domingo, 29 de septiembre de 2013

58- Sueños cumplidos.


-Pasa- cedió Harry con una gran sonrisa plantada en su cara. Sus ojos brillaron al verla.

Emma le dio un corto beso en los labios y pasó con varios libros y hojas sueltas mal ordenadas entre el brazo y el pecho.
 
-¿Te sirvo algo?- le preguntó Harry mientras avanzaba hacia el salón donde se había sentado ella en una de las sillas.
 
-No, gracias- respondió ella abatida, dejando caer de una vez las hojas impresas y arrugadas en la mesa de madera bien pulida de Harry. Se colocó un mechón detrás de la oreja y empezó a bufar. 
 
-Tranquila- rió Harry viendo lo nerviosa que podía llegar a ser su novia- me recuerdas a Marii.
 
Emma esbozó una pequeña sonrisa.
 
-Harry, ayúdame a matricularme en una universidad.
El muchacho asintió enérgicamente y se sentó a su lado.
 
-A ver: ¿Qué es lo que te gusta hacer?
 
-Pues… Me gusta escribir, por ejemplo.
 
Harry resopló angustiado y se llevó una mano en la frente, pensando en alguna carrera universitaria para que Emma se pudiera matricular.
 
-¿Antes que querías ser?

-De pequeña quería ser astronauta, a los doce años quise ser periodista.
 
-¿Astronauta? ¿Tú?- se burló Harry. Intentó no reprimir ninguna risita mientras que Em le miraba amenazadoramente. Finalmente el cantante rió escandalosamente.

-No te burles. ¿Y tú que querías ser antes de ser cantante, eh?
 
-No era un buen estudiante- Harry sacó la lengua y guiñó un ojo- trabajaba en una panadería.
 
Emma estalló a carcajadas. Harry frunció el ceño y siguió mirando los folios que trajo la joven. Era una lista de carreras.
 
-¿Escritura Creativa?- saltó.
 
Emma se revolvió del sitio y miró el folio junto con Harry.
 
-La Licenciatura en Escritura Creativa y Literatura prepara a los alumnos para enfrentarse al vasto mundo laboral que ofrece la literatura como el campo editorial, los medios de comunicación, la docencia. la investigación, las instituciones culturales, y todas aquellas que requieran de la creatividad surgida del conocimiento y el amor por las palabras y la escritura.
 
Ambos se miraron.
 
-¿Te gusta?- preguntó Harry al fin.
 
Emma cogió el portátil que Harry tenía en la mesa y buscó información acerca de la carrera.
 
-Harry- dijo ella firmemente- voy a estudiar esta carrera, ¡es perfecta!… ¡Oh!
 
-¿Qué pasa?- preguntó él, sobresaltado.
 
-¡¡Universidad de Sheffield!!
 
-He oído que esta universidad es muy buena, una de las mejores…
 
-No, Harry. No lo digo por eso- y empezó a reírse sin razón alguna. Harry la miró raro- también está la carrera de Arquitectura del paisaje.
 
-¿Y…? ¿Tú quieres…?
 
-No- interrumpió de nuevo- Guiomar quiere estudiar Arquitectura del paisaje, así que podemos ir juntas.
 
-¡Me alegro!- dijo Harry, sonriente. Se sintió a gusto haber ayudado a su novia.
 
-Muchas gracias Harry, eres el mejor- corroboró Em.
 
-Ya lo sabía- fanfarroneó Harry.
 
-Oh no- la sonrisa que esbozó Emma unos segundos atrás se apagó. Su semblante demostraba una visible tristeza.
 
-¿Qué pasa?
 
- £10,940 por año, Harry. Yo no puedo permitirme eso- se le quebró la voz- tendré que buscar otra universidad- añadió con una sonrisa fingida.
 
Harry la miró dulcemente con una media sonrisa.

-No seas tonta. ¿Para qué tienes un novio millonario?
 
-Harry… Sé hasta dónde quieres llegar y no. No te dejaré que lo pagues.
 
-Cabezota. ¡Te lo voy a pagar y ya!- gritó él, mirándola a los ojos.
 
-Cabezota tú. El dinero es tuyo, Harry.
 
El muchacho arqueó una ceja.
 
-Me sobra dinero, de verdad. Me alegra saber que mis personas queridas consigan lo que se propongan- susurró, arrastrando las palabras- y más si les he ayudado yo. Me alegraría mucho saber que te he ayudado en esto.
 
-Pero Harry yo…
 
-Calladita estás más guapa- le cortó él plantándole un beso en la boca.

                                                                        ~~~


Nicole caminaba silenciosamente por las llenas calles de Londres. Llevaba dos bolsas de compras, una de colorines a rayas y lunares y la otra de flores de color lila y gris; y varios globos de distintos colores en la otra mano. Vio a bastantes caras conocidas que fueron a la fiesta de ayer, pero ni la saludaron. Hasta que de pronto, uno la saludó:
 
-Hola- era un chico bajito, mono, de ojos marrones y aparentemente simpático. Nicole sonrió ampliamente al verle.
 
-Hola eh… Vaya, no me sé tu nombre.
 
-No te lo había dicho- rió él tendiéndole una mano- Thomas.
 
-¡Ah, hola Thomas!- le saludó ella sin tenderle la mano debido a  las manos ocupadas, él lo entendió y se metió la mano en el bolsillo del pantalón- yo soy Nicole. Nicole Ellis.
 
-Vaya, orgullosa de tu apellido, ¿eh?- bromeó él. Ella también sonrió- ¿Por qué tienes globos? ¿Es el cumple de alguien?
 
-Sí, el mío. Pero como nadie se acuerda, pues me autofelicito.
 
-Pero… ¿Y tus amigas? En la fiesta vi que estabas acompañada de Guiomar, ella debería saber tu cumpleaños…
 
-Es mi prima- respondió ella con una sonrisa forzada- y no, no lo sabe. No tengo amigos aquí.
 
-¿No eres de aquí?- preguntó él, algo angustiado de que una chica como ella no tuviera un cumpleaños decente.
 
-Soy de Escocia.
 
-¿Y tus amigos de allí no te felicitaron?
 
-Tengo prisa- respondió ella aturullada, sujetando bien las bolsas- adiós. Ya te veré algún día.
 
-Sí, ya te veré.

                                                                          ~~~


Se escuchó el esperado timbre. Guiomar se sobresaltó y salió disparatada de su habitación a la de su prima Nicole: no estaba. Era de esperar, ya que siempre salía a dar paseos. Se encogió de hombros y bajó abajo.
Su padre (hoy era uno de los pocos días que libraba) abrió la puerta y dio la bienvenida a Marcos.
 
-Hola, señor Brandon.
 
-Llámeme Joshua por favor, ya no trabajas para mí- señaló el hombretón riéndose y tendiéndole la mano. Él hizo lo mismo y miró a Guiomar.
 
Después de que Cassandra volviera con Marcos, él la perdonó ya que parte de la culpa la tenía él; todo volvía a ser como antes… O no.
 
-Hey.
 
-Hola Marcos Bill- sonrió ella dándole dos besos, uno en cada mejilla.
 
