11- Secretos.

-¡Es la hora de Pokémon!- gritó una rubia alegremente.
 

-¿Cómo? ¿Pokémon? ¿Lo ves?- Harry no podía contener la risa- qué infantil eres.
 

-¡A mí también me gusta!- dijo Niall de una manera muy efusiva- ¡enciende la tele y pon clan!
 

Después de haber charlado con sus padres sobre lo que ha pasado en los últimos días, y los tres subieron a la habitación hasta que Amy les llame para comer.
 

-Ya voy, ya voy… Pero primero, se piden las cosas por favor. Porque seas Niall Horan no significa que las chicas hagan lo que tú digas- dijo Emma, chinchando al cantante de los ojos azules. Cogió el mando y lo guardó en el bolsillo del pantalón.
 

Niall cogió un cojín que había en el suelo y empezó a golpear a Emma. La chica que no está de acuerdo de quedarse de brazos cruzados, decide venganza y coge otro cojín para hacer lo mismo que Niall. Los dos siguieron golpeándose como locos durante unos minutos.
 

-Oye… Si seguimos así os quedáis sin Pokémon- interrumpió Harry la escena.
 

-¡Hasta que no me pida perdón nada!- gritó Em riéndose.
 

-¡No te voy a pedir perdón, niña malcriada!- dijo el otro.

-¡¿Niña malcriada?! Pero serás… ¡Ahora saborea mi venganza!- Emma empezó a golpearle aún más fuerte y Niall no podía defenderse.
 

-¡Au, au, au! ¡Me haces daño, niña malcriada!- repitió el rubio.
 

-¡RETIRA LO DICHO!
 

-¡NO!
 

-Pues hala, estos dos se quedan sin Pokemón- susurró Harry contemplando la escena. Aquella chica infantil le caía cada vez mejor.
 

Finalmente Niall consiguió coger el mando de la televisión que estaba en el bolsillo de los vaqueros de la chica y encendió la tele.
 

-¡POR TU CULPA SE HA ACABADO!- lloriqueó Niall fingiendo- ERES CRUEL… ¡ME HE QUEDADO SIN MIS POKÉMONS!
 

Harry arqueó las cejas mirando a Niall, más loco imposible.
 

En ese momento, la madre de Emma gritó desde la cocina "¡A COMER!" Y los tres bajaron.
 

-Huy Emma, ¿y esos pelos de loca?- preguntó Aroa cuando su hermana y los dos chicos entraron a la cocina- ¿Qué has estado haciendo con los chicos?
 

-Supongo que lo que hicieron mamá y papá cuando nos tuvieron- comentó April.
 

Amy y Will se pusieron rojísimos de la vergüenza.  Y no eran los únicos, pues Niall, Emma y Harry también enrojecieron.
 

Gozaron pollo asado y patatas fritas. Las gemelas no paraban de hacer preguntas a los cantantes de sus vidas privadas.
 

-¿Tenéis novia?- preguntó Aroa.
 

-No, que va. Nunca me he enamorado- contestó Niall.
 

-Tenía- respondió, en cambio, el de los rizos.
 

Hicieron mil preguntas personales más que intimidaron a los chicos, pero ellos, aun así respondieron.
 

-Emma, tu padre y yo nos vamos enseguida con las niñas al parque- dijo su madre interrumpiendo las preguntas de las traviesas- te quedas sola con Harry y Niall.
 

Las chicas gritaron un: ‘uuuuuuh’, refiriéndose al último comentario de su madre.
 

-¿Y Justin?- preguntó la hermana mayor, dirigiendo una mirada severa a Aroa y April.
 

-Me voy con unos amigos a echar un partido a la play en casa de Ryan…- su hermano suavizó al decir el nombre del ex de su hermana, ya que Emma pasó muy mal la ruptura. Pero la chica no mostró ningún gesto ofensivo o tristeza.
 

-Te vas a quedar sola con el Mrs. Perfecto- dijo Niall- yo me tengo que ir ya a preparar la maleta para mañana.
 

El padre de Emma no le gustaba la idea de que su hija se quedara sola con el cantante de los rizos, pero no dijo nada.
 

Después de 15 minutos todos salieron fuera. Harry y Emma estaban solos en casa.
 

-Harry, tengo que mandar un SMS a mi prima que viene a España dentro de dos semanas, déjame un minuto- la chica cogió su móvil y se sentó en el sillón del salón y empezó a teclear.
 

-¿Por qué no la llamas?- preguntó éste extrañado- sale más barato.
 

-Mi prima es sorda- dijo Emma.
 

-¿Es sorda? Que chulada- dijo Harry sorprendido, nunca había conocido a una persona sorda-¿y cómo habla? ¿Con gestos?
 

-No Harry- contestó ella bruscamente. No le gustaba lo que había dicho- no es un mimo. La red de comunicación que mantiene ella son los signos. LSE, Lengua de Signos Español.
 

-Lo siento, no lo sabía- pidió perdón Harry- me gustaría conocerla.
 

