile, Emma!
Pero la
realidad le golpeó a Guiomar como el iceberg golpeó a Titanic: Shelly rompió a
llorar en la habitación de invitados.
-Eso
pasa por gritar tan alto- comentó Emma divertida, al ver la cara que compuso su
amiga.
~~~
-¡Hey!
He invitado a una amiga, espero que no os importe- comentó Zayn entre el gentío
y la música de la discoteca.
La sala
VIP se llenaba cada vez más y más. Pero no había tanta gente como en la sala
normal, claro.
-¿Amiga?
¿Qué amiga?- preguntó Beth, curiosa, sentada en un cojín debido a que estaba
embarazada. Niall, que estaba con ellos, miró fijamente a Zayn.
-Una
que conocí hace tiempo. De hecho, la conocí en el mismo día que tú- comentó
Zayn, mirando a Beth. Ella cogió su móvil, molesta, y negó con la cabeza murmurando "hombres".
Pero Niall
no pudo escuchar la respuesta de Zayn porque Harry salió de no sé dónde y le
llevó a rastras a un sitio aparte.
-¿Emma
no te ha dicho nada?- preguntó, preocupado.
-¿Y qué
me iba a decir?- respondió Niall, encogiéndose de hombros.
-No
respondas a mi pregunta con otra pregunta. ¡Se supone que tú eres su mejor
amigo! Tienes que saber porqué no ha venido- se lamentó él, un poco fuera de
sí.
Niall
empezó a reírse.
-Y se
supone que tú eres el mejor amigo de Guiomar y tampoco te ha dicho nada-
respondió él, sabiamente.
Niall
se rió aún más cuando vio a su mejor amigo gruñir. Miró de un lado a otro, como
si esperara verlas, y volvió a mirarle.
-¿No te
parece extraño que no hayan venido? A lo mejor les han pasado algo, vamos a
verlas...
-Harry,
estás exagerando- le paró Niall sin parar de reír- sé que quieres ver a Emma
pero probablemente sea verdad que están ocupadas.
-Más
les vale...- susurró y fue a reunirse con Louis, Liam y Hayley para tomar unas
copas.
Niall
negó con la cabeza ante la cabezonería de su amigo y volvió al sitio donde
estaba antes solo que ya estaba Shirley. La saludó, ya que no la conocía, bajo
la mirada fulminante de Beth.
-Niall,
¿puedo hablar contigo?- pidió ésta.
Él
asintió de nuevo. Definitivamente, hoy era el perrito guardián de sus amigos. Cuando Beth y él estuvieron lo suficientemente lejos de Shirley y Zayn,
la chica habló:
-¿Él
tuvo algo con ella? A juzgar por cómo la mira...
-No. No
te preocupes, él sólo te quiere a ti- afirmó Niall aunque sabía que eso no era verdad.
Realmente dudaba si a su amigo le gustaba Shirley ya que Liam le contó que
estuvo muy contento al reencontrarla en la Universidad donde hospedaba Marii-
tranquila. ¿Vas a dar a luz a un hijo de Zayn y realmente dudas de él?
Ella
mostró una sonrisa triste.
-Bueno,
sé que me quiere pero no lo suficiente. Jamás me ha dicho “te amo” ni me ha
dicho cosas bonitas... Ya no sé en qué creer.
Niall
puso una mano en su hombro para reconfortarla. Beth le sonrió y en vez de
dirigirse donde estaba su novio, se fue a una mesa donde Allanah, Zac y Eleanor
charlaban. Niall decidió no interrumpir a Shirley y Zayn así que fue a la barra
a pedir un vodka.
-Sí, lo
es- asintió Zayn, mirando a Beth con una sonrisa.
-Me
dijiste que estaba embarazada pero no sabía que tanto- dijo Shirley mirando la barriga de la novia de Zayn- ¿cuántos meses?
-Ocho.
Estoy muy nervioso.
