viernes, 26 de julio de 2013

51- ¡Pues nos vamos!




Abrió sus bonitos ojos pero los cerró al instante. Le dolía tremendamente la cabeza.  Abrió suavemente un ojo y después el otro. Vio una figura borrosa, era delgada, rubia, labios gruesos…
-¿Qué tal te encuentras?- la preguntó.
Guiomar se restregó los ojos con las manos para ver mejor. Cuando la visibilidad de ella mejoró se quedó boquiabierta.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Oye guapa, que estás en mi casa- respondió Cassandra.
Guiomar se levantó de la cama en la que estaba tumbada y se tambaleó. La cama no era bastante cómoda y le dolía muchísimo la espalda.
-¿No recuerdas nada?- habló ella.
-¿Recordar qué?
Los recuerdos de la noche anterior se agolparon en su mente. Charlie, figura misteriosa, bosque y… Pistola.
-¡Oh Dios mío!- chilló Guiomar- ¿me salvaste tú? ¿Eras la persona que estaba detrás de los árboles?
Cassandra se rió.
-Más quisiera- respondió ella sarcásticamente- ha sido mi hermano.
-¿Tu… tu hermano?- tartamudeó atónita.
-Sí.
Guiomar se desplomó en la cama. ¿Quién diantres era su hermano?
-Oye… Oí un disparo- comentó Guiomar.
-Dispararon a mi hermano- explicó Cass como si fuera lo más normal del mundo.
-¿Cómo?- exclamó ella asustada- ¡¿cómo está?! ¡Me estás asustando!
-Cassandra, no seas mala. Explícaselo y no dejes las frases a medias- interrumpió una nueva voz.
-¿Marcos?
-Sí.
-¿Eres su… Su hermano?- señaló a Cass sin dar crédito a lo que veía.
-Así es.
Marcos se acercó a Guiomar y se sentó en la cama costosamente.
-Dios mío… ¿Te ha disparado?- reaccionó la rubia al darse cuenta de ello.
-Sí, no ha sido nada. Te iba a disparar a ti, así que me interpuse entre vosotros y me disparó en el brazo- explicó él enseñándole la herida- no ha sido nada.
-No me lo puedo creer… No me lo puedo creer. Oh Dios mío- se llevó una mano en la frente y cerró los ojos- no puedo creerme que Charlie haya hecho esto. Me quería matar… Es un asesino.
-No delires, anda- contestó Cassandra.
-Cass ya basta, ¿no?- regañó su hermano- sal de la habitación.
-Si anda, tú flipas hermanito- respondió maleducadamente- esta es mi habitación.
Guiomar echó una ojeada a su alrededor. El cuarto era bastante pequeño, tenía los muebles necesarios: cama, armario y escritorio. No había tele, ni ordenador, ni una sala de maquillaje y ropa. Tenía una idea totalmente equivocada de Cassandra.
Marcos la agarró de la muñeca y tiró de su hermana hasta la puerta. Cass le fulminó con la mirada, salió de su cuarto sin antes cerrar la puerta.
-¿Dónde está Charlie?
-Tú huiste corriendo hacia mí. Charlie intentó disparar en tu dirección, pero conseguí atraparte y me dispararon a mí- Guiomar se sintió marear e intentó ver el brazo de Marcos- tranquila, no es nada. Solamente me rozó, mi hermana me ha curado- la susurró para tranquilizarla. Tú por supuesto te desmayaste en cuanto escuchaste el disparo…
-Joder, que tonta…- suspiró la rubia enjugándose el sudor de la frente.
-Es normal, tenías mucho miedo. Bueno, el caso es que cuando me disparó, pensó que te disparó a ti porque te desmayaste y huyó. Entonces te traje a mi casa.
-¿Por qué no me llevaste a un hospital?- preguntó Guiomar a lo obvio- ¿y por qué no le denunciaste?
-Lo siento… No vi su cara…
Guiomar levantó una ceja. Obviamente, aquí pasaba algo, sino, ¿Por qué no la llevó al hospital? Prefirió callárselo.
-¿Qué hacías en el bosque, Marcos?
-Simplemente paseaba, como tú- respondió tranquilamente- pura casualidad.
-Ya.
Marcos frunció el ceño y arrugó la nariz. Sabía que no le creía.
-Bueno Guiomar, aquí traigo tus zapatos- interrumpió Cassandra abriendo la puerta repentinamente con las converse de Guiomar.
-Gracias- la sonrió ella a lo que Cass respondió con un gruñido.
Guiomar suspiró y negó con la cabeza sin ganas mientras se ponía los zapatos.
-¿Cuánto tiempo llevo dormida?
-Un noche- respondió Marcos.
Guiomar tosió. Cogió su móvil y lo encendió. Mierda, tenía dos llamadas perdidas de Harry, otra de Louis, otra de Marii, tres de Hayley y dieciséis de su madre.
-Hoy he tenido que dormir en el sofá por tu culpa - contestó Cass- tú por supuesto dormiste en MI cama- añadió marcando la palabra “mi”- por cortesía de mi hermanito- dijo en un tono burlón mientras miraba al profesor.
-Chicos- bramó Guiomar- me voy, gracias por cuidarme y eso.
-No hay de qué- burló su compañera.
Guiomar se ató los cordones de su converse, agarró su móvil y salió del cuarto acompañada de los dos hermanos. Se sorprendió por el interior de la casa. Pensaba que Cass vivía en una mansión llena de joyas y cuadros caros, pero todo lo que veía era lo contrario. No objetó nada y divisó la puerta que daba salida a la calle.
La casa era enana.
-¿Y vuestros padres?- preguntó Guiomar antes de salir. Quería agradecerles por su ayuda.
Ambos hermanos se miraron.
-Están trabajando- respondió finalmente la chica- y quiero hablar contigo.
Miró a su hermano de reojo, salió afuera con Guiomar y cerró la puerta, dejando a Marcos dentro de la casa.
-Mira niña- amenazó- como salga alguna maldita palabra de tu bocaza sobre lo horrible que es mi casa te juro que voy a hacerte la vida imposible y te arrepentirás de ello.
-No diré nada.
-Vale. Por tu bien es mejor que no lo hagas- y dicho esto entró a su casa cerrando la puerta delante de sus narices.
No podía creerse lo que acababa de presenciar. Charlie había disparado a Marcos, había dormido en casa de su profesor particular y su odiosa compañera, Marcos y Cassandra eran hermanos y vivían en una casa que daba pena.
 Tampoco podía creerse que después de que Marcos renuncie seguir dar clases particulares, la hable como si nada hubiera pasado.
Sacó su móvil y miró sus contactos. ¿A quién iba a llamar para que la respaldaran? Marcó un número que lo cogió de inmediato.
-¡GUIOMAR!-chilló desde el otro lado del teléfono- ¡¿Tienes idea de lo que acababas de hacer?! ¡TE HEMOS LLAMADO TROPECIENTAS DE VECES ! ¡Tus padres me han llamado preocupados y les he tenido que mentir! ¡HE DICHO QUE ESTABAS EN MI CASA! ¡Exijo una explicación ahora mismo!
-¡Hayley!-exclamó Guiomar intentando tranquilizarla- es una historia muy larga… Sólo necesito que…
-¡¿Historia muy larga?! ¿Pero tú quién te crees que eres? - la regañó de nuevo. Le estaba rompiendo los tímpanos- ¡Belén ha tenido un accidente y tú de fiesta!
-¿Que Belén qué? ¡Madre mía! ¿Está bien?
-Sí, sí. La van a dar el alta hoy.
Hayley explicó todo lo sucedido.
-Ostras… Mierda, siento mucho no haber estado allí- se disculpó Guiomar verdaderamente arrepentida- ¿sigue en el hospital?
-Sí. Los chicos llegarán dentro de nada, así que puedes ir allí sin problemas- avisó Hay- está en St Thomas Hospital.
-¿Y tú?
-Yo estoy con Em- la informó- sigue dormida porque la han sedado… Al enterarse…
-Habrá sido terrible para ella- se preocupó Guiomar, conocía a la perfección cómo era su mejor amiga- ya me contarás cuando se despierte. Voy al hospital de Belén.
-Vale… Un beso y nos debes una explicación- la recordó la morena.
-Que sí pesada- refunfuñó la mayor- ya he cogido un taxi, voy para allá en media hora.
-Vale, ya me contarás. Te dejo que Emma se está despertando.
-¡Dale un beso de mi parte!- chilló ella antes de colgar.
Emma bufó al enderezarse de su camilla. Se quitó las sabanas de encima y entreabrió los ojos.
-Que calor por Dios…- susurró ella- ¿Por qué me duele tanto la cabeza?- preguntó al darse cuenta de que su amiga estaba presente.
-Porque te han sedado.
-¿Cómo? ¿Por qué me han…?- se cortó- ¡Belén!
Se desperezó de su cama a la velocidad de la luz. Hayley se levantó de su silla y la sujetó intentando tumbarla de nuevo.
-Tranquila, está mejor. Sólo ha sido un susto, no es nada grave, afortunadamente.
-¿Lo dices en serio? ¿O lo dices para que no haga ninguna estupidez?
Hayley sacó el móvil de nuevo y empezó a teclear la pantalla.
-¿Qué haces?
-Llamar a Harry- respondió ella.
-¡No! No… Mejor llama a Niall…
Hayley frunció el ceño pero no objetó nada.
-Toma- la tendió el móvil.
Emma se llevó el móvil de Hayley a la oreja mientras se escuchaban los bips.
-¿Diga?- descolgó alguien.
-Niall…
-¡Emma! Me han contado lo sucedido. No pasa nada, te prometo que tu prima está bien. Todo ha sido por mi culpa, no debería haber hecho esto…- explicó él claramente nervioso.
-Niall, no ha sido culpa tuya. ¿Entonces está bien, no?
-¡Sí!- exclamó eufórico, a lo que Emma se apartó el móvil debido al grito que ha pegado- casi llegamos al hospital y le van a dar el alta.
-Menos mal, ¿lo saben mis tíos?
-Sí, les hemos tenido que avisar. Les hemos explicado que no fue nada, tan solo un golpe pequeño- informó Niall- al principio estaban locos e iban a venir pero Liam les tranquilizó y se calmaron un poco.
-No me extraña que sea Liam- rió Emma.
Niall rió.
-Emma- interrumpió Hayley- déjame hablar un momento con él.
Emma le pasó su teléfono.
-Niall, soy yo: Hayley.
-Buenas.
-Guiomar me acaba de llamar- oyó que Niall rebotaba del asiento de su limusina e informaba a los chicos- tranquilos, está bien. Luego nos contará lo que ha pasado, espero que sea una excusa buena porque de esta no escapará…
-¡Hayley! La acabamos de ver entrar en el hospital- avisó el irlandés- ahora bajamos de la limusina y entramos.
-Vale, ¿después venís aquí?
-Claro- contestó alegremente- oye, Harry quiere hablar con Emma, ¿puede?
Hayley apartó su móvil para que no la oyeran.
-Emma- llamó. La aludida giró su cabeza para mirarla- Harry quiere hablar contigo.
-Dile que no me apetece.
-Emma… Creo que deberías hab…
-Hayley- advirtió Em.
Hay obedeció y le dijo a Niall lo que le había dicho Emma.
-Que cabezota es por Dios- comentó Niall- ya hablaré con ella.
Hayley sonrió.
-Sí, claro. Espero que con Belén todo vaya estupendamente.
-Ya estamos con Guiomar. Casi llegamos a la habitación.
-Vale, un beso.
-Chao Hayley. Nos vemos dentro de una hora.
-Nos vemos dentro de una hora- repitió.
Niall colgó su móvil y lo guardó en el bolsillo de sus vaqueros. Adelantó a sus amigos que estaban en la recepción con Guiomar.
-¡Hey! ¿Dónde te habías metido, eh loquilla?- bromeó Zayn.
-No es lo que creéis- contestó con sarcasmo- ¿en qué habitación se encuentra?
Louis hizo un gesto con la mano para que le siguiera y así lo hizo. Los otros cuatro hicieron lo mismo.
-¿Lo saben las demás?- preguntó Guiomar cuando estaban en el ascensor.
-Eres la última - confirmó Liam.
Guiomar murmuró por lo bajito y salieron del ascensor. Acto seguido echaron a andar hasta que llegaron a la habitación.
-¡Belén!- chilló Guiomar corriendo a abrazarla. Clara y Marii ya estaban allí.
‘¡Au! Hola’- se quejó la española.
Los cinco entraron a la habitación con una sonrisa en sus caras. Fueron uno a uno a abrazar a la paciente hasta que llegó el turno de Niall.
‘Hola’
Belén se cruzó de brazos y no dijo nada. De repente, cuando menos se lo esperó, le abrazó.
‘Bueno, bueno’- signó Louis- ‘menuda pareja más sosa’
Clara y Marii le fulminaron con la mirada. Louis levantó los brazos señalando que no había dicho nada malo.
-No hagas ningún comentario más- le susurró Clara llevándose el dedo índice a los labios- han roto.  Me lo acaba de contar Belén.
Los demás también lo escucharon, se quedaron de piedra. Antes de que alguno pudiera decir algo, un doctor bastante joven y atractivo vino a la habitación, le dio unas pastillas a Belén para reducir el dolor de su cabeza y le dio el alta.
-Ya se puede ir, guapa- le piropeó el doctor.
Belén le sonrió y tres minutos después todos estaban saliendo del hospital para dirigirse al de Emma.
-Harry- advirtió Niall una vez sentados en la limusina.
-Dime- le correspondió él. Miró a Niall y comprendió todo- llevadme a casa, por favor.
-¿No vas a visitar a tu novia?- preguntó Louis extrañado- pero bueno, ¿Qué les pasan hoy a las parejas?
-Cállate zanahorio- obligó Guiomar que ya sabía por dónde iba la cosa.
Louis se encogió de hombros y avisó al conductor. Éste cumplió el orden y llegaron a casa de Harry.
-Adiós- se despidió Zayn- luego te contamos.
Harry alzó el pulgar y entró en su casa bajo las miradas atónitas de la fans que estaban en la calle.

