43- Misión cumplida.

 -¡Emma!- sus hermanas gritaron al oír el chirrido de la puerta principal al abrirse, bajaron rápidamente por las escaleras y corrieron a abrazarla- ¿qué tal estás?- preguntó Aroa.

Emma y los padres entraron a la casa.

-Mejor, pero me tendrán que operar más veces- farfulló su hermana agotada. Aroa y April se habían subido encima de ella y no tenía fuerzas para cogerlas. Las soltó.

Justin también se acercó a ellas y abrazó a su hermana. La besó en la mejilla derecha y acarició su lacio pelo.

-Recupérate hermanita- dijo.

-Te hemos echado muchísimo de menos-exclamó su otra hermana.

-Sólo he estado un día- rió Em. Vio algo inhabitual debajo de los ojos de sus hermanas- ¿y esas ojeras?

-No hemos podido dormir…- susurró de angustia Aroa- estábamos muy preocupadas y no hemos ido al colegio.

Emma las abrazó de nuevo, sin cogerlas y subió a su cuarto, a descansar.

Una vez arriba, cogió el ordenaror para ver si había novedades. En facebook, nada importante. En el correo electrónico tampoco. Y en el twitter... Emma suspiró, estaba harta de que la insultaran.

Apagó el ordenador y lo dejó en un lado. A continuación se tumbó muerta de cansancio en la cama y miró al techo, blanco. Se irguió para un lado. Recordó cómo Harry se marchaba después de decirle aquello.

<Por más que quiera, jamás me olvidaré de ti. Jamás olvidaré los días que pasamos juntos>

¿Qué quería decir? ¿Qué la seguía queriendo? No… Si la seguiría queriendo se lo hubiera dicho, ¿entonces? Será otro de sus jueguecitos…

No. Harry no era así, sabía que él no era capaz de hacerla daño pero… ¿Por qué lo hizo? Antes de que la dejara, discutían bastante y Harry era demasiado arisco con ella. ¿Será porque era una pesada? No había pasado nada…

¿Y si… A Harry le pasaba algo personal y no quería contárselo? ¿Qué le había pasado para que haya cambiado repentinamente?

Lo averiguará.

                                                 ~~~

-¡¿Qué te colaste en la habitación del hospital?!- gritó.

-Sí, Zayn. Baja la voz- musitó el cantante del pelo rizado- quería verla.

-¿Chantajeaste a los doctores?- preguntó Niall sorprendido- ¿con dinero?

Harry afirmó con la cabeza.

-Uau- masculló Louis- hay que ver la sociedad de hoy en día.

Harry se tumbó en la cama de su habitación. Después de confesar aquello a Emma, se fue del hospital y vino a su casa, cansado y triste. Sus amigos le visitaron.

-Mañana tenemos ensayo- anunció Liam absorto en sus pensamientos.

-Ah vale- dijo Zayn con desgana- ¿a qué hora?

Liam no contestó.

-¡¡Liam!!- llamó el cantante moreno de nuevo.

-¿Eh? Oh, sí- habló precipitadamente- ¿qué me decías?

Los cuatro alzaron una ceja.

-¿En qué pensaba nuestro tortolito?- bromeó Niall.

-En nada- respondió rápidamente Liam, nervioso- ¿tortolito?

-¡En Marii!- gritó Niall- siempre supe que te gustaba Marii.

-¿Qué dices?

-A Liam le gusta Marii…- canturreó Louis- a Liam le gusta Marii…

-¡¡Qué no me gusta Marii!!- explotó Liam, con la cara roja a causa de la vergüenza.

Harry vaciló.

-¿Quieres decir que… te gusta otra persona?

-No- negó Liam torpemente. Y sin querer, sonrió.

-Ya, ya…- dijo Zayn- ¿Guiomar?- probó.

-¿Qué? No, no. Guiomar sólo es una buena amiga.

-¡No me dirás que te gusta Emma!- chilló Harry.

-¿Qué? ¡Noooooo!

