Emma le dio un corto beso en los labios y pasó con varios
libros y hojas sueltas mal ordenadas entre el brazo y el pecho.
-¿Te sirvo algo?- le preguntó Harry mientras avanzaba hacia
el salón donde se había sentado ella en una de las sillas.
-No, gracias- respondió ella abatida, dejando caer de una vez
las hojas impresas y arrugadas en la mesa de madera bien pulida de Harry. Se colocó un mechón detrás de la oreja y empezó
a bufar.
-Tranquila- rió Harry viendo lo nerviosa que podía llegar a ser su
novia- me recuerdas a Marii.
Emma esbozó una pequeña sonrisa.
-Harry, ayúdame a matricularme en una universidad.
El muchacho asintió enérgicamente y se sentó a su lado.
-A ver: ¿Qué es lo que te gusta hacer?
-Pues… Me gusta escribir, por ejemplo.
Harry resopló angustiado y se llevó una mano en la frente,
pensando en alguna carrera universitaria para que Emma se pudiera matricular.
-¿Antes que querías ser?
-De pequeña quería ser astronauta, a los doce años quise ser
periodista.
-¿Astronauta? ¿Tú?- se burló Harry. Intentó no reprimir ninguna risita mientras que Em le miraba amenazadoramente. Finalmente el cantante rió escandalosamente.
-No te burles. ¿Y tú que querías ser antes de ser cantante,
eh?
-No era un buen estudiante- Harry sacó la lengua y guiñó un
ojo- trabajaba en una panadería.
Emma estalló a carcajadas. Harry frunció el ceño y siguió
mirando los folios que trajo la joven. Era una lista de carreras.
-¿Escritura Creativa?- saltó.
Emma se revolvió del sitio y miró el folio junto con
Harry.
-La Licenciatura en Escritura Creativa y Literatura prepara
a los alumnos para enfrentarse al vasto mundo laboral que ofrece la literatura
como el campo editorial, los medios de comunicación, la docencia. la
investigación, las instituciones culturales, y todas aquellas que requieran de
la creatividad surgida del conocimiento y el amor por las palabras y la
escritura.
Ambos se miraron.
-¿Te gusta?- preguntó Harry al fin.
Emma cogió el portátil que Harry tenía en la mesa y buscó
información acerca de la carrera.
-Harry- dijo ella firmemente- voy a estudiar esta carrera, ¡es perfecta!…
¡Oh!
-¿Qué pasa?- preguntó él, sobresaltado.
-¡¡Universidad de Sheffield!!
-He oído que esta universidad es muy buena, una de las mejores…
-No, Harry. No lo digo por eso- y empezó a reírse sin razón
alguna. Harry la miró raro- también está la carrera de Arquitectura del
paisaje.
-¿Y…? ¿Tú quieres…?
-No- interrumpió de nuevo- Guiomar quiere estudiar
Arquitectura del paisaje, así que podemos ir juntas.
-¡Me alegro!- dijo Harry, sonriente. Se sintió a gusto haber
ayudado a su novia.
-Muchas gracias Harry, eres el mejor- corroboró Em.
-Ya lo sabía- fanfarroneó Harry.
-Oh no- la sonrisa que esbozó Emma unos segundos atrás se
apagó. Su semblante demostraba una visible tristeza.
-¿Qué pasa?
- £10,940 por año, Harry. Yo no puedo permitirme eso- se le
quebró la voz- tendré que buscar otra universidad- añadió con una sonrisa
fingida.
Harry la miró dulcemente con una media sonrisa.
-No seas tonta. ¿Para qué tienes un novio millonario?
-Harry… Sé hasta dónde quieres llegar y no. No te dejaré que
lo pagues.
-Cabezota. ¡Te lo voy a pagar y ya!- gritó él, mirándola a
los ojos.
-Cabezota tú. El dinero es tuyo, Harry.
El muchacho arqueó una ceja.
-Me sobra dinero, de verdad. Me alegra saber que mis personas queridas consigan lo que se propongan- susurró, arrastrando las palabras- y más si les he ayudado yo. Me
alegraría mucho saber que te he ayudado en esto.
-Pero Harry yo…
-Calladita estás más guapa- le cortó él plantándole un beso
en la boca.
