El
electrocardiógrafo empezó a pitar a todo volumen y a una velocidad increíble.
Emma,
que en ese momento hablaba con Ryan, volteó su cabeza para mirar el origen del
sonido. El miedo le nubló la vista y se quedó paralizada. Un gemido ahogado se
dejó caer de sus labios.
Anne
reaccionó antes y se levantó del sofá donde estaba sentada unos segundos atrás.
Se acercó a la cama donde reposaba su hijo y gritó a pleno pulmón:
-¡UN MÉDICO!
¡MÉDICO!
Liam se
quedó clavado en el suelo, igual que Emma. Tan pronto como chilló Anne llegó un
médico joven con bata y un etetoscopio en la mano. Se unió a la mujer para
socorrer al chico.
-¡El
paciente no respira!- voceó él con el rostro ligeramente preocupado. Se dirigió
al umbral de la puerta de la habitación y gritó con todas sus fuerzas- ¡¡CÓDIGO
AZUL, CÓDIGO AZUL!!
Liam,
Ryan y Emma observaron cómo seis médicos más entraron de golpe en la sala.
Fueron a auxiliar a Harry directamente.
-¡Una
parada cardiorrespiratoria!- les gritó el médico de antes- ¡E.R.C, E.R.C! ¡VENGA,
VAMOS, VAMOS! ¡Rápido!
Dos de
ellos sacaron los desfibriladores y presionaron las palas sobre el tórax de
Harry. El médico más mayor advirtió su presencia.
-Tenéis
que marcharos. Las descargas eléctricas que se van a realizar a continuación
pueden ser peligrosas.
-¡No!-
gritó Anne, desesperada- ¿qué le sucede a mi hijo?
El
médico negó con la cabeza en señal de que lo contará más tarde. Les sacaron de
la estancia rápidamente y cerró la puerta tras sí.
-¡Uno,
dos, tres! ¡¡Allá va!!- alguien gritó desde el interior de la habitación.
Emma se
tapó la boca con ambas manos y empezó a llorar. Harry
acababa de tener un ataque cardiorrespiratorio y ella se había quedado
totalmente paralizada. Repitieron otra vez el “uno, dos, tres” en el interior
de sala. Emma soltó un gemido angustioso y Ryan la abrazó por detrás, tomándola
por sorpresa. Em se zafó del chico vertiginosamente.
-¡Liam!
Ve abajo e infórmales de lo sucedido- le indicó ella al chico. Liam la miró con
preocupación y asintió con la cabeza, marchándose del lugar velozmente.
-¿Y si
le pasa algo?- preguntaba Anne con el miedo reflejado en sus ojos. Estaba
realmente exasperada.
-Tranquila...
No le pasará nada- susurró Em más para sí misma que para Anne. Los gritos no
cesaban y cada vez estaba más preocupada. Un miedo nunca experimentado crecía
en su interior.
-Está
bien- susurró Anne con los ojos hinchados por las lágrimas y falta de sueño.
Emma
comenzó a alejarse de la sala de espera, atravesando el largo pasillo del
hospital hasta la gran puerta de la salida de Emergencias. Su mano colisionó
contra el frío vidrio, haciendo que le permitiera salir al exterior y tomar aire.
Sorprendentemente,
la temperatura estaba por los suelos. Era pleno junio y se moría de frío.
Se apretó la fina camiseta a su cuerpo, se sentó al pie de la escalera de
mármol y empezó a dar patadas al suelo con el pie, creando así una musiquita
improvisada.
-A
estas alturas ya sabes que...
Empezó
a cantar su canción favorita: I’d come for you. Siempre le hacía
animarse y en ese momento necesitaba apoyo más que nunca. Necesitaba animarse
con su canción.
-Vine
por ti... Solamente por ti...
Se le
empezaron a saltar las lágrimas de nuevo. Cuánto necesitaba a Harry. Le quería
al lado de ella ahora mismo. Se llevó una mano en la frente y miró al suelo para que las lágrimas se le cayeran en el suelo y no se mojara la camiseta.
-Sí,
vendría por ti...