-¿Hayley?- Liam negó de nuevo- ¿Anna?

El cantante se quedó petrificado al escuchar su nombre.

-¿Es Anna?- preguntó Louis de nuevo.

-Sí- susurró él bajando la cabeza.

Harry abrazó infantilmente a su amigo, frotando su cabeza como su fuese un peluche.

-¿Por qué te da vergüenza decirlo?

-No sé… Después de mi ruptura con Danielle… Nunca he sentido eso por una chica, aparte de Dani.

-¿Estás seguro de que te gusta Anna?- dijo Zayn- te conozco. Y te enamoras difícilmente.

-No sé si me gusta. Sólo sé que cuando estoy con ella… Me siento nervioso y mi corazón palpita a mil por hora- explicó Liam, algo aturdido.

-Eso es amor- confirmó el rubio.

-¿Y tú cómo lo sabes?- preguntó Harry alzando una ceja.

-Porque a mí me pasa lo mismo cuando estoy con Belén- confesó él, poniéndose rojo.

-Y hablando de eso… ¿Lo habéis arreglado?

-No, he intentado hablar con ella pero me ha rechazado. Estaba demasiado ocupada con su amiga Marii- contestó Niall tristemente- no entiendo nada de lo que le pasan a ellas dos.

-Ni yo, la verdad es que parecía que se conocían durante toda la vida- apoyó Liam, contento de haber cambiado de tema.

-Belén se quedará en Inglaterra una semana- dijo Harry- aprovéchalo.

                                              ~~~

Golpeó fuertemente el libro con la mesa. Se sentía agobiada por los exámenes que habría dentro de un mes. ¡Los exámenes para la selectividad! ¡Tenía que aprobarlas sí o sí!

Guiomar abrió el libro de historia. Puta historia, ¿para qué tenemos que estudiar la historia de Hitler si ya está muerto? Ojalá la madre de Hitler hubiese abortado, así no estaría estudiando esta mierda.

Apoyó los codos contra la mesa y empezó a leer. Sinceramente, era la primera vez que estudiaba. Nunca en su vida se había interesado en el futuro.

Nunca.

Todo cambió desde que conoció a Marcos.

                                               ~~~

Hayley estudiaba tranquilamente su asignatura favorita, matemáticas. Hasta que escuchó un ruido procedente del salón.                                                                                                                        Asustada, salió de la habitación sigilosamente y paseó por el pasillo lentamente. Fue hacia la cocina y cogió un cuchillo, por si acaso. Notaba cómo su corazón latía brutalmente, golpeando dolorosamente en las costillas. Tragó saliva, su boca estaba seca. Salió de la cocina y entró al salón. Vio la figura de una persona, no podía ver quién es porque la estantería de libros de su padre se encontraba en medio.

¿Y si era un ladrón?

Hayley avanzó lentamente. Cada paso era eterno para ella. Cada vez se acercaba más a la persona que revolvía las cosas. Hay gritó.

-¡AHHHHH!- chilló la persona desconocida, era una voz femenina- ¡¡HAYLEY!! ¡Me has asustado!

-¡Meryan! ¡TÚ SI QUE ME HAS ASUSTADO!- explotó ella muy cabreada- ¡pensaba que eras un ladrón! ¡Dios mío! ¡¡Podrías haber avisado!!- el pulso de su corazón disminuía lentamente.

Se dejó caer en el sillón, muerta del susto que acababa de presenciar.

-Lo siento, pensaba que no había nadie en casa- respondió ella calmadamente- ¿qué haces con un cuchillo?- preguntó asustada, al ver algo plateado en las manos.

-Oh… Pensaba que había un ladrón y cogí un cuchillo- respondió ella- ¿y tú que hacías revolviendo nuestras cosas?

-Acabo de venir del supermercado- contestó ella alzando una ceja, sabía que Hayley pensaba que estaba robando- he traído comida para hacerte la cena. Y ahora estaba eligiendo la cena que te iba a hacer.