~~~
Nicole caminaba silenciosamente por las llenas calles de
Londres. Llevaba dos bolsas de compras, una de colorines a rayas y lunares y la otra de flores de color lila y gris; y varios globos de distintos colores
en la otra mano. Vio a bastantes caras conocidas que fueron a la fiesta de ayer, pero ni la
saludaron. Hasta que de pronto, uno la saludó:
-Hola- era un chico bajito, mono, de ojos marrones y
aparentemente simpático. Nicole sonrió ampliamente al verle.
-Hola eh… Vaya, no me sé tu nombre.
-No te lo había dicho- rió él tendiéndole una mano- Thomas.
-¡Ah, hola Thomas!- le saludó ella sin tenderle la mano
debido a las manos ocupadas, él lo entendió y se metió la mano en el bolsillo del
pantalón- yo soy Nicole. Nicole Ellis.
-Vaya, orgullosa de tu apellido, ¿eh?- bromeó él. Ella
también sonrió- ¿Por qué tienes globos? ¿Es el cumple de alguien?
-Sí, el mío. Pero como nadie se acuerda, pues me autofelicito.
-Pero… ¿Y tus amigas? En la fiesta vi que estabas acompañada
de Guiomar, ella debería saber tu cumpleaños…
-Es mi prima- respondió ella con una sonrisa forzada- y no,
no lo sabe. No tengo amigos aquí.
-¿No eres de aquí?- preguntó él, algo angustiado de que una
chica como ella no tuviera un cumpleaños decente.
-Soy de Escocia.
-¿Y tus amigos de allí no te felicitaron?
-Tengo prisa- respondió ella aturullada, sujetando bien las
bolsas- adiós. Ya te veré algún día.
-Sí, ya te veré.
~~~
Se escuchó el esperado timbre. Guiomar se sobresaltó y salió
disparatada de su habitación a la de su prima Nicole: no estaba. Era de
esperar, ya que siempre salía a dar paseos. Se encogió de hombros y bajó abajo.
Su padre (hoy era uno de los pocos días que libraba) abrió
la puerta y dio la bienvenida a Marcos.
-Hola, señor Brandon.
-Llámeme Joshua por favor, ya no trabajas para mí- señaló el
hombretón riéndose y tendiéndole la mano. Él hizo lo mismo y miró a Guiomar.
Después de que Cassandra volviera con Marcos, él la perdonó
ya que parte de la culpa la tenía él; todo volvía a ser como antes… O no.
-Hey.
-Hola Marcos Bill- sonrió ella dándole dos besos, uno en
cada mejilla.
Él puso los ojos en blanco y dijo, después de miles de
veces:
-Marcos, por favor.
Guiomar se rió al recordar aquellos momentos y se llevo las manos a la boca, después ambos subieron, dejando al señor Brandon solo.
-Hace tiempo que no paso por aquí- comentó él echando un
vistazo a la casa, mientras subían por las escaleras.
-Sí, han sucedido tantas cosas…
-Ya. Ahora tendré que orientarte un poco por las carreras de
la universidad- dijo él abruptamente entrando al cuarto de la chica.
-Creo que he escogido el adecuado.
-¿Cuál?
-Arquitectura del paisaje.
Marcos alzó las cejas.
-¿No te gusta? ¿No es buena carrera?- se alarmó Guiomar.
-Es perfecta. Me encanta el paisaje, creo que es un buen
trabajo- le explicó él, acariciando su nuca- todo tiene un pero.
-¿Qué pero?
-A ti no te gusta la historia. Y para estudiar la carrera
tienes que saber mucha historia… Tendrás que aprender la arquitectura de los romanos, de los griegos y más. Te será difícil.
Guiomar bufó ruidosamente, echando la cabeza para atrás.
-Lo sé. Estoy decidida a que me enseñes. Aprobé historia
gracias a ti.
Marcos enrojeció y movió las manos diciendo que no era nada.
-Entonces, ¿quieres clases de historia, no?
-Ajá. Lo necesito.
-Perfecto, pues hoy empecemos un poco, ¿quieres?
Guiomar asintió y abrió el amplio armario para sacar el
libro de historia de la mochila que llevaba tiempo sin tocarla. Varios recuerdos
aburridos se almacenaron en la cabeza de Guiomar al tocar el libro, que estaba
bastante usado.
