64- You and I y Half a heart.

El 1 de agosto llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Niall abrió los ojos con una gran sonrisa. ¡Había pasado un mes y desde entonces había ocurrido tantas cosas…! No quiso esperar más y bajó al salón. Sergio, Belén y Jordina estaban reunidos allí. Sergio sonreía con suficiencia, Jordina le miró con advertencia y Belén tenía los ojos entrecerrados, pasando páginas a una revista con una violencia increíble.

-Niall…- susurró Jordina, levantándose y acercándose a él. Parecía querer alejarle de ella.

Él no la hizo caso y se acercó a Belén. Vio que tenía en sus manos la revista que tanto ansiaba. ¡Iban a sacar hoy el de agosto!

‘¡Anda! Tienes la revista Vogue!’- se dirigió a Belén.

Su novia le fulminó con la mirada. Le enseñó una página de la revista en la que se leía de titular:

NIALL HORAN Y HAYLEY LEKKER… ¿PAREJA SECRETA?

‘No te creerás tú eso, ¿no?’

La joven señaló algo más abajo del titular. Eran dos fotos. En la primera, Hayley estaba de espaldas mientras que Niall le bajaba la cremallera del vestido. En la segunda, era de un segundo después, donde se miraban ambos, sonriendo.

‘Ya no se qué creer’

-Deberías tener más cuidado- le reprochó Sergio, abrazando a Belén. A Niall le afectó bastante. No las palabras del chico, sino, el abrazo.

Detrás de Niall, Jordina resopló.

‘¿No confías en mí?’

‘Claro que confío en ti’- le contradijo su novia- ‘solo estoy harta de… Todo esto’

‘Simplemente tienes que pasar’

Belén miró el suelo y su semblante se crispó.

‘No puedo’- le dijo, cuando levantó la cabeza y le miró directamente- ‘no puedo quedarme de brazos cruzados mientras leo esto. Te juntan con Hayley simplemente porque no quieren creer que sales con una chica como yo’

A Niall le rechinaban los dientes. Era esclavo de un gran dolor, nunca le habían afectado tanto.

Jordina se levantó de golpe del sillón en el que estaba sentada y Belén le dirigió una mirada severa. La muchacha negó con la cabeza susceptiblemente y Jordina se calló lo que tenía que decir.

‘Hemos pasado esto mil veces. Siempre discutimos por este tema’- contestó Niall, dolido.

‘Lo sé’

‘Soy famoso, ese es el precio que tengo que pagar… Joder Belén, te quiero’

Niall entrevió un brilló en la mejilla de Belén al decir las dos últimas palabras. Era una lágrima.

‘Yo también, Niall pero…’

‘Nada de peros. ¡Mira a tu prima, Belén!’

‘¡¡Lo intento, pero no puedo!! Ella es perfecta. Las fans la adoran, la quieren y la respetan. ¡No juntan a Harry con otra chica porque Emma es perfecta para él!’

                                                                   ~~~

Emma cambió de postura y notó algo de peso al lado de su cama. Buscó a tientas y notó algo tan suave como el terciopelo. Abrió los ojos y se encontró con Harry, durmiendo profundamente con ella. Estaba tocando su pelo.

Emma sonrió instantáneamente. Harry se veía muy mono dormido mientras respiraba regularmente. Le siguió acariciando el pelo hasta que Harry se despertó.

-Buenos días- musitó Em, apartando las manos del cabello de su novio.

Él ensanchó la sonrisa y cerró los ojos. Después los abrió y se acercó a Em para posar en sus labios los suyos, formando así un suave y bonito beso.

-¿Cuándo has venido?- preguntó Em, tras recuperar el aliento.

-¿Qué hora es?

-Las once- respondió la muchacha, después de mirar el reloj que reposaba su mesilla.

Harry silbó.

-Hace dos horas. No quería despertarte y me tumbé en la cama contigo… Mhmmm, me quedé dormido.

La joven sonrió y él hizo lo mismo.

-¿Cómo has entrado?

-Se te ha olvidado cerrar la ventana, como siempre- la regañó- he subido con mis escaleras mágicas.

Emma supo a qué se refería. Hacía unos meses, el cantante siempre se colaba a su habitación y para eso, trajo una escalera de mano.

Emma se apoyó contra el pecho de Harry. Suspiró de cansancio.

-Por la noche hay una fiesta en la piscina de la plaza.

-¿Irás?- preguntó Harry.

-No. No me gusta mucho este tipo de cosas. Siempre acaban mal.

Harry asintió. Hubo un silencio bastante largo, Harry lo rompió.

-Tengo que decirte una cosa.

Emma se apartó de él y abrió los ojos desmesuradamente. Dejó de estar tumbada y se sentó encima de la cama. Harry la imitó.

-¿Qué cosa?

-Bueno, para ser exactos: dos. Una buena y otra mala- Em se mordió los labios y empezó a temblar- ¿por cuál empiezo?

-Por la mala- eligió Emma. Así la buena noticia me hará olvidar de la mala.

-Bien. A Zac le gusta una chica.

-Harry, te he dicho que quiero primero la mala.

-¡Esa es la noticia mala!- gritó él.

Emma alzó una ceja.

-A ver, eso no es lo malo. Lo malo es que… Eres tú.

-¿Qué soy yo el qué?- preguntó Em inocentemente.