                                                ~~~

-Menos mal que Emma y Belén están bien- comentó Marii.
-Sí… Lo de Belén ha sido un susto tremendo.
-Ufff, que mal lo he pasado.
-¿Por qué me has invitado a comer fuera?- preguntó el cantante pillándola de improvisto.
-Quería aclarar lo del otro día- confesó Marii- mañana viene Anna y quiero solucionar esto cuanto antes.
Liam asintió y ambos entraron en el primer restaurante que pillaron. Era bastante acogedor y el menú no estaba nada mal.
-Aquí estaremos más tranquilos- explicó Liam.
Marii sonrió mientras leía el menú.
-Lo siento mucho por haberte hecho sentir mal, no era mi intención y…
-Ya lo sé, no hace falta que te disculpes. Sólo me sentí mal porque… Bueno porque… Ya lo sabes- balbuceó.
-Estoy seguro de que lo que sientes por mí es una simple equivocación- Marii abrió los ojos como platos- quiero decir, soy tu ídolo y es normal que creas que estás enamorada de mí.
-Tú no sabes lo que siento o no siento- contestó Marii de mala manera.
-Perdona… Yo no quería…
-Al principio pensaba lo mismo. “Admiración” decía Belén. Pero… ¿eso te hace llorar por las noches? ¿eso hace que estés pensando todo el día en la misma persona? ¿estar en vela por no ser correspondida? ¿Crees que eso es admiración?- soltó Marii, haciendo que Liam se quedara boquiabierto- estoy confundida, Liam. No sé lo que siento pero… Sé que no quiero alejarme de ti.
-No sabía que tus sentimientos hacia mí eran muy fuertes. Pero sabes que yo estoy enamorado de Anna.
-Lo sé- susurró mientras sonreía débilmente- ya lo sé. Espero que mañana te salga muy bien cuando venga.
-Gracias Marii por comprenderme.
-No es nada.
-Ya verás cómo encontraras a un chico. Eres muy guapa- la dijo Liam.
Marii se ruborizó.
-Gracias Liam.

                                                ~~~


-Benjamin aprire la porta, per favore- indicó Anna a su hermano al escuchar el timbre.
Su hermano de cinco años recién cumplidos se levantó del sillón donde hace unos minutos veía Bob Esponja con su hermana y abrió la puerta.
-Anna, sono i tuoi due amici- avisó su hermano.
Zac y Bambi entraron y la saludaron. Era raro verles a ambos juntos y sonrientes.
-Vamos a mi habitación- mandó la italiana y les guió adentro.
-Bueno, tenemos una buena noticia- anunció la pelirroja con una sonrisa que le ocupaba toda la cara. Anna también sonrió, era su primera buena noticia desde hace meses.

