Abrió sus bonitos ojos pero los cerró al instante. Le dolía
tremendamente la cabeza. Abrió
suavemente un ojo y después el otro. Vio una figura borrosa, era delgada,
rubia, labios gruesos…
-¿Qué tal te encuentras?- la preguntó.
Guiomar se restregó los ojos con las manos para ver mejor.
Cuando la visibilidad de ella mejoró se quedó boquiabierta.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Oye guapa, que estás en mi casa- respondió Cassandra.
Guiomar se levantó de la cama en la que estaba tumbada y se
tambaleó. La cama no era bastante cómoda y le dolía muchísimo la espalda.
-¿No recuerdas nada?- habló ella.
-¿Recordar qué?
Los recuerdos de la noche anterior se agolparon en su mente.
Charlie, figura misteriosa, bosque y… Pistola.
-¡Oh Dios mío!- chilló Guiomar- ¿me salvaste tú? ¿Eras la
persona que estaba detrás de los árboles?
Cassandra se rió.
-Más quisiera- respondió ella sarcásticamente- ha sido mi
hermano.
-¿Tu… tu hermano?- tartamudeó atónita.
-Sí.
Guiomar se desplomó en la cama. ¿Quién diantres era su
hermano?
-Oye… Oí un disparo- comentó Guiomar.
-Dispararon a mi hermano- explicó Cass como si fuera lo más
normal del mundo.
-¿Cómo?- exclamó ella asustada- ¡¿cómo está?! ¡Me estás asustando!
-Cassandra, no seas mala. Explícaselo y no dejes las frases a
medias- interrumpió una nueva voz.
-¿Marcos?
-Sí.
-¿Eres su… Su hermano?- señaló a Cass sin dar crédito a lo
que veía.
-Así es.
Marcos se acercó a Guiomar y se sentó en la
cama costosamente.
-Dios mío… ¿Te ha disparado?- reaccionó la rubia al darse
cuenta de ello.
-Sí, no ha sido nada. Te iba a disparar a ti, así que me
interpuse entre vosotros y me disparó en el brazo- explicó él enseñándole la
herida- no ha sido nada.
-No me lo puedo creer… No me lo puedo creer. Oh Dios mío- se
llevó una mano en la frente y cerró los ojos- no puedo creerme que Charlie haya
hecho esto. Me quería matar… Es un asesino.
-No delires, anda- contestó Cassandra.
-Cass ya basta, ¿no?- regañó su hermano- sal de la
habitación.
-Si anda, tú flipas hermanito- respondió maleducadamente-
esta es mi habitación.
Guiomar echó una ojeada a su alrededor. El cuarto era bastante pequeño, tenía los muebles necesarios: cama, armario y escritorio. No había tele, ni ordenador, ni una sala de maquillaje y ropa. Tenía una idea totalmente equivocada de Cassandra.
Marcos la agarró de la muñeca y tiró de su hermana hasta la
puerta. Cass le fulminó con la mirada, salió de su cuarto sin antes cerrar la
puerta.
-¿Dónde está Charlie?
-Tú huiste corriendo hacia mí. Charlie intentó disparar en
tu dirección, pero conseguí atraparte y me dispararon a mí- Guiomar se sintió
marear e intentó ver el brazo de Marcos- tranquila, no es nada. Solamente me
rozó, mi hermana me ha curado- la susurró para tranquilizarla. Tú por supuesto
te desmayaste en cuanto escuchaste el disparo…
-Joder, que tonta…- suspiró la rubia enjugándose el sudor de
la frente.
-Es normal, tenías mucho miedo. Bueno, el caso es que cuando
me disparó, pensó que te disparó a ti porque te desmayaste y huyó. Entonces te
traje a mi casa.
-¿Por qué no me llevaste a un hospital?- preguntó Guiomar a
lo obvio- ¿y por qué no le denunciaste?
-Lo siento… No vi su cara…
Guiomar levantó una ceja. Obviamente, aquí pasaba algo,
sino, ¿Por qué no la llevó al hospital? Prefirió callárselo.
-¿Qué hacías en el bosque, Marcos?
-Simplemente paseaba, como tú- respondió tranquilamente-
pura casualidad.
-Ya.
Marcos frunció el ceño y arrugó la nariz. Sabía que no le
creía.
-Bueno Guiomar, aquí traigo tus zapatos- interrumpió
Cassandra abriendo la puerta repentinamente con las converse de Guiomar.
-Gracias- la sonrió ella a lo que Cass respondió con un
gruñido.
Guiomar suspiró y negó con la cabeza sin ganas mientras se
ponía los zapatos.