-¡Qué a Zac le gustas!- gritó Harry, sacudiéndola.

Emma abrió los ojos como platos al escucharlo. Balbuceó.

-Pero… Eso es imposible.

-¿Por qué? Eres guapa, inteligente, honesta, bondadosa…

La joven sonrió al escuchar las palabras.

-No me refería a eso. Sino, al hecho de que Zac y yo apenas hemos entablado conversación.

Harry sacudió la cabeza.

-Pues ni idea- contestó.

-¿No es ninguna broma? A propósito, ¿cómo lo sabes?

-No, te lo juro. Me lo contó Bambi, que se lo contó Anna.

Emma abrió los ojos como platos de nuevo, pero esta vez abrió la boca también.

-¿Y Anna no me dijo nada? ¿Me tengo que enterar por ti?

Harry frunció el ceño y apretó los labios.

-Seguramente que Anna le prometió a Zac que no se lo iba a decir a nadie, Emma…

-¿Y Bambi incluye a ese “nadie”, no?

-Bueno, ten en cuenta de que Bambi y Anna están muy unidas.

Emma bajó la mirada y se centró en sus pies. Resopló muy angustiada.

-No me había dado cuenta de que las cosas ya no son lo mismo- Harry asintió enérgicamente- desde que se marchó a Italia… Sobre todo cuando rompió con Liam.

-¿Te digo la buena?- dijo Harry, muy seguro de sí mismo con una gran sonrisa en los labios. Emma asintió con la cabeza, ignorando el hecho de que Harry había cambiado de tema bruscamente.

-Vale- asintió ella, respirando hondo y apoyándose de nuevo contra el pecho de Harry, que la envolvió con sus brazos.

-Bueno, lo he estado pensando durante días. Pero claro, es tu elección.

-Suéltalo.

-He pensado que… El día 9 nos vamos a Holmes Chapel, ya sabes, mi hogar.

-¿El día 9?- preguntó Emma, entrecerrando los ojos.

Harry asintió con un leve sonido y Em sonrió ampliamente.

-¿Vamos en tu coche?

-¿Eso es un sí?

-¡Pues claro!- gritó Emma, apretujándole hacia sí. Harry se calmó de golpe.

-Y en cuanto a tu pregunta… Sí, vamos en coche.

-Llévate el deportivo rojo. Nunca lo utilizas. Me encanta.

Harry se lo pensó durante un minuto. Después, asintió.

-¡Bien!- sonrió la chica.

                                                                              ~~~

Pasó a la siguiente página y suspiró otra vez. En aquella revista no había más que mierdas y mentiras. En sus manos sostenía la mismísima revista Vogue de agosto, donde One Direction eran los estrellas.

Únicamente compró la revista por sus amigos y Hayley. Pero se arrepintió nada más leer las primeras palabras. Se rumoreaba que Hay y Niall salían en secreto.

Sabía perfectamente lo que le afectaría a Belén, mientras que ella misma desperdiciaba el amor correspondido.

Miró la silla vacía, donde habitualmente se sentaba Marcos. Era ya bastante tarde y era la tercera clase a la que faltaba.

No pudo esperar más y se levantó para dirigirse al salón, resignada, a pasar un rato con su prima.

-Guiomar, ¿adónde vas?

-Oh, hola papá- saludó ella cortésmente a Joshua, apoyado en el marco de la puerta de su despacho.

-¿Adónde vas?

-Voy a buscar a Nicole. Marcos no ha venido, papá- declaró.

Él no se sorprendió y asintió.

-Se me ha olvidado decírtelo, hija, tengo tantas cosas en la cabeza… Marcos no vendrá jamás a esta casa, Guiomar.

La tripa de ésta se revolvió y de repente sintió arcadas.

-¿Qué? ¡¿Por qué?!

-Él ya tiene una nueva vida. No te preocupes por él. Lo he arreglado todo.

-¡No!- gritó entrecortadamente y salió de casa en busca de Marcos, sin dejar que su padre hablase de nuevo.

Atravesó rápidamente el bosque mientras las lágrimas se caían incontroladamente. Llegó minutos después, ya que la casa de Marcos no estaba tan alejada de la suya.

Con las prisas que tenía, prácticamente se comió la puerta de su casa. Llamó a porrazos mientras dentro se escuchaban pisadas.

La puerta se abrió y no era Marcos.

-¡¡Cassandra, gracias a Dios!! ¿Dónde está Marcos? Por favor, dime dónde está…

Ella la miró. Y por primera vez su mirada no era hosca ni grosera. Era una mirada que mostraba comprensión.

-No está en casa- su voz era diferente… Sonaba preocupada.

-¿Dónde está?- preguntó Guiomar con una urgencia increíble.

-Guiomar… Se supone que no puedes ver a Marcos más.

Ella puso los ojos en blanco.

-¿Por qué?

-Por favor, apártate de mi hermano. Él es lo único que me queda y no quiero problemas. Lo vuestro no me incumbe.

Guiomar cerró los ojos, provocando que más lágrimas salieran.

-¿Le ha ocurrido algo?

-No, tranquila pero…- Cassandra bajó la mirada- prométeme que no volverás aquí.

-No puedo hacer eso.

-Guiomar, no puedes venir aquí. ¡Lo estropearás todo!

Ella parpadeó. ¿POR QUÉ?