Hay miró en la mesa, ahí estaba la bolsa de plástico del supermercado y dentro comida. Qué tonta, se había asustado para nada.

-Ah vale- respondió Hay seriamente. Se levantó del sillón y anduvo hacia su habitación. Paró en seco en  mitad del camino- y por cierto, no hagas ruido. Intento estudiar.

                                             ~~~

‘¿A dónde quieres ir?’- preguntó Marii.

‘A ningún sitio’- contestó Belén tumbándose en la cama, después de saludar a los padres de Marii después de tanto tiempo- ‘estoy muy cansada’

‘¿Por lo de tu prima?’

‘Sí… No me encuentro bien’- mintió.

En realidad no era una mentira del todo. Era cierto que se encontraba mal Emma que estaba demasiado débil, pero inevitablemente no paraba de pensar en otra cosa.

Niall.

¿Por qué no podía pensar en otra cosa? Odiaba que Niall prestara tanta atención a la fans, más que a ella. Marii era su mejor amiga y se lo contó. Tenía que contárselo a alguien, sospechaba que de un día a otro podía explotar.

‘Pues claro. Ya sé por qué’- signó Marii- ‘está claro’

¿Está claro de qué? Belén alzó una ceja, mirando a su amiga. Ésta se rió.

‘¡Está claro de que estás enamorada de Niall!’

‘¿Y tú como lo sabes?’

‘Eso se llama celos, Belén. Tienes celos de que Niall preste más atención a las fans que a ti’

‘¡No! Sólo es que me molesta que me deje tirada sin hacer nada mientras las fans están con él. Era una cita, el centro de su atención tenía que ser yo’- respondió la rubia, Marii sonrió irónicamente- ‘¡Oh Dios! Estoy enamorada…’

Marii abrazó a su amiga.

‘¿Y tú como sabes eso?’- preguntó la rubia sorprendida.

Marii bajó la cabeza, avergonzada.

‘Pues porque me pasa lo mismo. Él no para de prestar atención a Anna’- vio como su amiga suspiraba de decepción- ‘no me hace ni puñetero caso’.

‘¿Liam?’- probó su amiga.

Marii cerró los ojos y vocalizó un sí con la boca.

‘Creo que eso es admiración… Admiras su música y eso’- explicó Belén- ‘es tu ídolo, nada más’

Marii se tumbó en su cama. Belén podría tener razón, pero…

Cuando él se marchaba le echaba muchísimo de menos y no paraba de pensar en él. Cuando estaba a su lado, sentía un cosquilleo en su tripa tan grande que tenía ganas de vomitar. ¿Admiración? Podría ser.

                                         ~~~

Miraba el paisaje desde su ventana. Sicilia era hermoso, pero no podía compararse con Londres, donde se encontraban sus amigos. Sus verdaderos amigos.

Hace horas que se había enterado lo de la operación de Emma. Menos mal que se encontraba bien ahora… Pero no era lo único en lo que pensaba.

Dejó de ver el paisaje y se levantó bruscamente. Abrió su armario y cogió unos pitillos y una camiseta de manga larga ya que estaba en pijama, estaban a mediados de abril y el viento arreciaba fuertemente en la ciudad.

Dijo a sus padres que daría un largo paseo y salió fuera. Hacía bastante frío, así que se frotó sus brazos con las manos. Caminó deprisa hasta llegar a la casa más bonita que había visto en su vida.

La casa de Bambi y Zac.

Llamó al timbre. Pasaron varios segundos. Anna se desistió, seguramente los padres de Bambi estarían trabajando, pero no fue así. Alguien abrió la puerta.

-¿Quién eres?- preguntó un señor con traje elegante.

-Hola, soy la amiga de Bambi, Anna- respondió ella- ¿eres su padre, no?

-Sí sí, soy yo. ¿Qué quieres?- preguntó él sorprendido, nunca habían visitado amigas de su hija.

-¿Dónde está Bambi? No la he visto en el instituto- habló mientras se frotaba las manos, se moría de frío, la próxima vez se abrigará más- ¿está enferma?