Él puso los ojos en blanco y dijo, después de miles de veces:
 
-Marcos, por favor. 
 
Guiomar se rió al recordar aquellos momentos y se llevo las manos a la boca, después ambos subieron, dejando al señor Brandon solo.
 
-Hace tiempo que no paso por aquí- comentó él echando un vistazo a la casa, mientras subían por las escaleras.
 
-Sí, han sucedido tantas cosas…
 
-Ya. Ahora tendré que orientarte un poco por las carreras de la universidad- dijo él abruptamente entrando al cuarto de la chica.
 
-Creo que he escogido el adecuado. 
 
-¿Cuál?

-Arquitectura del paisaje.
 
Marcos alzó las cejas.
 
-¿No te gusta? ¿No es buena carrera?- se alarmó Guiomar.
-Es perfecta. Me encanta el paisaje, creo que es un buen trabajo- le explicó él, acariciando su nuca- todo tiene un pero.
 
-¿Qué pero?
 
-A ti no te gusta la historia. Y para estudiar la carrera tienes que saber mucha historia… Tendrás que aprender la arquitectura de los romanos, de los griegos y más. Te será difícil.

Guiomar bufó ruidosamente, echando la cabeza para atrás.
 
-Lo sé. Estoy decidida a que me enseñes. Aprobé historia gracias a ti.
 
Marcos enrojeció y movió las manos diciendo que no era nada.
 
-Entonces, ¿quieres clases de historia, no?
 
-Ajá. Lo necesito.
 
-Perfecto, pues hoy empecemos un poco, ¿quieres? 
 
Guiomar asintió y abrió el amplio armario para sacar el libro de historia de la mochila que llevaba tiempo sin tocarla. Varios recuerdos aburridos se almacenaron en la cabeza de Guiomar al tocar el libro, que estaba bastante usado.

                                                                                          ~~~

Pasaron cuatro días. Guiomar, Emma y Hayley se matricularon juntas en la Universidad de Sheffield. Guiomar escogió la carrera de Arquitectura del paisaje, como quería. Emma decidió estudiar Escritura Creativa; mientras que Hayley escogió Administración de Empresas. Nicole, que estudiaba Periodismo en segundo año, fue a la misma universidad que su prima y sus amigas. Los de ciencias, en cambio, irían a estudiar en la Universidad Imperial College (fueron muchos de los alumnos seleccionados del Noon High). Marii quiso estudiar Bioquímica, una de las carreras más difíciles; Belén estudiaba segundo año de Medicina Veterinaria al igual que Miley; Helena quiso estudiar Artes junto con Justin (sólo que él estudiaba en segundo año, mientras que la joven en primero).  Por último, Ingeniería civil y medioambiental sería estudiada por Cassandra. Ella era la única que iría a otra universidad ya que no podía permitirse estudiar allí debido a los precios altos.

-Harry, tienes la corbata mal puesta.

El chico bufó e intentó ajustársela pero lo único que hizo es estropearlo aún más haciendo un lioso nudo.

-A ver, trae- se ofreció su novia.

-¡TE ESTOY DICIENDO QUE TE TIENES QUE ESPERAR!

Emma dio un respingo y Harry abrió los ojos. ¿Quién acababa de pegar un grito?

-Es April, tranquilo- le susurró ella mientras daba un último nudo bien hecho a la corbata.

-¿Y por qué…?

El sonido del timbre interrumpió su pregunta. Emma terminó de deshacer los nudos que había hecho Harry y hacer nudos bien hechos y salió de su habitación, sus hermanas también salieron del suyo y corrían para saber quién iba a ser la primera en abrir la puerta. Harry hizo lo mismo.

-¿Quién es ese chico?- preguntó él al estar al lado de su chica, que estaba boquiabierta. En la cancela había un chico rubio de ojos marrones y pelo a lo Justin Bieber que no paraba de mirar a April.

Ella lanzó un suspiro de triunfo y miró a su hermana.

-Ahora tienes que admitir que eres un marimacho.

-Espera, espera, espera- habló Aroa atropelladamente y miró al chico- ¿mi hermana no te ha pagado para que gane la apuesta, verdad?

El chico rió y negó con la cabeza. O eso, o era un tic para colocarse bien el flequillo. La verdad es que aquel niño le sonaba demasiado a Emma. Decidió apartar aquel pensamiento de la mente.

-¿No te ha drogado?- él volvió a negar con la cabeza, mirándola de una manera rara- ¿estás seguro? ¿Nada de nada? ¡No puede ser!

El chico miró a los dos adultos aburrido y se dirigió a su “novia”:

-Vamos a dar una vuelta.

April iba a abrir la boca pero se lo pensó mejor y asintió. Salió de la puerta, sonriente.

-Eh, tú no te vas a ningún lado- la reprendió su hermana, tirándola hacia ella.

-¿Por qué? Tú no eres su madre.

Emma y Harry se quedaron pasmados ante la mal educación del chico. Emma dirigió una mirada de soslayo a su hermana pequeña.

-April, tú no te mueves de aquí. Papá y mamá se han ido a un museo y tengo que cuidar de ti hasta que venga Justin- se negó rotundamente.

April miró al chico y volvió a mirar a su hermana.

-Por favor- soltó.

-Si Emma dice que no, es que no- dijo Harry, agachándose hasta estar a la misma altura que la niña- tienes que obedecerla. No puedes ir con un desconocido…

-¡No es un desconocido! ¡Es mi novio!- chilló ella furiosamente, cogió de la mano al muchacho que masticaba chicle, desganado- Antes me caías mejor, cuando me dabas la razón.

Emma puso los ojos en blanco y se dirigió a Aroa:

-Dile a tu hermana que ha ganado la apuesta.

Aroa rodó los ojos, mordiéndose las uñas.

-Soy un marimacho.

April sonrió triunfante y la rabieta se le pasó volando. Se dirigió al chico y le dijo neutralmente:

-Alfie, puedes irte. Hemos cortado.

Emma se atragantó con su propia saliva.

-¿Alfie? ¿El hermano de Miley?

-¡Sí! ¿Recuerdas que pedí a Justin que me llevara a la casa de Miley a visitarles? Pues le conocí.

-Oye, ¿cómo que hemos cortado?- frenó el chico, confuso.

-April, no puedes hacer eso. Eres una niña- le regañó Emma, sin hacer caso al comentario de Alfie.

-¡No puedo quedarme de brazos cruzados mientras Aroa se ríe de mí!- le gritó ella.

-¡No puedes cortar conmigo! ¡Soy yo la que corta con las chicas!- chilló Alfie, pero se mezcló con la voz de Aroa que resonaba mucho más.

-¡Eres muy infantil!

-¡Cállate! ¡Un chico súper guapo está por mí y tú eso no lo puedes hacer!- debatió la otra gemela.

-¡Ya no me gustas!- finalizó el hermano de Miley.

-¡Basta ya! No podéis pelearos más. Los vecinos nos van a oír- dijo Harry, apoyando su mano sobre el hombro de April.

-¡Jason es mucho más guapo que él!