-¡No te prometo nada!- gritó. Pero otro grito más fuerte aún hizo que apenas se oyera.

-¡¡ÉL NO QUIERE VERTE!!

Parpadeó nuevamente y no pudo evitar que las lágrimas se cayeran a más velocidad. Su labio inferior temblaba.

-¿Es por lo del beso? ¿No quiere verme por lo del beso?

No se rindió. Aquellas palabras le hicieron muchísimo daño, más de lo que pudo imaginar pero debía luchar. Por él, aunque él ya no la quisiera.

Cass se sorprendió visiblemente. Guiomar contuvo el aliento, mientras un pedacito de esperanza se colocaba nuevamente en su corazón.

-Mira, vamos a dejar las cosas claras. Mi hermano ya no quiere verte, quiere olvidarse de ti, ¿comprendes? Ha descubierto que sólo eres una niñata más.

Aquello le atravesó al corazón como si fuesen cuchillos. Respiró por la boca ruidosamente mientras intentaba recuperarse del dolor que eso le producía.

 

Se marchó sin decir palabra y trató de recomponerse mientras se apoyaba en un árbol, fuera de la vista de Cassandra.

Mientras, Cass cerró la puerta viendo cómo Guiomar huía de su casa. Se giró y se encontró con su hermano.

-Gracias- dijo él.

-Me mentiste.

En el bosque, Guiomar respiró nuevamente por la boca ya que la de la nariz la tenía taponada. El suelo se manchó de lágrimas. Antes de que se diera cuenta, estaba enfrente de la casa de Emma.

Esta vez, sí que llamó al timbre.

-¿Estás llorando, Guiomar?

Aquella vocecita no podía ser más que Aroa.

-Llama a tu hermana, deprisa. Corre. Por favor.

Pero ella se quedó mirándola. Frunció el ceño tras ver cómo una lágrima recorría parte de la mejilla derecha.

-¿A qué es por tu novio? Jason ya no viene a mi casa, supongo que no querrá verme- suspiró ella.

Guiomar sollozó y empezó a llorar, derrotada.

-Aroa, ¿Quién ha llamado a la puerta?- habló una voz detrás de ella- ¡Guiomar!

Las lágrimas la habían cegado, pero notó que unos brazos, acogedores, la envolvieron.

Notó que subían arriba. Al llegar allí, caminaron un rato hasta que Em abrió una puerta. Y ahí es cuando se escuchó una voz masculina:

-Emma, ¿Qué le ha pasado?

-Harry… Vete, Guiomar necesita estar a solas. No sé que le ha pasado.

Pero Guiomar sabía que Harry no se había marchado, puesto que otras manos la agarraron para colocarla en la cama.

-Guiomar, Guiomar… ¿Qué ha pasado? Nos asustas.

La aludida siguió llorando. No podía responder. Ni siquiera sabía porque estaba allí, en casa de Emma.

Notó unos brazos fuertes a su alrededor e inmediatamente supo que era Harry.

-La vas a ahogar…- murmuró Emma, mientras le apartaba un poco más- Guiomar… Cuéntanos que te ha pasado. ¿Te has vuelto a pelear con Hayley? ¿Con tus padres? ¡Ah ya sé, ha nacido tu sobrina! ¡Tu hermana por fin ha tenido a la niña!

-Emma, ¿pero no ves que está llorando? Está triste, no emocionada- le corrigió Harry.

-Marcos…- consiguió mascullar Guiomar, con un llanto ahogado.

Emma chascó los dedos.

-¡Marcos! ¡Ha dicho Marcos!

-¿Qué ha pasado con Marcos, Guiomar?- preguntó Harry, agachándose para estar a su altura- ¿te ha pegado?

-No, eso es imposible… Marcos es…- Emma enmudeció.

-¿Emma? ¿Estás bien?

-Creo que ya sé de qué va la cosa- declaró Emma muy preocupada y miró a Harry.

-Soy una asquerosa. Me merezco el odio del mundo- explotó Guiomar con un gran odio a sí mismo. Se levantó de la cama e intentó salir de allí- nadie me quiere.

Pero Harry la detuvo:

-Eres fuerte, eres hermosa y eres buena- la corrigió.

-No lo soy.

-Guiomar, por favor. ¿Qué ha pasado?- preguntó Emma.

Guiomar paró de llorar y se sorbió los mocos. No le apetecía contar la historia desde el principio, ni mucho menos en su estado.

-Emma, cuéntame algo gracioso.

Emma le lanzó una mirada a Harry.

-A mí no me mires. No sé nada gracioso, deberías pedírselo a Niall.

-Eh esto…- de repente, Emma tuvo una idea- ¡eh! ¿Te acuerdas de cómo nos conocimos?

Guiomar sonrió y afirmó con la cabeza, riéndose. Más tarde se convirtió en una risa amarga.

-Cuéntamelo.

-Estábamos en cuarto de primaria cuando te conocí por primera vez. Te conocía de vista, con tus amigas de un curso superior. Cuando te vi en mi clase el primer día de colegio, supe que repetiste, puesto que lo que circulaban sobre ti no era muy bueno, que digamos.

Guiomar soltó una risita.

-Pasaron varios días y tú seguías igual de vaga. Vacilabas al profesor y a la empollona de clase, Hayley. La odiabas y sobre todo cuando se ponía a hablar. Reconozco que era insoportable. Un día, el profesor no vino y nos quedamos solas en clase.