-Normal-
dijo ella. Le cogió de la mano para tranquilizarle. Él la miró y sonrió- oye, Zayn.
Debo decirte una cosa muy importante.
Él
frunció el ceño debido al cambio de tono de su amiga. Se acercó más a ella y
preguntó.
-¿Qué
quieres decirme?
-Aquí
no. No es lo más apropiado estando... en una discoteca- Zayn tuvo la certeza de
que iba a decir “con ellos” ya que se dio cuenta de cómo miraba de reojo a sus
amigos- ¿mañana por la mañana en el parque? Ya sabes, donde nos conocimos.
Zayn
miró a Beth que estaba sentada tomando un vaso de agua y conversando
alegremente con la novia de Louis.
-Vale.
Pero sólo una hora- aceptó él sintiéndose un poco mal aunque no sabía el
porqué- porque tengo que cuidar de Beth.
~~~
-¡Arriba,
dormilona!- gritó Guiomar. La luz le dio de pleno en la cara cuando Guiomar
subió las persianas. Emma abrió un ojo, hacía un día espléndido. Cerró de nuevo
el ojo ya que le dolía la fuerte luz del Sol pero algo le hizo que abriera los ojos de golpe: Guiomar le había pellizcado la espalda.
-¿Por
qué nos levantamos tan pronto? Es verano y son las...- miró el relojito que se
situaba encima de la mesita de dormir- ocho y media. Déjame dormir- gruñó
tirándose de nuevo en la cama.
Guiomar
la hizo levantarse y le dio un vestido corto de vuelo de color rojo.
-Ponte
esto. Nos vamos de compras- anunció ella con una gran sonrisa. Guiomar llevaba
puesto un vestido de flores (azules y rosas) que le llegaba hasta el tobillo.
-¿No
podemos ir de compras por la tarde?- preguntó ella mientras se quitaba el
pijama que le prestó Guiomar anoche.
-Shelly
nos hará perder mucho tiempo y lo más probable es que nos lleve un día entero-
le explicó Guiomar, que le cepillaba el pelo a Em a la vez que ella se ponía el
vestido.
En
cinco minutos ambas ya habían salido a la calle con gran cantidad de dinero
en sus respectivos bolsos. Guiomar empujaba el carrito de bebé.
-¿A qué
tienda quieres ir?- inquirió ésta. Al escuchar la voz de Guiomar, Shelly rompió
a llorar- Oh no, no, ¡no llores! ¿Por qué lloras? Estamos comprando ropa, a
todas las chicas les gustan comprar ropa.
-Guiomar-
Em empezó a reírse- ella no te entiende. ¿Le has dado de comer?
-¿Qué?-
Guiomar frunció el ceño, sorprendida.
Emma
puso los ojos en blanco y tragó aire antes de decir:
-Los
bebés tienen que comer. ¡Desayuno, comida, cena!
Guiomar
hizo un puchero mientras veía cómo Shelly berreaba en el carrito de ruedas.
Después soltó un largo suspiro y entraron al restaurante más cercano.
-¿Qué
hacemos aquí?- interrogó Em cuando un camarero les ofreció asiento.
Emma
respiró hondo de nuevo y miró el escaparate del restaurante que había elegido
su amiga, era Hollywood.
-Guiomar,
un maldito bebé no puede comer en un Hollywood.
Guiomar
abrió los ojos como platos y dejó de examinar el menú.
-¿Por
qué?
-¡Por
qué no tiene dientes!- gritó Emma al borde de la exasperación.
-¿Y...?
Las magdalenas están blanditas. O tal vez que se coma una fruta, tienen muchas
vitaminas.
Emma
soltó un lamento, irritada. Guiomar la estaba sacando de quicio. Shelly apenas
tenía un año y su amiga pretendía que comiera una mísera magdalena. Salieron
del restaurante, pidiendo disculpas al camarero, y fueron al supermercado que estaba al lado de la casa de Guiomar.