Le parecía oír los desagradables pitidos en el interior de su
cabeza.
-Pero
solo si tú me lo pides...
Continuó
adelante con su canción. Harry iba a estar bien, no se moriría sin despertarse.
-Lucharía
por ti... Mentí, es verdad...
Emma se
arrepentía de todas las mentiras que les había dicho a Harry y a Guiomar. Se
había alejado de ellos durante casi un año entero y les había dicho que ya no
les importaba. Recordó cómo rechazó a Harry cuando éste la iba a dar un beso el
día de su cumpleaños, y cómo le mintió a Guiomar por toda la cara diciéndole
que ya no la quería ver más y que no había leído el cuaderno que ésta la
regaló.
-Daría
mi vida por ti... Sabes que siempre vendría por ti...
Jamás
había tenido esta sensación. Esa de que le faltaba algo, de que no podía sonreír
porque le faltaba alguien. Esa persona con la que compartía momentos únicos,
con la que sonreía sin motivo, porque la sonrisa le salía sola cuando estaba a
su lado. Esa persona que era capaz de hacerla sonreír cuando lo veía
imposible... Y cuando le tenía a centímetros de ella sentía que era la persona
más feliz por sólo tener su presencia y cuando estaba a kilómetros por
cualquier motivo, se le caía el mundo encima, le echaba de menos como a nadie.
Quién lo diría, que una persona que conocía de poco podía llenarla más que
alguien que conocía de años...
Tenía
esa sensación como una punta clavada en mitad del pecho que le quitaba el aire
y sólo la dejaba suspirar muy muy lento y tan profundo que ni siquiera podía
sonreír.
Harry
podría estar muriéndose en este momento mientras ella estaba lamentándose en uno
de los patios más tristes del hospital.
Oyó el
sonido de una puerta abrirse a sus espaldas pero le restó importancia. Se
abrazó a sí misma, intentando ignorar el frío que hacía.
-¿Qué
haces ahí fuera a las doce de la noche?
Emma se
giró, encontrándose con el dueño de aquella voz: Ryan. Se sentó al lado de ella y le dedicó una sonrisa mostrando así sus
dientes perfectos y blancos.
-¿Qué
quieres?- repuso Em descortésmente, harta de las carantoñas que le hacía su
primer novio.
No
podía creer que Ryan había venido al hospital. Estaba totalmente asombrada.
¿Sería casualidad reencontrarse con él? Porque, desde luego, él no podría saber
dónde se encontraba ella en ese momento. Ni siquiera seguían manteniéndose el
contacto.
-Sólo
trataba de ser amable contigo- le contestó él algo ofendido- sé que estás pasando
por un mal momento y quería ayudarte.
Emma
soltó una risa estridente un poco malévola. Miró al chico del que una vez
estuvo enamorada.
-¿Ayudarme?
Lo único que haces es estropearlo todo.
-¿Por
qué?- le interrogó él, sorprendido.
Emma
cerró los ojos y no le respondió. Después de unos segundos empezó a temblar;
hacía frío cada vez más. Dio un suspiro y vio cómo una neblina blanca salía de
sus labios.
-Toma-
le tendió Ryan. Ella miró a la chaqueta de cuero, dudosa.
-¿Y
tú?- le preguntó ella al ver los brazos desnudos del chico.
Ryan se
encogió de hombros y le mostró su brazo para indicarle que no tenía la piel de
gallina. Em rodó los ojos y tomó la cazadora.
-¿Has
venido para intentar volver conmigo?- le preguntó ella en un susurro, sin
mirarle a los ojos. Escondió su cabeza entre las rodillas y notó cómo él se
removía al lado suya.
-¡Claro
que no, Dios! Hemos estado saliendo, sí, pero eso es pasado. Fue hace casi dos
años, Emma. Aún te tengo cariño y sólo trataba de apoyarte en este momento
duro.
Emma le
miró con admiración y le dedicó una sonrisa agradecida.
-¿Cómo
sabías que yo estaba aquí?
-Estaba
en la casa de tu hermano e iba a ir al hospital para buscarte pero como estaba
con Helena me ofrecí a recogerte para dejarle un rato solo con su novia. Él
también lo está pasando mal, Em.