Su primo la fulminó con la mirada.
-Para ella sí que es una buena noticia.
-Bueno, decidme.
-¡He decidido que nosotros dos nos vamos contigo a Inglaterra!- chilló ella.
Zac bufó y Anna tosió ruidosamente.
-Esta petarda ha comprado los billetes sin mi consentimiento- protestó el chico.
-Les debo una disculpa a tus amigos- aclaró Bambi- ¿te importa?
-¡No! Me parece una buena idea- se sinceró Anna- así todo volverá a la normalidad.
La sonrisa de Bambi se agrandó aún más.
-Perfecto.
-¿Os habéis perdonado?
-Sí- confesó Zac y acto seguido abrazó a Bambi cariñosamente- ya lo hemos aclarado.


domingo, 21 de julio de 2013

50- El accidente y la desaparición de Guiomar.



HACE TRES HORAS…
 
‘¡¡BELÉN!!’- signé emocionadísimo al ver a mi novia bajar del avión. Sí, era raro decir “novia” pero supongo que sería así.
 
Belén soltó la pesada maleta y corrió en mi dirección. Grité su nombre (no lo oiría pero en esos momentos me apetecía gritar) y la abracé lo más fuerte que me permitieron mis brazos. Apreté mi nariz contra la suya, tiernamente, sin saber qué hacer. Sólo la había besado una vez, y esa vez no acabó demasiado bien… Tenía miedo de echarlo todo a perder.
 
Belén se rió, se acercó a mí y me plantó un beso en la comisura de mi boca.  Sentí que mis piernas flaqueaban a causa del nerviosismo. Belén se separó de mí en menos de un segundo. Yo la observé como diciendo ‘¿eso es todo?’ Y mi novia soltó una carcajada. Entonces se acercó de nuevo, y esta vez el beso fue más largo y apasionado. Los últimos dos meses fueron muy duros para mí y la eché muchísimo de menos… Y ya está conmigo, a mi lado.
 
Cogí su maleta azul adornada con flores y la llevé a mi casa. El cristal de mi coche estaba tintado, por lo que ninguna fan nos pilló. Al llegar, dejé la maleta en su nuevo cuarto (ya que en mi casa-mansión había 7 habitaciones libres). Bajé al salón y me encontré a Belén tumbada en el sillón.
 
‘¿Qué haces tirada? Venga, vamos a pasear un rato’- insistí.
 
Belén resopló debido al cansancio.
 
‘Oye, que aquí son las diez de la noche. Pero en Madrid son las once, y yo estoy acostumbrada al horario de allí’- respondió.
 
Me senté divertido en el poco hueco que quedaba del sillón y acaricié su suave mejilla.
 
‘¿No quieres salir a pasear un rato?’
 
Vi que Belén se lo pensó durante unos minutos. Al final asintió, alegre.
 
‘Vamos’- la cogí de la mano y salimos a la calle.
 
Gracias a Dios que el cielo estaba muy oscuro y nadie nos podía reconocer. Caminamos en silencio durante varios minutos. Aquello me parecía bastante cómodo. Estar con ella era suficiente. Me hacía sentir la persona más especial del mundo.
 
Antes de que pudiera decir algo, Belén se me echó los brazos al cuello y apretó sus labios contra los míos. Lancé un gemido como respuesta, la rodeé la cintura con mis brazos y la apreté con más fuerza aún contra mi cuerpo. Respondí a su beso con tanta pasión que me olvidé a todo y cerré los ojos.
Una vocecita en mi interior me dijo que parara, me susurraba que entrara en razón, pero los labios de Belén y sus manos provocaban más bien el efecto contrario, y no sabría decir cuánto tiempo pasó hasta que me separé de ella por un carraspeo y nos quedamos mirándole con cara de desconcierto.
 
-Hola… Niall- susurró el chico temiendo que le dijera algo por interrumpirnos- ¿puedes firmarme un autógrafo?
 
El chico me ofreció papel y boli. Firmé rápidamente y cogí la mano de Belén hasta llevarla en un rincón más apartado, iluminado por una farola.
 
‘¿Qué ha sido esto?’- pregunté confundido.
 
Belén parecía totalmente desconcertada. Casi tambaleándose retrocedió unos pasos, como si quisiera poner cuanto antes la máxima distancia posible entre nosotros.
 
‘Lo siento muchísimo Niall… De verdad’- se disculpó con lágrimas en los ojos- ‘yo no soy así… Jamás me he comportado así’
 
‘Tranquila’         
  
‘No, tranquila no’- insistió- ‘no sé porque he reaccionado de esta manera’
 
‘No pasa nada’- la sonreí. Me acerqué a ella y la abracé de consuelo- ‘me ha gustado’
 
Belén me sonrío forzadamente. Apoyó su cabeza en mi cuello y estuvimos varios minutos así: abrazándonos como dos enamorados.
 
Finalmente, se apartó suavemente. Me dio un pico y me cogió de la mano para sacarme del rincón. Tenía la cara de embobado, me había enamorado perdidamente de aquella chica.
 
‘Niall’- me llamó ella para sacar algo de conversación mientras paseábamos de nuevo- ‘no quiero que pienses que soy así’- se disculpó. Ya estamos de nuevo- ‘perd…’
 
Antes de que pudiera decir algo, la atraje hacia mí bruscamente y la besé. Le deshize su moño mientras la besaba.
 
‘Guau’- suspiró ella jadeando.
 
La abracé cariñosamente.
 
‘¿Quieres cenar?’- la invité.
 
‘Ufff… Sí, tengo hambre’- respondió ella alentada.
 
Estuvimos caminando diez minutos hasta dar con el restaurante perfecto para nosotros. Era muy de noche, pero extrañamente estaba abierto. Entramos en él, no había ni mucha ni poca gente. Pedimos una mesa de dos, nos la ofrecieron y nos sentamos.
 
Después de debatir un rato, pedimos la comida. Preferimos la tradicional, Belén pidió una ensalada y yo un filete ruso con patatas.
 
‘No sé cómo no engordas’- signó ella pinchando con el tenedor un trozo de lechuga.
 
‘Yo tampoco’- reí, metiendo el filete en la boca- ‘si estuviera gordo, ¿me querrías igual?’
 
Belén se rió a carcajadas. No sabía qué le causaba tanta gracia. ¿Acaso dije algo gracioso?
 
‘Claro que sí, tonto’- respondió ella con lágrimas en los ojos de tanto reír- ‘recuerda que cuando tengamos 80 vamos a ser unos viejos pochos con arrugas’
 
‘¿Quieres decir que lo nuestro durará tanto?’
 
Vale, metí la pata bien al fondo. La sonrisa de Belén desapareció rápidamente, soltó el tenedor produciendo un sonoro ruido y bajó la cabeza. Intenté arreglarlo, pero no sabía que decir.
 
Belén se restregó sus ojos con las manos y se levantó de golpe, dejando la ensalada casi llena. La agarré del brazo para que no se marchara. Ella negó con la cabeza dolida y se fue.
 
Pagué la comida (ni habíamos comido) y salí corriendo del restaurante. Miré ambas direcciones pero no la vi. Todo estaba muy oscuro y no había ni Dios. Fui a la derecha y empecé a correr, buscándola.
 
La vi, sentada en un banco. Me acerqué a ella y me senté a su lado. Ella dio un golpe al suelo con sus pies y me miró con los ojos cristalizados. Había llorado por mi culpa. Soy un gilipollas.
 
‘Belén, lo que te acabo de decir a sido una estupidez’- intenté disculparme. Tenía miedo.
 
Varias chicas se nos acercaron a nosotros. Me cabreé por dentro, ¿siempre nos tenían que interrumpir? Las firmé algo resentido y las obligué que se marcharan.
 
‘Por favor’- hablé de nuevo- ‘te quiero, te quiero y eso nadie lo va a cambiar’
 
Ella me miró a los ojos. Sus labios estaban temblando y parecía a punto de estallar.
 
‘No Niall’- respondió ella negando con la cabeza- ‘soy una estúpida.  Sé que no vamos a durar. Te amo, eso lo sé pero… Tú eres famoso, rico y tienes una carrera increíble. Yo tan solo soy una chica del montón’
 
‘¡NO!- la contradije enfadado- tú no eres una chica del montón. Eres especial, por eso me he enamorado de ti. Mira Emma y Harry, se les ven muy bien juntos y él la ama más que a su vida. Son felices juntos, ¿Por qué nosotros no podemos?’
 
Belén empezó a llorar.
 
‘Tú lo sabes Niall. Sabes perfectamente el porqué’
 
La miré dolido. No. La verdad es que no lo sabía. Una lágrima se escapó de mis ojos y me la limpié con mi mano.
 
‘Soy sorda’- dijo finalmente.
 
Intenté no echarme a reír.
 
‘¿Y qué?’
 