~~~
Pasaron cuatro días. Guiomar, Emma y Hayley se matricularon
juntas en la Universidad de Sheffield. Guiomar escogió la carrera de
Arquitectura del paisaje, como quería. Emma decidió estudiar Escritura
Creativa; mientras que Hayley escogió Administración de Empresas. Nicole, que
estudiaba Periodismo en segundo año, fue a la misma universidad que su prima y
sus amigas. Los de ciencias, en cambio, irían a estudiar en la
Universidad Imperial College (fueron muchos de los alumnos seleccionados del Noon High). Marii quiso estudiar Bioquímica, una de las carreras más difíciles;
Belén estudiaba segundo año de Medicina Veterinaria al igual que Miley; Helena quiso estudiar
Artes junto con Justin (sólo que él estudiaba en segundo año, mientras que la
joven en primero). Por último, Ingeniería civil y medioambiental sería estudiada por
Cassandra. Ella era la única que iría a otra universidad ya que no podía
permitirse estudiar allí debido a los precios altos.
-Harry, tienes la corbata mal puesta.
El chico bufó e intentó ajustársela pero lo único que hizo
es estropearlo aún más haciendo un lioso nudo.
-A ver, trae- se ofreció su novia.
-¡TE ESTOY DICIENDO QUE TE TIENES QUE ESPERAR!
Emma dio un respingo y Harry abrió los ojos. ¿Quién acababa
de pegar un grito?
-Es April, tranquilo- le susurró ella mientras daba un
último nudo bien hecho a la corbata.
-¿Y por qué…?
El sonido del timbre interrumpió su pregunta. Emma terminó
de deshacer los nudos que había hecho Harry y hacer nudos bien hechos y salió de su habitación, sus hermanas también salieron del
suyo y corrían para saber quién iba a ser la primera en abrir la puerta. Harry hizo lo mismo.
-¿Quién es ese chico?- preguntó él al estar al lado de su
chica, que estaba boquiabierta. En la cancela había un chico rubio de ojos marrones y pelo a lo Justin Bieber que no paraba de mirar a April.
Ella lanzó un suspiro de triunfo y miró a su hermana.
-Ahora tienes que admitir que eres un marimacho.
-Espera, espera, espera- habló Aroa atropelladamente y miró
al chico- ¿mi hermana no te ha pagado para que gane la apuesta, verdad?
El chico rió y negó con la cabeza. O eso, o era un
tic para colocarse bien el flequillo. La verdad es que aquel
niño le sonaba demasiado a Emma. Decidió apartar aquel pensamiento de la mente.
-¿No te ha drogado?- él volvió a negar con la cabeza,
mirándola de una manera rara- ¿estás seguro? ¿Nada de nada? ¡No puede ser!
El chico miró a los dos adultos aburrido y se dirigió a su
“novia”:
-Vamos a dar una vuelta.
April iba a abrir la boca pero se lo pensó mejor y asintió. Salió de la puerta, sonriente.
-Eh, tú no te vas a ningún lado- la reprendió su hermana,
tirándola hacia ella.
-¿Por qué? Tú no eres su madre.
Emma y Harry se quedaron pasmados ante la mal educación del
chico. Emma dirigió una mirada de soslayo a su hermana pequeña.
-April, tú no te mueves de aquí. Papá y mamá se han ido a un
museo y tengo que cuidar de ti hasta que venga Justin- se negó rotundamente.
April miró al chico y volvió a mirar a su hermana.
-Por favor- soltó.
-Si Emma dice que no, es que no- dijo Harry, agachándose
hasta estar a la misma altura que la niña- tienes que obedecerla. No puedes ir
con un desconocido…
-¡No es un desconocido! ¡Es mi novio!- chilló ella furiosamente, cogió de la mano al muchacho que masticaba chicle, desganado- Antes me
caías mejor, cuando me dabas la razón.
Emma puso los ojos en blanco y se dirigió a Aroa:
-Dile a tu hermana que ha ganado la apuesta.
Aroa rodó los ojos, mordiéndose las uñas.
-Soy un marimacho.
April sonrió triunfante y la rabieta se le pasó volando. Se
dirigió al chico y le dijo neutralmente:
-Alfie, puedes irte. Hemos cortado.
Emma se atragantó con su propia saliva.
-¿Alfie? ¿El hermano de Miley?