Emma
miró el suelo, totalmente avergonzada. No debería pensar cosas erróneas antes de saber la verdad. Dio pequeñas patadas contra
el suelo de nuevo, creando ritmo.
-Lo sé-
suspiró Emma con tristeza. Pero no podía ser fuerte por él. Simplemente no
podía porque las dos únicas personas que la hacían feliz no estaban.
-Vamos
a casa, Emma- indicó el chico levantándose de las escaleras. Le tendió una mano
a la joven pero ésta rehuso.
-Ni de
broma. No me iré de aquí. Tengo que ir a verlo- se acordó ella súbitamente.
Subió
las escaleras y entró al caluroso hospital. Cruzó el amplio pasillo, Ryan
detrás de ella, hasta que llegó a la habitación. En la puerta estaban Niall y
Bambi plantados.
-¿Cómo
está?- preguntó ella atropelladamente, estirando su cuello para verle.
-Le han
regulado el pulso del corazón- le informó Bambi para alivio de la chica.
Soltó un largo suspiro y abrazó a Niall, calmada.
El
chico le devolvió el abrazo, acariciándole el pelo.
-Quizás
debas irte, Emma. Estás cansada.
-Estoy
bien- respondió ella sin hacerle el más mínimo caso. Se soltó de él para entrar
en la habitación y se sentó en una de las sillas que se situaban al lado de la
cama. Tomó la mano de Harry.
-Menudo
susto, ¿verdad?
Em
levantó la cabeza y se encontró con su amigo Liam.
-No
puedo predecir eso, Emma- comentó el chico a modo de disculpa. Se miraron a los
ojos un largo tiempo hasta que el chico rompió el hielo- ve a tu casa. Tienes
los ojos hinchados.
-No me
quiero ir- repudió la chica concentrándose en Harry.
-Anne y
Gemma se han ido a casa. Tú también deberías hacerlo.
Emma
miró a su alrededor y comprobó que era cierto. En la habitación sólo se
encontraban Belén, Marii, Ryan, Niall, Bambi, Liam y ella.
-No
quiero dejarle solo.
-No
estará solo. Estaré con él- confirmó el chico apaciblemente, dedicándole una
sonrisa.
-¿Toda
la noche?- preguntó Emma, conmovida.
-Toda
la noche- confirmó Liam con un asentimiento de cabeza- Niall y yo nos
quedaremos aquí. Mañana se quedarán Louis y Bambi.
-Yo
también quiero quedarme una noche- replicó ella, molesta y enfadada.
-Tú te
quedas todo el día. No puedes estar toda la noche también- arguyó el cantante
con las cejas fruncidas- ve a casa ya, anda.
Emma
notó cómo el sueño le amenazaba con cerrarle los ojos. Era superior a sus
fuerzas. Le producía dolor de cabeza. Pestañeó para que no se le cerraran.
-Está
bien.
Se
despidió de Liam, Niall, Bambi, Belén y Marii y salió del hospital con Ryan.
-He
venido con mi coche- le mostró Ryan señalando su automóvil, pero no hacía
falta. Emma lo reconoció al instante. Siempre conducía aquel coche cuando se
iban de fiesta (ilegalmente, claro, Ryan tenía 17 años entonces).
Los dos
jóvenes se montaron y pronto estuvieron en marcha.
-¿Quieres
que ponga la radio?- le preguntó él tras un minuto de silencio.
-Vale.
Empezó
a sonar Laughter lines de Bastille a todo volumen. A parte de la música,
no se oía nada más. La carretera estaba iluminada por las luces del coche. Emma
miraba por la ventanilla, todo estaba tan oscuro. Se sentía en paz por primera vez
hoy.
Amaba estar en coche de noche. Sin personas, sin ruido, sin luz... Se sentía bien. Siempre adoraba cuando su padre la llevaba a cualquier sitio en coche de noche.
Amaba estar en coche de noche. Sin personas, sin ruido, sin luz... Se sentía bien. Siempre adoraba cuando su padre la llevaba a cualquier sitio en coche de noche.