>>¿Alguien baja conmigo al patio?- preguntaste. Estaba terminalmente prohibido salir del colegio durante las horas de clase así que nadie te hizo caso, todos tenían miedo a la chica mayor y rebelde. Menos una.

>>Para tu información, esto está prohibido- saltó Hayley, levantándose de su asiento- lo pone en las normas del colegio. Página 21, columna 3: Los alumnos que salgan del edificio sin permiso en horario escolar será expulsado perpetuamente- recitó ella, y tú pusiste los ojos en blanco.

>>Señorita Empollona, cierra el pico. No hablaba contigo, eres aburrida.

>>Tú no me conoces- saltó enojada. Yo simplemente me limité a escuchar la conversación. Toda la clase estaba callada y sólo se oía vuestra discusión.

>>Oh, claro que sí. He oído muuuuuuuuuchas cosas sobre ti. Eres una Santa, siempre estás lamiendo el culo del profesor.

>>Por supuesto, Hayley se cabreó y os pusisteis a chillar. Vino la jefa de estudios y nos castigó a toda la clase. Nos pusieron un examen aquel día y nadie tenía la más remota idea. Era de lengua.

>>¿Qué es el grado comparativo?- susurraste en medio del examen. Yo estaba al lado tuya y Hayley detrás de mí.

>>Creo que es un adjetivo cuando expresa una cualidad sin indicar su intensidad- te respondí, tratando de ayudarte, puesto que cateabas todas y me dabas pena.

>>Te has equivocado, Emma- me corrigió Hayley. Tú y yo no la hicimos caso y seguimos a lo nuestro, pero nos interrumpió de nuevo- que sí, estás diciendo el grado positivo. El comparativo es cuando compara la intensidad con que dos seres u objetos poseen una cualidad.

>>En mi fuero interno la agradecí infinitamente. Y tú, al parecer, también. Tú me hiciste unas cuantas preguntas más, pero Hayley sin poder resistirse, te chivó todas. Aprobaste con un 6, tu mejor nota.

>>Y desde entonces nos sentamos las tres juntas en un examen para que Hayley nos chivara las respuestas del control. Poco a poco nos hicimos amigas.

-No puedo creerme que haya pasado tanto tiempo…- Guiomar se sintió considerablemente mucho mejor. La historia que le había relatado Em de su infancia le hizo sentirse mejor.

-He estado esperando el momento para partirme de risa, pero no he encontrado ninguno- murmuró Harry- no hay nada gracioso en esto.

-Tú cállate- le amenazó Emma en tono de broma- si no te ha gustado mi historia, te vas yendo.

-Por lo menos ahora sabes cómo nos hemos conocido. ¿Es que no te interesaba nada de nada?- sonrió Guiomar.

Harry alzó los brazos en señal de rendimiento.

-Y bien, nos toca escuchar tu historia- pidió Emma, agarrando fuertemente la mano de su mejor amiga.

Ella respiró hondo. Miró a su público. Harry y Emma la miraban con curiosidad y preocupación. Y Guiomar, estaba preparada para contar su historia.

                                                                  ~~~

Tenía que escribir una canción para el tercer álbum y no se le ocurría nada. Triste y desolado, Niall dejó el bolígrafo y el papel sobre la mesa.

Tan pronto como dejó los materiales en la mesa, sonó el timbre. Se levantó sin ganas y se sintió muy pesado.

-Hola, Niall.

Delante de él estaba Hayley. Vestía con unos vaqueros y camiseta de manga corta de color rojo. También llevaba un collar especialmente bonito y converse blancos. Pero Niall no se fijó en ellos, sino, en la tristeza que ésta transmitía. Sin esperarlo, le abrazó.

-Lo siento. ¿Y Belén…?

-Se ha ido a despejarse con su amiga, Jordina.

-¿Se ha enfadado contigo?- al ver la expresión de su amigo, gritó:- ¡lo siento mucho, Niall! No debí de haberlo aceptado. Estoy afectando a vuestra relación frecuentemente.

-No digas eso… Pasa, anda.

-¿Le has dicho que todo es mentira, no?- dijo, una vez sentados en el salón. Ella, miraba al papel que estaba encima de la mesa.

-Sí, pero no se conforma con eso… Ya no sé qué hacer- las manos de Niall temblaron y Hay lo notó.

-Oh no… ¿Habéis… Habéis roto?

-No, no hemos llegado a eso- suspiró tristemente.

Hayley se calló y siguió mirando el papel. Después desvió la vista.

-¿Qué hacías?

-Intentaba escribir una canción- se encogió Niall de hombros- pero no lo consigo. Sólo nos faltan dos, hay que perfeccionarlos.

Hayley asintió y cerró los ojos, no sabía que decir, así que se limitó a acariciar el hombro de Niall.

-Sé fuerte y desmiente eso de la revista. Nunca debimos aceptar esa estúpida sesión de fotos.

Niall mostró una sonrisa forzada y Hayley le devolvió otro y se fue de la casa de Niall.

Una vez ya solo, suspiró, cansado y triste. Volvió a mirar el papel y sacudió la cabeza. Cogió el folio y el bolígrafo y empezó a escribir.