-¿Cuánto tiempo llevo dormida?
-Un noche- respondió Marcos.
Guiomar tosió. Cogió su móvil y lo encendió. Mierda, tenía
dos llamadas perdidas de Harry, otra de Louis, otra de Marii, tres de Hayley y
dieciséis de su madre.
-Hoy he tenido que dormir en el sofá por tu culpa - contestó
Cass- tú por supuesto dormiste en MI cama- añadió marcando la palabra “mi”-
por cortesía de mi hermanito- dijo en un tono burlón mientras miraba al
profesor.
-Chicos- bramó Guiomar- me voy, gracias por cuidarme y eso.
-No hay de qué- burló su compañera.
Guiomar se ató los cordones de su converse, agarró su móvil
y salió del cuarto acompañada de los dos hermanos. Se sorprendió por el
interior de la casa. Pensaba que Cass vivía en una mansión llena de joyas y
cuadros caros, pero todo lo que veía era lo contrario. No objetó nada y divisó
la puerta que daba salida a la calle.
La casa era enana.
-¿Y vuestros padres?- preguntó Guiomar antes de salir.
Quería agradecerles por su ayuda.
Ambos hermanos se miraron.
-Están trabajando- respondió finalmente la chica- y quiero
hablar contigo.
Miró a su hermano de reojo, salió afuera con Guiomar y cerró
la puerta, dejando a Marcos dentro de la casa.
-Mira niña- amenazó- como salga alguna maldita palabra de tu
bocaza sobre lo horrible que es mi casa te juro que voy a hacerte la vida
imposible y te arrepentirás de ello.
-No diré nada.
-Vale. Por tu bien es mejor que no lo hagas- y dicho esto
entró a su casa cerrando la puerta delante de sus narices.
No podía creerse lo que acababa de presenciar. Charlie había
disparado a Marcos, había dormido en casa de su profesor particular y su odiosa
compañera, Marcos y Cassandra eran hermanos y vivían en una casa que daba pena.
Tampoco podía creerse que después de que Marcos renuncie seguir dar clases particulares, la hable como si nada hubiera pasado.
Sacó su móvil y miró sus contactos. ¿A quién iba a llamar
para que la respaldaran? Marcó un número que lo cogió de inmediato.
-¡GUIOMAR!-chilló desde el otro lado del teléfono- ¡¿Tienes
idea de lo que acababas de hacer?! ¡TE HEMOS LLAMADO TROPECIENTAS DE VECES ! ¡Tus padres me han llamado preocupados y les he tenido que mentir! ¡HE DICHO QUE ESTABAS EN MI CASA! ¡Exijo una explicación ahora mismo!
-¡Hayley!-exclamó Guiomar intentando tranquilizarla- es una
historia muy larga… Sólo necesito que…
-¡¿Historia muy larga?! ¿Pero tú quién te crees que eres? -
la regañó de nuevo. Le estaba rompiendo los tímpanos- ¡Belén ha tenido un
accidente y tú de fiesta!
-¿Que Belén qué? ¡Madre mía! ¿Está bien?
-Sí, sí. La van a dar el alta hoy.
Hayley explicó todo lo sucedido.
-Ostras… Mierda, siento mucho no haber estado allí- se
disculpó Guiomar verdaderamente arrepentida- ¿sigue en el hospital?
-Sí. Los chicos llegarán dentro de nada, así que puedes ir allí sin problemas- avisó Hay- está en St Thomas Hospital.
-¿Y tú?
-Sí. Los chicos llegarán dentro de nada, así que puedes ir allí sin problemas- avisó Hay- está en St Thomas Hospital.
-¿Y tú?
-Yo estoy con Em- la informó- sigue dormida porque la han
sedado… Al enterarse…
-Habrá sido terrible para ella- se preocupó Guiomar, conocía
a la perfección cómo era su mejor amiga- ya me contarás cuando se despierte.
Voy al hospital de Belén.
-Vale… Un beso y nos debes una explicación- la recordó la
morena.
-Que sí pesada- refunfuñó la mayor- ya he cogido un taxi,
voy para allá en media hora.
-Vale, ya me contarás. Te dejo que Emma se está despertando.
-¡Dale un beso de mi parte!- chilló ella antes de colgar.
Emma bufó al enderezarse de su camilla. Se quitó las sabanas
de encima y entreabrió los ojos.
-Que calor por Dios…- susurró ella- ¿Por qué me duele tanto
la cabeza?- preguntó al darse cuenta de que su amiga estaba presente.
-Porque te han sedado.
