46- Lo que en un minuto podría cambiar.

Se despertó. Se oía los pájaros piar muy lejanamente. Guiomar abrió la ventana y pronto la habitación se desprendió de un olor de bosque.

Se levantó atontadamente y se miró al espejo. ¿Qué hacía con la misma ropa de ayer? Tenía el pelo enmarañado y muy despeinado. El rímel se le había corrido y la camiseta estaba rasgada por detrás. No recuerda haber llegado a su casa anoche…

“Estás a salvo conmigo”

Guiomar abrió de golpe los ojos y empezó a toser ruidosamente. ¡Charlie estaba borracho y la acosó! Pero… Una persona evitó que eso sucediera.

Se sentó en la cama, pensativa. Se pasó una mano en el pelo. ¿Se desmayó y la trajo aquí? ¿Cómo entró? Aquella persona debería conocerle porque sabía donde vivía y sabía su  nombre…

Y también sabía que era una voz masculina.

Suspiró del cansancio. Se fue al baño a ducharse, ya que olía mal por haberse caído anoche al bosque y tenía el pelo muy sucio. Al terminar, se cambió de ropa. Se puso unos pantalones vaqueros de color naranja y una camiseta de Garfield. Se cepilló su melena rubia y ondulada. Le costó bastante desenredarse el pelo, tenía muchos nudos.

Intentó quitarse aquel pensamiento de la cabeza y empezó a sacar los libros para estudiar. No iba a bajar a desayunar, no le apetecía ver a sus padres por si la decían algo respecto a lo de ayer. Optó por lengua y literatura.

                                            ~~~

‘¡No me puedo creer que haga eso!’

‘¡Pues lo ha hecho! ¡Ese capullo la ha tomado conmigo!’- signó exasperada, volviéndose a taparse la cara con la almohada. Nada más levantarse, Marii y Clara la preguntaron lo que pasó ayer con Niall, y ella tuvo que resignarse a contarlo

‘Pero Niall no es así…’- terció Clara- ‘algo le está pasando’

‘Digo lo mismo’- coincidió su hermana.

‘No chicas. Lo que pasa es que es un capullo y ya está’- signó Belén mordiéndose el labio- ‘pensaba que era diferente’

Las dos hermanas se miraron de reojo. ¿Estarían pensando lo mismo?

‘Oye pero… ¿Te gusta Niall?’- preguntó la pequeña.

Belén cerró los ojos al ver la pregunta formulada de Clara. No quería que la vean llorar, respiró hondo, abrió los ojos y sonrió.

‘Y bueno, ¿tú que tal con Liam?’- la preguntó a Marii.

A Marii no le parecía buena idea que cambiara de tema, pero decidió callarse.

‘Habíamos quedado esta tarde’- respondió ella.

Belén se alegró muchísimo por su amiga. Soltó un grito y aplaudió. Pero en seguida se calló reflexionando mejor en la respuesta que le había dado.

‘Espera… ¿Habíamos?’

Clara asintió tristemente, mirando a su hermana mayor.

‘Sí… Es que no quiero dejarte sola. Mañana te vas a España y quiero aprovechar el tiempo contigo’- explicó ésta haciendo una mueca- ‘perdimos mucho tiempo juntas’

‘¿QUÉ? No, no, no’- gritó Belén moviendo la cabeza de izquierda a derecha- ‘por nada del mundo te lo vas a perder. ¡Y ahora a ponerte guapa!’

‘Que no, Belén en serio’

‘Vengaaaaaaaaaaaa, que seguro que te pedirá salir’- insistió Clara sonriendo como un cachorrito.

‘¿Cómo me va a pedir salir? ¡Anda! No digas tonterías’

‘Creo que tiene razón’- apoyó Belén sacando la lengua- ‘creo que te pedirá salir’

Clara y Belén empezaron a bailar tontamente por la habitación, finalmente acabaron en el suelo, por patosas.