Me di cuenta
Me di cuenta desde blanco y negro
Segundos y horas
Tal vez la altura para tomar un tiempo
Sé cómo va
Sé cómo va desde lo equivocado a lo correcto
Silencio y sonido
¿Alguna vez se tuvieron entre sí apretados como nosotros?
¿Alguna vez pelearon como nosotros?

Mordió el bolígrafo y tatareó la canción para comprobar cómo le quedaba. Tenía ritmo y sentido. Aquella canción en parte, comparaba su relación con la relación de Harry y Emma. Ellos afrontaron el odio de las fans con facilidad mientras que Belén…

Tú y yo
No queremos ser como ellos
Podemos hacerlo hasta el final
Nada se puede interponer entre tú y yo
Ni siquiera los dioses que están arriba pueden separarnos
No, nada se puede interponer entre tú y yo
Oh, tú y yo

Sabía perfectamente que amaba a Belén y que la necesitaba tanto como el aire. Podría estar exagerando pero era lo que sentía en aquellos momentos… Destrozado y pensando en ella. En Belén.

Me di cuenta
Vi los errores de arriba abajo
Reunirse en el centro
Siempre hay espacio para un terreno común

No quiso decirle a Hayley de que Belén verdaderamente se había ido a despejarse con Sergio y no con Jordina. Ella se encontraba en casa, en algún lado.

Veo cómo es
Veo cómo es para el día y la noche
Nunca juntos
Porque ves tus cosas bajo una luz diferente como nosotros
¿Alguna vez intentaron como nosotros?

Aquel abrazo… No lo podría olvidar jamás. ¿Había algo entre ellos dos? ¿Era eso lo que quería advertirle Jordina?

Tú y yo
No queremos ser como ellos
Podemos hacerlo hasta el final
Nada se puede interponer entre tú y yo
Ni siquiera los dioses que están arriba pueden separarnos

Ahora estaba seguro de que Jordina no estaba chiflada. Quería decirle algo, algo que no llegó a comprender. <No te alejes mucho de Belén y no hagas acciones raras que sospechen>. Lo primero es cierto, pero no podía evitarlo, Belén estaba continuamente con Sergio. Y en cuanto a lo segundo… ¿Se refería a lo de la revista? ¿Acciones raras como bajarle la cremallera del vestido a Hayley y sonreírla?

Porque tú y yo
No queremos ser como ellos
Podemos hacerlo hasta el final
Nada puede interponerse entre tú y yo
Ni siquiera los dioses que están arriba pueden separarnos
No, nada se puede interponer entre tú y yo
Oh, tú y yo
Tú y yo
Podríamos hacerlo si intentamos
Tú y yo, tú y yo

Soltó el folio y lo tiró en la mesa. A continuación, en grandes zancadas, subió a la planta de arriba. La música le guió hasta dar con ella.

-Jordina.

Ella estaba concentrada leyendo un libro con su móvil al lado, donde provenía la música. Era Domino de Jessie J. En una mesilla, Jordina había colocado una foto antigua donde salían ella y Belén.

-Oh, lo siento, Niall. Trataré de bajar el volumen es que… Se me olvidaron los auriculares en España.

-No, no es eso. Ni me había enterado. Quiero hablar contigo.

Ella le miró y tragó saliva. Después, colocó el marcapáginas en la página donde se había quedado y apagó la música del móvil.

-Dime.

-Respecto a lo del otro día…

-Niall, no puedo hablar de eso- se le adelantó Jordina.

Niall arrugó la nariz.

-¿Por?

-Porque Sergio es mi amigo.

Jordina se mordió el labio por bocazas y Niall abrió los ojos como platos.

-¿Qué pasa con Sergio?

-Es una tontería- se encogió Jordina, tratando de disimularlo.

-No es una tontería y lo sabes. Mira lo que ha pasado esta mañana y tú lo sabías. Me lo advertiste. <<Yo no insinúo nada, pero puede que otras personas sí>>. ¿Te referías a Sergio?

-¿No te rendirás, verdad?

-No.

-Me refería a Sergio, sí. Él… No sé si lo sabías, pero era el ex de Belén. Antes de salir contigo, salía con él.

Entonces Niall se acordó de la conversación que tuvo con Belén muchos meses atrás, cuando él se ocultó bajo la identidad de un tal James: ella le contó que había roto con su novio.

-No sabía que era Sergio- respondió Niall. Sabía por dónde iba la cosa- y quiere conquistar a Belén de nuevo. ¿No es así?

Jordina torció el labio, provocando una mueca de tristeza y asintió.

-Sí.

-Intentará convencer a Belén de que le engaño utilizando las fotos de la revista. ¿Me equivoco?

-No.

-Y todo ese tiempo que ha estado aquí… ¿Ha intentado enamorar a Belén?

El rostro de Niall se crispó de dolor, sintiéndose imbécil.

-Cada segundo que pasa- confirmó Jordina.

-¿Belén lo sabe?

-No lo sabe- negó, al ver la reacción de Niall se adelantó- ni lo sabrá. No puedes decírselo, Sergio me odiará.

-¿Y qué? ¡Ese tío quiere arrebatarme a mi novia!

-¡Antes fue suya!- gritó Jordina- si Belén se enamora de él, no puedes obligarla. Es su decisión. Belén estaba muy enamorada de Sergio.

Niall tembló violentamente, a punto de echarse a llorar. A punto de perder a Belén.

-Ella es mía- susurró- ella me quiere a mí.