-¿Por
qué no cogemos papilla con sabor a pollo? Seguro que le gusta más- repuso
Guiomar frunciendo el ceño al ver que su amiga cogía una papilla con sabor a
verduras.
-Pues
una papilla de pollo, entonces- susurró Em fuera de sí.
-¡No,
no! Mejor con sabor a carne- comentó alegremente al descubrir papillas de más
sabores- o de frutas, que tienen muchas vitaminas.
-Las
verduras también tienen muchas vitaminas- replicó Emma, que estaba empezando a
impacientarse.
-Pero
están asquerosas- negó Guiomar- ¡Anda, hay uno mixto de pollo y carne! ¿Por
qué no...?
Pero
Emma ya se marchó de la sección con el carrito de bebé para pagárselo a la
cajera. Una vez fuera, Guiomar le preguntó:
-¿Cuál
cogiste? ¿El de pollo o el de verduras?
-El de
pollo- respondió ella en un susurro, consternada.
~~~
Zayn
esperó de pie, apoyándose en la barrera de colores del parque. Estaba nervioso
y algo preocupado. Cuando Shirley le preguntó si quería quedar notó algo de
seriedad en sus ojos. ¿Sería algo importante? ¿Qué querría decirle? No tenía ni
la más remota idea de lo que le quería decirle aquella chica.
En los
últimos meses Shirley y él se habían acercado mucho. Quizás demasiado. Le caía
muy bien y era una chica muy divertida. A veces algo arisca y taciturna, tal y
como la había conocido. Al pensarlo se dio cuenta de que era la imagen opuesta
de Beth. Ella era responsable, amable y muy optimista. Pero era muy sensible, a
la mínima se derrumbaba y se echaba a llorar. Era una chica dulce. A juzgar por
el físico de ambas, también eran muy diferentes.
-¿En
qué piensas?- le preguntó una voz conocida antes de darle un pequeño soplo en la
oreja. Eso produjo que Zayn se sobresaltara y casi se cayera al otro lado de la
barrera del parque.
-Estaba
pensando en... La agotadora gira que tenemos. Ahora tenemos gira por aquí pero
el 13 de junio nos iremos a Suecia. Y no volveremos hasta el 13 de julio-
mintió él para no dar justificaciones en porqué pensaba en Shirley.
-Ah,
qué guay. Tienes mucha suerte de viajar tanto- comentó la rubia. Hizo un mohín
y se apoyó en la barra, al lado de Zayn.
-Pero echo muchísimo de menos a mi familia- repuso y recalcó las tres próximas palabras-
y a Beth.
-Lo
comprendo- asintió ella- ¿Beth es un diminutivo de Elizabeth?- preguntó,
curiosa. Miró por primera vez a Zayn.
-No. De
Bethany- explicó el muchacho, sintiéndose mal al pensar en que ella estaba en
casa sufriendo las patadas del bebé mientras que él estaba con Shirley- pero
prefiere que la llamemos Beth. Dice que Bethany es un nombre muy pijo.
-Estoy
de acuerdo.
Estuvieron
varios minutos en silencio. Zayn estaba decidido a no romper el hielo pero al
cabo de tres minutos se dio cuenta de que Shirley tampoco quería hablar así que
el cantante habló primero:
-Shirley-
la chica lo miró- ¿para qué me has llamado? Quiero decir, me habías dicho que
me querías decir una cosa muy importante.
-Bueno,
supongo que ha llegado el momento- suspiró ella, derrotada.
-¿Qué
momento?- balbuceó él, extrañado- ¿de qué estas hab...?
Pero un
movimiento imprevisto le acalló. Shirley se había lanzado a sus labios y en ese
mismo momento le besaba con fervor. Zayn contestó al beso, tenía que admitirlo,
llevaba esperándolo mucho tiempo.
Después
de conocerla, cuando cruzaba por este parque siempre tenía la esperanza de
encontrarla. Empezó a acostarse con Beth pensando en la chica que había
conocido en el parque hasta que todo eso cambió: la vio en la Universidad
cuando Liam quiso buscar a Marii.
