-¡¿Cómo pudiste hacer esto?! ¡Enamorarte de su mejor amiga!-
gritó ella enfurecida. Acto seguido se levantó y se marchó del baño.
-¡Espera!- gritó este algo dolorido por la bofetada-
¡Espera, Guiomar!
La chica no le hizo caso. Estaba cabreadísima y se sentía
culpable.
Harry recorrió tras ella en los pasillos del hospital. Había
unos que otros enfermos tosiendo, médicos llevando en camillas a personas
graves, familiares llorando desconsoladamente… Esquivó a una niña que gimoteaba y
consiguió adelantar a la rubia.
-¡Espera!
Guiomar se paró. Le miró fijamente como diciendo ‘¿Qué
quieres?’
-Guiomar yo…
-La has dejado por mi culpa, Harry. Eso no lo consiento. Estás enamorado de mí cuando deberías estarlo de ella- cada palabra que
pronunciaba, más lágrimas se cernían en su cara- no es justo. Emma no merece
eso… Soy una mala amiga.
Guiomar se derrumbó en el suelo. Harry estaba atónito, no
sabía qué hacer. Lo había cagado aún más. ¿Es que no sabía inventarse una mentira
mejor? No, que va. Él siempre tenía la costumbre de cagarlo todo, de ir persona
por persona y dañar una a una. Nadie merece que esté así por él. Nadie.
Harry se sintió desgraciado, así que, levantó a la chica
y la sentó en una silla del hospital.
-Por favor, no llores- consoló el chico- las chicas hermosas
no merecen llorar.
Se sonó ‘PLAF’ por tercera vez.
-Eres un capullo- respondió ella, bajando la cabeza.
-Guiomar- al ver que esta no la hacía caso, cogió su
barbilla y la levantó- no te puedo decir nada. Pero sólo quiero que sepas que
amo a Emma. La amo más que a nada del mundo. ¿Oyes?
-No entiendo…- susurró-¿Por qué?
-Te dije que no puedo decirte nada- respondió él
tristemente- quiero que sepas que sólo estoy enamorado de ella. Siento haberte
dicho esto, pero es que no confiaba en ti…
-Harry, lo que estás haciendo es muy grave- dijo ella
cabreada- ¡Emma está destrozada! ¡No es ningún juguete!
-Lo sé… Pero si estoy con ella… Estaría aún más destrozada.
-¿Cómo? ¿Quieres decir que…?- Harry negó en la cabeza y
cerró la boca, indicando que no diría nada- está bien.
Ambos se levantaron de la silla y se encaminaron hacia la
habitación de Emma. Pero, en medio del camino, Guiomar sujetó un brazo del chico y
le susurró en el oído.
-Quiero que sepas que te apoyaré. Cuenta conmigo, por favor.
Harry la sonrió y asintió con la cabeza. En esos momentos se
sentía mucho mejor, por lo menos tenía a alguien que le apoyase… Estaba
aliviado.
-¡Chicos! ¿Dónde estabais?- gritó Bambi al verlos. Harry ni
se dio cuenta de que habían llegado. Sólo estaban ella y Liam- empezamos a
preocuparnos.
-Eh… Yo fui al baño y me encontré a Harry allí- dijo
Guiomar.
-¿En el mismo baño?- preguntó Liam arqueando las cejas.
-No seas ridículo- le espetó Guiomar.
-¿Dónde están los demás?- preguntó Harry buscándolos con la
mirada.
-En la habitación de Em. Ya aceptan visitas- respondió él.
Ambos abrieron los ojos como platos y se dirigieron a la
habitación sin pensárselo dos veces.
-¿Está despierta?- preguntó la chica al entrar en la
habitación. Emma estaba rodeada por todos sus amigos, así que no pudo verla.
-Sí- contestó Hayley.
Todos apartaron sus cabezas y Emma se dejó ver. Estaba muy
pálida y parecía enferma.
-Hola- saludó la paciente. Se notaba que le costaba hablar.
Harry y Guiomar se acercaron a ella.