-Eso tú no lo sabes. Niall, no sé si me odias por apoyar a Sergio pero… Ten en cuenta de que sólo quiere volver con Belén. Tú harías lo mismo, ¿no?

Niall asintió, aún cabreado con Jordina.

-Niall te aseguro que… Te advertí porque no quería que sufrieras. Me caes bien- aclaró- le has demostrado muchas cosas a Belén. Aprendiste la lengua de signos por ella, tradujiste vuestras canciones en LSE y más…

El chico cambió de gesto por uno de profunda tristeza. Retuvo las lágrimas y preguntó, con la voz quebrada por su pérdida.

-Sergio… ¿Es un buen chico? ¿Belén… era feliz con… él?

Jordina se entristeció ver que Niall había vuelto a enfundarse aquella máscara de tristeza.

-Sí.

                                                 ~~~

Dejó de leer Eclipse de la saga Crepúsculo tras escuchar el inesperado sonido del timbre. Se levantó con desgana y al hacerlo le dolió mucho el culo: llevaba horas sentada en el sofá.

Como no había nadie en su casa: sus padres estaban trabajando y Clara se fue con sus amigas; ella tuvo que recibirle.

Su corazón dio un vuelco al ver a Liam enfrente de ella.

-Hey, Marii.

Ella intentó bajar la velocidad de sus latidos. Respiró por la boca y masculló:

-¿Qué haces aquí?

Liam se volvió serio.

-Pasaba por aquí. Hace mucho tiempo que no nos vemos, así que he venido a visitarte.

Marii se quedó mirándole, paralizada. Después, sacudió la cabeza e hizo como si no le importara.

-Ah. Hola Liam.

Él apretó los labios y miró el interior de la casa.

-Esto… ¿Me vas a dejar pasar?

¡DIOS! ¡Qué estúpida había sido!

-Perdona… Pasa- accedió la muchacha.

Él la sonrió y entró dentro. Echó un vistazo alrededor. Era la segunda vez que venía.

-Vamos al salón, no están mis padres.

El cantante asintió y la siguió hasta el amplio salón. Después, ambos se sentaron en diferentes sofás.

-¿Quieres tomar algo?

-No, gracias. He parado en un bar antes para beber un poco de coca-cola. Ufff… Casi me pillan.

La muchacha se rió, enseñando los dientes.

-¿Conque leías Eclipse, eh? Yo ya me lo he leído. Describen al amor exageradamente, ¿no crees?

-Bueno, a mí me gusta…

-“Bella, eres la razón de mi existencia”- imitó Liam a Edward- muy empalagoso.

Marii prefirió no decir nada más. Aquellas palabras le hacían daño, aunque no se dirigía a ella.

-Oye- a Liam se le encendió la sonrisa, se le había ocurrido una idea- ¿me puedes ayudar a escribir una canción?

-¿Una canción? Nunca he escrito canciones- se burló Marii.

-Bueno, te enseño. Cuando más describes tus sentimientos, más bonita es la canción. Simplemente tienes que dejarte llevar.

Marii aceptó, aunque no sabía por qué. Sus sentimientos eran muy confusos. Sabía que su subconsciente seguía enamorada de él.

Pero desde luego ella no iba a caer de nuevo. No. No le iba a mandar indirectas para que Liam le rechazara de nuevo.

-Así que tus amigos me han dicho que has estado durmiendo con mi suéter. Y que no puedes dejar de extrañarme- cantó Liam melodiosamente. Después paró y asintió. Empezó a escribir la letra inventada en una hoja de papel.

Marii no pudo evitar sentir escalofríos. Tampoco pudo evitar expresar su amor por él.

-Apuesto que mi amigo ha estado diciéndote que no lo estoy haciendo mucho mejor porque he perdido la mitad de mí.

Liam se quedó petrificado al escuchar las palabras de Marii. No replicó nada y siguió escribiendo.

-Y estar aquí sin ti es como si me despertara y viera…-Liam paró de cantar, queriendo escuchar lo que diría Marii después.

-Sólo la mitad de un cielo azul. Un poco allí, pero no del todo. Caminando con un solo zapato.

Liam sonrió involuntariamente y siguió escribiendo, rasgando el papel con el bolígrafo.

-Soy la mitad de un corazón sin ti. Quizás, soy un hombre a medias con la mitad de una flecha en mi pecho. Extraño todo lo que hacíamos. Soy la mitad de un corazón sin ti- cantó Liam con los ojos cerrados. Al acabar, miró a Marii.

Ella estaba paralizada por la emoción. ¿Se dirigía a ella o sólo era una simple canción? Un trozo esperanza se afloró en el pecho de Marii.

-¡Me encanta! ¡Buena interpretación! ¡¡Parecíamos enamorados de verdad!!- vitoreó Liam y abrazó a Marii- Gracias por tu colaboración. Contigo todo es fácil.

Liam se despidió de ella y se marchó de la casa, con el folio en la mano. El pedacito de esperanza que tenía Marii se había disipado.

Marii se quedó plantada en el sofá, rígida. Así que sólo era una simple interpretación. <<Parecíamos enamorados de verdad>>. Bajó la mirada mientras las lágrimas le amenazaban por salir. Justamente cuando se iba a olvidar de Liam, tenía que aparecer. Qué momento tan inoportuno.