-Tengo
novia- dijo él de pronto.
No
sabía por qué pero aquella confesión le hizo acordarse de lo que ocurrió hacía más
de un año...
-Oye Emma… Quiero hablar contigo- dijo Ryan de repente.
Las cuatro pusieron sus miradas fijas en él.
-Vale.
Dime- dijo Em muy nerviosa.
Ryan
carraspeó y miró a las tres amigas de la rubia. Las tres captaron la indirecta
al vuelo. Cogieron el desayuno y se marcharon de allí.
-Mira
Emma, no sé porque te dejé- empezó Ryan una vez que las chicas se fueron- y
estoy muy arrepentido.
¿A
dónde iba a llegar a esta conversación?
-Sigo
enamorado de ti- dijo Ryan- durante estas semanas te he echado muchísimo de
menos y me he dado cuenta de que te necesito. Estoy enamorado de ti.
No,
no, no. ¡Lo sabía! Desde que había comenzado la conversación presentía eso…
-¿Quieres
volver a salir conmigo?
No. La respuesta estaba clara. Emma estaba enamorada de
otra persona, pero… Sabía que debía olvidarle, jamás le volvería a ver... Fue
un rollo y nada más… ¿Cómo una chica normal y corriente de 17 años y un chico
mundialmente famoso que tenía muchísimas fans iban a poder salir juntos?
Imposible.
-Claro-
respondió.
-¿Emma?
La
aludida se alteró de golpe y volvió a la realidad.
-Ay,
perdona. ¿Qué me decías?- preguntó, mirando al chico por primera vez durante
todo el trayecto.
-Que
tengo novia.
-¿En
serio?
El
chico asintió con una sonrisa. Em se preguntó a sí misma quién sería, si era
alguien de su antiguo instituto o si la conocía. Se decantó por preguntárselo.
-¿La
conozco?
-Claro
que la conoces. Ya te lo diré- comentó él con una risita pillina.
En la
radio dejó de sonar Laughter lines y en su lugar empezó a reproducirse
otra canción triste llamada We might fall de Ryan Star.
Emma
abrió la boca y miró a su ex novio más curiosamente que antes. Intentó
reflexionar un rato... ¿Qué amigos tenían en común? Ninguno...
-¿Es
una chica?- preguntó Em con un ojo entornado.
-¡Pues
claro que es una chica!- gritó Ryan fuera de sí y Em rompió a reír.
Intentó
pensar en sus amigas que no tenían novio... Prácticamente eran todas así que no
sabía qué decir.
-¿Hayley?-
preguntó ella. Ryan conocía a Hay del instituto, podría ser ella...
-No.
No lo adivinarás. Ahora calla- le dijo éste riéndose sin parar.
Emma
se cruzó de brazos como una niña pequeña y miró por la ventanilla.
¡PLANK!
Ryan y Em separaron sus labios
y vieron dónde provenía el sonido.
Era Hayley, había entrado a la
cocina y había visto la escena. Al verlo se le cayó la taza del cola-cao al
suelo.
-Perdona…- dijo Hay
acaloradamente- seguid con lo vuestro. No he visto nada.
Emma empezó a reírse a
carcajadas al acordarse de aquella escena y Ryan la miró cómo si estuviera
loca. Emma se dio cuenta de lo estúpida que fue al besarse con Ryan al
enterarse de que Tay estaba embarazada de Harry. Ahora que lo pensaba, parecía
una desesperada.
-¡Hola, queridos oyentes! Ahora
os dejamos con una canción adaptada de Let her go de Passenger llamada Let
him go de Julia Sheer- dijo una voz monótoma desde la radio.
-Será mejor que quite la
canción...- repuso Ryan al instante al escuchar el título de la canción (lo
dejó ir).
Emma frenó la mano de Ryan y
negó con la cabeza.
-Quiero escucharla.
-Sólo necesitas ver la luz
cuando ves que se apaga... Sólo echas de menos el Sol cuando empieza a nevar...
Sólo sabes que le quieres cuando le dejas marchar...