-¡Sí! ¿Recuerdas que pedí a Justin que me llevara a la casa
de Miley a visitarles? Pues le conocí.
-Oye, ¿cómo que hemos cortado?- frenó el chico, confuso.
-April, no puedes hacer eso. Eres una niña- le regañó Emma,
sin hacer caso al comentario de Alfie.
-¡No puedo quedarme de brazos cruzados mientras Aroa se ríe
de mí!- le gritó ella.
-¡No puedes cortar conmigo! ¡Soy yo la que corta con las
chicas!- chilló Alfie, pero se mezcló con la voz de Aroa que resonaba mucho
más.
-¡Eres muy infantil!
-¡Cállate! ¡Un chico súper guapo está por mí y tú eso no lo
puedes hacer!- debatió la otra gemela.
-¡Ya no me gustas!- finalizó el hermano de Miley.
-¡Basta ya! No podéis pelearos más. Los vecinos nos van a
oír- dijo Harry, apoyando su mano sobre el hombro de April.
-¡Jason es mucho más guapo que él!
-¡Ya vale! ¡¡Iros a vuestro cuarto!!- cortó Emma, tirando a
Aroa tras sí.
-¡Sí já! Como que te lo crees tú- polemizó April ante el comentario de Aroa.
-¡Sois una familia muy rara!- se enrabietó Alfie- ¡me voy de
aquí! ¡April, hemos roto!
-¡Pero si yo te he dejado primero!- vociferó ésta por encima
del hombro del rubiales, que se disponía a marcharse de la casa.
-¡Dale un beso a tu hermana de mi parte!- bramó Emma,
cerrando la puerta- ¡Os la vais a cargar!
Aroa y April se escaquearon, yéndose a la habitación.
-Emma, tranquilízate. A su edad es normal- rió el cantante.
-Ya han sobrepasado los límites. ¡Siempre discutiendo! Y
encima trae a un chico sólo para ganar una apuesta. ¿Qué será lo próximo?
La puerta de la casa se abrió de nuevo y por ella salió
Justin.
-¡JUSTIN! ¡Encárgate de ellas y procura que no se escapen de casa!- respondió Emma, rodando los ojos.
Él la miró de hito en hito. Después miró a Harry.
-No preguntes- se limitó a decir Harry para evitar otra
escena como la anterior.
-Vale- respondió parpadeando- ehh… Me voy a mi cuarto.
-Adiós- se despidieron los dos.
-¿Tienes todo preparado?- le preguntó Emma, a lo que Harry
asintió- Bien, vamos.
Ambos salieron de la casa, dejando a Justin y las gemelas
solos y entraron al coche de Harry que se encontraba aparcado enfrente de la
casa de la chica.
-Recuerda que tienes que venir a mi casa. Tengo que presentarte a mi familia- dijo Harry, viendo la reacción de su novia- en agosto.
-¡Me muero de ganas!- gritó ella aunque se notó cierto pavor.
-¿Qué pasa?
-Nada, ¿por?
Harry arqueó las cejas y su novia apartó la mirada.
-¿Nunca has pensado en comprarte un coche más grande?- intentó cambiar de tema.
-No. Sabes que no me van los coches- rió Harry distraído por el repentino cambio de tema- ¿tanto te
gustan?
-¡Amo los coches! Y lo sabes.
Ambos rieron nerviosos. Ambos se trasladaron varios meses
atrás donde Emma fue a casa de Harry a ayudarle a arreglar su coche y Taylor
vino improvisadamente.
-¿Y los chicos?- preguntó ella tras diez minutos de silencio
en el coche.
~~~
Dejó su taza de café cortado en la encimera y miró a Anna,
en ese momento estaba hablando con Bambi sobre su serie favorita: Gossip girl.
-Anna, quiero hablar un momento contigo- frenó Liam la
conversación animada entre las dos amigas.
Anna le dirigió una mirada descorazonada a Bambi, que se
levantó de la silla y se fue al salón.
-Dentro de nada me tendré que ir. En estos últimos días nos
hemos estado evitando y…
-Liam, que sea rápido- eludió la morena despedazada.
-Bien. Anna, diga lo que diga, pase lo que pase, quiero que
sigamos siendo amigos. ¿Vale?
Anna casi se cayó de la silla. Se descolocó y miró a Liam.