-¡Ya vale! ¡¡Iros a vuestro cuarto!!- cortó Emma, tirando a Aroa tras sí.

-¡Sí já! Como que te lo crees tú- polemizó April ante el comentario de Aroa.

-¡Sois una familia muy rara!- se enrabietó Alfie- ¡me voy de aquí! ¡April, hemos roto!

-¡Pero si yo te he dejado primero!- vociferó ésta por encima del hombro del rubiales, que se disponía a marcharse de la casa.

-¡Dale un beso a tu hermana de mi parte!- bramó Emma, cerrando la puerta- ¡Os la vais a cargar!

Aroa y April se escaquearon, yéndose a la habitación.

-Emma, tranquilízate. A su edad es normal- rió el cantante.

-Ya han sobrepasado los límites. ¡Siempre discutiendo! Y encima trae a un chico sólo para ganar una apuesta. ¿Qué será lo próximo?

La puerta de la casa se abrió de nuevo y por ella salió Justin.

-¡JUSTIN! ¡Encárgate de ellas y procura que no se escapen de casa!- respondió Emma, rodando los ojos.

Él la miró de hito en hito. Después miró a Harry.

-No preguntes- se limitó a decir Harry para evitar otra escena como la anterior.

-Vale- respondió parpadeando- ehh… Me voy a mi cuarto.

-Adiós- se despidieron los dos.

-¿Tienes todo preparado?- le preguntó Emma, a lo que Harry asintió- Bien, vamos.

Ambos salieron de la casa, dejando a Justin y las gemelas solos y entraron al coche de Harry que se encontraba aparcado enfrente de la casa de la chica.

-Recuerda que tienes que venir a mi casa. Tengo que presentarte a mi familia- dijo Harry, viendo la reacción de su novia- en agosto.

-¡Me muero de ganas!- gritó ella aunque se notó cierto pavor.

-¿Qué pasa?

-Nada, ¿por?

Harry arqueó las cejas y su novia apartó la mirada.
-¿Nunca has pensado en comprarte un coche más grande?- intentó cambiar de tema.

-No. Sabes que no me van los coches- rió Harry distraído por el repentino cambio de tema- ¿tanto te gustan?

-¡Amo los coches! Y lo sabes.

Ambos rieron nerviosos. Ambos se trasladaron varios meses atrás donde Emma fue a casa de Harry a ayudarle a arreglar su coche y Taylor vino improvisadamente.

-¿Y los chicos?- preguntó ella tras diez minutos de silencio en el coche.

                                                                      ~~~

Dejó su taza de café cortado en la encimera y miró a Anna, en ese momento estaba hablando con Bambi sobre su serie favorita: Gossip girl.

-Anna, quiero hablar un momento contigo- frenó Liam la conversación animada entre las dos amigas.

Anna le dirigió una mirada descorazonada a Bambi, que se levantó de la silla y se fue al salón.

-Dentro de nada me tendré que ir. En estos últimos días nos hemos estado evitando y…

-Liam, que sea rápido- eludió la morena despedazada.

-Bien. Anna, diga lo que diga, pase lo que pase, quiero que sigamos siendo amigos. ¿Vale?

Anna casi se cayó de la silla. Se descolocó y miró a Liam.

-Yo ya no siento nada por ti… Lo nuestro ha sido un error, Anna.

Ella no supo que decir, no encontró palabras para decir algo en este momento. Se quedó muda, con los ojos como platos y la boca abierta. Liam la miró con tristeza y salió rápidamente de la cocina.

Tres minutos después, Bambi y Zac entraron en la cocina.

-¿Qué te ha dicho?- preguntó la joven, esperanzada.

-¿Quieres un café?- le preguntó a Zac, evitando la pregunta.

Él asintió.

Sus manos suaves temblaban al coger la tetera.

-Anna…

A Anna le temblaba tanto la mano que la jarra se le cayó y se hizo añicos.

-Yo lo haré, Anna- dijo Zac inmediatamente, apresurándose a limpiar el suelo.

-Hay otra en el aparador- dijo Anna sentándose y limpiándose la frente con la manga. Zac miró a Bambi, que le devolvió una mirada de desesperanza.

Anna tragó saliva. Sus ojos recorrían la habitación buscando algún retazo de esperanza.

-Tranquila. El mundo no se ha acabado- susurró el muchacho con delicadeza.

Anna no lloró ni se arrojó al cuello de sus amigos. No parecía saber dónde se encontraba ni que hacer. Resultaba más trágico verla así que llorando.

-Quiere que seamos amigos. Amigos…- murmuró como si esa palabra fuera tóxica.

-Ya verás cómo te recuperas. No puedes estar así- parló Bambi muy asustada.

-Quiero volver a Italia- declaró Anna, derrumbándose una vez más delante de sus dos amigos.

                                                                             ~~~

-¿Y Liam?- interrogó Zayn asombrado.

-Siempre es el primero en llegar a los ensayos. ¡Él siempre es puntual!- desgañitó Louis.

-Mirad, ahí llega- les comunicó Emma, señalando a un chico con gafas de sol montado en un coche azul.

-¡Ya era hora!- le reprendió Niall cuando Liam estuvo junto a ellos.

-Perdonad. Es que… Le confesé a Anna todo en el último momento.

Todos los de su alrededor palidecieron, inquietos.

-¿Cómo se lo ha tomado?-preguntó Emma, alarmada.

-No sabía que decir… Se ha limitado a mirarme y… No sé cómo se lo ha tomado.

Emma se afligió. Harry lo notó y le pasó un brazo alrededor de sus hombros.

-Tranquila, lo superará- le susurró en el oído.

-Emma- reclamó Niall desasosegado- condúcenos hasta la recepción.

Todos se habían reunido hoy. Y el motivo es que era, tal y como prometieron los chicos, que irían a visitar a los niños enfermos del hospital en el que residió Emma un mes atrás.

Al llegar a recepción, Emma les explicó a los doctores el motivo de su visita. Ellos asintieron, conmocionados y les llevaron a la planta tres: donde dormían los niños con cáncer.

-Ahí hay niños que padecen cáncer de todo tipo. De tres a diecisiete años.

Ellos deambularon por el largo pasillo, que conducían a varias habitaciones donde los niños les miraban curiosos, hasta llegar a una habitación con una pequeña pista con un ambiente bastante animado. Las paredes eran rosadas y había ventanas muy grandes. La sala era rectangular y perfecta para ellos.

-Aquí es donde vienen personas invitadas, mayoritariamente son teatros o vienen payasos. De vez en cuando hay talleres de manualidades- la doctora que les acompañaron durante todo este tiempo se enterneció y prosiguió-: pero nunca han venido una banda o cantante a cantarles.

Los chicos y Emma se turbaron. Se sintieron vulnerables.

-Quedaros aquí. Voy a traer a los niños. Les van a encantar- proclamó la doctora aspirando aire y sorbiéndose los mocos.

Una vez que la doctora se fue, todos los músculos de los jóvenes se aflojaron. Harry y Emma vivieron una experiencia parecida a la del otro día, pero sólo fueron a visitar a tres enfermos por su apretado horario.