-No, no- contestó él sin inmutarse. Qué seco, pensó Anna- está en Inglaterra.

-¡¿En Inglaterra?!- chilló Anna- ¿cómo que es que está allí?

-A visitar a una amiga- respondió, como si fuera lo más normal del mundo.

-¿Y el instituto qué?

-Anna, nosotros tenemos bastante dinero. No pasa nada, todo se soluciona con el dinero- respondió él cansinamente- ¿algo más?

-¿Y Zac?

-Ha desaparecido.

-¡¿Qué?! ¿Has ido a avisar a la policía? ¿Está perdido? ¿Te ha dejado alguna nota?- preguntó Anna nerviosa- ¿lo saben los padres de Zac?

-Zac no tiene padres. Se murieron- dijo él- Zac es un chico fuerte, supongo que se habrá ido a casa de un amigo o algo. No sé. Siempre desaparece varios días, pero luego acaba volviendo.

-¿No estáis muy unidos?- se vio decir Anna.

-¿A ti que te importa?

-Perdona. Y gracias, adiós- se apresuró a decir ella.

Salió de la cancela de la casa de la pelirroja y caminó entre las calles. Se mezcló con la gente que se movía porque tenía prisa, con gente que paseaban a sus perros, con chicas paseando de la mano con su novio, con niños jugando al pilla-pilla. Anna sacó su móvil y marcó el nombre que alfabéticamente está primero de los que ya sabían el secreto. “G”.

-¿Digamelón?- se escuchó una voz cansada en la otra línea.

-¡Guiomar! ¡Acabo de enterarme de una cosa!- gritó ella.

-Ahora no puedo… Estoy estudiando…- gruñó la rubia.

-¡Es muy im…! ¿Estudiando?

-Sí sí… Bueno, sigue a lo tuyo- dijo Guiomar, poniendo los ojos en blanco.

-Bambi no está en Italia- informó ella en bajito, lo cual era una tontería porque hablaban por el móvil, pero Anna lo prefirió así. Guiomar rebotó de golpe- está allí.

-¿Allí? ¡¿Aquí?! ¿En Inglaterra?

-Sí, me lo ha dicho su padre- explicó- ha ido a visitar a Taylor.

-¿A Taylor? ¿Te lo ha dicho?- preguntó Guiomar con los ojos muy abiertos. Cerró el libro de golpe y lo guardó en su mochila. Rápidamente bajó por las lujosas escaleras de su casa y salió a la calle, no sin coger las llaves y una chaqueta antes.

-No, no. Me ha dicho que iba a visitar a una amiga. Seguro que es Taylor.

-Dios mío… Ahora iré a buscar a Harry- dijo Guiomar mientras pedía un taxi- ¿quién tiene el brazalete de Tay?

-Lo tiene Harry. Suerte, chicos- dijo Anna, llegando a su casa. Saludó a sus padres y subió a su respectivo cuarto.

-Vale, te dejo. Un beso, que viene el taxista.

-¡Espera!- cortó Anna antes de que Guiomar colgase- Zac tampoco está aquí.

-¿No? Menudo embrollo… ¿No se supone que Zac iba en contra de su prima?

-Sí… No lo sé…- dijo Anna- ¿y si le pasa algo?

-Anda, no digas tonterías. Chao, que el taxista se enfada- despidió Guiomar- mua mua.

                                          ~~~

-Hola Taylor- saludó Harry en la puerta del apartamento de la cantante. Taylor alquiló un apartamento, ya que los hoteles le parecían muy molestos por las fans.

-Hola Harry, ¿Qué pasa?- preguntó Taylor sorprendida del hecho de que Harry la visitara.

-Hola Taylor- saludó alguien detrás de Harry que apareció de la nada.

-¿Guiomar? ¿Qué hace ella aquí?

-Pues entrar en tu casa- respondió ella bruscamente y entró en la casa.

-¡Tú no tienes permiso!- gritó ella agarrándola.