‘Sois tontas. Me ha dicho que me iba a pedir un favor’- dijo Marii sin parar de reírse- ‘menuda imaginación que tenéis’

‘¿No ves que es una excusa? Te lo dice para que vayas. Y luego se declara’- dijo Clara.

‘Y después os besaréis, os casaréis y tendréis muchos hijos’- aventuró Belén imaginándose a Marii y Liam de ancianos cogidos de la mano.

‘Sí claro y también tendremos un unicornio de mascota’- respondió Marii arrugando la nariz- ‘seguid soñando’

                                               ~~~

Preparó el desayuno para los dos. Se había levantado hace dos horas y Hayley todavía no se había despertado. Encendió la radio de la cocina. Sonaba Live your life de MIKA.

Cogió dos tazas y echó leche. Hoy tenía muchísima hambre, así que cogió un paquete de bollos que se compró el otro día y lo dejó en la mesa. También cogió un pack de galletas TUC con sabor a beicon. De repente se le ocurrió una idea, sonrió para adentro y cogió el aceite.

-Buenos días- saludó una voz femenina, cinco minutos después.

-Hola Hay- correspondió Niall sorprendido. No la había oído levantarse- ¿desayunamos?

Hayley asintió.

-Guau, cuántos bollos- se asombró ella, cogiendo uno relleno de crema.

-Sí, es que me encantan.

-Ya veo- rió ella.

Silencio incómodo. Ninguno de los dos sabían cómo romperlo. Se quedaron callados durante varios minutos, hasta que…

-Hayley, te has manchado la boca- avisó Nialler.

Hayley abrió los ojos de la vergüenza y se llevó una mano a los labios.

-¿Ya?

-No, sigue sucia. Es que está seco- explicó él conteniendo la risa- límpiate con la servilleta.

Hayley cogió la servilleta inocentemente y se lo llevó a la boca para limpiárselo.

-¡NIALL!

Él soltó una carcajada. Había caído en la broma. Vio que Hayley tenía la boca manchada de aceite. Se rió con más ganas.

-Eres gilipollas- masculló Hayley cogiendo otra servilleta, comprobando si estaba limpia.

-Mmmmm. ¿En qué quedamos: estúpido, imbécil o gilipollas?

-Las tres cosas. Pero también eres un tonto que no quiere reconocer que está enamorado.

Niall paró de reírse. Aquello le había dolido. No había tenido tacto al decir aquellas palabras.

-Perdona Niall…

-No pasa nada, Hayley- murmuró él- tienes razón, lo soy.

-¡No! No, de verdad, no quería decir eso…

-Te voy a contar una cosa- interrumpió decidido- prométeme que no se lo contarás a nadie. Ni siquiera a tu perro, si tienes.

-Te lo prometo- contestó Hayley firmemente. Con la cara impasible- y no tengo perro.

                                           ~~~

-Buenos días, pequeña

Abrió los ojos, veía borroso por el sueño. Había una silueta de un chico delante suya, pero sabía quién era.

Harry.

-Buenos días. ¿Qué te trae venir por aquí?- preguntó Emma.

-Mmmm… Pues visitar a la chica más preciosa del mundo- contestó él- y ya de paso, darla un beso.

Emma sonrió y besó a Harry apasionadamente. Harry la sujetó por la cintura, mientras que la chica sostenía sus manos en su cuello.

-Venga, paremos- dijo Emma, apartándose de su novio- no quiero hacer lo del otro día. Además las niñas están abajo desayunando.

-¿Te arrepientes?- preguntó su novio repentinamente.

-¿De qué?

-De…- Harry se sonrojó a la velocidad de la luz- de haberlo hecho conmigo.

Emma tosió exageradamente. Se llevó una mano a la boca y miró a Harry, que alzaba una ceja.

-Pues… Claro que no.

-Estás dudando… Además, te has puesto roja- contestó él tristemente.

-¡Pero porque me da vergüenza hablar de eso!- gritó ella, con la cara más roja aún- además. Tú también te has puesto rojo, listillo.