-Yo… No sé qué decir- musitó Niall notablemente emocionado.

Varios doctores con trajes de color blanco con varios dibujitos trajeron cinco pedestales y micrófonos. Lo colocaron en fila en la pista. Finalmente les sonrieron respetuosamente y se marcharon.

Los chicos se subieron al pequeño escenario. Emma fue colocando sillas enfrente de la pista y se sentó en una silla apartada para observar a los chicos cantar.

Cinco minutos después, la misma doctora de antes vino con muchísimos niños detrás suya en fila. Muchos de ellos estaban curiosos, algunos daban saltos de alegría y a una niña casi le da un ataque al ver a los chicos.

-¡One Direction!

-¿Quiénes son?

-¡Oh, Niall! ¡Louis!

-¡Mirad, ahí está Zayn!

Varios les reconocieron, la mayoría eran niñas y otros se preguntaron emocionados que qué iban a hacer y quiénes eran. Una vez que todos los niños, de todas las edades que indicó la doctora, se sentaron en las sillas que colocó Emma, Louis anunció:

-¡Hola chicos! Muchos de vosotros nos conocéis- varias niñas soltaron grititos de emoción- bueno, somos una banda. Yo me llamo Louis y éste es Zayn. El rubito de ahí es Niall y el del pelo rizado Harry.

-¡Y yo soy Liam! Tengo un nombre guay- se mostró superior, bromeando.

Un niño gritó diciendo que él también se llamaba Liam.

-Somos One Direction, ¿y sabéis para qué hemos venido?

Los niños negaron ante la pregunta de Harry.

-A cumplir vuestros sueños- respondió Niall ilusionado.

-Los sueños se cumplen- sonrió Zayn- nuestros sueños se cumplieron. ¿Qué soñáis vosotros?

Muchos niños pequeños levantaron la mano, emocionados.

-A ver, dime tú- señaló Harry a un niño calvo y con un aparato en el pecho.

-De mayor quiero ser cocinero. Me encanta cocinar.

-¡A mí me gustaría conocer a Selena Gomez!- chilló una niña de unos once años.

-¡Yo ya he cumplido mi sueño!- rió otra chica bastante mayor, mirándoles con intensidad.

-¡Bien! Algún día saldréis de aquí y cumplís todas las tareas que queréis hacer- dijo Harry.

-¡Nada es imposible!- chilló Niall, y todos los presentes aplaudieron. Todos menos una niña.

Muchos niños se encogieron de hombros, inquietos y ansiosos. Las niñas enfermas eligieron varias canciones. Empezaron por Forever Young.

Forever young,
I wanna be,
Forever young (forever),
Do you really want to live forever (forever),
Forever (forever),
Forever young...

Hubo un grandioso arranque de aplausos. Muchísimos enfermos se levantaron (los que pudieron), las chicas lloraron de la emoción. Todos estaban conmocionados por la letra de la canción, incluido One Direction y Emma.


-¿Podéis cantar What makes you beautiful?- preguntó un niño tímidamente, como si temiera que One Direction les iba a comer.

One Direction aceptaron la propuesta. Tras conversar con los niños varios minutos más, empezaron a cantar su canción más exitosa del momento.
 
Al terminar la canción, todos los niños aplaudieron visiblemente emocionados. Incluso algunos niños llegaron a llorar, pero no tanto como las niñas. Cantaron un par de canciones más y al final los chicos firmaron autógrafos conmovidos por la gran experiencia ya que los niños se lo pedían a voces. Algunas niños (mayoría niñas), los más valientes, se atrevieron a hacerse una foto con sus ídolos. Una vez que se fueron todos (Emma incluido), Zayn tomó la palabra:

-Vaya tela.

Niall fue a secarse las lágrimas que todavía le quedaban en la cara.

-Lo que daría para que todos esos niños se curaran…

Harry asintió, entristecido. Todos lo siguieron.

En una de las habitaciones del hospital se encontraba Emma. Esa era la habitación, agradable y con un toque de ambiente casero, de Jamie.

-¿Qué tal te encuentras?

-Genial. Voy mejorando- objetó él sonriente y pálido, como siempre- me han dicho que he mejorado muchísimo. Si ven que sigo mejorando, me sacan de aquí.

-¡Eso es genial! Me alegro muchísimo por ti- se alegró Emma, feliz.

-Lo tuyo sí que ha sido genial. Al enterarme de que saliste del hospital y saliste viva, fue un gran alivio y alegría para mí.

Emma le sonrió agradecidamente.

-Ya verás cómo saldrás de esta- le animó de nuevo la muchacha.

Él asintió, complacido. Y acto seguido dijo:

-Eres una persona increíble y única. Cuando trajiste a tus amigos aquí, al hospital, para cantar a todos los niños… Ha sido fantástico, tuve un subidón de adrenalina al sentirme de nuevo en casa. Creo que desde hace un año no me he sentido así.

-Gracias- se emocionó ella, deshaciéndose la coleta de cabello ya que se moría de calor.

-Emma- habló una voz calculadora- los chicos te esperan abajo. Será mejor que vayas.

La chica se giró para ver al doctor, asintió y se levantó no sin antes despedirse de Jamie.

                                                                         ~~~


-¿Que Liam hizo qué?- aulló Guiomar incrédula.

-Lo que oyes.

-¡No me lo puedo creer!- chilló de nuevo, alucinada por la noticia que le acababan de dar- pero… ¿Cuándo?

-Esta misma mañana- dijo Clara, fregando los platos en la cocina. Mientras que Hayley, Marii y Clara estaban sentadas en la mesa circular donde comían la familia López.

-Nos llamó Niall esta mañana al enterarse- le informó Marii, tratando de contenerse.

Hayley agachó la cabeza, sabía lo mal que lo estaba pasando su mejor amiga.

-Además, Liam nos lo dijo.

-¿El qué os dijo?- preguntó la rubia, saliendo de su trance.

Silencio. Sólo se oía los golpes que hacía Clara al fregar.

-Hace cuatro días. En casa de Zayn- le informó Hay retomando la palabra- dijo que todo fue un error.

-Un error. ¡Un error!- gritó Guiomar condolida- tengo que visitar a Anna.

-Ya la llamé esta mañana- se apresuró a decir Hayley- Bambi cogió el teléfono y dijo que era mejor no molestarla. Zac y ella también se han mantenido al margen, está muy molesta y triste, deambulando por la casa sola.

-Y como para no estarlo. Ese Liam… Ese Liam…- tartamudeó sin encontrar la palabra adecuada- ¡debería haber tenido más cuidado!

-No es su culpa- le defendió Marii, acariciando su cabello- él no lo sabía. Cuando vino a pedirme ayuda para conquistarla, se le veía muy enamorado.

-Pero no lo estaba- le contradijo su amiga.

-¿Y tú cuántos corazones has roto, Guiomar?- saltó la hiperactiva.

La rubia se calló. Pero volvió a abrir la boca:

-Muy bien. ¿Sabes? No hace falta que defiendas a Liam sólo porque te guste. Él jamás se fijará en alguien como tú- escupió incontroladamente.