‘Niall. Tú no lo entiendes. Pertenezco a un mundo completamente diferente al tuyo’- me explicó enrabietada- ‘lo nuestro no puede ser’
 
Mi cara cambió completamente. Susurré un “no” pero obviamente no me oyó. Belén se levantó del banco.
 
‘Me voy al hospital’- dijo- 'a visitar a mi prima'
 
Tenía mi corazón en pedazos. No sabía qué hacer. Mi cuerpo se había paralizado, no podía mover ni un dedo. Levanté la vista y vi como caminaba decidida hacia la carretera. Su cabello rubio se movía ligeramente, aquél cabello que había tocado hace media hora mientras la besaba. No podía creer lo que acababa de pasar. Todo por mi estúpida metedura de pata.
Antes de marcharse, Belén giró su cabeza para verme. Entonces lo vi. Vi como mi corazón se paraba. Vi como un coche pasaba por encima de ella. No podía moverme, mi cuerpo no reaccionaba. Quería correr. Querría correr, pero mis piernas flaqueaban. Lo vi todo y no hice nada. Estas malditas piernas no se movieron.  No, no me lo puedo creer. Está tendida, en el suelo, rodeada de un charco de agua roja. No, no era agua roja, era… Sangre. Había sangre por todos los lados. La sangre paseaba por la carretera hasta fusionarse con la acera a un metro de mis ojos.     
                          
¡Maldita sea!  
 
Todo fue confuso y lo único de lo que me acuerdo con exactitud es que nada se oía. Todos caminaban despacio hacia ella. Pero yo... Mi boca simplemente se abrió de par en par cuando grité:
 
 -¡Belén!
 
 Entonces obligué a mis piernas moverse y correr, aparté de mala gana a aquella gente borrosa y me acerqué.
 
Un pus rojizo salía de su boca y tenía los ojos entrecerrados. Tenía heridas por todo el cuerpo, tenía la cabeza abierta y alrededor había una piscina de sangre.
 
 Dios mío, ¿qué coño he hecho?
 
 Un médico intentó apartarme de ella y cogerla, pero le di con el codo en la nariz para que se aleje. Quería estar solo con ella. Quería que estemos solos y quería acariciarle el pelo. Su pelo olía tan bien. Las lágrimas brotaban sin cesar, estaba loco. Tenía miedo de perderla.
 
 Pero me la arrebataron. Me la quitaron y no me dejaron nada por evitarlo.

                                              ~~~


-¿Qué es lo que ha pasado?- gritó Emma mientras las lágrimas caían incontroladamente. Sabía que algo pasaba- ¡DIME!
 
-Belén… Ha tenido un accidente- murmuró Hayley. Se llevó una mano a la frente y se enjugó el sudor.
 
Aquello no podía estar pasando. Emma se arrancó los tubos que tenía pegado en su cuerpo y se levantó violentamente de la camilla. Hayley chilló de miedo que se tumbara, varios doctores acudieron en su ayuda y la obligaron a tumbarse mientras ella gritaba que la dejaran en paz.
 
-¡DEJADME VERLA! ¡POR FAVOR!- gritó Em lo más alto que pudo. Tres doctores más entraron a la habitación y entre todos lograron tranquilizarla. La obligaron a que se tumbara y la pincharon en el brazo.
 
-¿Qué la están haciendo?- preguntó Hayley asustada. Aquello que estaba viendo era una escena terrible.
-En cuestión de segundos se tranquilizará y se dormirá- respondió un doctor retirando los guantes de látex y frotándose las manos.
 
Hayley se dirigió a la doctora pelirroja y cincuentona.
 
-¿Por qué me mandó que se lo dijera yo?
 
-Verás… Si lo dices tú se lo tomaría mucho mejor que si se lo dijera yo- respondió ella haciendo lo mismo que el anterior doctor.
 
-Pero… No se lo ha tomado nada bien- determinó Hayley con gravedad.
 
-Se lo tomaría mucho mejor contigo- respondió levantando una ceja- créeme.
 
Hayley asintió y cerró los ojos. Se sentó en el sillón con el corazón en la garganta. Sacó el móvil de su bolso y marcó el número de Harry.
 
-¿Diga?
 
-Harry, soy yo. Me acabo de enterar de la noticia…
 
-Es terrible. Ahora mismo estamos todos aquí, menos Guiomar ¿Tú dónde estás?- preguntó él con la voz temblorosa.
 
-Con Emma… No la quiero dejar sola.
 
-No la digas nada, puede ser peligroso para ella….- sugirió Harry.
 
-Ya se lo he dicho… Me obligó la doctora…- contestó rompiendo a llorar.
 
-Joder… ¿Cómo se lo ha tomado?
 
-¿Tú qué crees, Harry? Se ha vuelto loca y se ha arrancado los tubos de su cuerpo. Se ha puesto a chillar de que la tenía que ver y la han tenido que sedar.
 
-Oh Dios mío- exclamó Harry preocupadísimo- voy para allá.
 
-No Harry. Estoy yo, tranquilo- contestó Hayley rápidamente- tú quédate con Niall, seguramente estaría fatal.
 
-Está destrozado…- habló Harry. Hayley intuyó que estaba llorando por su voz- dice que es su culpa.
 
-¿Cómo va a ser su culpa? ¡¡Un loco la ha atropellado!!
 
-No para de murmurar que es culpa suya y está en shock. Estamos muy preocupados por él- explicó el cantante.
 
Hayley sintió que tenía que verles. Pero no quería dejar sola a Emma, lo estaba pasando fatal. Cuando despierte y vea que no hay nadie las cosas se pondrían peor.
 
-Oye, ¿estás con Guiomar?- preguntó el cantante.
 
-Que va, conmigo no está- contestó ella preocupada- ¿no la habéis informado de la noticia?
 
-Sí, la llamó Louis. Pero no lo ha cogido...
 
-A saber dónde se habrá metido- suspiró- ya la llamaré después de nuevo.
 
-Vale. Hayley, tengo que colgar.
 
-Adiós Harry… Y si pasa algo, avísame.
 
-Sí, claro… Por favor, cuida de Emma y no te alejes de ella. Cualquier cosa me llamas y voy.
 
Hayley sonrió. Harry era un chico tan dulce, se preocupaba muchísimo por Emma, ya quisiera tener algún día un novio así.
 
Colgó y guardó el móvil donde estaba antes. Resopló cansinamente y apoyó la cabeza en el sillón. En cuestión de minutos se quedó dormida.

                                          ~~~


Anna se encontraba sentada en uno de los bancos del parque de niños. Se oía el bullicio y las risas de los pequeños mientras se balanceaban en los columpios y se tiraban en los toboganes. Anna resopló de angustia, se acababa de enterar de que Belén había tenido un accidente… Espera que mejore y no le pase nada malo. Era de noche y extrañadamente, había mucha gente.
 
Oyó unas voces cercanas. No eran de niños, sino de adolescentes. Levantó la cabeza y divisó a Zac entre el gentío. Estaban hablando sobre chicas mientras algunos fumaban y otros bebían.
 
Anna bajó la cabeza e intentó desaparecer. Se levantó del banco y salió de allí.
 
-Ey, ¿Qué haces aquí?- llamó una voz. Era Zac, cómo no.
 
-Paseando. Me apetecía dar una vuelta. ¿Tú disfrutando con tus amigos, no?
 
Zac sonrió.
 
-Sí- respondió orgullosamente- oye… Tienes mala cara, ¿pasa algo?
 
Anna se sentó en el banco de nuevo.
 
-Belén ha tenido un accidente- suspiró de mala gana.
 
-Ostia, ¿está bien?- se sentó al lado de Anna.
 
-Bueno, está grave. Pero dicen que mejorará- explicó. Se dio cuenta de que todos los amigos de Zac cuchicheaban sobre ellos.
 
-No les hagas caso- respondió Zac dándose cuenta. Les dedicó una mirada asesina a sus amigos y volvió a centrar su mirada en Anna- ¿Cuándo te irás a Inglaterra?
 
-Pasado mañana- contestó. Miró el reloj- bueno, son las doce y diez, así que mañana.
 
-Bueno… Pues pásatelo bien, ¿eh?- la sonrió.
 
-Gracias.
 
Zac se quedó pensativo mirando al vacío durante unos minutos. Hizo un gesto raro y se levantó del banco para dirigirse de nuevo con sus amigos.
 
-Oye Zac- avisó Anna, impidiendo que se marchara- ¿has hecho las paces con Bambi?
-No.
 
Anna se mordió el labio.
 
-Yo sí.
 
Zac abrió los ojos como platos y se sentó en el banco otra vez, enfadado.
 
-¡¿Por qué?!
 