Sus
esperanzas de tener algo con ella se derrumbaron por completo al darse cuenta
de que Beth albergaba sentimientos muy profundos hacia él. Pero aún así tenía
una llama de esperanza en lo más profundo de su corazón aunque se rompió en
pedazos al enterarse de que iba a tener un niño.
Se
apartó inmediatamente cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se dio
cuenta de que tenía la mano en la cadera de Shirley y la apartó con brusquedad.
-No
puedo hacer esto- susurró él, despavorido.
-¿No
puedes o no quieres?- preguntó ella tristemente- sé que Beth está embarazada
pero pienso que... Pienso que debemos estar juntos. Me gustas muchísimo y sé
que yo a ti también...
-No
puedo ni quiero. Te equivocas, Shirley, no me gustas- le contradijo Zayn.
La
rubia alzó una ceja, sin tragarse ni una palabra.
-¿Y por
qué me buscaste en la Universidad como un loco cuando me viste cruzar por allí?
¿Por qué me pediste mi número? ¿Por qué quedas conmigo? ¿Por qué me invitaste
en la discoteca ayer delante de las narices de tu novia?- respondió ella
astutamente- porque una celebridad como tú no haría eso, no invitaría a una
discoteca a una simple fan.
-No eres una fan, eres mi amiga. Y si me gustaras, no te invitaría delante de las narices de Beth. ¿Quieres
que te sea sincero?- Shirley asintió, algo ofendida- me gustabas mucho y sí,
después de conocerte me llamaste la atención y te buscaba. Me volví loco de
alegría cuando nos reencontramos porque sentía algo por ti.
-Entonces,
¿cuál es el problema?- inquirió ella, cruzándose de brazos.
-Pero
entonces me enteré de que iba a ser padre. No voy a consentir salir contigo con
otra mujer embarazada.
-Zayn,
no tienes que estar con ella si no la quieres. Si la has embarazado, puedes
encargarte del niño unos días al mes y darle dinero para que le cuide ella también- le
explicó ella, esperanzada.
-Ese es
el problema. Que sí la quiero.
-¿Cómo
has dicho?- vaciló.
-Me
obligué a mí mismo a quererla cuando me enteré de que estaba embarazada. Pero
me he dado cuenta de que no tengo que forzarme a quererla. La quiero. Es la
única con quien quiero estar.
-¿Y
desde cuándo es eso?
-Desde
que me besaste.
Shirley
le miró con los ojos anegados en lágrimas. Zayn se mostró impasible. Estaba
eufórico y a la vez triste. Eufórico porque por fin se había dado cuenta de que
quería a Beth, estaba enamorado de ella. Se dio cuenta de que siempre lo había
estado pero Shirley le había hecho dudar pero después del beso... Supo que
prefería mil veces los besos de Beth que los de Shirley. También estaba triste
por Shirley, que tenía el rostro demacrado.
-Zayn, si te arrepientes y quieres volver conmigo... Llámame, por favor- rogó ella entre lágrimas. Tenía la voz entrecortada.
-Lo haré- afirmó él aún sabiendo que eso jamás ocurriría.
Se miraron durante varios minutos. Shirley no paraba de llorar.
-Zayn, si te arrepientes y quieres volver conmigo... Llámame, por favor- rogó ella entre lágrimas. Tenía la voz entrecortada.
-Lo haré- afirmó él aún sabiendo que eso jamás ocurriría.
Se miraron durante varios minutos. Shirley no paraba de llorar.
-Lo
siento mucho. No quería darte esperanzas- se sinceró él, la euforia y el dolor
desaparecieron y creció la culpabilidad- no sabía que pensabas que mis
intenciones era enamorarte. Sólo quería ser amigo tuyo.
La
rubia asintió con la cabeza aún con lágrimas en los ojos. Apretó los labios y
miró al suelo, avergonzada por el rechazo.