Benditas palabras. Tenían toda
la razón. Emma se dio cuenta de lo idiota que había sido. Se había alejado de
ellos por culpa de su orgullo y ahora que volvían a acercarse el karma había
intervenido para separarles de nuevo.
-Sólo sabes que has estado
bien cuando estás de bajón... Sólo odias la carretera cuando echas de menos tu
casa... Sólo sabes que le quieres cuando le dejas marchar... Y le dejas
marchar.
-¡Eh! ¿Qué haces?
-Estás llorando.
Em se miró en el reflejo de la
ventanilla del coche. Así era. Tenía el rostro surcado de lágrimas y ni
siquiera se había dado cuenta. Reanudaron el viaje en silencio.
-Es una canción que imita a
valorar lo que uno tiene- murmuró Ryan en voz baja. Emma le miró desde el
cristal de su ventana- lamentablemente en muchas ocasiones se necesita la
ausencia para valorar la presencia.
A Em se le salieron grandes
gotas de agua por los ojos. Se sorbió los mocos y miró al chico con un gran
cariño de hermandad que nunca había sentido.
-¿Y sabes cómo lo sé, Emma?
¿Recuerdas cuando te dejé?- la chica asintió, atónita al cambio de tema- pensé
que no te quería y te alejé de mí. Más tarde noté un gran vacío en mi corazón y
te quise de vuelta... Pero tú ya tenías a otro.
Emma se quedó en silencio. No
sabía qué decir. Cuando conoció a Harry dejó a un lado su tristeza de la ruptura a tal punto que olvidó a Ryan completamente. Lo superó fácil y rápidamente. En cambio, jamás superaría lo de Harry.
-Si no fuera por ti, no hubiera
conocido a Harry- respondió ella en voz baja.
Y era cierto. Guiomar la llevó
al concierto de One Direction para animarla un poco al quedar devastada después
de que Ryan la dejara.
-Es más o menos lo mismo que te
ha pasado a ti- comentó Ryan con una mueca, con la vista al frente- te has dado
cuenta de que durante todo este tiempo lo necesitabas. Justo cuando él no puede
estar ahí para ti.
Aparcó enfrente del chalet de
Emma. La chica se bajó del coche y, para su sorpresa, él también.
-¿Vienes?- le preguntó ella,
sorprendida.
-Ahí dentro hay algo que es de mi propiedad- le respondió él con voz divertida, alzando y bajando las cejas.
Em arrugó el ceño.
-¡He vuelto a casa!- gritó ella
en voz alta nada más abrir la puerta. Justin, Helena y Miley vinieron
corriendo.
Helena la dio un abrazo muy
fuerte y dejó a Emma algo estupefacta. Justin la estrechó también y, por
último, Miley.
-¿Cómo te encuentras?
-Mejor.
Al decir la palabra, Miley la
sonrió y se acercó a Ryan. Se puso de puntillas y depositó un dulce beso en sus
labios.
-¿T-tú? ¡¿Vosotros?!- gritó Em,
sorprendida.
-Me quedé igual que tú- murmuró
su hermano apretujándola hacia sí a la vez que rodaba los ojos- menudo gusto
que tiene Ryan, ¿verdad? Primero tú, ahora Miley...
-¡Eh! ¡Que te estoy oyendo!- le
gritó Miley fingiendo enfado. Se acercó a Justin y le golpeó el hombro.
Ryan le sacó la lengua a su mejor amigo y tiró de Miley para atraerla hacia sí. Acto seguido le dio un beso en la boca y
se quedaron así un buen rato.
-Qué asco- les reprochó Justin
en broma y acto seguido besó a Helena con una sonrisa en los labios.
Emma se quedó en medio de las
dos escenitas y, sin querer, se le humedecieron los ojos. Los besos parecían que nunca iban a terminar y Emma se sentía fuera de lugar. Carraspeó en voz baja
y susurró:
-Voy a mi habitación.
Subió por las escaleras sin mirar
atrás y empezó a correr para que no la vieran. Tenía la cara húmeda. Se dirigió
a su habitación y se tiró en la cama con desgana, intentando aguantar las
lágrimas que la amenazaban por salir.