-Me lo contó todo… Me ha pedido disculpas por ello y se arrepiente de verdad- se defendió- además, tampoco me puedo fiar de ti- confesó. Se arrepintió un segundo después.
 
Zac alzó una ceja.
 
-¿Por?
 
-He visto una foto reciente de Taylor y tú. Y parecíais muy amigos.
-Fue un montaje que hizo Taylor para haceros dudar, tonta- respondió bordemente.
 
Anna se sintió como una estúpida.
 
-¿Y sabes por qué se rindió Bambi?- preguntó él enigmático.
 
-Sí. Porque era su amiga y no quería traicionarme.
 
-Bueno, pero no sólo eso. También por otra cosa- inquirió el chico- ¿no te lo ha contado?
 
No, al menos que ella recordara. Estuvo unos segundos reflexionando sin dar con el objetivo. Acto seguido negó con la cabeza, mirándole.
 
-¿Nunca te has preguntado por qué murieron mis padres?
 
-Sí…
 
-Verás, mi padre murió por cáncer cuando yo tenía 5 años, era muy pequeño pero fue muy duro para mí. Mi madre tuvo que tomar pastillas antidepresivos, no dormía y me abandonó. Se encerraba en su cuarto las 24h y jamás salía de allí. Yo estaba solo y me sentía perdido, entonces me tuvieron que acoger mis tíos. Era muy pequeño y Bambi me animó, me volvió a enseñar la luz y volví a sonreír como antes. Pero mi madre no tenía a aquella persona que la hacía sonreír y… La encontraron muerta un año después en la cama. Murió de tristeza.
 
Anna se quedó muda. Aquella era una historia tan triste… Zac y Bambi jamás lo mencionaron, no sabe cómo pudieron llegar del cariño al odio.
 
-Lo siento…
 
-Bambi se sintió débil al enterarse de que Em tenía cáncer y Harry la quería como a nadie. No quería que les sucediera lo mismo que a mis padres. No quería que Emma muriera sin saber que Harry la quería y sin saber el motivo por el que la dejó.
 
Anna abrió los ojos desmesuradamente y sus labios formaron una O. No podía creérselo… Aquella historia era tan triste…
 
-No hace falta que digas nada. Con que lo supieras ya tengo suficiente- insinuó Zac- ¿estás segura de que Bambi merece una segunda oportunidad?
 
-Sí- susurró.
 
Zac cerró los ojos y asintió enérgicamente.

                                                                         ~~~

 
-¿Qué tal está, doctor?- preguntó Niall preocupadísimo.
 
-Está mejor. Lo peor ha sido el golpe de la cabeza, la hemios puesto grapas y ya está mejor- observó él mientras leía unos papeles.
 
-Dios mío... Gracias a Dios- rezó Louis.
 
-¿Está despierta?- preguntó Marii asustada.
 
-No se despertará hasta mañana. Podéis ir tranquilos- contestó minuciosamente.
 
-¿De verdad que está bien? ¿Se aceptan visitas?- preguntó Niall.
 
-No, de momento no se puede. Mañana podréis ir a visitarla y estará como nueva- el doctor golpeó amistosamente la espalda del irlandés- ahora no te preocupes y vete tranquilo a tu casa. Ha sido un milagro.
 
-Muchísimas gracias doctor...- lloriqueó Niall con lágrimas en los ojos.
 
Todos se despidieron gustosamente con el doctor con la mano y fueron a la limusina.
 
-Hey, ¿alguien sabe dónde se ha metido la loca de Guiomar?- preguntó Clara que estaba sentada al lado de Zayn.
 
-Antes la llamé- respondió Harry de copiloto- voy a llamarla de nuevo.
 
Harry sacó su móvil y llamó a su amiga. Sonó tres bips y "el número al que llama está apagado o fuera de cobert...". Colgó enfadado mientras todas las miradas de sus amigos se centraban en él.
 
-Nada.
 
Varios suspiraron.
 
-Esto es extraño- comentó Zayn preocupado- ¿vamos a su casa? Tiene que saber la noticia.
 
-Da igual, ahora es tarde- contestó Louia llevándose una mano en el pelo- iremos a buscarla mañana.
 
-A ver, voy a llamarla yo.
 
-¿Te lo coge?- preguntó Liam un minuto después.
 
-No...- suspiró Marii toqueteando el móvil- mañana la mato.
 
-Puede que esté en una fiesta y haya apagado el móvil- aventuró Clara- conociéndola...
 
-No lo sé. Ayer estaba muy mal por lo de Em... Puede que haya salido a beber un poco para despejarse- apoyó Harry- pero ella nunca apagaría el móvil, por si le pasase algo a Emma.
 
-Bueno. Puede que sólo sea una tontería y nos estemos preocupando por nada- regañó Louis- venga Liam, bájate que esta es tu casa.
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Quería agradecer a Jade Nesbitt Sheeran. Thank you for helping me!! No sabes lo que me había costado describir los sentimientos de Niall, así que quiero darte las gracias por haberme dado ideas. Te dedico el capítulo, porque te mereces eso y MUCHO más.
Visitad su blog, también es de One Direction y es increíble. Amarás todos los personajes y la historia engancha desde el principio. Es preciosa, tenéis que leerla. Os lo recomiendo. (Si queréis visitar el blog, pulsad su nombre ^)
Besitos a todos :* 




                                         








lunes, 15 de julio de 2013

49- El perdón y la venganza.




Una doctora empujó su silla de ruedas y salieron a la terraza del hospital para que la dé un poco el aire. Emma podía caminar perfectamente, pero por seguridad prefirieron llevarla en silla de ruedas.
-Gracias- le dijo Emma a la doctora.
Ésta asintió, revisó si tenía bien puesta la mascarilla y así fue. Se marchó, dejándola sola.
Hacía muchísimo calor, pero a Emma no le importaba. Apenas salía a la calle, así que la alegraba un poco.
-Hola.
Emma giró su cabeza y vió a una persona con la piel enfermiza, delgada y calva. Si no tuviera todas esas cosas, sería un chico bastante guapo y atractivo. También llevaba silla de ruedas y muchísimos tubos.
-Hola- dijo Em sorprendida.
-¿Eres nueva de aquí, verdad?- la preguntó.
Emma asintió dolorosamente.
-¿Cáncer?
Asintió de nuevo.
-¿Cuántas quimioterapias has tenido que pasar?- preguntó de nuevo el chico.
-Una.
-Ah, ya decía yo. Es que todavía no se te ha caído el pelo- respondió él tranquilamente.
-Es que no lo necesito. Me tratan con urografía intravenosa- contestó ásperamente.
-Suerte la tuya- comentó él.
-La verdad es que no me importaría quedarme calva- explicó ella. No sabía porqué, pero sus palabras salían de su boca incontroladamente- mi novio me querría de todos modos.
-Qué chica más afortunada. A mí nadie me visita.
El chico le daba pena. Se mostró comprensiva y acarició su mano. ¿Por qué estaba haciendo aquello?
-¿Y tu familia?
-Mi padre murió cuando yo tenía cinco años. Y mi madre encontró un novio rico y viven en Australia- respondió- no quiero darte pena, estoy acostumbrado. Llevo viviendo aquí dos años: los doctores son mis padres y los pacientes mis hermanos.
Emma sonrió. Iba a decir algo cuando una voz la interrumpió.
-Al fin te encuentro.
Era Niall.
-¿Es tu novio?- preguntó su compañero.
-No, es sólo un amigo- dijo mientras miraba al rubio.
-Os dejo. Adiós- se despidió.
-Adiós- dijeron Niall y ella al unísono. El chico caminó hacia la entrada con su silla de ruedas.
Emma quería preguntar cómo se llamaba, pero vio que era demasiado tarde.
-¿Qué quieres?
Niall se quedó callado por un momento. Después hizo una seña para que se acercaran a un banco que había en la terraza para poder sentarse.
-Dentro de nada vendrá Belén- explicó él- esta tarde.
-Que bien- gruñó ella sin querer.
-Sí- aventuró- ¿Qué tal estás?
Emma no se inmutó. Se quedó mirando a Niall sin decir nada. Poco a poco, se cayeron unas cuantas lágrimas, hasta que sus mejillas se inundaron. Niall también empezó a llorar y se abrazaron.
-Muy mal, Niall- sollozó apoyando su cabeza sobre su cuello- muy mal.
-Emma- llamó él cogiéndola de la barbilla para que le mirara a los ojos- tienes que ser fuerte, vénceles. Hazlo por Harry, por tus amigas, por tu familia y por nosotros.
-Lo sé…- tartamudeó- quiero quitarme toda esta mierda de encima.
-Y lo harás- susurró él para tranquilizarla- llevas casi siete meses con el cáncer, dentro de poco…
-Ya lo sé- balbuceó sin poder más. Quería desaparecer por un segundo, lo que daría por quitarse el cáncer de encima- sé que dentro de una semana me harán la operación definitiva.
-Mi instinto dice que sobrevivirás- dijo él con una sonrisa, limpiándose las lágrimas.
Emma se rió tímidamente.
-Y en cuanto a lo de ayer… Después del concierto de anoche, Harry me contó… Lo que dijiste. Eres una cabezota, sabes perfectamente que Harry está loco por ti. Haría cualquier cosa por ti pero tú lo evitas. Sé que le quieres muchísimo y no quieres que se aleje de ti, pero lo dices. ¿Por qué, Em? Lo único que haces es dañarte a ti misma y a Harry.
-Ya lo sé pero… Quiero que se aleje de mí para que me olvide si no salgo de esta. Tiene que ser feliz, no estar encerrado en el hospital mientras me cuenta historias. Hazme ese favor Niall, te lo pido. Dile a Harry que no me visite más hasta la operación. Si salgo viva bien, sino… Que sea feliz, cueste lo que cueste.
-Emma… Yo no puedo hacer semejante cosa. ¡Esto es una…!
-Por favor… Cada vez que noto su mirada triste en mí me siento… Horrible. No quiero que sufra mirándome cómo vomito. Lo único que hacemos es dañarnos a nosotros mismos.
Niall se sorbió los mocos y se secó las lágrimas.
-No te prometo nada.