-Eres
una chica genial, Shirley, no lo dudes ni un segundo- dijo Zayn, abrazándola
con cariño- además, tienes novio. ¿No quieres a Matt?
-Sí...
Le quiero- respondió ella con la voz quebrada. Agarró la camiseta de Zayn para
abrazarlo con fuerza- pero es que nos peleamos mucho...
-Los
que se pelean se desean- murmuró Zayn en el oído de ésta.
Zayn
notó que Shirley sonreía. Acto seguido se soltaron del abrazo.
-Me ha
agradado volver a verte- aseguró Zayn.
La
chica asintió sin mediar palabra y se dio la vuelta para irse a su casa. Zayn
hizo lo mismo, por el lado contrario.
Tardó
en llegar a casa, ya que estaba lejos, pero hizo todo lo posible por llegar lo
antes posible.
-¡Hola!-
escuchó un grito en el interior y Zayn sonrió. Se sentía a gusto al escuchar la
voz de Beth. Se encaminó hacia la cocina- estoy preparando macarrones-
respondió ella con una sonrisa al verlo en el umbral de la puerta.
-Deberías
descansar- comentó él algo preocupado tras ver la panza de su novia.
-Sólo
preparo macarrones- dijo ella poniendo una mueca. Se frotó la nariz y sin
querer se manchó de tomate sin que se diera cuenta. Zayn se rió en voz baja.
-Oye
Beth- dijo él, aún apoyado en el umbral. La chica dejó lo que estaba haciendo y
se giró para mirar a Zayn. Su mirada era entre curiosa y preocupada- te amo,
¿lo sabías?
La
muchacha se le descolgó la boca y soltó un gemido. Paralizada en la cocina, miró a
Zayn con los ojos borrosos y formó una amplia sonrisa entre hipidos. Después
pegó un salto y un chillido. Se lanzó a los brazos de Zayn.
-¡Nunca
me has dicho eso!- chilló ella de alegría. Él se limitó a acariciar su pelo,
feliz- yo también te amo, Zayn.
El
chico la besó con pasión y ella respondió a su beso más frenética que nunca.
-Tienes
una mancha en la nariz- repuso él limpiándosela con la lengua- mmmh, está
sabroso.
-¿Yo o
el tomate?- bromeó ella volviendo a besarle.
-Tú,
sin duda, ganas mil veces al tomate- le respondió él tras un largo beso. A
continuación captó un olor raro. Espiró y arrugó la nariz.
-¡Oh,
no, los macarrones!- gritó ella volviendo a la realidad. Pegó un salto,
parecido al de antes, y volvió a la cocina. Destapó la cacerola y el
olor se intensificó aún más. Cogió un macarrón con una cuchara de madera.
Estaba chamuscado.
-Me
parece que tenemos que hacer otra vez macarrones- se rió Zayn al ver la cara
que había compuesto su novia.
~~~
Después
de haberle dado de comer a Shelly, Guiomar y Emma fueron a un bar para tomar un
simple desayuno. Pero cuando hubieron terminado, Shelly empezó a berrear en
medio del bar y a parte de eso, empezó a oler un tufo nada agradable. Emma
regañó a Guiomar por no traer pañales y tuvieron que volver a casa de Guiomar
para cambiarla y, de paso, coger más pañales por si lo necesitaban. Pero cuando
iban a salir de casa, Shelly empezó a lloriquear y a pegar gritos molestos. Al
cabo de una hora, cuando ya la habían calmado, las chicas empezaron a tener
hambre ya que eran las dos y media de la tarde. Comieron tranquilamente y le
volvieron a dar de comer a Shelly (la papilla que sobró esta mañana) y a las
cinco salieron.
-Ufff,
tener un bebé es un infierno- protestó Guiomar empujando del carrito.
-Díselo
a Beth- comentó Em entre risas.