-¿Cómo? ¿Por qué me han…?- se cortó- ¡Belén!
Se desperezó de su cama a la velocidad de la luz. Hayley se
levantó de su silla y la sujetó intentando tumbarla de nuevo.
-Tranquila, está mejor. Sólo ha sido un susto, no es nada
grave, afortunadamente.
-¿Lo dices en serio? ¿O lo dices para que no haga ninguna
estupidez?
Hayley sacó el móvil de nuevo y empezó a teclear la
pantalla.
-¿Qué haces?
-Llamar a Harry- respondió ella.
-¡No! No… Mejor llama a Niall…
Hayley frunció el ceño pero no objetó nada.
-Toma- la tendió el móvil.
Emma se llevó el móvil de Hayley a la oreja mientras se
escuchaban los bips.
-¿Diga?- descolgó alguien.
-Niall…
-¡Emma! Me han contado lo sucedido. No pasa nada, te prometo
que tu prima está bien. Todo ha sido por mi culpa, no debería haber hecho
esto…- explicó él claramente nervioso.
-Niall, no ha sido culpa tuya. ¿Entonces está bien, no?
-¡Sí!- exclamó eufórico, a lo que Emma se apartó el móvil
debido al grito que ha pegado- casi llegamos al hospital y le van a dar el alta.
-Menos mal, ¿lo saben mis tíos?
-Sí, les hemos tenido que avisar. Les hemos explicado que no
fue nada, tan solo un golpe pequeño- informó Niall- al principio estaban locos
e iban a venir pero Liam les tranquilizó y se calmaron un poco.
-No me extraña que sea Liam- rió Emma.
Niall rió.
-Emma- interrumpió Hayley- déjame hablar un momento con él.
Emma le pasó su teléfono.
-Niall, soy yo: Hayley.
-Buenas.
-Guiomar me acaba de llamar- oyó que Niall rebotaba del asiento de su
limusina e informaba a los chicos- tranquilos, está bien. Luego nos contará lo
que ha pasado, espero que sea una excusa buena porque de esta no escapará…
-¡Hayley! La acabamos de ver entrar en el hospital- avisó el
irlandés- ahora bajamos de la limusina y entramos.
-Vale, ¿después venís aquí?
-Claro- contestó alegremente- oye, Harry quiere hablar con
Emma, ¿puede?
Hayley apartó su móvil para que no la oyeran.
-Emma- llamó. La aludida giró su cabeza para mirarla- Harry quiere hablar contigo.
-Dile que no me apetece.
-Emma… Creo que deberías hab…
-Hayley- advirtió Em.
Hay obedeció y le dijo a Niall lo que le había dicho Emma.
-Que cabezota es por Dios- comentó Niall- ya hablaré con
ella.
Hayley sonrió.
-Sí, claro. Espero que con Belén todo vaya estupendamente.
-Ya estamos con Guiomar. Casi llegamos a la habitación.
-Vale, un beso.
-Chao Hayley. Nos vemos dentro de una hora.
-Nos vemos dentro de una hora- repitió.
Niall colgó su móvil y lo guardó en el bolsillo de sus
vaqueros. Adelantó a sus amigos que estaban en la recepción con Guiomar.
-¡Hey! ¿Dónde te habías metido, eh loquilla?- bromeó Zayn.
-No es lo que creéis- contestó con sarcasmo- ¿en qué
habitación se encuentra?
Louis hizo un gesto con la mano para que le siguiera y así
lo hizo. Los otros cuatro hicieron lo mismo.
-¿Lo saben las demás?- preguntó Guiomar cuando estaban en el
ascensor.
-Eres la última - confirmó Liam.
Guiomar murmuró por lo bajito y salieron del ascensor. Acto
seguido echaron a andar hasta que llegaron a la habitación.
-¡Belén!- chilló Guiomar corriendo a abrazarla. Clara y
Marii ya estaban allí.
‘¡Au! Hola’- se quejó la española.
Los cinco entraron a la habitación con una sonrisa en sus
caras. Fueron uno a uno a abrazar a la paciente hasta que llegó el turno de
Niall.
‘Hola’
Belén se cruzó de brazos y no dijo nada. De repente, cuando menos se lo esperó, le abrazó.
‘Bueno, bueno’- signó Louis- ‘menuda pareja más sosa’
Clara y Marii le fulminaron con la mirada. Louis levantó los
brazos señalando que no había dicho nada malo.
-No hagas ningún comentario más- le susurró Clara llevándose
el dedo índice a los labios- han roto.
Me lo acaba de contar Belén.
Los demás también lo escucharon, se quedaron de piedra.