-Yo ya no siento nada por ti… Lo nuestro ha sido un error,
Anna.
Ella no supo que decir, no encontró palabras para decir algo en
este momento. Se quedó muda, con los ojos como platos y la boca abierta. Liam
la miró con tristeza y salió rápidamente de la cocina.
Tres minutos después, Bambi y Zac entraron en la cocina.
-¿Qué te ha dicho?- preguntó la joven, esperanzada.
-¿Quieres un café?- le preguntó a Zac, evitando la pregunta.
Él asintió.
Sus manos suaves temblaban al coger la tetera.
-Anna…
A Anna le temblaba tanto la mano que la jarra se le cayó y
se hizo añicos.
-Yo lo haré, Anna- dijo Zac inmediatamente, apresurándose a
limpiar el suelo.
-Hay otra en el aparador- dijo Anna sentándose y limpiándose
la frente con la manga. Zac miró a Bambi, que le devolvió una mirada de
desesperanza.
Anna tragó saliva. Sus ojos recorrían la habitación buscando
algún retazo de esperanza.
-Tranquila. El mundo no se ha acabado- susurró el muchacho
con delicadeza.
Anna no lloró ni se arrojó al cuello de sus amigos. No
parecía saber dónde se encontraba ni que hacer. Resultaba más trágico verla así
que llorando.
-Quiere que seamos amigos. Amigos…- murmuró como si esa
palabra fuera tóxica.
-Ya verás cómo te recuperas. No puedes estar así- parló
Bambi muy asustada.
-Quiero volver a Italia- declaró Anna, derrumbándose una vez
más delante de sus dos amigos.
~~~
-¿Y Liam?- interrogó Zayn asombrado.
-Siempre es el primero en llegar a los ensayos. ¡Él siempre
es puntual!- desgañitó Louis.
-Mirad, ahí llega- les comunicó Emma, señalando a un chico
con gafas de sol montado en un coche azul.
-¡Ya era hora!- le reprendió Niall cuando Liam estuvo junto
a ellos.
-Perdonad. Es que… Le confesé a Anna todo en el último
momento.
Todos los de su alrededor palidecieron, inquietos.
-¿Cómo se lo ha tomado?-preguntó Emma, alarmada.
-No sabía que decir… Se ha limitado a mirarme y… No sé cómo
se lo ha tomado.
Emma se afligió. Harry lo notó y le pasó un brazo alrededor de
sus hombros.
-Tranquila, lo superará- le susurró en el oído.
-Emma- reclamó Niall desasosegado- condúcenos hasta la
recepción.
Todos se habían reunido hoy. Y el motivo es que era, tal y
como prometieron los chicos, que irían a visitar a los niños enfermos del
hospital en el que residió Emma un mes atrás.
Al llegar a recepción, Emma les explicó a los doctores el
motivo de su visita. Ellos asintieron, conmocionados y les llevaron a la planta
tres: donde dormían los niños con cáncer.
-Ahí hay niños que padecen cáncer de todo tipo. De tres a
diecisiete años.
Ellos deambularon por el largo pasillo, que conducían a
varias habitaciones donde los niños les miraban curiosos, hasta llegar a una
habitación con una pequeña pista con un ambiente bastante animado. Las paredes eran rosadas y había ventanas muy grandes. La sala era rectangular y perfecta para ellos.
-Aquí es donde vienen personas invitadas, mayoritariamente
son teatros o vienen payasos. De vez en cuando hay talleres de manualidades- la
doctora que les acompañaron durante todo este tiempo se enterneció y
prosiguió-: pero nunca han venido una banda o cantante a cantarles.
Los chicos y Emma se turbaron. Se sintieron vulnerables.
-Quedaros aquí. Voy a traer a los niños. Les van a encantar-
proclamó la doctora aspirando aire y sorbiéndose los mocos.
Una vez que la doctora se fue, todos los músculos de los
jóvenes se aflojaron. Harry y Emma vivieron una experiencia parecida a la del
otro día, pero sólo fueron a visitar a tres enfermos por su apretado horario.
-Yo… No sé qué decir- musitó Niall notablemente emocionado.
Varios doctores con trajes de color blanco con varios dibujitos trajeron cinco
pedestales y micrófonos. Lo colocaron en fila en la pista. Finalmente les
sonrieron respetuosamente y se marcharon.