-No
está mal- observó Guiomar. Miró a Shelly y vio que estaba dormida- ¿entramos?
Em no
perdió el tiempo para contestar y caminaron hacia la tienda. ¡Tenían que encontrar
el vestido perfecto! Pero ambas se llevaron un chasco nada más abrir la puerta
del establecimiento: Shelly había vuelto a llorar.
~~~
-¿Creéis
que Emma y Harry acabarán juntos?- preguntó Hayley con curiosidad, apartando la
vista de la tabla periódica.
-Emma
me prometió que no estaba enamorada de él- le recordó Bambi, que estaba a su
lado. Thomas, que también estaba con ellas pasando el rato y estudiando un poco
para los finales del último trimestre en casa de Hayley, asintió mostrando su
apoyo.
-Ni
siquiera acudió a su cumpleaños- dijo Thomas, alzando una ceja. Dejó a un lado
sus apuntes para mirar a sus dos amigas.
-¿Y
qué?- contestó Hay como si fuera lo más normal del mundo- en marzo Nicole
celebró su cumpleaños y no fuiste. Y tú estás enamorado de ella.
Bambi
rodó los ojos maldiciendo el comentario de su amiga.
-Pero
es diferente. Nicole dio una fiesta por todo lo alto y sabes que no me gustan-
dijo él dolorido por el golpe bajo.
Hay
torció una nariz sin creerse ni una palabra y volvió a memorizar la tabla
periódica.
-Lo que
sí que creo es que Marcos y Guiomar acabarán juntos- habló Bambi, varios
minutos después de silencio.
-Oh,
estoy totalmente de acuerdo- asintió Thomas con una risita- si vieras cómo la
mira en clase...
Hayley
se rió dándole la razón señalándole con un dedo.
-¿Y qué
decís de Zayn y Beth?- Bambi retomó la conversación.
-Yo
creo que romperán- dijo Hay dando su opinión con una mueca triste- Zayn sólo
está con ella por el niño. O eso parece.
-Yo
creo que romperán también- admitió Thomas encogiéndose de hombros. Releyó unas
líneas de sus apuntes y comentó- ¿creéis que Niall recuperará a Belén? Nunca la
he conocido pero por cómo me cuentan, fue el amor de su vida.
Hayley
y Bambi pusieron muecas.
-Puede
que sí- suspiró Hayley- he estado hablando con Belén últimamente y aún piensa
en Niall. Su amor fue muy intenso. Aunque ahora está saliendo con Sergio, que
también le quiere.
-¿Creéis
que Zac y Emma saldrán alguna vez?- preguntó Thomas.
-No-
Bambi negó rotundamente- ella no le quiere.
-Yo
tampoco lo creo- confirmó Hayley.
Thomas
hubiera deseado escuchar “yo creo que Nicole y tú saldréis juntos” pero sus dos
amigas finalizaron la conversación. Hayley se centró en la tabla periódica y
Bambi chateaba quién sabe con quién por el móvil.
-¿Tenéis
vestido para la fiesta?- preguntó Thomas después de un desesperado minuto.
-Sí-
respondieron las otras dos.
-A
propósito, ¿quién creéis que ganará La Reina de Verano?- interrogó Bambi- ¿una
de las primas?
-¡Ojalá
ganara Guiomar!- rogó Hayley sin apartar la mirada de la tabla periódica.
-Yo
quiero que gane Nicole- confesó el chico revisando sus apuntes de Historia-
ella ya lo tiene ganado aunque depende de Nick, su pareja...
~~~
Las
chicas descubrieron que Shelly lloraba porque tenía fiebre. Fueron al médico y
después de que recetara algo para el bebé se dirigieron inmediatamente a la farmacia para
medicarla. Pero entonces ya eran las ocho y "habían acordado" con Brooke que la buscaría a las ocho y media. Corrieron como psicópatas a la casa de Guiomar (estuvieron a punto de
romper las ruedas del carro del bebé). Llegaron justo a tiempo: a las ocho y
media.