Emma escribió un SMS a su prima, hace dos días que prometió a sus padres escribirla y con lo que ha sucedido en los últimos días se olvidó.
 

De: Emma.  Para: Belén.  Hora: 16:03

Preciosa! Me an comentado de qe vienes a londres una semana. Estoy muy contenta y tngo muchisimas ganas de verte. Contesta cuando leas el sms, un beso y recuerda qe teq muchi

Cuando envió el mensaje, Emma guardó su móvil y miró directamente a los ojos verdes de Harry. Tenía una mirada preciosa.
 

Cuando Emma le miró se puso muy nervioso, no sabía que decir ni que hacer.  Lo único que hizo es perderse en los ojos azulados de Emma.
 

-Harry, cuando Taylor te dejó… ¿te pusiste triste?- preguntó Emma interrumpiendo el silencio.
 

-No me dejó. La dejé yo- contestó Harry.
 

-¿Por qué?
 

-Porque estoy enamorado de otra persona.
 

Acto seguido Emma se levantó del sillón y se tambaleó. Harry se preocupó y también se levantó sujetando a Emma.
 

-¿Estás bien?- preguntó Harry con un tono bastante preocupado.
 

Emma soltó los brazos de Harry que la sujetaban y anduvo hacia la puerta del salón. No se encontraba bien, los mareos y el dolor de estómago volvieron de nuevo.
 

Harry se acercó a Emma y la abrazó.
 

-¿Qué te ocurre?
 

Emma miró de nuevo a los ojos de Harry. Nunca se cansaba de mirarlos, era la mirada más bonita que había visto.
 

Harry se dio cuenta de que los ojos de la chica cambiaron, estaban muy rojos y ella estaba muy pálida.
 

En ese momento, Emma se mareó y se sujetó el estómago. Era un dolor atroz. Se arrodilló al suelo y un segundo después se desmayó.
 

-¡Emma! ¡Emma!- Harry estaba preocupadísimo, no había nadie en casa y no sabía qué hacer. Nunca ha estado en una situación parecida- Dios… Emma… ¿Qué es lo que te está ocurriendo?
 

Harry buscó entre sus bolsillos su móvil pero no lo encontró, así que cogió el móvil de la chica y tecleó 121 (servicio de emergencia) y dio el nombre de la calle y el número a la chica que le atendía. En 5 minutos iba a venir una ambulancia.
 

Harry miró a Emma, estaba pálida y sudando. El chico tocó la frente de Em, estaba ardiendo. Cogió a Emma en brazos y la tumbó en el sillón. Cogió la mano de ella y la agarró fuertemente.
 

Harry no podía retener más las lágrimas, así que dejó que se cayeran por toda la cara del cantante.
 

Harry miró a la chica de nuevo. Era hermosa. Las dudas del chico se disiparon, él ya sabía lo que sentía. Estaba enamorado y nunca se había sentido así con una chica. La conoció hace dos días y ella le había demostrado muchas cosas, durante esos días había conocido a la chica bien al fondo. La quería.

Entonces el cantante se inclinó hacia la chica y la besó.

                              
                                            ~~~

Había terminado el instituto, Hay y Guiomar salieron juntas del edificio. Los lunes y miércoles salían a las 5. En cambio, en los demás días el insti terminaba a la 1.
 

-Por la tarde me paso a casa de Emma para que me cuente todo lo que ha pasado. Todavía no me puedo creer lo que ha pasado esta mañana. Nuestra amiga en un programa discutiendo con Tay, flipante- comentó Hay.
 

-Yo tampoco me lo puedo creer… ¿Y sabes algo de Anna?- dijo Guiomar.
 

Hayley negó con la cabeza. No tenía ni idea.
 

-También la voy a llamar después. ¿Vienes esta tarde a visitarlas?
 

-Eh… Estoy ocupada- respondió rápidamente Guiomar.
 

-¿Ocupada? ¿Ocupada con quién?- preguntó Hay, era extraño que Guiomar estuviera ocupada. Ella nunca se encontraba ocupada.
 

-Pues hoy mis padres no trabajan y me gustaría pasar más rato con ellos… Ya hablaré mañana con estas- mintió la rubia.
 

-Okay, adiós- evidentemente Hay no la creía, pero no quería discutir con Guiomar.
 

Las dos fueron por distintos caminos. Hay cogió la izquierda y Guiomar la derecha.
 

-Cuánto has tardado- dijo una voz conocida y besó a Guiomar en los labios.
 

-Perdona, estaba hablando con una amiga- la chica devolvió el beso a su novio- ¿vamos?
 

-Vamos- respondió él.

                                                        ~~~

Anna estuvo toda la tarde en su habitación encerrada llorando. No podía creer que su padre la obligara volver a Italia. Seguramente los amigos que tenía allí la habían olvidado, además Italia no tenía amigos de verdad y aquí tenía a tres amigas increíbles.
 

Pero ése no era el único motivo, había otro motivo que hacía llorar a Anna.