La realidad le golpeó a Marii en la cara como una bola demoledora. Se escuchó un plato caer, produciendo un golpe sordo y Clara la miró petrificada, sin encontrar palabras. Hayley cerró los ojos mientras rezaba mentalmente que no se produjera ninguna pelea. Pero no fue así:

-Vale. Ya ha sido suficiente por hoy- dijo Marii duramente- márchate de mi casa.

-¿Me estás echando?- preguntó Guiomar con un hilo de voz, alucinada por la reacción de su amiga. O ex-amiga…

-Sí. Lárgate de mi casa. ¿Te lo repito?

Guiomar miró a las dos chicas restantes en busca de ayuda. Clara negó con la cabeza y Hayley abrió la boca, pero rápidamente la cerró tras una mirada amenazadora de Marii. Y sin más, Guiomar se marchó del chalet, dando un porrazo al cerrar la puerta.

Sin previo aviso, Marii se subió a su habitación mientras las lágrimas caían rápidamente. Abrió la puerta de su cuarto y se encontró a Belén, tendida en la cama con una computadora enfrente, sin parar de sonreír. Al notar la presencia de Marii se giró hacia ella.

‘¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?’

Marii se derrumbó y empezó a sollozar incontroladamente. Belén la abrazó, le secó las lágrimas y giró el ordenador a su alcance. Ahí estaban sus otros dos mejores amigos de España: Sergio y Jordina mientras que la saludaban en la cámara.

sábado, 14 de septiembre de 2013

57- Detrás de un engaño.



Amanecía y la impoluta e incolora inmensidad del cielo se extendía sobre Anna, indiferente a ella y a su sufrimiento.
 
Suspiró por undécima vez y se cambió de posición sobre la cama. Después de haber discutido con Liam se encerró en la habitación que le otorgó él varios días atrás. La música era su única ayuda.
 
Se escuchó una puerta abrirse. Anna se hizo la dormida, como cuando Liam vino a cantarla por primera y última vez.
 
-¿Anna?- susurró la persona. Pero no se dio por vencido y se acercó a ella- sé que estás despierta.
 
-¿Cómo lo sabes?- respondió ella con un hilo de voz, abriendo los ojos y mirando fijamente a Zac, que se disponía a sentarse en la cama.
 
-Llevas marcas en las mejillas. Has llorado, y recientemente.

La chica bufó.
 
-Ya.
 
-Son las doce de la mañana, ¿no vas a salir?
 
-No. ¿Para qué voy a salir?- se acaloró la italiana.
 
-Anna, lo lógico es que salgas de la habitación- declaró Zac, a lo obvio.
 
-Pues no voy a salir.
 
-Liam ha salido. No está en casa- respondió el chico, sabiendo el motivo de su encierro.
 
La chica le miró, destrozada.
 
-Anna. No ha salido de fiesta ni a quedar. Ha salido a ensayar.
 
Ella se calmó.

-Anna, escuchando canciones tristes no arreglará tu problema.

-Dejar de escucharlas tampoco- se anticipó ella.

Zac resopló, no hay quien la entienda.
 
-¿Y Bambi?- preguntó Anna.
 
-Ha salido también.
 
-Ah.

-Anna...

-¿Qué?
 
-Vístete, péinate y salimos afuera a desayunar chocolate caliente- respondió él, con una gran sonrisa- y alegra esa cara, estás mucho más guapa cuando sonríes.
 
Anna, por primera vez desde que discutió con Liam, sonrió.


                                                                                        ~~~


Oh oh oh oh oh. Oh oh oh oh oh. C'mon. Kiss you once know I can't leave. Cause everything you do is magic. But everything you do is magic.


-¡Fascinante!- alabó Emma aplaudiendo mientras que los chicos, jadeantes, dejaron los micrófonos en una encimera. No era una verdad del todo sincera, no sonaba bastante convincente, uno se salía del ritmo. Y ese era Liam. Pero prefirió no objetar nada, ni los chicos tampoco.

-No decías lo mismo antes de conocernos, ¿eh?- bromeó Harry, bajando de un salto de la pista de ensayo.

Emma rodó los ojos.

-¿Y qué decía?- preguntó Louis, picarón, cogiendo una silla de la sala para sentarse al lado de su amiga.

-Pues mira, resulta que el otro día…

-Cotilleó MI diario personal- prosiguió Em, fulminándolo con la mirada- y claro, ahí anoté cosas incluso antes de conoceros.

-¿Y…?- añadió Niall, curioso.

-¡Decía que nosotros éramos unos creídos!

Niall y Louis se quedaron boquiabiertos, Zayn arqueó una ceja y Liam se quedó impasible.

-En ese momento no os conocía, así que no podéis culparme.

-¿Esa es la primera impresión que tuviste de nosotros?- dijo Zayn, visiblemente sorprendido.

-Sí. Bueno, el caso es que nunca escuché una canción vuestra cuando dije esas cosas.

-¡Entonces eso no vale!- vociferó Niall a lo obvio.

-Déjame terminar. Cuando Guiomar me obligó ir al concierto, antes busqué un par de canciones vuestras. Una de las primeras que escuché fue Gotta be you y he de reconocer que me encantó.

-Sí, esta es mi canción favorita- razonó el mayor de la banda- después de Moments.

-Lo extraño de todo esto es que me enamoré de la voz de Harry y nunca quise escuchar más la canción porque no estaba preparada para obsesionarme de una banda a la que nunca conoceré.

-Pero lo has hecho- sonrió Zayn.

-¿De verdad?- preguntó Harry, con los ojos como platos.

-Sí. ¡Era bastante seductora!- se defendió Em.

Los chicos rieron. Harry sonrió pícaramente y abrazó a su novia.

Al ver la escena, Liam se alejó del grupo y se sentó en la pista, agotado.

-Lleva toda la mañana así…- susurró Louis muy entristecido, sin que Liam le oiga.

-La verdad es que Anna metió la pata hasta el fondo- determinó Em- pero él se ha pasado bastante.

-No paraban de discutir, Emma- le defendió Harry.

-Tú y yo también discutimos- arrebató Emma- muchas veces.

-¡Eso es diferente!- chilló Harry ofendido, al darse cuenta de que había alzado bastante la voz susurró-: pero eso es diferente, nosotros discutimos de broma. Ellos se enfadan de verdad.

-Liam no ha dicho ni pío sobre el tema…

El sonido de un micrófono caer interrumpió a Niall. El cantante se dio cuenta de qué hablaban y quería evitarlo disimuladamente. Así que lo hicieron.

Cinco horas después, los chicos se cambiaban de ropa por una más casual mientras que Guiomar y Bambi les esperaba y Nicole que no paraba de suspirar cada vez que alguno de los chicos se movía.

-¡En marcha!- chilló Niall, radiante de alegría.

-¡Hay  45.000 de personas en el concierto de hoy, chicos!- se alegró Louis- ¡no está nada mal!

Sus compañeros (menos Liam) soltaron un suspiro de orgullo.