Los chicos se subieron al pequeño escenario. Emma fue colocando
sillas enfrente de la pista y se sentó en una silla apartada para observar a
los chicos cantar.
Cinco minutos después, la misma doctora de antes vino con
muchísimos niños detrás suya en fila. Muchos de ellos estaban curiosos, algunos daban saltos de alegría y a una niña casi le da un ataque al ver a los chicos.
-¡One Direction!
-¿Quiénes son?
-¡Oh, Niall! ¡Louis!
-¡Mirad, ahí está Zayn!
Varios les reconocieron, la mayoría eran niñas y otros se
preguntaron emocionados que qué iban a hacer y quiénes eran. Una vez que todos
los niños, de todas las edades que indicó la doctora, se sentaron en las sillas
que colocó Emma, Louis anunció:
-¡Hola chicos! Muchos de vosotros nos conocéis- varias niñas
soltaron grititos de emoción- bueno, somos una banda. Yo me llamo Louis y éste es Zayn. El rubito de ahí es Niall y el del pelo rizado Harry.
-¡Y yo soy Liam! Tengo un nombre guay- se mostró superior, bromeando.
Un niño gritó diciendo que él también se llamaba Liam.
-Somos One Direction, ¿y sabéis para qué hemos venido?
Los niños negaron ante la pregunta de Harry.
-A cumplir vuestros sueños- respondió Niall ilusionado.
-Los sueños se cumplen- sonrió Zayn- nuestros sueños se
cumplieron. ¿Qué soñáis vosotros?
Muchos niños pequeños levantaron la mano, emocionados.
-A ver, dime tú- señaló Harry a un niño calvo y con un
aparato en el pecho.
-De mayor quiero ser cocinero. Me encanta cocinar.
-¡A mí me gustaría conocer a Selena Gomez!- chilló una niña de
unos once años.
-¡Yo ya he cumplido mi sueño!- rió otra chica bastante
mayor, mirándoles con intensidad.
-¡Bien! Algún día saldréis de aquí y cumplís todas las
tareas que queréis hacer- dijo Harry.
-¡Nada es imposible!- chilló Niall, y todos los presentes
aplaudieron. Todos menos una niña.
Muchos niños se encogieron de hombros, inquietos y ansiosos.
Las niñas enfermas eligieron varias canciones. Empezaron por Forever Young.
Forever young,
I wanna be,
Forever young (forever),
Do you really want to live forever (forever),
Forever (forever),
Forever young...
I wanna be,
Forever young (forever),
Do you really want to live forever (forever),
Forever (forever),
Forever young...
Hubo un grandioso arranque de aplausos. Muchísimos enfermos se
levantaron (los que pudieron), las chicas lloraron de la emoción. Todos estaban
conmocionados por la letra de la canción, incluido One Direction y Emma.
-¿Podéis cantar What makes
you beautiful?- preguntó un niño tímidamente, como si temiera que One
Direction les iba a comer.
One Direction aceptaron la propuesta. Tras conversar con los niños
varios minutos más, empezaron a cantar su canción más exitosa del momento.
Al terminar la canción, todos los niños aplaudieron visiblemente
emocionados. Incluso algunos niños llegaron a llorar, pero no tanto como las
niñas. Cantaron un par de canciones más y al final los chicos firmaron
autógrafos conmovidos por la gran experiencia ya que los niños se lo pedían a voces. Algunas niños (mayoría niñas), los más valientes, se atrevieron a
hacerse una foto con sus ídolos. Una vez que se fueron todos (Emma incluido),
Zayn tomó la palabra:
-Vaya tela.
Niall fue a secarse las lágrimas que todavía le quedaban en la
cara.
-Lo que daría para que todos esos niños se curaran…
Harry asintió, entristecido. Todos lo siguieron.
En una de las habitaciones
del hospital se encontraba Emma. Esa era la habitación, agradable y con un toque de
ambiente casero, de Jamie.
-¿Qué tal te encuentras?
-Genial. Voy mejorando- objetó él sonriente y pálido, como
siempre- me han dicho que he mejorado muchísimo. Si ven que sigo mejorando, me
sacan de aquí.
-¡Eso es genial! Me alegro muchísimo por ti- se alegró Emma,
feliz.