Se dirigió a la cocina, aún seria y bebió un trago de fanta de naranja. ¿A quién iba a engañar? No estaba bien. Cerró los ojos mientras dejaba que las lágrimas pasearan por sus mejillas.

                                                                               ~~~

El cielo se oscurecía cada vez más y Nicole estaba preparada. Llevaba un corto top y una falda tubo de lunares. Era la hora de la diversión.

Cogió una bolsita donde llevaba el móvil, un poco de dinero y clínex; se dispuso a salir de la casa de su prima.

-Nicole, ¿adónde te vas con esta ropa?

-Hay una fiesta en la piscina de la plaza. Va a ir todo el mundo.

Joshua la miró de arriba abajo y puso los ojos en blanco.

-¿Sabes dónde está Guiomar?- le preguntó a su sobrina.

-No sé dónde está desde esta mañana. La vi bastante nerviosa en su habitación y después se fue pitando, no sé. Habrá quedado con Emma.

-Si no le ves en la fiesta, pregúntale a alguien conocido si sabe dónde está- le pidió.

-Vale, tío. Adiós- se despidió con la mano y salió de la casa.

Caminó con cuidado, mientras que sólo la iluminaba la luz de las farolas. Para llegar a la piscina tenía que cruzar el bosque, y no era un sitio bastante agradable para caminar de noche.

Cuando salió de la penumbra del bosque, dos tíos la llamaron:

-Eh tú, nena. ¡Ven con nosotros! ¡¡Disfrutarás!!

Se limitó a rodar los ojos y negar con la cabeza a sí misma. Caminó más deprisa y se unió al pelotón de personas que había para dirigirse a la piscina. No conocía a nadie, pero supo que iban a la fiesta porque todos llevaban poca ropa.

-Joder tío, ¿te has enterado? Va a haber bebidas y un chaval está vendiendo drogas en este barrio.

-Qué guay.
 

Nicole bajó la cabeza y se limitó a escuchar la conversación del grupo. Aquello no le gustaba nada. Anteriormente a ella le encantaba beber pero desde el accidente con su mejor amiga, lo dejó… Para no cometer otro error.

-¡Ey, Nicole!

Se sorprendió al escuchar una voz desconocida y se giró.

-¿Te conozco?

Él se acercó corriendo.

-Sí, claro, soy Thomas.

-Aaaaah, ¿el de la fiesta de Anna, no?

-Exacto- asintió él, algo ofendido.

-Ya caigo. ¿Vienes tú solo?

Thomas miró a su alrededor, avergonzado.

-Sí, bueno. No tengo muchos amigos, que digamos.

La pelirroja sonrió y se puso a su lado.

-Yo tampoco. Eres el primero.

Él sonrió por primera vez.

-Así que vas a la fiesta de piscina, ¿no?

-¡Claro! ¿Tú no?

Nicole le miró mejor. Llevaba una camisa corta con una chaqueta y unos vaqueros. También tenía unas vans azules. La ropa no era adecuada.

-No. Vengo de la casa de mi abuela e iba a mi casa. Está cerquita de la piscina.

-¿Por qué no te vienes?

-No tengo amigos, me aburriré allí. Además, no me gustan ese tipo de cosas- contestó él, venciendo la timidez.

-Yo tampoco, pero haremos amigos. No me dejes sola- pidió Nicole, con la mirada de cachorrito.

-Es imposible decirte que no. Pero no quiero sentirme incómodo allí.

-Estarás conmigo- confirmó ella con una manifiesta energía- ¡venga! Conoceremos a gente.

Thomas suspiró derrotado, pero asintió con la cabeza.

Nicole tiró de él y corrieron hacia la fiesta que daba lugar en la piscina. Cuando llegaron se quedaron boquiabiertos.

La piscina estaba al aire libre, iluminada por lucecitas que estaban alrededor de ella. Había personas por todos los lados. En una esquina, donde había menos personas, había un pequeño bar muy lujoso.

-¡Guau!- se asombró el muchacho.

-Esto está súper bien organizado- exclamó Nicole. Acto seguido gritó:-¡FIESTA!

-Eh, me prometiste no dejarme solo, así que no te vayas por ahí.

-Es verdad.

-No te muevas. Voy a avisar a mis padres de que llegaré tarde, no quiero que se preocupen.

Unos cuantos chicos que estaban al lado de Thomas se rieron a carcajadas al oírle.

-Vale- respondió la pelirroja encogiéndose de hombros.

Thomas puso una mueca y se alejó de ella. Se fue a un sitio bastante apartado y silencioso para llamar a su madre. La mintió diciendo que quería cuidar más de la abuela y colgó. Después, volvió donde estaba Nicole anteriormente. Pero ahora no estaba.

-Joder…

-¡Anda! Si aquí está el empollón…- se burló un tío. Era alto, rubio y estaba cachas.

Thomas no le hizo caso y siguió buscando.

-El niño de mamá no sabe que existen los bañadores- se rió la chica más popular de su clase, llamada Bethany. Su mejor amiga, Victoria, se rió también.

Ahora sólo faltaba que viniera Cassandra y se riera de él también.

-Ey, ¿buscas a la tía buena que estaba contigo?- preguntó el mismo chico de antes- se ha cansado de ti. Se ha ido en busca de otro tío mejor que tú.

-Es verdad… Le he visto hablando con un chaval veinteañero. En un minuto se echan polvos, ¿a qué apostamos?- se mofó Victoria.