Escuchó varios ruiditos ahí abajo y después la puerta cerrarse. Lo más probable era que Miley, Justin y Helena se hayan marchado.
Sus padres y sus hermanas gemelas estaban durmiendo o eso se figuró ya que era muy tarde y mañana tenían colegio o trabajo... Emma lo prefirió así ya que no soportaba las miradas que le lanzaban continuamente. Además, era consciente de que sus hermanas pequeñas lo pasaban mal por ella, igual que Justin. Aunque no se lo decía, agradecía infinitamente lo que hacía por ella.
El timbre sonó y Em supuso que a alguno de sus amigos se le había olvidado algo en la casa. Se quedó un rato tendida en la cama mientras oía susurros en la planta inferior.
-Emma- la aludida se sobresaltó, no había oído a Justin acercarse. Alzó la mirada y le divisó a su lado- siento mucho lo que ha pasado ahí abajo. Lo sentimos, de verdad- murmuró él, mordiéndose el labio.
-No es nada, Justin- le dijo ella con una sonrisa y arrugando la nariz, tratando de que no le importaba en absoluto. Lo último que quería era que su hermano se sintiera mal por ella- no me importa.
Justin la miró de una manera un tanto extraña y con una mano en la cabeza le acercó a él. Le besó en la coronilla y se quedó unos segundos así, sin parar de suspirar.
-Te quiero- susurró Emma con la cabeza apoyada en el hombro de su hermano. Cerró los ojos con fuerza e intentó no echarse a llorar.
-Y yo- el abrazó no cesó. Justin colocó una mano en la espalda de su hermana y trazó círculos en ella. Después de dos minutos se separaron y él abrió la boca de nuevo-: hay alguien abajo que quiere verte.
Emma comprendió al instante quién llamó al timbre minutos antes.
Escuchó varios ruiditos ahí abajo y después la puerta cerrarse. Lo más probable era que Miley, Justin y Helena se hayan marchado.
Sus padres y sus hermanas gemelas estaban durmiendo o eso se figuró ya que era muy tarde y mañana tenían colegio o trabajo... Emma lo prefirió así ya que no soportaba las miradas que le lanzaban continuamente. Además, era consciente de que sus hermanas pequeñas lo pasaban mal por ella, igual que Justin. Aunque no se lo decía, agradecía infinitamente lo que hacía por ella.
El timbre sonó y Em supuso que a alguno de sus amigos se le había olvidado algo en la casa. Se quedó un rato tendida en la cama mientras oía susurros en la planta inferior.
-Emma- la aludida se sobresaltó, no había oído a Justin acercarse. Alzó la mirada y le divisó a su lado- siento mucho lo que ha pasado ahí abajo. Lo sentimos, de verdad- murmuró él, mordiéndose el labio.
-No es nada, Justin- le dijo ella con una sonrisa y arrugando la nariz, tratando de que no le importaba en absoluto. Lo último que quería era que su hermano se sintiera mal por ella- no me importa.
Justin la miró de una manera un tanto extraña y con una mano en la cabeza le acercó a él. Le besó en la coronilla y se quedó unos segundos así, sin parar de suspirar.
-Te quiero- susurró Emma con la cabeza apoyada en el hombro de su hermano. Cerró los ojos con fuerza e intentó no echarse a llorar.
-Y yo- el abrazó no cesó. Justin colocó una mano en la espalda de su hermana y trazó círculos en ella. Después de dos minutos se separaron y él abrió la boca de nuevo-: hay alguien abajo que quiere verte.
Emma comprendió al instante quién llamó al timbre minutos antes.
GUAU!
ResponderEliminarQUE INTRIGA TAN GRANDE!
Ojala que les pase algo bueno, muy bueno.
Emma se lo merece :D
Siguela pronto!
En ése momento tan drástico es extraño que pase algo bueno... ¿No? :P
EliminarYa veremos XD. ¡Subo mañana o pasado!
Un beso<3
SEGUILA PRONTO!!! Me rei mucho con los recuerdos. Se nota que tu forma de escribir cambio (a mejor).