                                                ~~~


-No voy a hacerlo- dijo fríamente la morena- no lo soporto.
-¡¿Ahora te vas a echar atrás?!- gritó la rubia- ¡eres una cobarde!
-¡Prefiero ser una cobarde antes de ser como tú!- exclamó Helena muy enfadada.
Cassandra alzó una ceja. Apretó los labios y la sacó el dedo.
-Creía que éramos amigas- susurró.
-Y lo somos pero… Cassandra lo tuyo se puede solucionar de otra manera… No siendo cruel con la gente- explicó Helena haciendo muecas- yo no puedo más… Y mucho menos hacer algo así porque… Ya lo sabes.
-¿Qué hay otra solución?- dijo sarcásticamente la rubia- ¡no hay ninguna! Yo seguiré a mi bola, tú entre tanto vete con tus “amiguitos” no me vengas llorando después de que te han hecho daño o cosas por el estilo.
Helena se quedo callada. Su amiga era muy tonta. Había cambiado demasiado… Ella no era así, ella era la única que conocía a la Cassandra de verdad. No podía hacerlo más… Su amistad había acabado.
-Muy bien. Adiós.


Cass no podía creer lo que acababa de oír.
-¿De verdad vas a echar todo a perder?- preguntó mientras Helena se marchaba de su casa.
Helena abrió la puerta que daba salida a la calle. Se quedó parada durante unos segundos. Después se giró y la miró directamente a los ojos.
-Sí.
                                                                 


                                               ~~~

La llamada telefónica reciente de Hayley la había tranquilizado un poco, pero no lo suficiente. Guiomar se tumbó en la cama. Pensó en algo que hacer. ¿Visitar a Emma? No. Ayer ya había tenido suficiente.
Ding.
Bravo, por fin alguien que se acordaba de ella. Saltó de rebote en su cama y salió pitando de su cuarto. 
Bajó por las escaleras rápidamente y saltó en los últimos cuatro escalones. Abrió la puerta y…
-¡Marcos! ¿Qué haces aquí?  Ui, ¿hoy es martes? Ni me había enterado- le dijo a un serio profesor.
-No. No es martes, hoy es domingo- respondió señalando el salón para poder pasar.
Guiomar le dejó pasar y subieron por las escaleras.
-Entonces, ¿Por qué vienes?- le preguntó, Marcos estaba raro.
-He venido para decirte una cosa.
Guiomar asintió, nerviosa. Le dejó pasar a su habitación y vio que Marcos también estaba nervioso. Él la pregunto que si estaban sus padres en casa y Guiomar negó.
-Soy todo oídos- dijo la rubia sentándose enfrente de él.
-Verás… No me preguntes el motivo, es personal. Pero no podré darte más clases- habló firmemente, como si lo hubiera estado ensayando durante horas- lo siento.
-¿Te mudas?- preguntó Guiomar curiosa y a la vez desilusionada.
-No, no. Seguiré viviendo al lado tuya pero tendré que dejar de darte clases- respondió.
-Ah… ¿Pero volverás, no?
-No. Ya no podré verte más- dijo seriamente.
-Hombre, algún día te visitaré y eso. Quedaremos, ¿no?- habló ella sorprendida- me has parecido muy majo y además de profesor eres mi am…
-No Guiomar. No podremos vernos más, ¿vale?- contestó molesto. Acto seguido se levantó de la silla y se marchó de la habitación.
Guiomar estaba pasmada. Estaba segura de que esto lo estaba soñando. Se pellizcó la rodilla y soltó un leve gemido, eso había dolido. Oyó la puerta principal cerrarse.
Marcos se había ido para siempre.

                                                ~~~

Estaba viendo una de sus series favoritas: Glee. Hasta que llamaron al timbre.
-¡Anna, te buscan!- gritó su padre.
Seguramente sería Zac. La pediría unos cuantos días más para quedarse… En realidad no era una mala idea. Apagó su portátil y se dirigió al salón. Su hermano estaba viendo Bob Esponja mientras se bebía un zumo. Anna sonrió y miró quién era la persona que la esperaba en la puerta.
-¿Y ahora que quieres?- preguntó Anna resoplando de rabia. Aquella chica jamás la dejaría en paz.
-Antes que nada quiero decirte una cosa. Por favor Anna, te lo digo de corazón- pidió Bambi.
Anna echó una ojeada dentro de casa. Su padre miraba la tele con Benjamin y su madre estaba trabajando.
-Pasa- cedió finalmente.
Se dirigieron a su habitación sin rodeos. Anna se sentó en la cama pidiendo una explicación. Bambi, en cambio, prefirió quedarse de pie. Cuando menos se lo esperaba, Bambi empezó a llorar.
-Quiero decirte que has sido la mejor amiga que he tenido... Bueno, no es que haya tenido muchas- soltó una risita tonta, pero empezó a llorar de nuevo- Taylor fue mi amiga desde que tenía 11 años y era demasiado pequeña para saber lo que hacía.
-¿Y es que acaso ahora lo eres?- soltó amenazadoramente. Le daba muchísima pena Bambi, soltaba sollozos suaves y su cabello rojo la hacía tan… Infantil… Quería abrazarla y consolarla. Pero decidió no hacerlo, las apariencias engañan.
-No, no… Déjame terminar. Verás, el caso es que cuando Tay me pidió hacerte eso antes de conocerte pues acepté. Recuerda que ella era mi única amiga y perderla… Significaría quedarme sola y no quería eso- explicó mientras su labio inferior temblaba- Me dio una breve descripción tuya y me dijo que irías al mismo instituto que yo. Taylor fue la que le dijo al jefe de tu padre que le recomendara volver a su país, porque ella sabía que vivías cerca de mi insti y tu única opción era ir al mismo que el mío. Zac escuchó toda la conversación y me pegó varias palizas, aunque me lo merecía. Cuando vi que mi primo te pegaba también, me aproveché e inventé un plan ya que nos pegaba a las dos. Al ver que un día te pegó afuera del instituto y te desmayaste, te llevé a mi casa e intenté cogerte confianza. Es cierto que Zac me lo advirtió muchas veces pero no le hice caso, ahora que lo recuerdo fue un grande error. Fui una estúpida. Al conocerte lo único que quería era caerte bien pero… No sé porque, te cogí cariño y empecé a quererte… Te juro que nuestra amistad no fue falsa, te quería como una amiga… Pero no quería hacer daño a Taylor… Últimamente he estado demasiado ciega como para comprender los planes malvados de Tay. En muchas ocasiones quería echarme para atrás y renunciar todo eso para no hacerte daño. Pero sabía que si hacía eso, ella te lo diría de algún modo. Sabía perfectamente que tú me robaste el brazalete pero no te dije nada y culpé a Guiomar. Quería que lo averiguarais por vuestra cuenta… Al ver que tardabais tanto en resolverlo, me rendí… Pero cuando Guiomar y Harry vinieron a casa de Taylor por una parte me sentí aliviada por librarme de este cargo pero por otra parte… Me sentía rota porque eso significaría perderte…
-Dejaste que Zac me pegara. Lo sabías y no hiciste nada por evitarlo. ¡Sabías porqué me pegaba y no renunciaste a colaborar con ella!- gritó Anna conmovida por la explicación de la pelirroja.
-No te conocía bien y no eras mi amiga… Me descubrí a mí misma que no quería perderte cuando fuiste a mi casa a preguntarme que quién era. Sabía que dudabas de mí… Y me sentí muy nerviosa y preocupada. Ahí me di cuenta de que eras mi amiga de verdad. Te quería muchísimo… Y ahora también- habló con la voz quebrada mientras se secaba las lágrimas- ahora mismo me siento muy sola. Ya no soy amiga de Taylor, ella ha destrozado mi vida. Me ha hecho tener una infancia horrible. Por favor, sé que me quieres. Sé que nuestra amistad es verdadera… Anna…
Sin darse cuenta, tenía las mejillas mojadas y el rímel corrido. Sacó un pañuelo de su bolso y se limpió la cara. Le tendió otro a Bambi, que también se limpió el rímel. Se odiaba por ser tan débil… Le daba pena todo el mundo y no podía evitarlo… Ojala sea como Guiomar, tan dura y tan fría… Abrazó a Bambi incontroladamente mientras lloraba ruidosamente.
Bambi le devolvió el abrazo y acarició su pelo. Terminaron de abrazarse y Anna la sonrió.
-Te perdono. Pero que sepas que…
-Sí, lo sé. También me disculparé ante tus amigos. Lo que he hecho está muy mal. Qué digo de mal, mal no: horrible. Lo que he hecho es horroroso… Romper una pareja y obligar a Harry a engañarla… Horrible, lo que han tenido que pasar por mi culpa…
-Sí… Te costará que te perdonen, pero ya verás cómo sí. Emma y Harry tienen el corazón enorme.
-Millones de gracias…