-¿Cómo estás?- preguntó Guiomar preocupada, sin parar de
sonreírle. Aunque en el fondo, aquella cara enfermiza la destrozaba en pedazos.
-Está mejor- respondió Zayn por Emma- la han tenido que
hacer grapas en la parte parietal de la cabeza.
Harry la miró, pero Emma esquivó la mirada. El dolor flotaba
por los aires.
-Chicos. ¿Me dejáis estar a solas con ella, por favor?-
pidió Harry, sin dejar de mirar a Emma, aunque ésta no le correspondía.
Todos asintieron y se marcharon de la habitación. Harry vio
que Emma pedía ayuda visual con todos, para que no la dejasen sola con el
cantante, pero nadie la hizo caso. La chica se sentó en la camilla, pero evitó de nuevo la mirada del chico.
-Emma- empezó a decir Harry con voz ronca. Se aclaró la
garganta y prosiguió- Emma, siento muchísimo todo esto. Yo… Me he portado como un cerdo- Harry parecía tan
desgraciado que Emma no lo pudo soportar- siento mucho que te haya pasado todo
esto por mi culpa.
Emma le miró con seriedad. Él la había hecho muchísimo daño,
tanto que se mareó y cayó al suelo… Aquellas palabras que le había dicho hacía unas horas no le cabían en su cabeza.
-No quería hacerte daño, por favor, créeme- dijo Harry
acariciando su mano.
-Te perdono, Harry- respondió Emma sin mirarle.
-Por amor se hacen cosas que de otro modo se harían- Harry
levantó la mano, como si quisiera acariciar la mejilla de Em, pero
enseguida la dejó caer- cuando se quiere a alguien, de repente el otro es más
importante que uno mismo. Uno se sacrifica por el otro…
-Sí… ¿Pero porque me estás diciendo esto?- preguntó Emma. No
entendía nada de nada. ¿Adónde iba a llegar esta conversación? Lo único que
quería era que la abrazara y la besara dejándola sin respiración.
Harry respiró hondo. Después volvió a respirar y abrió la
boca.
-Quiero que seamos amigos- dijo Harry rápidamente. Al oír aquellas palabras que salían de su boca, se le encogió el corazón.
Harry bajó la cabeza. No podía ver la reacción de su amada,
no podía. Era un cobarde. Después de unos segundos bastantes largos, Harry sólo
escuchó la respiración agitada de Emma.
-Eres un cabrón, ¿Por qué me he tenido que enamorar de ti?-
gritó ella enfurecida- ¡Pensaba que me querías! ¡Pensaba que había encontrado
al chico que me quería tal y como era! ¡Con cáncer o no! Pensaba que tú…- la voz
de Emma se quebró- eras el amor de mi vida.
-Emma…
-¡NO! ¡Tú me prometiste un siempre, ¿recuerdas?!- gritó ella
fuera de sí- ¡Dijiste que no querías perderme! ¡Y eso fue hace tan solo unos
días!- la respiración de Emma se cortó y empezó a llorar- Taylor… Ella tiene
razón, tus relaciones no duran nada.
El alivio de Harry que sintió hace unos minutos se evaporó
al instante. Aquellas palabras golpearon directamente al corazón de Harry.
Sintió una opresión en el pecho y le costaba respirar. Dejó que cayeran varias
lágrimas por su cara mientras que Emma hacía lo mismo.
-Vete Harry- pidió ella con voz temblorosa- vete de aquí,
por favor.
Harry obedeció y salió de la habitación. Antes de salir,
giró la cabeza para mirarla. Lo que vio, hizo que se derrumbara por
completo y lo único que quería era morirse. Emma sacó de sus delgados dedos el anillo
que hace unos días fue regalado por Harry. Su anillo de compromiso volaba por los
aires, colándose por la ventana.
Emma había tirado el anillo de compromiso para siempre.
Afuera estaban todos,
esperándole. Al ver a Harry llorando, todos le preguntaron que qué había
pasado, pero él sólo contestó que se iba al hotel en el que residían hace
unos días. Guiomar le siguió.