Pero
para desgracia de ambas, Brooke no llegó hasta las diez.
-¡¿Por
qué has llegado tarde?!- gritó Guiomar enfadadísima al ver a su hermana en el
umbral de su puerta principal- ¡Una hora y media!
-¿Y tú
nunca has llegado tarde?- respondió su hermana con voz sorna. Emma se rió por
lo bajini aunque también le enfurecía el hecho de que Brooke hubiera llegado
mucho más tarde de lo previsto- ¿dónde está mi niña?
Guiomar
iba a replicar pero decidió callarse para deshacerse del bebé cuanto antes.
Acercó el carrito de ruedas, donde la pequeña estaba dormida plácidamente, para enseñarla a su hermana.
-Sana y
salva. ¿A que no te lo esperabas, eh?
Brooke se echó a reír y señaló a Em.
-Apuesto a que te ayudado ella.
Guiomar, roja de rabia, soltó unos que otros improperios. Brooke no hizo caso a las objeciones de su hermana y cogió a
su hija. Notó que estaba caliente.
-Bueno, bueno, me parece que no está tan sana como creéis.
Guiomar palideció. Em y ella habían decidido no contárselo
pero su hermana lo había descubierto por su cuenta. ¿Qué iba a decir? No quería
quedar mal enfrente de ella.
-¿Qué le habéis dado de comer?- preguntó ella con los ojos
entrecerrados.
Las dos amigas se miraron y respondieron a la vez:
Brooke arrugó la nariz y gritó:
-¡A Shelly no le gusta el pollo! Le sienta mal. Pobre mi
chiquitina mía...- susurró exageradamente acunando a su hija.
-¿Ves? ¡Te lo había dicho!- le acusó Guiomar a Emma.
-¿Qué...? ¡Pero si yo te había dicho el de verd...!- pero se
calló al ver el gesto de Guiomar para que se callara y lo entendió, no quería
quedar mal ante su hermana.
Brooke se marchó con la odiosa Shelly cinco minutos después.
Las chicas se tiraron en el sillón, agotadas.
-Nos hemos levantado a las ocho y media para nada- se
lamentó Guiomar, acomodada en el sofá. Cerró los ojos y murmuró- jo, no te
hemos encontrado ningún vestido, Emma... Y en esta semana tenemos que estudiar
para los exámenes finales de junio y no nos va a dar tiempo a comprar un
vestido.
-Ya...- susurró Em poniendo una mueca. Bebió un sorbo a su vaso de agua, estaba sedienta- supongo que me tendré
que poner el vestido horrible que llevó mi madre en su fiesta de la
Universidad. Pero, oye, deberías preocuparte más por tu vestido, te has
apuntado a la Competición de Reina de Verano.
-Bah, no me importa- Guiomar hizo un ademán con la mano.
-¿Cómo que no importa?- Em frunció el ceño, confusa. Acto seguido dejó el vaso en la mesa que había enfrente- creía
que querías ganar.
Hubo un silencio bastante incómodo, pero sólo para Guiomar.
Estuvieron un rato en calma sin decir nada hasta que Guiomar rompió el hielo,
confesando su más íntimo secreto.
-No me interesa ganar. Quiero que gane Nicole- reconoció ella aún tumbada en el sofá- sólo me he apuntado para... Escuchar lo que
dirá mi pareja sobre mí. Ya sabes, en la Competición valoran el discurso del
chico.
Em trató de asimilar lo que le había dicho Guiomar. Había
sido toda una sorpresa para ella y de pronto cayó en algo...
-¿Quién es tu pareja, Guiomar?- aunque creía saber quién
era.
-No hace falta que conteste, ¿verdad? Ya lo sabes.
Emma sonrió, victoriosa. Sabía que a Guiomar le gustaba.
Trató cambiar de tema porque sabía que era un tema vergonzoso para su amiga.
-Son las once... Supongo que no nos dará tiempo irnos de
compras, ¿no?