-Cierto- sonrió y la dio un pequeño beso- ¿seguro que no te arrepientes de haberlo hecho? Ha sido bastante pronto… Perdona.

-No soy una niña- dijo Emma sacándole la lengua- sé cuidarme.

-Vale vale- rió el cantante. Ambos se miraron y se rieron- oye…

-¿Sí?

-¿Ha sido tu primera vez?- preguntó con un hilo de voz.

-Sí- contestó ella- y lo he hecho con el chico que más quiero en el mundo. Harry, no estoy arrepentida. Para nada.

Harry sonrió dulcemente. Suspiró aliviado, llevaba pensando en eso durante toda la noche. Y eso le tranquilizó.

-Aún recuerdo nuestro primer beso- confesó él.

-Sí… En el hospital, cuando me enteré de lo de…- se paró.. No quería hablar de...- eso.

-No, no- rió él al darse cuenta que nunca se lo dijo- cuando te desmayaste delante de mí por primera vez, aparte del concierto, no sabía qué hacer… Estaba tan desesperado por miedo a que te pasase algo y te besé.

-¿En serio? ¡¿En serio?!- gritó ella- ¿y nunca me lo dijiste?

-No. Pensaba que ya lo sabías- contestó levantando sus hombros.

-Ya te vale- bromeó ella acariciando levemente las mejillas de Harry- el cáncer nos ha unido.

-¿Cómo dices?- preguntó él sorprendido por el cambio repentino de conversación.

-Si yo no tuviese cáncer, no te hubiese conocido- contestó ella valientemente- no me habría desmayado en el concierto y no te hubieras fijado en mí.

-Eso es cierto- razonó el cantante.

-Todo lo malo tiene algo bueno- contestó ella dejando de acariciarle- Dios lo ha querido por qué sabía que me ocurriría algo positivo. He encontrado el amor a causa del cáncer.

-Emma…- Harry no sabía que decir, aquella situación iba en peor. Sabía que de un momento a otro, Emma iba a llorar- venga, olvídate de eso. Lucharemos juntos más adelante, cuando esto se ponga más… Peligroso.

-Sí… Claro, vale- respondió reteniendo las lágrimas.

El silencio que se cernía sobre la habitación resultaba asfixiante. Harry decidió romperlo.

-Lo que en un minuto podría cambiar.

-¿Qué?

-Si no te hubieses desmayado en el concierto, no te hubiese conocido, sino te hubiese conocido… No habrían pasado todas aquellas cosas que estamos pasando. Hemos hecho tantas cosas juntos… Y ahora mismo no estaría aquí.

-Pues menudo minuto he tenido que pasar. Desmayarse no es nada bueno- bromeó ella.

-Pero todo lo siguiente que ha pasado sí- respondió él pícaramente.

-Ya han pasado tres meses y medio del día 13 de enero- comentó la chica alegre.

-¿El 13 fue el día que nos conocimos?- preguntó Harry.

-¡Claro que sí, tonto!- gritó ella empujándole de la cama. Harry se tambaleó y se cayó al suelo dando un golpe sordo- menudo novio que tengo.

-Era una broma, claro que lo sé- rió él dándola con un cojín mientras se levantaba.

-¡No me pegues, loco!- gritó ella tirándose hacia él para arrebatarle el cojín.

Ambos siguieron peleándose con el cojín, hasta que…

-Chicos.

Los dos se desperezaron de la cama al escuchar aquella voz grave y fuerte.

-¿Sí, papá?

-¿Se puede saber que hace tu novio aquí?- preguntó él.

Harry miró a Emma. ¿Novio? ¿Cómo lo sabía? Hace unos días le dijo que habían cortado…

-Se lo conté ayer mismo- respondió ella leyéndole la mente- le conté todo.

El padre se acercó seriamente hacia Harry. Éste se puso muy nervioso y empezó a juguetear con sus manos.

-Has estado increíble- dijo él cambiando repentinamente el gesto de su cara y le abrazó.