-¡Harry!
-Guiomar, quiero estar solo- respondió él tapándose la
cara con la camiseta-vete.
-No entiendo lo que estás haciendo… Hace unos días eras la
persona más feliz del mundo y ahora… Te has autodestruido.
-¡VETE!- gritó Harry enfadado. Guiomar entendió que quería
estar solo y dejó que se marchara al hotel.
Harry sujetó firmemente las llaves cuando llegó al hotel en coche, tenía miedo de perderlas
porque, en esos momentos, las lágrimas cubrían sus ojos y no veía nada. Logró distinguir los números
342 colgados en una puerta. Adentró la llave en la cerradura y la puerta se
abrió.
Sintiéndose mareado, se tumbó en la cama y empezó a
lamentarse porque la cama olía a Emma.
~~~
-Harry… ¡HARRY!- abrió los ojos. Estaba empapado de pies a
cabeza en un sudor frío, las sábanas de la cama le enrollaban alrededor del
cuerpo como una camisa de fuerza, y notaba un dolor intenso en la cabeza, como
si le estuvieran poniendo un atizador al rojo vivo- ¡Harry!
Liam lo miraba muy asustado de pie junto a su cama. Harry se
sujetó la cabeza con ambas manos; el dolor lo cegaba… Giró hacia un lado y
vomitó desde el borde del colchón.
-Estás muy enfermo- dijo Liam con una voz aterrada- ¿Llamo a
alguien?
Harry respiró hondo con la boca abierta y se incorporó en la
cama. Esperaba no vomitar otra vez; el dolor casi no le dejaba ver.
-He… tenido…- dijo entre jadeos- he tenido una pesadilla.
Liam le tocó la frente. Harry vio como se le dilataron las
pupilas.
-¡Estás ardiendo, Harry!- insistió él con voz temblorosa.
-Estoy bien- dijo él con voz ahogada, y se limpió la boca
con la camiseta que llevaba ayer. Temblaba de un modo incontrolable- No me pasa
nada.
El dolor de la cabeza estaba remitiendo un poco, aunque
todavía sudaba y temblaba de fiebre. Volvió a vomitar y Liam se apartó dando un
salto hacia atrás.
-Voy a avisar a Bambi- dijo Liam y se marchó de la
habitación.
¿A Bambi? ¿Había oído bien?
-Ya la traigo- dijo Liam un minuto después.
-Qué pintas- dijo ella, tapándose la nariz por el olor a
vómito. Se acercó a él y le tocó la frente- está ardiendo.
-Es lo que he dicho yo- contestó Liam algo preocupado.
-Perdona, pero… ¿Por qué traes a Bambi?- preguntó el enfermo
algo confuso.
-Estoy estudiando un módulo de sanidad- respondió esta-
tienes fiebre, Harry. ¿Desde cuándo?
-Desde… Desde que Liam me despertó- contestó él tumbándose
en la cama de nuevo, se mareaba muchísimo.
-¡Estabas gritando de dolor!- se defendió éste- gritabas en
sueños.
Bambi le tendió un paño frío y mojado.
-Póntelo en la frente y duérmete- dijo ella sonriéndole- que
descanses.
-Muchas gracias- respondió Harry.
Bambi sonrió a Liam diciéndole que no pasaba nada y a
continuación se marchó de la habitación a dormir.
El dolor de la cabeza lo atormentaba. Soñó que Emma y Harry
se peleaban, entonces él la grito con todas sus fuerzas. Dijo que no la amaba, que se alejara de él y… Y el corazón de Emma se paró. Las últimas palabras
que había oído eran aquellas…
Una lágrima se asomó en la cara de Harry. No podía dormir…
Cogió su móvil para hacer algo y vio que tenía un mensaje.
De: anónimo. Para: Harry.
Hora: 03:43.
Te felicito, has hecho lo
correcto.
Harry no pudo evitar un ataque de tos. Le había mandado un mensaje mientras él dormía. Miró el reloj: ahora eran las 05:32.
¡¿Cómo lo sabía?!