Antes de que alguno pudiera decir algo, un doctor bastante joven y atractivo
vino a la habitación, le dio unas pastillas a Belén para reducir el dolor de su
cabeza y le dio el alta.
-Ya se puede ir, guapa- le piropeó el doctor.
Belén le sonrió y tres minutos después todos estaban
saliendo del hospital para dirigirse al de Emma.
-Harry- advirtió Niall una vez sentados en la limusina.
-Dime- le correspondió él. Miró a Niall y comprendió todo-
llevadme a casa, por favor.
-¿No vas a visitar a tu novia?- preguntó Louis extrañado-
pero bueno, ¿Qué les pasan hoy a las parejas?
-Cállate zanahorio- obligó Guiomar que ya sabía por dónde iba la cosa.
Louis se encogió de hombros y avisó al conductor. Éste cumplió el orden y
llegaron a casa de Harry.
-Adiós- se despidió Zayn- luego te contamos.
Harry alzó el pulgar y entró en su casa bajo las miradas
atónitas de la fans que estaban en la calle.
~~~
-Menos mal que Emma y Belén están bien- comentó Marii.
-Sí… Lo de Belén ha sido un susto tremendo.
-Ufff, que mal lo he pasado.
-¿Por qué me has invitado a comer fuera?- preguntó el
cantante pillándola de improvisto.
-Quería aclarar lo del otro día- confesó Marii- mañana viene
Anna y quiero solucionar esto cuanto antes.
Liam asintió y ambos entraron en el primer restaurante que
pillaron. Era bastante acogedor y el menú no estaba nada mal.
-Aquí estaremos más tranquilos- explicó Liam.
Marii sonrió mientras leía el menú.
-Lo siento mucho por haberte hecho sentir mal, no era mi
intención y…
-Ya lo sé, no hace falta que te disculpes. Sólo me sentí mal
porque… Bueno porque… Ya lo sabes- balbuceó.
-Estoy seguro de que lo que sientes por mí es una simple
equivocación- Marii abrió los ojos como platos- quiero decir, soy tu ídolo y es
normal que creas que estás enamorada de mí.
-Tú no sabes lo que siento o no siento- contestó Marii de
mala manera.
-Perdona… Yo no quería…
-Al principio pensaba lo mismo. “Admiración” decía Belén.
Pero… ¿eso te hace llorar por las noches? ¿eso hace que estés pensando todo el
día en la misma persona? ¿estar en vela por no ser correspondida? ¿Crees que
eso es admiración?- soltó Marii, haciendo que Liam se quedara boquiabierto-
estoy confundida, Liam. No sé lo que siento pero… Sé que no quiero alejarme de
ti.
-No sabía que tus sentimientos hacia mí eran muy fuertes. Pero sabes que yo estoy enamorado de Anna.
-Lo sé- susurró mientras sonreía débilmente- ya lo sé.
Espero que mañana te salga muy bien cuando venga.
-Gracias Marii por comprenderme.
-No es nada.
-Ya verás cómo encontraras a un chico. Eres muy guapa- la
dijo Liam.
Marii se ruborizó.
-Gracias Liam.
~~~
-Benjamin aprire la porta, per favore- indicó Anna a su hermano al escuchar el timbre.
Su
hermano de cinco años recién cumplidos se levantó del sillón donde hace unos minutos veía Bob Esponja con su hermana y abrió la puerta.
-Anna,
sono i tuoi due
amici- avisó su hermano.
Zac
y Bambi entraron y la saludaron. Era raro verles a ambos juntos y sonrientes.
-Vamos
a mi habitación- mandó la italiana y les guió adentro.
-Bueno,
tenemos una buena noticia- anunció la pelirroja con una sonrisa que le ocupaba
toda la cara. Anna también sonrió, era su primera buena noticia desde hace meses.
Su
primo la fulminó con la mirada.
-Para
ella sí que es una buena noticia.
-Bueno,
decidme.
-¡He
decidido que nosotros dos nos vamos contigo a Inglaterra!- chilló ella.
Zac
bufó y Anna tosió ruidosamente.
-Esta
petarda ha comprado los billetes sin mi consentimiento- protestó el chico.
-Les
debo una disculpa a tus amigos- aclaró Bambi- ¿te importa?
-¡No!
Me parece una buena idea- se sinceró Anna- así todo volverá a la normalidad.
La
sonrisa de Bambi se agrandó aún más.
-Perfecto.
-¿Os
habéis perdonado?
-Sí-
confesó Zac y acto seguido abrazó a Bambi cariñosamente- ya lo hemos aclarado.