-¡Ni tu amiga tampoco tiene permiso a hacerle algo así a Harry y Emma! ¡Ni tú!- gritó ella, forcejeándose.

-¿Cómo has dicho?- respondió la cantante amenazadoramente.

-Que tú no tienes derecho a hacerme esto- respondió Harry tranquilamente, entrando a la casa.

-¡He dicho que os larguéis!- gritó ella asustada.

Harry y Guiomar hicieron caso omiso ante la exclamación de ésta. Entraron al salón, vacío. En la cocina, vacío también.

-¿Qué es lo que queréis?- gritó Taylor siguiéndoles mientras buscaban- ¡avisaré a la policía!

Guiomar le dirigió una mirada despectiva. ‘Como que te atreves…’

Ambos subieron por las escaleras.

-¡No!- volvió a gritar Tay, agarrando el brazo de Guiomar, pero ésta lo soltó fácilmente por la fuerza que poseía- ¡ahí no!

Harry abrió la puerta, donde se suponía que estaría la habitación de Taylor. En uno de los cojines se encontraba…

-Bambi- susurró Guiomar.

La pelirroja saltó del cojín, mientras tenía a Tom entre sus brazos. Miraba a Harry y Guiomar como si fueran ogros.

-¿Qué hacéis aquí?- gritó nerviosa.

-¿Qué haces tú aquí?- dijo Guiomar, marcando la palabra ‘tú’

Bambi no sabía que contestar. No tenía excusa.

-Es mi amiga, ¿por?- respondió Taylor bruscamente- ¿os conocéis?

-Por favor- rió Harry- no hagas como si no lo supieras.

-Tú eres la de los mensajes anónimos- gruñó Guiomar, su voz era tan grave que parecía un chico- ¡gilipollas!

-Nos has engañado, Bambi- dijo Harry- pensaba que eras nuestra amiga.

Guiomar se acercó a Bambi y tocó uno de los dos bolsillos de sus pantalones vaqueros. Divisó su móvil y lo cogió. Bambi no dijo nada.

Lo encendió y vio la parte de los mensajes. A continuación Guiomar sonrió y lanzó a Harry el móvil.

-Eres tú la que me mandabas esos mensajes horribles- escupió Harry enfadado- ¡eres una persona…! ¡Ni debería nombrarte persona!

-Dejadla en paz. Olvidadnos- amenazó Tay, que no habló durante unos minutos.

-Si te íbamos a dejarte en paz, zorra- insultó la rubia- así no ganaréis nada en la vida.

Harry le tendió a Bambi su brazalete ‘perdido’.

-Lo siento mucho…- susurró la pelirroja, llorando- de verdad…

Taylor también lloraba. Su plan no había funcionado de nuevo.

-Trágate tus disculpas- dijo Harry cogiendo de la mano de Guiomar- adiós.

-Ah, y por cierto- interrumpió Guiomar volviéndose a Bambi- tu primo no está en Italia. ¿Dónde está?

-¿Qué? Yo… Yo no sé nada, de verdad- respondió Bambi asustada.

-Yo que tú, pararía de mentir- dijo Guiomar y se marchó de allí asqueada. Seguida de Harry.

                                           ~~~

-Emma- prorrumpió su madre- ¿puedo pasar?

-Ya has pasado- rió ésta, cerrando el libro de economía- ¿qué quieres?

Amy se acercó a su hija, con paso decidido. Sus labios temblaban.

-Harry me ha dicho que te había dejado. ¿Por qué no nos dijiste nada?

Emma abrió la boca, pero la cerró en seguida. Volvió a abrirla pero su madre la interrumpió.

-¿No confías en nosotros?- inquirió la pelirroja.

-No mamá, no es eso. Sólo que… No sé porque no te lo he dicho- suspiró ella.

-¿Le sigues queriendo?- preguntó ella.

Emma bajó la cabeza, con la mirada perdida. Pensó en las tardes que había pasado con él, en los abrazos, en las tonterías, en los besos…

-No.