-Lo tuyo sí que ha sido genial. Al enterarme de que saliste del
hospital y saliste viva, fue un gran alivio y alegría para mí.
Emma le sonrió agradecidamente.
-Ya verás cómo saldrás de esta- le animó de nuevo la muchacha.
Él asintió, complacido. Y acto seguido dijo:
-Eres una persona increíble y única. Cuando trajiste a tus
amigos aquí, al hospital, para cantar a todos los niños… Ha sido fantástico,
tuve un subidón de adrenalina al sentirme de nuevo en casa. Creo que desde
hace un año no me he sentido así.
-Gracias- se emocionó ella, deshaciéndose la coleta de cabello ya
que se moría de calor.
-Emma- habló una voz calculadora- los chicos te esperan
abajo. Será mejor que vayas.
La chica se giró para ver al doctor, asintió y se levantó no
sin antes despedirse de Jamie.
~~~
-¿Que Liam hizo qué?- aulló Guiomar incrédula.
-Lo que oyes.
-¡No me lo puedo creer!- chilló de nuevo, alucinada por la
noticia que le acababan de dar- pero… ¿Cuándo?
-Esta misma mañana- dijo Clara, fregando los platos en la
cocina. Mientras que Hayley, Marii y Clara estaban sentadas en la mesa circular
donde comían la familia López.
-Nos llamó Niall esta mañana al enterarse- le informó Marii, tratando de contenerse.
Hayley agachó la cabeza, sabía lo mal que lo estaba pasando
su mejor amiga.
-Además, Liam nos lo dijo.
-¿El qué os dijo?- preguntó la rubia, saliendo de su trance.
Silencio. Sólo se oía los golpes que hacía Clara al fregar.
-Hace cuatro días. En casa de Zayn- le informó Hay retomando
la palabra- dijo que todo fue un error.
-Un error. ¡Un error!- gritó Guiomar condolida- tengo que
visitar a Anna.
-Ya la llamé esta mañana- se apresuró a decir Hayley- Bambi
cogió el teléfono y dijo que era mejor no molestarla. Zac y ella también se han
mantenido al margen, está muy molesta y triste, deambulando por la casa sola.
-Y como para no estarlo. Ese Liam… Ese Liam…- tartamudeó sin
encontrar la palabra adecuada- ¡debería haber tenido más cuidado!
-No es su culpa- le defendió Marii, acariciando su cabello-
él no lo sabía. Cuando vino a pedirme ayuda para conquistarla, se le veía muy
enamorado.
-Pero no lo estaba- le contradijo su amiga.
-¿Y tú cuántos corazones has roto, Guiomar?- saltó la
hiperactiva.
La rubia se calló. Pero volvió a abrir la boca:
-Muy bien. ¿Sabes? No hace falta que defiendas a Liam sólo
porque te guste. Él jamás se fijará en alguien como tú- escupió
incontroladamente.
La realidad le golpeó a Marii en la cara como una bola
demoledora. Se escuchó un plato caer, produciendo un golpe sordo y Clara la
miró petrificada, sin encontrar palabras. Hayley cerró los ojos mientras rezaba
mentalmente que no se produjera ninguna pelea. Pero no fue así:
-Vale. Ya ha sido suficiente por hoy- dijo Marii duramente-
márchate de mi casa.
-¿Me estás echando?- preguntó Guiomar con un hilo de voz,
alucinada por la reacción de su amiga. O ex-amiga…
-Sí. Lárgate de mi casa. ¿Te lo repito?
Guiomar miró a las dos chicas restantes en busca de ayuda.
Clara negó con la cabeza y Hayley abrió la boca, pero rápidamente la cerró tras
una mirada amenazadora de Marii. Y sin más, Guiomar se marchó del chalet, dando
un porrazo al cerrar la puerta.
Sin previo aviso, Marii se subió a su habitación mientras
las lágrimas caían rápidamente. Abrió la puerta de su cuarto y se encontró a
Belén, tendida en la cama con una computadora enfrente, sin parar de sonreír.
Al notar la presencia de Marii se giró hacia ella.
‘¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?’
Marii se derrumbó y empezó a sollozar incontroladamente.
Belén la abrazó, le secó las lágrimas y giró el ordenador a su alcance. Ahí
estaban sus otros dos mejores amigos de España: Sergio y Jordina mientras que la saludaban en
la cámara.