-Allá vamos. Chicas, tenéis que ir al pasillo derecho y luego los guardias os llevarán a vuestro sitio. Nosotros vamos al pasillo izquierdo, que nos llevará al escenario.

Guiomar y Nicole asintieron; Bambi, en cambio, dijo:

-Me quedaré un rato aquí. Me duele un pelín la cabeza y en el concierto va a haber mucho alboroto.

-¿Te encuentras bien?- se preocupó Zayn, acercándose a ella mientras que Guiomar la miró fijamente- ¿quieres una pastilla?

-No, no. En breve se me pasará. Iros que no os queda nada.

Los chicos, Guiomar y Nicole (que no paraba de soltar grititos de felicidad) salieron del camerino, nerviosos. One Direction fueron por el camino izquierdo y las chicas retomaron el derecho.

Bambi se quedó durante dos minutos con los oídos en alerta por si escuchaba algún ruido. No oía nada, aparte de los gritos de júbilo de las fans a lo lejos. Salió de la sala y corrió el largo pasillo del derecho, había bastantes puertas pero solo buscaba una: la puerta roja con una ventanita circular.

Se sabía el camino entero, había estado aquí varias veces porque siempre acompañaba a Taylor en los conciertos. Un minuto después dio con la puerta, respiró hondo y la abrió.

Tal como esperaba, Taylor estaba sentada en una de las diez sillas que había en la enorme sala. La habitación era, tal como recordaba, una pequeña pista con varias sillas.

-Pensé que no vendrías- habló la hermosa chica rubia.

-Los chicos se entretuvieron, lo siento.

Taylor sonrió. Sus labios, pintados de cacao, eran bastante apetecibles. Parecía una Diosa de verdad, sin una sola arruga.

-Adelante, Bambi.

La pelirroja se estremeció al escuchar su nombre. Miró en la esquina de la sala y la esquivó un segundo después. Se dispuso a ver el pequeño escenario, perfecto para un pequeño novato, resopló y penetró sus ojos con los de Taylor, azules como el mar.

Bambi le miraba con fijeza, pero a ella le costaba sostenerle la mirada: era como mirar directamente a una luz muy brillante.

Hace varios minutos atrás, Guiomar y Nicole llegaron acompañadas de varios guardias a su sitio correspondiente. Estaban bastante lejos del escenario pero la vista era perfecta. Los chicos aún no se habían asomado al escenario.

-Nicole, me voy un momento al baño.

Su prima la miró, como si estuviera loca.

-¿Acaso sabes dónde está?

-No. Pero la encontraré- respondió ella, encogiéndose de hombros.

-¿Y te vas a perder un concierto de ellos? Pensé que eras directioner.

-Y lo soy. Pero ya he ido a muchos conciertos de ellos- la sonrió Guiomar- mi vejiga va a explotar.

Nicole iba a replicar algo pero cinco voces le hizo desviar la mirada y olvidarse completamente.

Guiomar abrió la puerta que daba con el pasillo y se asomó cuidadosamente. Afuera había bastantes personas y una de ellas era Bambi. Estaba allí, caminando tranquilamente mezclándose con los demás, Guiomar supo que se sabía de memoria el camino.

La pelirroja desapareció girándose a la derecha y Guiomar empezó a seguirla. Primero con pequeñas zancadas y al darse cuenta de que la había perdido empezó a correr cuidadosamente. Cada paso que daba, menos personas había. De repente vio una mancha roja desapareciendo en una esquina: el cabello de Bambi. Guiomar suspiró de alivio y prosiguió su camino, nerviosa, mientras sabía que se estaba metiendo en una cosa bastante peligrosa.

Pero a ella le daba igual, haría lo que fuera por ellos, estaba harta de todos los problemas que había causado Bambi.

Vio como la “dulce y tierna” chica entraba en una sala sin percatarse de su presencia. Guiomar se asomó en la esquina y esperó un minuto, no había nadie. Al ver que no salía se acercó a la puerta y se dispuso a oír.

-¿Serías capaz de hacer daño a Harry?

No obtuvo respuesta.

-Di.

-Primero cuéntame tu plan- aquella voz llegó directamente a los oídos de la rubia. Su corazón se retorció y parecía salírsele del pecho. Taylor…

-Primero, cuéntame tu plan.

Se quedó paralizada, con los ojos bien abiertos y apretujándose más a la puerta.

Bambi tartamudeó.

-Tú sólo tienes que hacer lo que te digo. Tengo una cosa en mente que…

-Dime el plan. No haré las cosas sin saber lo que harás- respondió Taylor con voz firme, sin miedo.

-Durante todo el tiempo que he estado con ellos, se tragaron de que estaba en su bando. Me he enterado de muchas cosas.

Guiomar sintió que Taylor sonreía. Pero no pudo más, sintió un arrebato de odio y empujó la puerta produciendo un sonoro ruido que provocó el eco en todo el pasillo. Las dos chicas, que estaban sentadas en sillas, se sobresaltaron a ver a Guiomar.

Bambi maldijo en voz baja y Taylor miró a la pelirroja, enfadada a más no poder.

-Adiós.

-No. Tú te quedas aquí. ¿Por qué coño no podéis dejar en paz a mis amigos?

-No tienes pruebas- sonrió la cantante, guiñándola mientras que se disponía a marchar.

-La verdad es que sí la tenemos- gritó Bambi por encima del hombro de Tay.

Se oyeron varios pasos en el pasillo. Los guardaespaldas habían oído el ruido provocado por Guiomar.

-¿Cómo dices?

-Qué sí que tengo pruebas- repitió ella, sonriente.

-¿De qué estás hablando, Bambi?

Guiomar la miró sorprendida, sin esperarse aquella reacción. No entendía nada, ¿estaba en contra de Taylor? Bambi la miró y Guiomar se dio cuenta de que Bambi jamás había estado tan feliz como estaba ahora en este momento.

Los finos labios de Bambi se curvaron en una sonrisa mezquina.

-Espero que me hayas perdonado, Guiomar- dijo Bambi, endureciendo su mirada- he colgado una cámara oculta en la pared.

-¿Qué?- chillaron las dos rubias a la vez.

-Todo lo que ha pasado en los diez últimos minutos ha sido grabado- respondió Bambi señalando una esquina de la pared sin dejar de mirar a Guiomar.

Taylor la miró con un profundo odio. Iba a decir algo cuando fue interrumpida  por varios guardias que acababan de entrar en la sala.


                                                                                  ~~~


Justin, Miley, Emma y las gemelas estaban en la acogedora casa de los Smith mientras se contaban anécdotas y chistes.

-Chicos, ha venido Helena- anunció Amy entrando en el espacioso salón acompañada de la atractiva chica.

-¡Hey! No te había oído venir- la saludó su novio mientras la abrazaba de una manera muy tierna bajo la mirada despectiva de Miley.

-Normal, con tanto ruido…- le reprendió su madre mientras no paraba de murmurar cosas como: “el pavo de estos” o “lo único que saben hacer es ruido”.