Nadie sabía que había roto con Emma… Aparte de sus amigos…
Cada vez era más obvio de que eran uno de ellos. Uno de
ellos le vigilaba y mantenía la relación con Emma lejos de su alcance. Se había
arrepentido de confiar en Guiomar… ¿Y si era ella?
~~~
-Está mejor- susurró una voz- la fiebre ha bajado.
-Muchas gracias, Bambi- susurró otra voz.
Por más que susurren habían despertado a Harry. Y esta vez no
podía volver a dormir.
-Hola, Harry- saludó Bambi al notar que su amigo estaba
despierto.
-Buenos días… ¿Y Liam?
-Acaba de bajar para desayunar. ¿Te sigue doliendo la
cabeza?
-No- mintió Harry. En realidad, el dolor no había
disminuido. Pero no le dio importancia.
-Me alegro y… ¿Cómo estás?- preguntó ella mirándole
tristemente.
-Ya te lo he dicho: bien.
-No me refiero a eso- dijo la pelirroja suspirando- me refiero a lo
otro… Ya sabes, lo de…
Harry entendió todo.
-¿Tú qué crees?- la espetó- en estos momentos no me apetece
hablar sobre eso.
-Mira Harry. Yo no tengo la culpa de que estés así- contestó
ella- pero… No entendemos tu actitud. Hace unos días estabas perdidamente
enamorado de ella.
Y lo estoy, pensó Harry. Pero aquellas palabras nunca fueron
pronunciadas.
-Bambi- contestó una voz diferente. Su voz denotaba
seguridad y escepticismo- ¿podrías dejarnos a solas un momento, por favor?
Bambi miró a la recién llegada con recelo.
-Claro… Ya me iba.
-Hola Harry… ¿Cómo estás?- preguntó Guiomar acercándose al
cantante.
-¿Por qué todo el mundo me pregunta eso? ¿Pero tú qué crees?
-Perdona, ha sido una pregunta estúpida- rectificó la rubia.
-Perdonada- contestó él cerrando los ojos. El dolor le
cegaba y veía a Guiomar distorsionada- ¿Qué quieres?
-Que me cuentes todo.
-¿Cómo?
-Has oído bien, Harry- respondió ella con desdén- cuéntamelo
todo.
Harry no pudo evitar dirigir una mirada a su móvil. Guiomar pareció darse
cuenta.
-¿Le pasa algo a tu móvil?- preguntó sarcástica- ¿te importa
que cotillee?
Guiomar cogió el móvil que estaba encima de la mesilla de noche. Lo desbloqueó.
Guiomar cogió el móvil que estaba encima de la mesilla de noche. Lo desbloqueó.
-Devuélvemelo.
-No seas
borde Harry. Sólo quiero ver tu móvil.
-¡He dicho que me lo des!- gritó él agresivamente.
-Voy a la sección de mensajes…
-¡AHORA MISMO NO PUEDO CONFIAR EN NADIE!- explotó el chico y
acto seguido arrancó su móvil de las manos de la chica.
Guiomar le miró y en seguida alzó una ceja.
-Soy la mejor amiga de Emma, jamás haría lo que sea que tú
piensas- contestó ella muy seria.
-Sé que eres amiga de Emma- respondió él guardando su móvil-
y ellos son mis amigos y ni siquiera confío en ellos- contestó refiriéndose a la banda.
-Pues debes hacerlo. Ellos jamás harían semejante cosa-
contestó ella- ni nosotras. Ni Belén.
-¿Estás insinuando qué es…?
-Bambi, sí.
-Tú no sabes por lo que estoy pasando…- inquirió Harry con
voz queda- tú no sabes…
-Harry, ¿es que no lo entiendes?- le espetó ella- te estoy
pidiendo que me lo cuentes. Puedes confiar en mí. Por favor.
Harry la miró. Sus ojos parecían sinceros. Harry accedió,
ella era la mejor amiga de Emma y jamás de los jamases haría tal cosa.
-Varios mensajes anónimos me están amenazando- terció- si no
dejo a Emma… Nos meteremos en un lío.