                                          ~~~


-¡Hola!- gritó una vocecita. Aquella voz que la hacía alegrar de golpe.
-¡Hey! ¿Qué tal están mis hermanas favoritas?- preguntó Emma abrazándolas.
-Eso lo dices porque somos las únicas- dijo Aroa sacando la lengua.
Emma hizo lo mismo y la revolvió el pelo.
-¿Y papá y mamá?- preguntó la paciente.
-Abajo. En la cafetería. Luego suben- respondió April- ¿Sabes qué?- la susurró.
-¡April! ¿Te quieres callar?- protestó su hermana- ¡te dije que te callaras!
-¡¡Pero has perdido la apuesta!!- se defendió April- te dije que si ganaba se lo contaba, así que, la próxima vez aprende a jugar.
-Eres mala- escupió Aroa.
Emma se rió. ¿Qué era lo que iba a contarla April?
-Aroa tiene novio.
La cara de su hermana pequeña adoptó un tono rojo en menos de un segundo. Giró la cabeza para disimular mientras que April se reía a carcajadas.
-¡Oh! ¿Y eso?- preguntó Em intentando parecer alegre.
-Eres una chivata- le dijo Aroa a April- la próxima vez no te cuento nada.
-Es que no me lo has contado. Yo lo he visto todo- chinchó su hermana.
-Bueno, ¿cómo se llama?- dijo Emma.
-Se llama Jason y tiene 12 años. Va a un curso superior- explicó April- él la pidió salir en el parque. Bueno, en realidad me lo pidió a mí, confundiéndose con Aroa.
-Sí, y April se ilusionó. Pero cuando se dio cuenta de que era para mí, se enfadó.
-¡Eso es mentira! ¡JASON NO ME GUSTA!- chilló April enrabietada.
-Di lo que quieras, pero cuando dijo que se había confundido de persona te fuiste sin más y parecías enfadada de que no te hubiera elegido.
-Yo no me he enfadado…
-¡Sí que te has enfadado!
-No sé cómo se ha podido enamorar de tí y de mí no. Si somos iguales.
-¿Quieres saber la diferencia? Tengo clase y tú no.
Emma se desconectó de la conversación. Si tuviera 11 años todo le resultaría tan fácil… Si supieran lo que era enamorarse… Emma se entristeció de tener que preocuparse de otras cosas que la parecían un cargo muy pesado.
-Te has enfadado de que Justin, Emma y yo tengamos novio o novia y tú no.
-Te lo inventas todo- dijo April- dices eso porque te ha molestado de que se lo cuente a Emma.
-Mentira, lo digo porque…
-Chicas, voy un momento fuera. ¿Vale?- interrumpió Emma volviendo a la realidad.
Sus hermanas asintieron.
-¿Puedes andar?
-Sí claro. Puedo andar un poco.
Emma salió de la habitación y empezó a caminar lentamente en los pasillos del hospital. Buscaba a una persona. Revisó si estaba en cada habitación, pero no le encontraba.
-Señorita… Debe volver a su habitación- la atendió una doctora- no es bueno estar merodeando en el hospital.
-Perdone doctora, pero quiero buscar a un paciente… ¿Podría decirme en que habitación está?
-Depende. ¿Nombre?
Ni lo sabía. ¿Ahora qué coño decía?
-No… No lo sé. Sólo sé que tiene cáncer como yo, es calvo, bastante delgado y alto para su edad. Tendrá unos 18 años y usa silla de ruedas.
-¿Jamie? Creo que te refieres a él… Esta mañana le ha dado un ataque y ahora mismo le están atendiendo. Está en estado muy grave.
-No, no. Creo que te estás equivocando… Esta mañana estaba perfectamente, hablé con él en la terraza de aquí.
-Le dio un ataque al volver- respondió- y ahora vuelve para tu habitación que tengo que atender a varias personas.
La doctora se fue dejándola en estado de shock. Un ataque. ¿Ocurría muy a menudo? No podía creer que esta mañana estaba hablando con él como si nada y unos minutos después le haya dado un ataque… Espera que esté bien.
-¡Cariño! Al fin te encuentro- llamó su madre- ¿Por qué te habías ido? Estaba muy preocupada.
-Perdona mamá, fui a buscar algo- su madre asintió y la cogió de la mano suavemente para llevarla de vuelta a la habitación- oye mamá.
-Dime- dijo su madre mirándola a los ojos.
-¿Crees que saldré de esta?- preguntó.
Quería la verdad. Quería que su madre fuera sincera.
-No lo sé, hija. No lo sé- tartamudeó Amy reprimiendo las lágrimas- y ahora vuelve a la habitación con tus hermanas que me voy al baño.
Emma asintió y entró a su cuarto. Sus hermanas seguían discutiendo sobre Jason. Pero no estaban solas. Helena había venido a visitarla de nuevo.
-¿Y Justin? ¿No debería estar contigo?- preguntó ella tumbándose en la camilla costosamente.
-No- respondió rotundamente- he venido a hablar contigo.
-¿Conmigo? ¿De qué quieres hablar?
-Te interesará saberlo. Eso seguro- dijo ella mirando a sus hermanas- a solas, por favor.
Emma la miró y a continuación miró a sus hermanas que se sacaban la lengua. Puso los ojos en blanco.
-Bajad a la cafetería que hay cosas muy ricas- las dijo.
-No tenemos hambre- respondió Aroa molesta de que la hayan interrumpido- ya verás. Le voy a preguntar a Jason que…
-Chicas, hay nutella.
-¿De verdad?- preguntaron las dos al unísono.
Emma asintió sonriente. Estaba mintiendo, pero quería hablar con Helena si era tan importante.
Las dos se miraron entre sí. Sonrieron y bajaron a la cafetería, olvidándose de que estaban enfadadas.
-Buena mentira- se rió Helena.
-Dime lo que me tienes que decir rápido. Que luego me vendrán chillando de que las he mentido.
-Ya no soy amiga de Cassandra- explicó ella. Parecía triste por ello, pero a la vez decidida- por si lo quieres saber.
-Enhorabuena. Por fin te has enterado de que ella es una farsante.
-Ella no es una farsante- escupió ofendida Helena- tiene motivos, ¿vale?
Emma se sorprendió. ¿Qué motivos hay para que sea una estúpida arrogante y creída?
-Vale- respondió con desgana.
-Y por si lo quieres saber. De verdad amo a tu hermano.
-Me alegro.... Aunque me esperaba a una cuñada mejor- se sinceró Em.
-Lo siento mucho si no te esperabas a alguien como yo- contestó- mira, sólo quiero que nos llevemos bien por tu hermano.
-¿Después de lo que la hicisteis a Guiomar? No gracias.
-Eso es pasado.
-Me da igual, Helena. No quiero que nos llevemos bien después de lo sucedido.
Helena la taladró con los ojos. La verdad es que daba miedo. Pero en ese momento escuchó gritos de sus hermanas.
-¡¡EMMA!! ¡NO HAY NUTELLA!- gritó April muy enfadada- ¿no te habrás comido la última?
-¡¿Nos has mentido?!- chilló la otra.
Emma miró a Helena. Ella negó con la cabeza y se marchó de la habitación sin decir nada.