-¡Helena!- se aventuró la rubia levantándose de su sitio y abrazándola, aunque no de la misma forma que su hermano- me he enterado de lo de Cassandra. ¡Zayn ha estado espléndido!

-Creo que me he perdido- susurró Justin abriendo los ojos y mirando hacia el techo murmurando “chicas”.

Helena le devolvió la sonrisa a Emma y miró a su novio.

-Te tengo que contar.

Justin la estrechó entre sus brazos y ambos subieron arriba.

-Quisiera un novio como mi hermano- se le escapó a April. Su hermana gemela rió.

-¿Todavía no lo has encontrado? Te faltan cinco días, hermanita.

-¿Todavía seguís con eso?- las preguntó Miley sorprendida mientras que Emma se reía a carcajada limpia.

-Mira, tengo a Oliver, es un chico bastante guapo. ¡Seguro que dirá que sí si le pido salir!- gritó April, radiante de felicidad debido a su interesante idea.

Miley y Emma intercambiaron miradas de desconcierto.

-¿Oliver?- Aroa se burló de ella- ¡entonces gano yo!

-¿Por qué?

-¡Es muy feo!- gritó la pelirroja- Vamos, en serio, ¿serías capaz de besarle?

-¡No todos los novios se besan!- se defendió la otra hermana, decidida a ganar la apuesta.

-Oh, vamos. ¡Todos se besan! ¡Incluso Emma y Justin!

Emma se ruborizó y Miley dio un respingo.

-¿Y tú? ¿Te has besado con Jason?- preguntó April, arqueando las cejas. Al ver que su hermana no respondía añadió-: Oliver es mono.

-Parece que le ha pateado una cabra- al ver la reacción de Emma prosiguió-: con perdón.

April la fulminó con la mirada, se levantó del asiento y se fue del salón. Un minuto más tarde bajó con una foto de toda la clase.

-Chicas, este es Oliver- señaló la pequeña gemela- ¿a qué es mono?

Miley puso una mueca. Emma rodó los ojos.

-¡Algo de mono sí que es!

Ambas miraron a la pequeña, con una sonrisa forzada.

-Vale, vale. No es guapo.

Emma movió la cabeza de izquierda a derecha y le preguntó a Miley:

-Oye, hablando de niños: ¿qué tal tu hermano?

-¿Alfie? Muy bien, ha crecido tanto…- respondió Miley con un deje de voz. Mientras April la miraba fijamente y de repente, sonrió cómplice.

Arriba, Helena y Justin entraron en la habitación del segundo. Las paredes eran de un color azul verdoso, muy bonito para el gusto de su novia. Helena sonrió, de nuevo la foto de ellos dos reposaba en la pared.

Él se sentó en el suelo y alzó los brazos, señal de que se sentara encima. Y así lo hizo.

-Te quiero.

-Y yo. Intentaré ir a la misma universidad que tú, como también me gustan las artes…

Justin sonrió felizmente y la besó, al principio con delicadeza y cada segundo que pasaba la gravedad se volvía más ligera. Se separaron para tomar aire. Helena sonrió, mostrando sus dientes blancos como la nieve y acarició la cara de su novio.

-Cuéntame.

-¿Recuerdas que te dije que Cassandra se iba a…?

-Islandia, sí- le interrumpió éste, apoyando su cabeza en el suave hombro de la morena.

-Al final no. Y todo gracias a Guiomar y a Zayn- prosiguió ella, más feliz que nunca. Su amiga se quedaba, tenía un novio que le quería muchísimo y volvía a ser simpática con la gente- Zayn la convenció, la dijo que tenía que ser fuerte y que no se rindiera. Tenía que quedarse, era lo que ella quería. Él era su ídolo, oh… No te puedo contar las cosas que hace Cassandra cuando escuchaba el nombre de Zayn.

Justin se quedó boquiabierto.

-¡No pienses mal! Me refería a que se volvía loca, se ponía a gritar y me daba cien razones de porqué amar a Zayn Malik- rió.

Miró a su novio, que la miraba con intensidad y siguió contando:

-Cassandra se armó de valor. Zayn la había convencido y estaba más segura que nunca, se sinceró con su padre. Le dijo que no sería feliz con él; que Londres era su lugar, su hogar… Sé que parece irreal, pero lo dijo de una forma tan… Jamás la vi así, estaba bastante sentimental. Supongo que Zayn la hizo reflexionar un poco.

-Adoro a tu amiga. Es una chica muy valiente, después de todo lo que ha pasado.

Helena sonrió. Le alegraba saber que Justin la comprendía.

-Sí, bueno el caso es que… Lo consiguió. Consiguió tocar el punto débil del corazón de Nicolas y se quedó aquí.

-¿Y él?- consiguió preguntar el rubio, abrazando a su novia por la cintura mientras que a Helena le produjo un cosquilleo.

-Él se ha marchado, Justin. Le dijo que la quería, algo que jamás dijo después de que muriera Lea…

-¿Quién es…?

-La madre de Cass y Marcos- interrumpió.

-¿Murió, verdad?

-Sí- asintió la chica tristemente.



                                                                              ~~~


La noticia de que Bambi había conseguido engañar a Taylor se expandió como la pólvora entre el grupo de amigos. El video que había grabado en secreto no fue subido ni publicado ya que el mánager de Taylor y sus contactos lo habían prohibido porque si no arruinaría su carrera en el mundo musical.

Era día 6 de julio y ayer fue el concierto. One Direction cantaron dando lo mejor de sí sin haberse enterado de que a unos metros de ellos estaba Taylor intentando arruinar su carrera por última vez. Nicole se asustó por su prima, que tardaba bastante pero decidió no ir en su busca. Guiomar empezó a confiar plenamente en Bambi, dijo que confiaría en Bambi hasta que ella demostrara razones para hacerlo.

Los chicos la agradecieron de todo corazón, Taylor no volvería a molestarles más.

-¿En qué piensas?- le preguntó Marii a Liam.

-En todo lo que ha pasado ayer.

Marii, Hayley, Belén, Emma y los chicos estaban en casa de Zayn. Los demás no pudieron venir por algún motivo aparente.

Belén estaba sentada en el regazo de su novio, Niall. Mientras que Hayley se encontraba al lado junto con Marii. Emma se sentó en una de las almohadas, tirada en el suelo y Harry a su lado acariciando levemente la pierna de su novia inocentemente. Zayn y Louis se sentaron en uno de los sillones más cómodos que tenía el primero y Liam se sentó en una silla del comedor en medio.

-Esta mañana encendí la tele- habló Zayn, cambiando de postura- no se ha hablado nada de lo de ayer.

-Ya. Merecen saberlo… La muy cabr…

-Louis- le cortó Harry, advirtiéndole con una sola mirada.

-Es mejor que no sepan nada- razonó Hayley- habrá más líos y las fans de Taylor insultarán de nuevo a Harry.

‘No solo a él, puede que a toda la banda’

-Sí, es mejor que actuemos como que no ha pasado nada…- susurró Emma, apartando la mano de Harry. Pero él frunció el ceño y siguió acariciando la pierna de ésta.