-¿Qué?

-Has hecho todo eso por mi hija. Renunciar vuestro amor para no hacerla daño- respondió él sonriendo.

Harry también sonrió tontamente y miró a su novia. La cogió de la mano y lo acarició.

-Emma- dijo su padre girando su cabeza hacia la aludida- baja a desayunar.

-Vale, un minuto.

El padre entendió y bajó a la cocina.

-Ha sonado muy cursi lo que ha dicho tu padre- soltó Harry avergonzado.

-Pero es la verdad- dijo Emma acercándose a él. Acarició su cuello y lo besó. Te quiero.

-Yo también. Muchísimo- dijo él devolviéndole el beso- oye, es mejor que bajes a desayunar.

-¿Desayunas con nosotros?

-No, ya he desayunado- contestó con una sonrisa- adiós.

Harry se dirigió a la ventana. La abrió y bajó por las escaleras, las mismas en las que había subido. Antes de bajar, la dio un beso imaginario.

-Te amo- se despidió.

Emma sonrió mientras Harry bajaba por las escaleras de mano. Pegó dos saltitos de alegría y agradeció a Dios por tener un novio increíble.

                                           ~~~

Metió la llave en la cerradura, dio dos vueltas y abrió la puerta de su casa.

-¡ESTOY EN CASA!- gritó.

Nadie contestó. Hayley se extrañó y se dirigió al salón. Entonces le vio, estaba dormido en el sofá, se notaba en su cara el cansancio y la desesperación. Al lado de él había un reloj. Estaba esperándola.

Se le cayó una lágrima. ¿Cómo ha podido hacerle algo así? ¿Sin avisar siquiera? Es horrible, es la peor hija del mundo.

-Papá- llamó. Pero éste no se despertó. Le llamó con la mano.

-¿Hayley?

-Lo siento muchísimo- dijo ella entre lágrimas y sollozos. Abrazó a su padre.

-Perdóname tú a mí, hija- contestó él con la voz quebrada.

Hay le miró. Su padre no había hecho nada.

-Tienes razón. No debí de contratarla- susurró él, mirándola. Aquella mirada hacía que Hayley se sienta más culpable- porque me he enamorado de ella.

-¿Qué?

-Sí. Lo has oído bien- contestó él.

-¡¿Pues a qué esperas?! ¡Díselo y sal con ella!- explotó de alegría- ¡venga papá!

-Pero si tú no querías- dijo el padre confuso.

-No papá, ha sido muy cruel por mi parte- contestó ella sonriéndole- te la mereces.

-Ya es tarde- dijo Alan tristemente.

-Nunca es tarde- determinó la morena- tenía miedo de que abandonaras a mamá, pero sé que nunca lo harías. Siempre estará en tu corazón.

-Hayley- llamó su padre serio- tu madre es la que me abandonó a mí. Después de quedarse embarazada me enteré de que salía a escondidas con otro…

Golpe directo al corazón débil de Hayley. Soltó un gemido. Y sus ojos se llenaron rápidamente de lágrimas que cesaban sin parar.

-Pero… Entonces…- rompió a llorar. Se sentó en el sillón. Jamás pensó que su madre hiciera eso... Pensó que era una madre como la de las películas, una pareja joven enamorada que tienen una hija pero ocurre una desgracia en la que la mujer muere durante el parto...

-No Hayley, tú eres mi hija. Lo comprobamos al enterarme- contestó él con una voz tranquilizante. Pero no la tranquilizaba para nada.

-Pero… ¿Y cuando te enteraste no renunciaste a mí?

-Jamás. Eras mi hija y no iba a consentir que me la quitasen…- respondió él enjugándose una lágrima- tu mamá murió y… Me quedé contigo, eres lo que más quiero.

-Cuando mamá murió… ¿Lloraste?- preguntó abrazándole. Era el mejor padre del mundo y le ha hecho pasar por aquello… Sí que era una persona horrible, igual que su madre.