Thomas sintió una punzada en su corazón. ¿Para qué coño había aceptado cuando sabía que Nicole era como Bethany o Victoria? Una chica sin corazón, una chica que buscaba diversión en la cama.

Pero lo cierto era que mientras Nicole esperaba, vio de refilón a Marcos con una rubia. ¿Era Guiomar?

Buscó a Thomas pero no le encontró. Había prometido a su tío que la buscaría y además estaba preocupada por Guiomar. Suspiró y fue en busca de Marcos.

Empezó a empujar y apartar gente cuando le vio con un vaso en la mano. Solo.

-¡Marcos!

Él se giró al oírla y al verla, se puso rígido.

-Hola… ¿Sophie, era?

-Nicole. ¿Estabas con mi prima?- le preguntó con prisa. Debía volver con Thomas.

-No. No sé dónde está tu prima- respondió él. Después, se alejó de ella.

Nicole frunció el ceño y le agarró el brazo.

-¿Quién era esa?

-¡Marcos, prueba esto! No sé que es pero está muy rico…

La muchacha que le había hablado se calló al ver a Nicole. Llevaba otro vaso en la mano.

-¿Quién eres?

-Dime quién eres tú. Y te diré quién soy yo- atacó Nicole.

-Soy Bella- respondió con un aire egocéntrico- la novia de Marcos.

La pelirroja se quedó a cuadros, con los ojos como platos. No dijo su nombre y se dirigió a Marcos:

-¿Guiomar lo sabe?

Él se estremeció al escuchar el nombre. Marcos miró a Bella rápidamente y después, dirigiéndose a ella, le contestó bordemente:

-No. Ni lo tiene que saber. No es nada para mí.

Nicole ahogó un grito. Hacía unos días le parecía el tío más majo del mundo y ahora… Le miró furiosamente y gritó:

-¡Pues hace unos días no pensabas lo mismo!

-Nicole, por favor- susurró- tengo una nueva vida. Ya no soy su profesor y Bella es mi novia. Sólo quiero apartarla de mi camino. Es una niña inmadura…

-A la que besaste- contestó Nicole ásperamente.

Bella le miró a Marcos airadamente. Al ver que éste no decía nada, contestó:

-Mira, niña, aléjate ya y deja de molestarnos. Hemos venido a disfrutar de la fiesta, no a discutir con una niñata.

Y dicho esto le cogió de la mano y le besó delante de sus narices. Nicole les observó, asombrada y enfadadísima. Se marchó echando humos en mitad del beso.

-¿Thomas?

No le encontró. Le buscó en la piscina y en el pequeño bar pero no se encontraba allí. Al acercarse en el césped, algo le llamó la atención:

-Das pena. Muérete ya, ¿no? Harías un favor a todos.

Nicole se alertó al escuchar aquellas palabras y se acercó para ver quién era.

-¡Thomas!

Él soltó un suspiro de alivio al verla y se acercó corriendo.

-¡Ohhhhhh! Después de echarse polvitos va en tu busca… ¿Has disfrutado, nena?

-Cállate asqueroso.

Nicole abrazó a Thomas y le llevó a un rincón.

-¿Por qué lo hiciste?

-Lo siento muchísimo, Thomas.

-¿Adónde fuiste? ¿A revolcarte con el primero que viste? Lo comprendo… Te aburres conmigo.

Nicole no se dio cuenta de que lloraba hasta ahora.

-Tommy, no. Me pareció ver a Guiomar, que llevaba todo el día desaparecida y fui en su busca.

Él se sonrojó al escuchar su mote cariñoso y se sorbió los mocos, limpiando su cara con su brazo.

-¿La encontraste?

-Encontré a un capullo que pensaba que estaba enamorado de ella. Pero al final resultó ser un cabrón como todos los demás.

Thomas sonrió.

-Lo siento mucho, Tommy- pidió Nicole taciturna. Al final, le abrazó. Él le devolvió el abrazo.

-No. Perdóname tú a mí por decirte estas cosas.

Ella se soltó del abrazó y le miró.

-¿Por qué te estaban diciendo eso?

-¿Mario y sus colegas? Lo hacen continuamente.

-¿Por qué? Eres mono- dijo Nicole. Tras inspeccionarle más rato, añadió- y estás un poquito cachas.

Thomas se rió.

-Eso no es cierto. Pero se metieron conmigo desde que entré al colegio.

-Qué gilipollas. No les hagas caso- dijo Nicole, limpiándole las lágrimas con el paquete de clínex que tenía en su bolsito.

-Me duele. Y al final acabo llorando. No quiero llorar.

-¿Quieres que dejen de meterse contigo?- el joven asintió- pues sé popular. Búscate una novia guapa.

-Eso es imposible, Nicole. Nadie se enamora del chico hazmerreír de la clase.

-¿Irás a la universidad de Sheffield?- preguntó la pelirroja.

-Casi todos los del instituto de letras van allí, ya que te ofrecen una beca muy grande si estudias en el Noon High. Yo iré allí.

-¡Yo también!- se alegró ésta dando palmadas- habrá mucha gente nueva. Y así te buscas una novia sexy- guiñó el ojo.

-Pero soy muy tímido. Nicole, no sé cómo hacer eso.

-Yo sí- sonrió ésta- nos veremos en la universidad.