-Una pregunta- dijo Niall, despeinando cariñosamente a su novia- ¿se sabe que Tom no es el hijo de Harry?

Harry afirmó con la cabeza, mirando cautelosamente a Em y añadió:

-Pero piensan que fue antes de que salgamos juntos.

-Pero no es cierto- terció Liam- te engañó.

-Mejor. Me hizo abrir los ojos y madurar.

-¿Con quién creéis que…?

-¿Qué con quién se acostó?- terminó Marii la frase- ni idea.

-Me gustaría saberlo- murmuró Louis.

‘Ed Sheeran es muy amigo de ella, ¿no?’

-Pero también es muy amigo de Hazza- razonó el morenazo del grupo- no, él no.

-Bueno. Hablemos de otra cosa, por favor- pidió Emma, un poco molesta.

-¿Quién quiere una pizza para cenar?- preguntó Marii, alzando la voz.

-¡Venga va! ¡Una pizza de barbacoa y dos de jamón y queso!

-¡Nooo! Uno de Steak House como siempre- pidió Niall.

Emma sonrió, era la misma pizza que Niall pidió en el cumpleaños de Harry.

-¿Steak House?- preguntó Marii, confundida.

-¡La pizza más rica del mundo! Tienes que probarla.

Marii asintió neutralmente. Niall miró a Belén, suplicante.

‘Pues uno de lo que quiere Niall, uno de jamón y queso y otro de barbacoa’

Zayn resopló pero pidió lo que le dijo Belén.

-Vendrán dentro de diez minutos- anunció Zayn al cabo de unos minutos.

-Quiero que conozcas a mis padres- le susurró Harry a Emma, de sopetón.

-¿Y eso a qué viene?

Harry sonrió y la besó, sin que la sonrisa desaparezca.

-Te quiero- la susurró inconscientemente.

-¿Y quién no?- dijo Emma irónicamente, parpadeando exageradamente- soy una persona adorable.

Harry rió.

-Te estoy influyendo demasiado- bromeó. 

-Harry. Me encantaría conocer a tus padres- dijo la chica, besando la mejilla de su chico.

-Quiero enseñarte mi hogar, el lugar donde nací- explicó Harry risueño- te gustará Holmes Chapel, seguro.

-Seguro. He oído que si una persona es maravillosa es por el lugar en donde se ha criado.

Harry la abrazó fuertemente, la amaba. Lo sabía porque le dolía tanto el corazón que pensaba que se le iba a explotar alguna vez. Jamás había llegado a sentirse así con alguna chica… Ni la mitad de lo que siente por Em.

La agarró de la barbilla y la acercó para besarla de nuevo. Ella respondió a su beso con la misma pasión que el chico.

-¡Cortaros un poco!- chilló Niall.

Recibió un cojinazo por parte de Harry.

-¡Yo no te digo lo que tienes que hacer o no hacer con tu novia, Niall!

-Ya han llegado las pizzas- interrumpió Marii.

Louis pagó las pizzas ante las insistencias de los demás y empezaron a hincar la comida. Marii probó la pizza que tanto le gustaba Niall y le encantó, también se convirtió en su favorito. A Belén, en cambio, le produjo arcadas y decidió escoger la de jamón y queso. Tras unos cuantos minutos de silencio, Liam rompió el hielo:

-Zayn, ¿puedo quedarme a dormir aquí?

-Claro, tío.

-Ayer te quedaste en mi casa a dormir- bramó el mayor de la banda- ¿Evitas a Anna?

Había dado en el blanco. Liam palideció y dejó su trozo de pizza en la caja de cartón.

-Sí- admitió.

-Pero… ¿Tú estás decidido a recuperarla?- preguntó Harry, mientras que Emma miraba su trozo de pizza sin masticar para oír atentamente la conversación.

-No.

-¿No?- Niall arqueó las cejas, mientras apartaba a Belén suavemente de su regazo- No te conozco.

-No es que me haya dado por vencido- rectificó el cantante de ojos marrones- es porque… No hay chispa entre nosotros. No la quiero, chicos.

Todos se quedaron atónitos ante esa respuesta.

-¿Qué?- soltó Emma.

-¿Recordáis que os dije que cuando la besaba no sentía lo mismo que cuando besaba a Danielle?- dijo Liam a sus cuatro compañeros. Éstos asintieron mientras que Marii tragaba saliva, nerviosa- Pues ya sé porqué. A Dani la he querido, llegué a enamorarme de ella pero de Anna… Creo que nunca me enamoré de ella.

-Pero entonces… Me dijiste que sentías algo por ella algo diferente con las demás chicas.

-Sí, eso creía- apuntó el cantante- pero me equivoqué.

-Bueno…- balbuceó Zayn, sin esperarse aquella respuesta por parte de Liam- ya encontrarás a otra chica.

-Sí, pero antes… Creo que debería disculparme con Anna. Me he pasado muchísimo, la he hecho daño.

Las chicas (menos Marii, que seguía pálida y rígida) asintieron.

-Entonces iré hoy- dijo Liam, mirando a su gran amigo Zayn- iré a mi casa y me disculparé con ella.

-¿Estás triste?- preguntó Niall con la boca llena. Era el séptimo trozo de pizza- ¿no sientes ningún vacío?

-Creo que más bien siento alivio. Algo triste por todo lo que ha pasado y lo que sucederá después con nosotros. Pero no sé, no me gusta.

-Espera, hay algo que no encaja- dijo Louis, levantando una mano- nos dijiste que estabas harto de que Anna siempre se mostraba muy cariñosa con Zac.

Zayn también asintió con la cabeza.

-Porque ella estaba conmigo y no quería que me hiciera daño. Era mi novia y no quería perderla…- pensó- además creía que la quería.

-¿Y qué te hizo hecho creer de que no la querías?- reaccionó Marii.

-No lo sé- susurró. Miró el reloj de su muñeca- es muy tarde.

Eran las doce de la noche y afuera estaba muy oscuro. Todos se despidieron de Zayn y se fueron a sus casas, en limusina.

Liam fue el quinto en llegar a su casa. Se despidió de Harry, Emma y Niall y se acercó a su mansión, recordando los hechos de su fiesta

Decidió apartarlos de su mente y abrió la puerta con sus llaves.

La casa estaba silenciosa, supuso que todos estarían dormidos. Subió por las escaleras y avanzó por el largo pasillo, la puerta de la habitación donde dormitaba Anna estaba abierta y había ruido.

Liam la miró tiernamente, se veía muy guapa pero ya no sentía lo mismo que antes. Lo sabía. Al apagar la televisión, Anna se despertó.

-Li… ¿Liam?- preguntó con voz ronca, notablemente adormilada.

-Sí, duerme- le dijo Liam, arropándola con suavidad.

-Al fin te encuentro…- susurró, volviendo a tumbarse.

-Lo siento, soy un cobarde.

-No… No, tranquilo- volvió a decir, con la voz quebrada mientras luchaba por abrir los ojos- ¿podemos hablar mañana?

Liam se rió.

-Claro. ¿Zac y Bambi están durmiendo?

-Sí- y dicho esto se durmió profundamente.