-Muchísimo. Amaba a tu madre. Cuando me enteré de que me puso los cuernos, creía que mi vida acababa aquí. Pero tú hiciste que siguiera adelante… Tu sonrisa, tus ojos, tu felicidad… Lo eran todo para mí.

-Te quiero papá… Gracias por todo.

-De pequeña siempre me lo preguntabas, pero nunca te respondí… ¿Sabes cómo se llamaba tu madre?- Hayley negó, aunque sabía lo que iba a escuchar.

-Hayley.

                                             ~~~

Eran las 16:34 y no podía más. No podía estar más tiempo retenida en casa sin parar de pensar en lo de anoche. Salió afuera para tomar un poco el aire.

Caminó las largas aceras y visitó cada tienda de ropa y joyas, intentando despejar su cabeza. Sin éxito. Entró a un Think coffee para olvidarse de una vez por todas el tema.

Pidió un café cortado y buscó un sitio donde sentarse. Se dio cuenta de que todo está ocupado… ¡No! Había un sitio libre enfrente de un señor.

-¿Disculpa? ¿Puedo sentarme?- preguntó ella con educación.

El hombre levantó su cabeza y la miró fascinado. Ella abrió la boca de la sorpresa.

-¡Marcos!

-Hola Guiomar, ¿qué tal?- preguntó él y se levantó a darla dos besos en la mejilla. Ésta se sentó enfrente de Marcos.

-Muy bien- mintió- ¿y tú?

-Bien, descansando un poco- contestó él bebiendo un poco de su café.

-No sabía que vivías por aquí- comentó ella- bueno, en realidad no sé nada de ti.

Marcos se rió.

-Sí, vivo muy cerca de tu casa- contestó- somos vecinos.

-¿En serio? No me he dado cuenta- respondió boquiabierta- menuda vida social tengo.

-Tú solo vives por tus amigas y esos chicos- rió él.

-En parte es verdad- bromeó ella dando un sorbo a su café. Estaba ardiendo, pero disimuló.

-¿Qué tal vas con los estudios para la selectividad?

-No muy bien- respondió Guiomar cerrando los ojos- esta mañana he intentado estudiar, pero no puedo concentrarme.

-¿Y eso?

-No lo sé- mintió ella de nuevo mirando el café.

-Vaya… Bueno, espero que te salgan muy bien los exámenes- dijo él con la sinceridad máxima- de verdad. El futuro es muy importante.

-Ya lo sé, me lo has dicho un montón de veces.

-¿Qué te gustaría trabajar?

-Aun no lo sé, me gustaría ser actriz… Nunca he estudiado, es mi primera vez- contestó-intentaré sacar buenas notas.

-Seguro que lo conseguirás- afirmó éste.

-Eso espero.

-Oye, por curiosidad: ¿tú eres de letras o de ciencias?

-De letras. Todas mis amigas son de letras, por eso vamos a la misma clase- explicó.

-¿Tus amigas a que quieren dedicarse?- preguntó por curiosidad.

-Emma quería dedicarse al periodismo, pero como tiene un novio famoso, pues renunció a eso… Le gusta cantar, pero ahora no está muy segura. Hayley ama biología, pero se fue a letras porque quería ser controladora de aviones y Anna quiere ser profesora de historia.

-Guau, no está muy mal- aventuró el profesor fascinado- lo de controladora de aviones es muy difícil. Es un gran cargo.

-Lo sé, no le pega nada. Pero le gustaría dedicarse a ello- rió ella.

-Bueno- cortó Marcos levantándose- espero que seas una buena actriz. Nos vemos el martes en tu casa, como siempre.  

-Adiós Bill- se despidió.

-Marcos, por favor.

                                               ~~~

17:00.

Marii esperó en la puerta del Starbucks. Se había puesto muy guapa, se había maquillado lo justo y se había puesto un vestido corto por obligación de Belén. Estaba nerviosa por lo que iba a decirla Liam. ¿La pediría salir? Jamás, sus amigas están locas. Además, Liam nunca se fijaría en una chica como ella.