Guiomar cambió de postura y se sentó en el sofá, mirando
directamente a su mejor amiga. Emma la miró interrogante, su
amiga tenía cara de tramar algo.
-Quizás daría tiempo pero... Tengo una idea- respondió ella
con una sonrisa de lado.
Pasaron
los días y llegó el último día lectivo antes del Baile de Verano. Todas las
chicas tenían Historia a última hora los viernes. Guiomar estaba contentísima
para llevar a cabo su plan, sólo faltaban dos días para el Baile.
-Guiomar,
concéntrate- la voz de Marcos le hizo volver a la realidad. Asintió con la
cabeza y pidió perdón- los exámenes empiezan el jueves que viene- le recordó
él.
Raquel,
que se sentaba enfrente de Guiomar, se giró cuando Marcos escribía algo en la
pizarra.
-Pensando
en él, ¿no?- dijo ella, alzando varias veces las cejas.
-¡Calla!-
siseó ella en broma. Raquel se giró de su asiento, riendo.
Guiomar
miró alrededor. Nicole estaba al lado de ella escribiendo cosas con aspecto
triste. Guiomar se mordió los labios, la veía muy infeliz a Nicole últimamente
y eso le afectaba mucho. La observó disimuladamente: Nicole levantó la cabeza y
contempló a Thomas, que estaba atento al profesor. En seguida, ella bajó la
cabeza nuevamente, compungida.
Pero
aquellos pensamientos tristes se borraron de inmediato cuando el timbre sonó en
clase. Marcos anunció un “podéis iros” y Guiomar se levantó de su sitio para
acercarse a Emma.
-¡Vamos
a la habitación!
-¿Qué?-
respondió ella un poco sobresaltada. Guiomar no se lo esperó más y la tiró del
brazo. Entraron al ascensor y ascendieron hasta llegar a la planta 7. Una vez
que las puertas se abrieron, ambas corrieron hacia la habitación. Em sacó las
llaves, aún desconcertada por la actitud de Guiomar.
Cuando
abrió la puerta supo inmediatamente que Guiomar había tramado algo. Encima de
su cama había una caja cuadrada bastante grande. En la caja se podía ver las
palabras Max Azria, la marca. Em parecía saber lo que contenía dentro
pero... ¿Quién se lo había regalado? Miró a su amiga, entre agradecida y molesta
por haber hecho algo que no era necesario, y abrió la caja. Soltó una
exclamación de sorpresa, Guiomar, que estaba a su lado, también lo hizo.
Era un
vestido. Un impresionante vestido de color azul eléctrico con bandas y tirante
asimétrico. Emma lo cogió con admiración y cuidado, casi temía romperlo.
-¡Hay
una nota en la caja, mira!- chilló Guiomar, muy contenta.
Em
desvió su atención en el vestido y volvió a mirar la caja. En efecto, dentro
había una hoja de papel chiquitita. La cogió, la desdobló y empezó a leer
rápidamente:
Guiomar
me había dicho que no encontrabas vestido y me había advertido que si no te
compraba uno me convertía en papilla (aunque me deja conservar mi precioso pelo). Cumpliendo las normas
de Guiomar, decidí comprar el vestido a mi gusto. Escogí mi preferido, el que
preferiría que llevase mi pareja de baile, espero que te guste.
Tengo
muchas ganas de verte con el vestido, seguro que estarás guapísima, como
siempre.
Un
beso,
Harry.
Emma sonrió como una tonta al releer la
carta por lo menos unas diez veces. Chilló de la emoción y abrazó a su mejor
amiga, contenta de tener un vestido precioso y que se lo hubiera regalado
Harry.
¿Quién iba a decir que 88-20 iba a estar en el baile dispuesto a llevar a cabo su plan de una vez por todas?
¿Quién iba a decir que 88-20 iba a estar en el baile dispuesto a llevar a cabo su plan de una vez por todas?