                                               ~~~

-Qué triste es…- habló Clara una vez terminada la peli- jamás la volveré a ver.
Se había estado riendo durante el final de la película por las caras que ponían su hermana y Hayley. Pero en el fondo estaba muy apenada.
-La vida es bella es una de las pelis más tristes que he visto en mi vida- apoyó Hayley que estaba en casa de Marii y Clara porque la habían invitado.
-¿Os hace unas galletas?- preguntó la hermana pequeña para animarlas.
Marii y Hayley asintieron.
-Anna vendrá pasado mañana- informó Hayley mirándola con comprensión a Marii.
-Ah, qué bien- gritó con una fingida alegría.
-No. Y lo sabes, ¿estás segura de que te vas a rendir?- preguntó Hayley tristemente- si te gusta Liam… Lucha por ello.
-¿Y tú porqué no luchas por Niall?- dijo Marii rápidamente. Un segundo después se arrepintió de lo que acababa de decir- perdona, se me ha escapado…
-¿Se nota?- suspiró ella- esto es diferente. Niall tiene novia y se ven muy bien juntos.
-Lo sé pero Liam está enamorado de Anna- bramó Marii frustrada- no puedo hacer nada.
-Sí que puedes. ¡Sedúcele!
-¿Tú estás tonta? ¿Cómo le voy a seducir?
-Eres guapa, tienes buen cuerpo, eres divertida…
-No Hayley… Esta idea no me gusta nada. Liam hace mejor pareja con Anna que conmigo.
-Eso no es verdad- respondió Hayley- conozco a Anna perfectamente y no harán buena pareja. No están hechos del uno para el otro.
Marii suspiró. ¿Y si lo que decía era verdad? Hayley conocía perfectamente a Anna… Tendrá que enamorarle a Liam. ¿Pero cómo?
-Pídele una cita- sugirió su amiga leyéndola la mente.
-Aquí tenéis vuestras galletas- anunció Clara entrando al salón, sin haberse enterado de la conversación.
-¡Guay!- chillaron las otras dos.

                                                ~~~

Lloraba y lloraba. Llevaba un par de horas sentada en una roca del bosque. Después de que Marcos Bill la haya dado aquella noticia salió de su casa. Se sentía terriblemente mal y sin darse cuenta se adentró al bosque. Estaba en el corazón del bosque y había muchos animales alrededor. Aquello podía ser peligroso. Se odiaba a sí misma, era la segunda vez que lloraba por un chico. La SEGUNDA. No podía ser así. ¿Qué le había pasado a su corazón? ¿Se había ablandado?
Charlie y Marcos habían sido los motivos de sus lágrimas. Policía y profesor. Ellos son unos capullos. Marcos no había hecho nada, tan solo marcharse. Ni siquiera era su novio. Pero, ¿Por qué lloraba? ¿Por qué no quería que se marchara? Su corazón la decía que le obligase a que se quedase con ella, que no se marchara nunca… Pero su cerebro la decía que estaba loca, loca de amor por un chico de 22 años.
Se levantó de la roca y se tambaleó. Guiomar se llevó una mano a la cara y se dijo a sí misma que los olvidara, que no son nada en su vida. Siguió caminando. Cada vez los árboles eran menos densos y se podía ver la ciudad.
Llegó a un punto donde no sabía cómo salir, pero luego vio su casa entre los árboles y caminó a esa dirección. Una suave brisa la levantó el cabello, mientras miraba en dirección a su casa. Cada vez que avanzaba, los espesos árboles negros desaparecían. Encontró un estrecho sendero de tierra y caminó por él. El bosque estaba oscuro y silencioso. Después de andar un poco, vio que el sendero se bifurcaba. Eligió el camino de la izquierda, su instinto decía que era el camino correcto.
Anduvo en silencio, con la vista clavada en el suelo. De vez en cuando, un rayo de luna a través de las ramas iluminaba el suelo que cada vez se hacía más estrecho hasta desaparecer.
-¡Mierda! Era el de la derecha- se maldijo a sí misma.
Volvió a caminar el mismo sendero hasta ver el punto donde se bifurcaba. Cogió el camino derecho. Notó que alguien la agarraba de la espalda y la arrastró fuera del sendero, detrás de un grueso roble. Guiomar chilló y pataleó, pero aquel chico (debió de suponer que era un chico por su fuerza) la agarraba fuertemente y la tapaba la boca, impidiendo que gritara.
-Shhh, por fin de nuevo- habló el desconocido. La voz le parecía demasiado familiar.
Guiomar abrió los ojos. “Por fin de nuevo”. ¡Era Charlie! Intentó chillar, pero sus sucias y fuertes manos tapaban su boca. Intentó reaccionar con su pie, intentó darle una patada en sus piernas. Intento fallido.
-Muñeca, no intentes nada- la susurró. Llevándose la otra mano en su cabello.
Guiomar gimoteaba y en menos de un segundo las manos del policía se mojaron. Guiomar estaba llorando, asustadísima.
Consiguió distraerle con una patada en la espinilla. Se liberó de sus brazos y empezó a correr lo más rápido que le permitían sus piernas. Charlie la perseguía por detrás y cada vez estaba más cerca. Los dos escucharon: alguien se deslizaba sobre las hojas secas y no eran ellos. Guiomar miró un momento el sendero oscuro pero, después de unos pocos segundos el sonido se alejó.
Charlie la había perdido de vista, todo estaba muy oscuro y aquello parecía un laberinto. Guiomar anduvo más lentamente, jadeando, atenta a cualquier ruido. De pronto, en un claro un poco más adelante, algo se movió visiblemente. No sabía si tenía que gritar o no. Si gritaba aquella persona o lo que fuera podría salvarla pero Charlie la encontraría.
-¡¡SOCORRO!!- gritó lo más alto que pudo.
El sonido se fue acercando. Pero no era el único, otro sonido proveniente de atrás también: era Charlie.
Guiomar corrió hacia la figura misteriosa, fuera quien fuera, sabía que era un humano. De repente, Charlie salió de uno de los árboles y la cogió del brazo. La atrajo a sí violentamente y la tiró del pelo, sin soltarla. Guiomar jadeaba, no podía hacer nada. Le dolía todo el cuerpo de tanto correr.
Vio que Charlie sacaba algo de su bolsillo del pantalón. Guiomar no llegó a verlo, pero lo suponía. Empezó a gritar asustada, intentando zafarse de él. Le empujó al suelo y consiguió escapar.
Algo la detuvo en los primeros pasos.
Se escuchó un disparo en el oscuro y denso bosque.
                           
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-Antes de venir estaba en casa de Marii y Clara- explicó Hayley sonriente- vimos La vida es bella.
-Oh, esa la vi hace unos años. Es tan triste…- dijo Emma un poco contenta de que alguien haya venido a visitarla por la noche.
Se dio cuenta de que era bipolar. En ocasiones no quería que la visitaran y en otras sí… Tenía que solucionar su cabeza ya.
-Lo sé, nos hemos puesto a llorar como locas. Menos Clara, ella se reía de nosotras- explicó Hayley recordando los hechos.
-¿En serio?- rió Em- qué mala…
-Buenas…- saludó una doctora entrando a la habitación. Estaba muy pálida y seria- ¿puedo hablar un momento contigo?- se dirigió a Hayley.
Ésta se sorprendió un poco. Se levantó y apretó la mano de Em, señal de que volverá. Ambas salieron de la habitación.
Emma se sintió terriblemente preocupada. ¿Había pasado algo? Pasó un minuto eterno. Las tripas se le retorcían. Tenía ganas de vomitar.
-Emma- susurró Hayley pálida como la nieve, entrando a la habitación. Eso era el límite, Em empezó a llora, sabía que había pasado algo.
-¿Qué? ¿Qué ha pasado?- chilló Emma sin querer.
Hayley miró a la doctora, que asintió con la cabeza. Tragó saliva. Su cuerpo temblaba violentamente y parecía a punto de llorar.
-Ha pasado algo terrible… Una tragedia…- fue lo único que pronunció.

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Al final he tardado menos de lo que esperaba. ¡POR VOSOTROS! 
TENGOHAMBRE (Omnia): una fuerza sobrenatural se apoderó de mí y mira lo que he escrito. Espero que te guste el capítulo y disfruta.
Un besito a todos:))