-Hola Marii- saludó Liam haciendo sobresaltar a ésta. No le había visto venir- perdona por el susto- Liam iba bastante tapado, nunca le dejarían pasear tranquilo en una calle como esta.

-No pasa nada- dijo Marii dándole dos besos en la mejilla. Se moría de la vergüenza- que puntual.

-Siempre lo soy- dijo él- yo soy el puntual y los otros cuatro los tardones.

Marii se rió ante el comentario de Liam y ambos entraron al Starbucks.

-Frappuccino con caramelo- pidió la chica.

-Lo mío con chocolate.

La dependienta obedeció y empezó a encargarse de los pedidos.

-¿Nombres?

-Liam y Maria José- respondió el cantante.

-Marii, por favor.

Una vez ya pedido los frappuccinos, los dos se sentaron en una mesa libre. El Starbucks estaba prácticamente vacío.

-Y bueno, ¿Qué es lo que me querías decir?- preguntó Marii nerviosa- me tienes en ascuas.

Liam rió. No sabía que acabaría diciéndolo.

-Verás yo…

-Sin rodeos- suplicó ella- me pondrás más nerviosa aún.

-Me he enamorado de una persona- soltó Liam repentinamente, haciendo que a Marii se le caiga encima el frappuccino.

-Oh, lo siento. Qué tonta soy.

-No pasa nada. Ya te ayudo.

Los dos cogieron servilletas y Liam la ayudó a limpiar su vestido, ensuciado por el chocolate  blanco. Liam y Marii estaban temblando, por la confesión de éste. Al final, acabaron por ensuciarlo más.

-Da igual. Déjalo- dijo Marii sentándose de sopetón- prosigamos.

-Pues que… Eso- tartamudeó el cantante- que me he enamorado de una persona.

-¿Y porque me has llamado a mí?- preguntó Marii. ‘Porque estoy enamorado de ti’, soñó.

-Porque creo que puedes ayudarme a…

-¿De quién estás enamorado?- interrumpió Marii. Temiéndose lo peor, tenía miedo que dijera…

-De Anna.

Mil cuchillos afilados atravesaron al corazón de la chica. Sintió ganas de vomitar. Se levantó de repente y se tambaleó. Liam la ayudó a sentarse de nuevo, extrañado por la reacción de su amiga.

-¿Y para qué me has llamado?- gritó ella sin querer. Se sentía fatal. Anna, era la afortunada. Sabía que Liam jamás se fijaría en una chica como Marii pero… Belén y Clara le habían dado esperanzas e ilusiones. Pero eran falsas esperanzas.

-Porque… Verás, quería una ayuda para conquistarla- confesó él- quiero pedirla salir pero no sé cómo.

-¿Y porque me lo pides a mí y no a Emma o a las demás?

-Porque ellas son muy amigas de Anna y temía que se lo contaran- explicó él- y tú como no eres su amiga, pues te he pedido ayuda.

Clonc. Parecía haber oído su corazón romperse en pedazos. Si es que su corazón era de cristal.

-Así que yo soy el segundo plato, ¿no?- exclamó ella enfadada.

Liam se sintió mal. Marii tenía razón, lo que había hecho estaba mal. Había metido la pata bien al fondo…

-No... No es eso- intentó arreglar la escena- es que… Tengo mucha confianza contigo y… Pensé que me ayudarías.

-No te puedo ayudar, lo siento Liam- respondió ella llorando- lo siento de verdad. Espero que lo vuestro funcione.

Marii cogió su bolso y se levantó. Marchándose de allí. Todo el mundo la miraban raro, pero a ella todo le daba igual. Pensaba que sólo admiraba a Liam por su voz pero ahora se ha dado cuenta de que… Estaba enamorada. Enamorada de un chico que amaba a otra.

-¡Marii, espera!- gritó Liam detrás suya algo confundido- ¿Por qué te pones así?