ResponderEliminarQuiero saber lo que paso con la propuesta de matrimonio!! Acepto?? Rechazo?? Siendo Zayn... imposible de decirle que no jaja!!
Cuando subes??!
Eliminar¡Muchas gracias! La verdad es que en los próximos capítulos introduciré unos cuantos recuerdos. Espero que os parezca bien.
Eliminar¡Subiré pronto!
PD: ¿ves Candy Candy? ÖÖ ¡Te adoro! De pequeña amaba a Candy, en serio, he visto toooodos los capítulos (tiene como 120 O.o). Ése anime daba mucho que pensar, Candy es adorable<33 Al ver tu perfil me ha venido a la cabeza muchos recuerdos...
¡bss!
Me puse muy contenta al leer que Marii volvio :DD Antes Lirii era mi pareja favorita<3 ahora que no leo mucho de ellos es Hamma pero ahora ay muy poco de eso :c que Harry abra los ojos!! Me da mucha pena leer los sentimientos subjetivos de Emma. Espero que Harry le de una alegria pronto!
ResponderEliminarUn beso!c:
Es verdad, me acuerdo de que Lirii era tu pareja favorita JAJAJA.
EliminarA mí me da mucha pena escribir sobre eso... Yo nunca en la vida me he sentido así.
Otro beso:33
¡ME HE ASUSTADO MUCHÍSIMO AL LEER EL TÍTULO DE ÉSTE CAPÍTULO! D: Y sobretodo con el principio, tenía el corazón cómo un tambor. Es que lo de "Lo dejó ir" sonaba a que Emma iba a "dejar ir" a Harry, oséase, ¡que iba a morir! Y con la parada cardíaca ya estaba convencida del todo, pero me dije que tú nunca harías éso D: Ay Dios, menos mal.
ResponderEliminarEmma me da mucha pena :( Harry y Guiomar le hacen demasiada falta. Y Ryan es buena persona :3 Ya decía yo que al ser el mejor amigo de Justin no podía ser malo.
¡Miley está saliendo con Ryan! Qué monos <3 Aunque me ha dado pena que estén ahí las dos parejitas y Emma sintiéndose sola... Ojalá Harry despierte en seguida.
Sigo sin poder creerme que alguien vaya a morir... ¡Todos merecen seguir vivos!
¿Quién habrá llamado al timbre? Puede que Emma lo haya comprendido pero creo que nadie más XD Tengo una lista de personas, o pueden haber ido todos sus amigos a la vez... No sé D:
¡Un abrazo y sube pronto! Yo también estoy ocupada en el insti así que te entiendo T-T
JAJAJA. En realidad no pretendía asustaros, lo puse por el título de la canción. Es que se me da tan mal pensar en títulos... Siempre me paso minutos y minutos pensando uno y al final acabo escribiendo una chorrada. ¿Tú lo haces al final del todo?
EliminarMiley por fin tiene a alguien. Aquí todas tienen novio (casi todas jeje, faltan Bambi, Belén...)
Sí... Va a morir uno y no creo que dure mucho más :(
¡Besos! <333333333
Sube pronto!
ResponderEliminar<33 Un día o dos.
EliminarHARRY LLAMO AL TIMBRE, SI SI SI!!
ResponderEliminarSEGUILA!!
Harry no creo... pero me ha dejado con mucha intriga! y mira que solo es llamar a una puerta jajaja pero sospecho que es Guiomar que resulta estar bien o Raquel dando una explicacion... pero es mas probable que sea cualquier otra persona que quiere animar a Emna :(
Eliminarno xq si fuera harry o guiomar, justin debe de haberlo dicho al principio y con emocion. Sera hayley o niall o belen
EliminarBuena observación, Miranda. Si fueran ellos dos no creo que Justin haya reaccionado así.
Eliminar¿Raquel? Podría ser, anónimo, podría ser...
Ya lo veréis pronto :P
sube :)
ResponderEliminaroye una pregunta el gif donde emma llora que pelicula es?
Cyberbullying. Ella es la prota y es víctima del bullying.
Eliminarcuando subes? tardas mucho :(
ResponderEliminarMañana seguramente. Sino pasado :)
Eliminar