-¡¿Qué por qué me pongo así?! Mira que eres estúpido para no darte cuenta- contestó ella sin mirarle. Veía borroso por las lágrimas- ¡me gustas!

Liam paró en seco con la boca abierta. Jamás en su vida se había sentido tan mal… Había pedido ayuda a la chica equivocada. Había pedido ayuda para conquistar a otra chica cuando ella estaba enamorada de él.

El corazón de Liam se ablandó. Sabía lo que era eso. Sabía cómo se sentía cuando el amor no era correspondido. Él tuvo que pasar por aquello durante la infancia y ahora acababa de hacer lo mismo con una chica. Había roto su corazón.

Pero es que él no estaba enamorado de Marii. Sólo la quería como a una amiga. La quería muchísimo y la había cogido mucho cariño en tan poco tiempo, pero… Sólo era una amiga.

                                          ~~~

Ring.

Sonó el pesado timbre. Anna se levantó del sillón mientras miraba Bob esponja con su hermano Benjamin.

-Hola.

-¿Zac? ¿Qué haces aquí?

Él hizo caso omiso a la pregunta de la italiana y entró dentro.

-Qué irrespetuoso eres- contestó ella.

-Hola guapo- le dijo Zac al niño pequeño- ¿cómo se llama tu hermano?

-Benjamin.

-Hola Benjamin.

Benjamin no le hacía caso. Seguía viendo a su adorado Bob Esponja.

-Me aburro con este niño- contestó Zac sentándose en el sillón.

-¡Oye que es mi hermano!- gritó ella acercándose a él.

-¿Y tus padres?

-Trabajando. Y ahora sal de aquí.

-Vaya, ayer parecías muy preocupada por mí y ahora me echas de tu casa, muy bonito- bromeó él.

-¿Qué quieres?- resopló la italiana.

Zac se acomodó en el sillón y pidió a Anna que se sentase con él. Ésta obedeció y escuchó atenta.

-Necesito que me dejes vivir aquí.

-¡¿Qué?! Tú estás loco- exclamó sobresaltándose del sillón- ni en sueños.

-¿Y por qué?- preguntó él curioso.

-Porque mis padres no me dejarían.

-Ah, pero eso quiere decir que lo deseas, aunque tus padres no te dejen.

-¡Imbécil! Te odio y ya tengo suficiente con verte en el instituto. ¿Para qué quiero verte en mi casa?- contestó ella de mal humor- además, mi casa es muy pequeña y no hay camas para ti.

-Tranquila que de eso no hay problema- contestó Zac. Anna levantó una ceja- dormiremos juntos.

-Adiós Zac- dijo levantándose y abriendo la puerta- vete que dentro de nada vienen mis padres de trabajar.

-Por favor- suplicó él- somos buenos amigos, aquí hay confianza.

-Tonto. Aquí no hay confianza, eres un pervertido.

Zac se rió y sonrió pícaramente.

-¿Pensabas que quería acostarme contigo? Qué loca. Tengo a muchas chicas detrás de mí. Y están mejor que tú.

-Me alegro. Pues pídeles a ellas una habitación para ti.

-No puedo. Porque luego son unas pesadas y me tiran los tejos todo el día- contestó él con aire de superioridad.

-Zac, supéralo. No te voy a dejar que duermas en mi casa. Además, ¿para qué quieres dormir aquí?

-Ha venido Bambi. Y no hay ganas de verla. No después de lo sucedido.

-¿Después de que te haya pegado?

Zac asintió.

-Me va a provocar y no quiero pegarla.

Anna comprendió todo. Algo en su interior gritaba que le dejase a quedarse a dormir en su casa pero… ¿Y sus padres?

-No Zac. Lo siento, de verdad- respondió ella.

-Vale. Siento haberte molestado. Adiós.

Se marchó cabizbajo, con las manos en los bolsillos. Abrió la puerta y caminó por la oscura calle hasta desaparecer de la vista de Anna.